En ¿Qué tan malos son los plátanos?, el autor Mike Berner-Lee brinda a los lectores una guía de la A a la Z sobre cómo pueden comenzar a vivir una vida más consciente del medio ambiente y reducir su propia huella de carbono. Puede pensar que está familiarizado con el cambio climático y las huellas de carbono, pero ¿realmente conoce las actividades cotidianas que contribuyen a la crisis ambiental actual? Desde hacer las compras hasta lavar la ropa, aprenderá cómo ser más eficiente y menos derrochador.
Descubriendo la verdad sobre los plátanos y el medio ambiente
En el artículo «¿Qué tan malos son los plátanos?», Mike Berner-Lee explora el impacto de los plátanos en el medio ambiente y nos brinda una visión detallada de cómo podemos ser más conscientes de nuestras elecciones diarias. A medida que avanzamos hacia un futuro sostenible, es esencial comprender cómo nuestras acciones afectan al planeta. En este artículo, profundizaremos en la relación entre los plátanos y el medio ambiente, y cómo podemos tomar medidas para reducir nuestra huella de carbono.
¿Qué es lo que hace a los plátanos «malos»?
Cuando se habla de los plátanos y su impacto en el medio ambiente, es importante considerar varios factores. En primer lugar, la huella de carbono de los plátanos se relaciona principalmente con su producción y transporte. Los plátanos son originarios de regiones tropicales y, por lo tanto, su cultivo requiere un clima específico y una gran cantidad de recursos hídricos. Además, los plátanos se exportan a nivel mundial, lo que implica un largo viaje en barco o avión hasta llegar a los supermercados locales.
Otro factor a tener en cuenta es el uso de pesticidas y fertilizantes en la producción de plátanos. Estos productos químicos pueden tener un impacto negativo en el suelo y el agua, y también pueden afectar la salud de los trabajadores agrícolas. Además, el cultivo intensivo de plátanos a gran escala puede contribuir a la deforestación, ya que se requieren grandes extensiones de tierra para satisfacer la demanda mundial.
Alternativas sostenibles y conscientes
Si bien es importante comprender el impacto de los plátanos en el medio ambiente, también es fundamental tener en cuenta las alternativas sostenibles y conscientes que podemos adoptar en nuestra vida diaria. Aquí hay algunas acciones que puedes considerar:
1. Compra local y orgánico
Una forma de reducir la huella de carbono asociada con los plátanos es optar por productos locales y orgánicos siempre que sea posible. Al apoyar a los agricultores locales, reducimos la necesidad de transporte a larga distancia y promovemos prácticas agrícolas más sostenibles.
2. Reduce el desperdicio de alimentos
El desperdicio de alimentos es un problema grave a nivel mundial, y los plátanos no son una excepción. A menudo, los plátanos maduros se descartan cuando podrían utilizarse para hacer deliciosos productos, como pan de plátano o batidos. Aprovecha al máximo tus plátanos y evita el desperdicio de alimentos.
3. Elige opciones de transporte sostenibles
Si bien no podemos evitar por completo el transporte de plátanos, podemos hacer elecciones más sostenibles al seleccionar proveedores que prioricen la eficiencia energética y las prácticas de transporte ecológicas.
4. Consume de manera consciente
Al ser conscientes de nuestras elecciones de consumo, podemos hacer una diferencia significativa en nuestra huella de carbono. Opta por productos que sean producidos de manera sostenible y que minimicen el impacto ambiental en cada etapa de su ciclo de vida.
El artículo «¿Qué tan malos son los plátanos?» de Mike Berner-Lee nos ha brindado una visión completa sobre el impacto de los plátanos en el medio ambiente. Aunque es importante reconocer que ninguna acción individual resolverá por completo la crisis ambiental, cada pequeño cambio cuenta. Al tomar decisiones conscientes y sostenibles en nuestra vida diaria, podemos contribuir a reducir nuestra huella de carbono y promover un futuro más verde.
Consejos para reducir la huella de carbono y mejorar el medio ambiente
En la actualidad, la huella de carbono es uno de los temas más importantes en cuanto a medio ambiente se refiere. La huella de carbono es una medida de las emisiones de gases de efecto invernadero producidos por una persona, empresa u organización. En este sentido, Mike Berner-Lee, experto en sostenibilidad, ha brindado una serie de consejos para reducir la huella de carbono y mejorar el medio ambiente.
- Reducir el consumo de carne
El consumo de carne es uno de los principales contribuyentes a la huella de carbono. La producción de carne, especialmente la carne de res, emite grandes cantidades de dióxido de carbono y metano. Por lo tanto, reducir el consumo de carne puede ayudar a reducir significativamente la huella de carbono.
- Reducir el consumo de energía
Otro factor importante en la huella de carbono es el consumo de energía. Se recomienda reducir el uso de la energía eléctrica y de los combustibles fósiles en general, lo que se puede lograr mediante la utilización de fuentes de energía renovables y la reducción del consumo innecesario.
- Comprar productos locales y de temporada
El transporte de los productos también es un factor importante en la huella de carbono. Por lo tanto, se recomienda comprar productos locales y de temporada. Esto no solo reduce la huella de carbono, sino que también apoya a la economía local.
- Reducir el uso del automóvil
El transporte es otra fuente importante de emisiones de gases de efecto invernadero. Por lo tanto, se recomienda reducir el uso del automóvil y optar por formas de transporte más sostenibles, como caminar, andar en bicicleta o utilizar el transporte público.
- Utilizar tecnología sostenible
Por último, pero no menos importante, se recomienda utilizar tecnología sostenible en el hogar y en el lugar de trabajo. Esto incluye el uso de energía renovable, la reducción del consumo de energía y la implementación de prácticas sostenibles en el lugar de trabajo.
La reducción de la huella de carbono es un tema importante en cuanto a medio ambiente se refiere. Los consejos brindados por Mike Berner-Lee son una excelente guía para reducir la huella de carbono y mejorar el medio ambiente. La reducción del consumo de carne, el uso de energía renovable, la compra de productos locales y de temporada, la reducción del uso del automóvil y la utilización de tecnología sostenible son medidas que pueden ayudar a reducir significativamente la huella de carbono y contribuir a un futuro más sostenible.
Aprende todos los trucos que pueden reducir tu huella de carbono de la noche a la mañana
El cambio climático es un tema que no podemos ignorar. A diario, nos encontramos con nuevas historias sobre el derretimiento de los casquetes polares, las inundaciones, las especies en peligro de extinción y la amenaza de huracanes y eventos climáticos extremos. Como habitantes de este planeta, es nuestra responsabilidad instar a nuestros líderes a tomar medidas y contribuir a la reducción de las emisiones que están dañando nuestro hogar.
En nuestra vida cotidiana, tendemos a pasar por alto nuestras rutinas y pensar que nuestros hábitos de compra, cocina y lavado de platos son inofensivos. Sin embargo, si reflexionamos sobre la cantidad de alimentos que desperdiciamos en un año o la cantidad de electrodomésticos que dejamos encendidos o enchufados sin necesidad, nos daremos cuenta de que podemos hacer mucho más.
En este artículo, descubrirás los principales factores responsables de las emisiones perjudiciales y aprenderás trucos para reducir tu propia huella de carbono sin tener que cambiar por completo tu estilo de vida. Es importante tener en cuenta que las estimaciones que se presentan a continuación son aproximadas y corresponden a alrededor del año 2010, por lo que es probable que haya habido cambios desde entonces.
1. Los modos de transporte más y menos ecológicos
El transporte es uno de los mayores contribuyentes a las emisiones de carbono. Al elegir cómo nos desplazamos, podemos hacer una diferencia significativa en nuestra huella ecológica. Algunas opciones más ecológicas incluyen el uso del transporte público, compartir automóvil, caminar o andar en bicicleta siempre que sea posible. Por otro lado, los vehículos con motores de combustión interna y los vuelos aéreos generan una gran cantidad de emisiones y deberían evitarse cuando sea factible.
2. Naranjas vs. Plátanos: ¿Cuál es peor para el medio ambiente?
Cuando hablamos de la huella de carbono de los alimentos, es importante considerar el ciclo completo de producción, desde el cultivo hasta el consumo. Comparar el impacto ambiental de una naranja y un plátano puede ser complicado, ya que intervienen muchos factores. Sin embargo, en general, los productos locales y de temporada tienden a tener una huella de carbono más baja debido a las distancias más cortas de transporte y al uso de menos energía para su producción.
3. Las bebidas y su huella de carbono
Las bebidas también tienen un impacto en nuestra huella de carbono. Algunas de las bebidas con una huella de carbono más alta incluyen las que contienen ingredientes importados de lejos, como el café o el té, y las bebidas carbonatadas embotelladas. Optar por bebidas locales, como infusiones de hierbas o agua del grifo, puede reducir significativamente la huella de carbono asociada con nuestras elecciones de bebidas.
En conclusión, todos podemos contribuir a la reducción de nuestra huella de carbono sin hacer cambios drásticos en nuestra vida diaria. Al elegir modos de transporte más ecológicos, consumir alimentos locales y de temporada, y seleccionar bebidas con una menor huella de carbono, estamos dando pasos importantes hacia un estilo de vida más sostenible. Pequeñas acciones individuales pueden marcar una gran diferencia cuando se trata de preservar nuestro planeta.
1. ¿Es realmente posible reducir mi huella de carbono sin cambiar mi estilo de vida por completo?
Sí, definitivamente es posible. Pequeños cambios en nuestras rutinas diarias pueden tener un impacto significativo a largo plazo. Al optar por opciones más sostenibles en el transporte, alimentación y consumo de bebidas, podemos reducir nuestra huella de carbono sin hacer cambios drásticos.
2. ¿Cuáles son los modos de transporte más ecológicos?
Los modos de transporte más ecológicos incluyen el uso del transporte público, compartir automóvil, caminar y andar en bicicleta. Estas opciones generan menos emisiones de carbono en comparación con los vehículos con motores de combustión interna y los vuelos aéreos.
3. ¿Qué debo tener en cuenta al elegir alimentos con una huella de carbono más baja?
Es importante considerar la producción local y de temporada al elegir alimentos con una huella de carbono más baja. Los productos locales implican distancias de transporte más cortas y un menor uso de energía en su producción.
4. ¿Cuáles son las bebidas con una huella de carbono más baja?
Las bebidas con una huella de carbono más baja suelen ser las que se producen localmente, como infusiones de hierbas o agua del grifo. Evitar bebidas carbonatadas embotelladas y opciones con ingredientes importados puede ayudar a reducir la huella de carbono asociada.
5. ¿Cuál es la importancia de reducir nuestra huella de carbono?
Reducir nuestra huella de carbono es esencial para mitigar los efectos del cambio climático y preservar el medio ambiente para las generaciones futuras. Al tomar medidas individuales, podemos contribuir colectivamente a un futuro más sostenible y saludable para nuestro planeta.
Clasificación de los alimentos según su huella de carbono
La huella de carbono es una medida que se utiliza para determinar la cantidad de gases de efecto invernadero que se emiten durante la producción y distribución de un producto. Los alimentos también tienen una huella de carbono, y algunos de ellos pueden tener un impacto significativo en el medio ambiente. A continuación, presentamos una tabla con los alimentos que más huella de carbono producen:
Alimentos | Huella de carbono (kgCO2e/kg) |
---|---|
Carne de res | 26.5 |
Cordero | 22.9 |
Queso | 13.5 |
Cerdo | 12.1 |
Cultivos de invernadero | 11.8 |
Pescado de criadero | 7.2 |
Pollo | 6.9 |
Huevos | 4.8 |
Legumbres | 2.0 |
Frutas y verduras | 0.9 |
Como se puede ver, la producción de carne de res y cordero tienen una huella de carbono muy alta, lo que significa que son los alimentos que más impacto tienen en el medio ambiente. El queso y el cerdo también tienen una huella de carbono alta. Por otro lado, los cultivos de invernadero, el pescado de criadero, el pollo, los huevos, las legumbres y las frutas y verduras tienen una huella de carbono relativamente baja.
En conclusión, reducir el consumo de carne de res y cordero, así como de queso y cerdo, puede tener un impacto significativo en la disminución de la huella de carbono y en la preservación del medio ambiente. Al elegir alimentos con una huella de carbono más baja, podemos contribuir a la sostenibilidad del planeta.
Aprende todos los trucos que pueden reducir tu huella de carbono de la noche a la mañana
Es difícil pasar por alto las noticias sobre el cambio climático. Todos los días parece haber una nueva historia sobre el derretimiento del hielo polar, las inundaciones, las especies en peligro de extinción y cómo deberíamos esperar más huracanes y clima extremo. Depende de nosotros, como ciudadanos de la Tierra, empujar a nuestros líderes a la acción y hacer nuestra parte para reducir las emisiones dañinas que están arruinando nuestro planeta.
Todos tenemos nuestras rutinas, y es fácil pensar que estos hábitos diarios de comprar, cocinar y lavar los platos son inofensivos. Pero solo piense en la cantidad de comida que tira en el transcurso de un año, o cuántos electrodomésticos deja encendidos o enchufados cuando realmente no es necesario.
En estos consejos, descubrirá los principales culpables de la creación de emisiones nocivas y los trucos para reducir su propia huella sin reorganizar por completo su vida. Tenga en cuenta que las estimaciones que siguen son de alrededor de 2010 y que es probable que muchas cosas hayan cambiado desde entonces.
En estos consejos descubrirás:
- qué modos de transporte son los más y los menos ecológicos;
- lo que es peor, una naranja o un plátano; y
- qué bebidas dejan la mayor huella de carbono.
Una huella de carbono tiene en cuenta muchos gases nocivos, y el tamaño promedio varía en todo el mundo.
En estos días, no es necesario ser un científico ambiental para haber escuchado el término huella de carbono . Se usa mucho en las discusiones sobre el calentamiento global o el cambio climático y se refiere a la cantidad de dióxido de carbono (CO₂) que se libera durante ciertos procesos, ya sea por parte de una corporación o de una sola persona.
Sin embargo, el dióxido de carbono es solo uno de los muchos gases que contribuyen al calentamiento global y a la huella de carbono. Estas emisiones dañinas se conocen como gases de efecto invernadero y algunas de ellas son mucho más dañinas que el CO₂. El metano (CH₄), por ejemplo, es veinticinco veces más dañino que el CO₂, y el óxido nitroso (N₂O) es trescientas veces peor. Y luego están los gases refrigerantes , que se utilizan en los sistemas de refrigeración y pueden ser miles de veces más potentes que el CO₂.
En el Reino Unido, el CO₂ representa el 86 % de su producción de gases de efecto invernadero, mientras que el metano representa el 7 %, el óxido nitroso el 6 % y los gases refrigerantes el 1 %.
Dado que sabemos cuán potentes son todos estos otros gases en relación con el CO₂, una huella de carbono proporciona una lectura precisa de todas las principales emisiones nocivas que se liberan. Este método de conversión se conoce como dióxido de carbono equivalente o CO₂e.
El tamaño promedio de una huella de carbono varía de un país a otro, pero tiende a ser mayor en el mundo desarrollado. En Malawi, por ejemplo, la huella de carbono promedio de una persona es de alrededor de 0,1 toneladas métricas de CO₂e por año. Sin embargo, la persona promedio en el Reino Unido mide alrededor de 15 toneladas métricas por año, mientras que el norteamericano promedio llega a alrededor de 28 y los australianos a 30 toneladas métricas. En cuanto al planeta en su conjunto, en 2007 producimos alrededor de 49 mil millones de toneladas métricas de CO₂e.
Siendo británico, el autor espera ayudar al Reino Unido a reducir las emisiones nocivas en una cantidad significativa pero razonable. Berners-Lee ha sentado las bases para tal reducción a través de lo que él llama el estilo de vida de 10 toneladas , lo que daría como resultado que la persona promedio pasara de 15 a 10 toneladas métricas por año, una reducción de un tercio de la huella de carbono de cada persona.
En los consejos que siguen, veremos más de cerca los pasos que puede seguir para adoptar este estilo de vida.
Los mensajes de texto y los correos electrónicos tienen un impacto bajo, pero estas pequeñas cosas pueden sumarse rápidamente.
Durante las últimas décadas, las computadoras, los dispositivos móviles y los teléfonos celulares han cambiado la forma en que trabajamos y nos comunicamos. Pero es posible que no esté al tanto de las formas en que puede usar esta tecnología de manera más responsable.
Por ejemplo, enviar mensajes de texto a alguien en lugar de hacer una llamada de teléfono celular deja una huella más pequeña ya que consume menos energía.
Para ser precisos, un solo mensaje de texto consume 0,014 g CO₂e. A partir de 2010, se enviaron alrededor de 2,5 billones de mensajes de texto al año, lo que suma aproximadamente 32 000 toneladas métricas de CO₂e, o alrededor de una diezmilésima parte del porcentaje de la huella de carbono total del mundo.
Una llamada telefónica diaria de dos minutos, por otro lado, suma 47 kilogramos CO₂e por año, con una huella global de alrededor de 125 millones de toneladas métricas por año. Las tres cuartas partes de estas emisiones provienen de la energía requerida en estaciones base y conmutadores para conectar dos teléfonos celulares a la misma red.
Al igual que con un mensaje de texto, un correo electrónico no es tan malo, pero nuestro uso diario de la computadora puede acumularse rápidamente.
El correo electrónico promedio solo representa aproximadamente 4 gramos de CO₂e, pero el valor de un año de correo electrónico puede sumar hasta 135 kilogramos de CO₂e, lo que representaría más del 1 por ciento del estilo de vida de 10 toneladas que buscamos.
Cuando un proceso de bajas emisiones de carbono como el envío de correos electrónicos se vuelve tan popular entre el público que se suma a una gran huella, se dice que tiene un efecto de rebote .
Pero las computadoras han dejado grandes huellas desde el principio. Para fabricar un iMac de 21,5 pulgadas en 2010, se necesitaron 720 kg de CO₂e, gracias en gran parte a toda la energía necesaria para fabricar microprocesadores. Y una vez que se utiliza el iMac, el uso de electricidad asciende a 63 g CO₂e por hora.
Pero la computadora de su hogar palidece en comparación con los centros de datos que alimentan la era de la información.
Los datos que se encuentran dentro de la World Wide Web se almacenan en bancos masivos de servidores y bases de datos, todos los cuales están necesariamente creciendo en tamaño a un ritmo constante. Mantener estos servidores en funcionamiento requiere una enorme cantidad de electricidad, por una suma de 130 millones de toneladas métricas de CO₂e solo en 2010. Se prevé que esa cantidad se duplique con creces para 2020, ¡entre 250 y 340 millones de toneladas métricas!
De alguna manera, el plástico es mejor que el papel para el medio ambiente.
La mayoría de nosotros probablemente supondría que el papel es mejor para el medio ambiente que el plástico, pero desde el punto de vista del equivalente de dióxido de carbono, el plástico supera al papel.
Eso no significa que el plástico sea bueno para el medio ambiente. Por el contrario, los desechos plásticos pueden permanecer en el medio ambiente durante siglos y dañar a los animales en el proceso. Pero en lo que respecta a las emisiones de CO₂e, el plástico es marginalmente mejor ya que no se pudre ni genera emisiones de metano como lo hace el papel.
Consideradas desde este ángulo, las bolsas de plástico de los supermercados son mejores para el medio ambiente que las bolsas de papel. Una bolsa de plástico desechable de un supermercado aporta alrededor de 10 gramos CO₂e. Entonces, si usa cinco bolsas por semana, eso suma 2,5 kilogramos al año, que es aproximadamente la misma huella de carbono que una sola hamburguesa con queso.
Mientras tanto, una bolsa de papel, hecha de papel reciclado, genera alrededor de 12 gramos de CO₂e, mientras que algunas de las bolsas más elegantes y gruesas de las tiendas minoristas pueden sumar hasta 80 gramos de CO₂e. Entonces, si se ve obligado a usar una bolsa de papel, asegúrese de reciclarla. Y recuerda, la mejor opción es hacer tus compras siempre con bolsas reutilizables.
Pero las bolsas de compras no son la única forma en que la industria del papel está dejando una enorme huella de carbono.
Si no recicla las cartas y catálogos que recibe por correo, cada carta agregará alrededor de 200 gramos de CO₂e mientras que los catálogos agregan 1600 gramos. Más de la mitad de esta huella proviene de los procedimientos de la oficina de correos, como la clasificación y el transporte, mientras que poco más de una cuarta parte proviene del propio papel. El correo no deseado es el mayor infractor de la industria del papel, así que opte por no recibirlo si puede.
Mientras tanto, el libro de bolsillo promedio agregará alrededor de 1 kilogramo de CO₂e. Puede pensar que esto es mucho, pero cuando considera el hecho de que leer le impide realizar otras actividades intensivas en carbono, como conducir o ir de compras, en realidad tiene beneficios de gran alcance.
Si usa productos de papel, lo único que debe hacer es reciclarlos, lo que evitará que el papel termine en un vertedero donde se pudrirá y emitirá metano. También es mejor comprar papel reciclado, ya que la fabricación de papel nuevo requiere aproximadamente el doble de energía que el reciclaje, lo que duplica la huella de carbono del papel.
Las diferentes formas de viajar tienen diferentes huellas de carbono, siendo volar la peor.
Probablemente no sea una sorpresa saber que la gasolina y el diésel que alimentan nuestros automóviles y camiones dejan una gran huella de carbono. Producir solo un litro agrega alrededor de 3,15 kilogramos de CO₂e a la huella de carbono. Y en un año, solo el Reino Unido usa alrededor de 50 mil millones de litros de gasolina, por lo que su impacto en nuestra huella global es considerable, por decir lo menos.
Pero si observamos todas las diferentes formas de moverse, es posible que se sorprenda al saber qué método deja la huella más grande.
Comencemos con algo pequeño: el ciclismo aún deja una huella ya que necesita combustible para hacer funcionar esos pedales. Entonces, si ese combustible fuera cereal y leche, la huella sería de alrededor de 90 gramos CO₂e por milla. Si su potencia de pedal fuera alimentada por una hamburguesa con queso, se expandiría a aproximadamente 260 gramos CO₂e por milla.
Si viaja en un tren eléctrico, su huella variará según la cantidad de pasajeros con los que viaje: cuantos más pasajeros, menor será la huella. En un metro lleno de gente, cada pasajero gastaría alrededor de 160 gramos de CO₂e. En un tren interurbano medio vacío, probablemente aumentaría hasta unos 300 gramos de CO₂e.
En cuanto a un automóvil, si tomamos la eficiencia de combustible promedio en el Reino Unido, que es de 33 millas por galón, su huella sería de alrededor de 710 gramos CO₂e por milla . En un automóvil que consume menos combustible, como un Land Rover, esa huella podría aumentar hasta los 2240 gramos. Entonces, dependiendo de su automóvil, conducir 9,000 millas por año representaría entre el 3 y el 20 por ciento de un estilo de vida de 10 toneladas.
Pero el honor de la mayor huella de carbono se lo lleva volar.
Para ver cuán grande es la diferencia, echemos un vistazo a todas las formas en que podría viajar de Londres a Glasgow, Escocia y viceversa, una distancia de aproximadamente 800 millas.
Si tuviera que andar en bicicleta esa distancia, digamos con una dieta de plátanos, dejaría una huella de CO₂e de 53 kilogramos. En tren, sería más del doble a 120 kilogramos; y con un automóvil pequeño y de bajo consumo de combustible, aumentaría seis veces hasta los 330 kilogramos. Pero volar multiplicaría por diez la huella de la bicicleta, a unos 500 kilogramos de CO₂e.
Y esa huella es para un vuelo corto. Un vuelo de ida y vuelta de Londres a Hong Kong dejaría una huella de 4,6 toneladas métricas. Eso es el equivalente a producir 340.000 bolsas de compras de plástico y le quitaría casi seis meses de su estilo de vida de 10 toneladas.
Volar deja una huella tan grande porque quemar combustible a altitudes más altas hace que las emisiones tengan un impacto más dañino, cuyo alcance total aún está siendo determinado por los científicos.
Los productos locales y la carne de animales no rumiantes tienen huellas de carbono más bajas.
Es posible que haya escuchado que una dieta vegetariana o vegana es mejor para el medio ambiente, pero, en realidad, lo que come es menos importante que de dónde proviene.
La fruta local tendrá una huella pequeña, pero si está comiendo fruta que viajó al otro lado del mundo para llegar a su supermercado, esa fruta viene con una grande.
Por ejemplo, si cultivas tus propias manzanas, no dejarán huella alguna. Si está comiendo una manzana de temporada cultivada localmente, entonces la huella será de alrededor de 10 gramos CO₂e. Pero de media, la manzana que consigues en el supermercado habrá aportado unos 80 gramos cada una, o 550 gramos el kilo.
Ahora llegamos a la respuesta que estabas esperando: ¿Qué tan malos son los plátanos? Resulta que los plátanos no son tan malos. De hecho, son similares a las manzanas en que cada una aporta unos 80 gramos de CO₂e y 480 gramos por kilo. Los plátanos ocupan poco espacio porque no usan luz artificial para crecer, y su piel brinda suficiente protección para que no requieran embalaje adicional ni transporte aéreo.
Las naranjas, en comparación, tienen una huella un poco más grande, con alrededor de 90 gramos de CO₂e cada una, y si se transportan por vía aérea, esa huella crece a 1 kilogramo.
En cuanto a las verduras, el kilo medio de zanahorias es de solo 300 gramos de CO₂e, mientras que las patatas llegan a los 370 gramos. Pero estas huellas relativamente pequeñas pueden crecer si no se cocinan de manera eficiente. Si se desperdicia mucho calor, estas cifras pueden aumentar significativamente.
La distancia recorrida por las verduras vuelve a ser importante, ya que las verduras fuera de temporada pueden requerir mucha energía para transportarse: 250 gramos de espárragos cultivados localmente dejarán una huella de CO₂ de 125 gramos, pero si se enviaran por vía aérea a Londres desde Perú, esa huella se expande a 3,5 kilogramos.
En cuanto a la carne, es cierto que la huella tiende a ser mayor que la de las frutas y verduras. Un bistec crudo de 4 onzas tiene una huella de alrededor de 2 kilogramos de CO₂e, que por supuesto se expandirá debido a la energía necesaria para cocinarlo.
Aproximadamente nueve décimas partes de la huella de la carne de vacuno provienen de lo que sucede en una granja de ganado promedio, y el gran contribuyente aquí es el hecho de que las vacas son rumiantes , lo que significa que rumian y liberan mucho metano en el proceso.
Las ovejas también son rumiantes y por eso un kilo de carne de oveja o de vaca tendrá una huella dos veces mayor que la de un kilo de cerdo, ya que los cerdos no son rumiantes.
Tus bebidas favoritas pueden tener una huella de carbono más grande de lo que imaginas.
Cuando se trata de pensar en su huella de carbono, es posible que no piense demasiado en su selección de bebidas. Pero hay una diferencia considerable entre algunas de las opciones que tiene, ya sea el tipo de agua que bebe o si pide un café solo o un café con leche.
Para empezar, debe tener en cuenta que el agua embotellada deja una huella mucho más grande que el agua del grifo.
De hecho, una pinta de agua del grifo representa solo 0,14 gramos de CO₂e. Y si tenemos en cuenta la limpieza y los platos, así como el consumo de agua, el suministro anual de agua del grifo de una persona promedio solo sumaría alrededor de 14 kilogramos.
Por otro lado, si observamos lo que entra en una botella de agua promedio de 500 mililitros, podemos ver que su huella de carbono es 1000 veces mayor que la del agua del grifo, con 160 gramos CO₂e. La mayor parte de esto proviene de la energía gastada en embalaje y transporte. Si su botella viajó 600 millas para llegar desde su origen hasta su tienda local, dejará una huella de alrededor de 215 gramos de CO₂e.
En cuanto al té o al café, la huella va a depender mucho de las circunstancias.
Una taza de café solo o una taza de té solo representarán 21 gramos de CO₂e, la mayoría de los cuales provienen de la energía necesaria para hervir el agua. El verdadero factor que aumenta la huella es la leche, ya que una pinta requiere 723 gramos de CO₂e debido a todas las necesidades de alto contenido de carbono de una granja lechera.
Y si lo compra en una cafetería, el espacio ocupado podría aumentar a 235 gramos para un capuchino o 340 gramos para un café con leche. ¡Todo esto significa que un café al día podría terminar siendo el 1 por ciento de su estilo de vida de 10 toneladas!
Si dirigimos nuestra atención a la cerveza y el vino, estamos viendo huellas bastante grandes. Pero con un poco de consideración, se puede reducir.
Por ejemplo, una botella de cerveza importada puede tener una huella de hasta 900 gramos de CO₂e, dependiendo de dónde provenga. Esto significa que unas pocas botellas al día podrían terminar siendo el 10 por ciento de su estilo de vida de 10 toneladas. Pero si se limita a la cerveza elaborada localmente, reducirá el transporte y la huella se mantendrá en torno a los 300 gramos por botella.
En cuanto al vino, puede venir con una huella de 1040 gramos, principalmente de la botella de vidrio. Sin embargo, cambie a vino en caja y reducirá considerablemente la impresión, hasta unos 400 gramos.
Puede limpiar de formas más respetuosas con el medio ambiente.
Cuando sales de tu casa, alguna vez te preguntas: ¿Apagué el horno? ¿O dejé la plancha encendida? Tiene sentido preocuparse por los posibles riesgos de incendio, pero también tiene sentido preguntarse si está desperdiciando energía innecesariamente. Así que la próxima vez, antes de irse, asegúrese de haber apagado las luces junto con todos sus otros electrodomésticos.
También puedes reducir tu huella lavando tu ropa de manera más eficiente.
Si lava su ropa a 30 °C y la seca al aire libre, solo creará una huella de 0,6 kilogramos de CO₂e. Comparativamente, un lavado realizado a 60 °C y colocado en una secadora de ropa dejará una huella de 3,3 kilogramos.
Si bien es mejor hacer lavados en frío, el verdadero desperdicio viene con el secado. Al cambiar a una rejilla de secado, podría ahorrar media tonelada métrica de CO₂e en el transcurso de un año.
Y luego está la plancha eléctrica, que puede agregar entre 14 y 70 gramos de CO₂e por una sola camisa, dependiendo de qué tan rápido y hábil sea para planchar. De cualquier manera, debes tratar de mantener el planchado al mínimo. ¡Y por supuesto absténgase de planchar sus calcetines!
Cuando se trata de lavar los platos, su huella también variará según sus métodos. Si tienes cuidado con la cantidad de agua que usas, puede rondar los 540 gramos de CO₂e, pero si derrochas el agua, puede subir hasta los 8 kilogramos.
Es posible que desee considerar un lavavajillas de bajo consumo; cuando se mantiene a 55°C, solo deja una huella de 770 gramos CO₂e. Sin embargo, esos gramos adicionales pueden valer la pena, ya que los lavavajillas tienden a eliminar 400 veces más bacterias que el lavado a mano.
En cuanto a lavarte, este es otro trabajo que puede variar dependiendo de tus métodos. Lo más eficiente sería turnarse para compartir el agua de su baño con sus compañeros de habitación o familiares, pero es probable que pocos de nosotros encontremos esto atractivo.
Un solo baño, según lo llena que esté la bañera y lo caliente que esté el agua, dejará una huella de entre 0,5 kilogramos y 2,6 kilogramos de CO₂e. La ducha promedio, por otro lado, dura 6 minutos y suma 0,5 kilogramos.
Sin embargo, puede reducir esa huella a solo 90 gramos de CO₂e si obtiene un cabezal de ducha aireado que ahorra agua y limita el tiempo de ducha a 3 minutos.