Las razones por las que deberíamos comprar moda sostenible

Al intentar asociar moda y sostenibilidad, normalmente nos vienen a la cabeza productos de lujo, cuyo coste de producción repercute directamente en el precio de venta. Actualmente, esta mentalidad está cambiando gracias a la expansión de firmas internacionales y jóvenes emprendedores que se proponen crear una moda sostenible al alcance de todos los bolsillos.

Nuestra mentalidad a la hora de comprar está evolucionando, ya no solo nos fijamos en si la prenda que vamos a adquirir se puede lavar o no, sino que nos interesa conocer el origen de la materia prima y saber si estamos ante un producto sostenible. Este sentimiento es especialmente notable en la Generación Z, pero está calando en todos los segmentos de edad con una consigna clara: la búsqueda de la felicidad ya no pasa por el consumo masivo, sino por un consumo ético, sostenible o incluso, un “no-consumo”.

De entre todos los artículos que podemos llegar a comprar, la moda sostenible representa uno de los más relevantes. El sector mundial de la moda genera una gran cantidad de gases de efecto invernadero debido a la energía utilizada durante su producción, fabricación y transporte de los millones de prendas que se compran cada año. De hecho, después de la industria energética, la moda es la más contaminante que existe en el mundo. Vamos a ofrecerte dos datos que te ayudarán a entender la magnitud del problema:

• Para producir un kilogramo de algodón se requieren unos 10.000 litros de agua. La misma cantidad de agua que necesita beber un ser humano, aproximadamente, en diez años.

• El negocio de la moda también es responsable del 20% de las aguas residuales que se producen cada año en el mundo.

La buena noticia es que, poco a poco, la moda ética y sostenible está encontrando su espacio dentro de la industria que intenta reducir el impacto ecológico. Esto se consigue mediante el empleo de materiales naturales como el algodón orgánico, el bambú, las algas, la piel de pescado (para zapatos y bolsos), y tintes naturales para dar color a los tejidos.

Generalmente, son los diseñadores emergentes o los emprendedores los que se lazan a este movimiento para proporcionar a los consumidores un valor añadido. Las nuevas generaciones consumen con otra mentalidad: el saber cómo, quién y con qué se ha hecho una prenda es fundamental a la hora de comprar. Por eso, las empresas se tienen que adaptar a las exigencias de sus consumidores y cada vez son más las grandes marcas que se unen a este movimiento.

Moda sostenible para una vida más consciente

Si, de verdad, quieres apostar por un estilo de vida más sostenible, las tiendas online multimarca como Fieito son las que realmente te lo ponen fácil. 

En esta tienda online puedes encontrar ropa sostenible y todo lo que necesitas en tu día a día, como juguetes ecológicos, complementos sostenibles, cosmética natural, artículos sostenibles para el hogar y alimentación ecológica.

Es importante entender que la moda sostenible no solo consiste en la producción de ropa, calzado y accesorios sostenibles ambientalmente y socioeconómicamente. También se trata de la creación de modelos de consumo y uso más sostenibles, lo que requiere cambios en las actitudes y en los comportamientos de los consumidores. 

Suena sencillo, ¿verdad?  Así es, las empresas tienen infinidad de recursos en sus manos para proporcionar una moda más sostenible y, de la misma manera, los consumidores pueden consumir de forma más sostenible.

Para poner en marcha esta iniciativa, la principal responsabilidad de las marcas de moda es, obviamente, cambiar sus estrategias de producción, distribución y comercialización y enfocarlas de forma más sostenible. Mientras algunas empresas de moda suecas tienen como objetivo ofrecer ropa de segunda mano o sistemas de alquiler de ropa y accesorios; otras empresas se centran principalmente en la creación de moda de alta calidad de estilo duradero. Por otro lado, otras compañías han establecido sistemas de recolección y reciclado.

En la práctica, esto implica un esfuerzo continuo para mejorar el ciclo de vida del producto, desde el diseño, la selección y producción de materias primas. Luego, la fabricación, el transporte, el almacenamiento, la comercialización y la venta. Y, finalmente, su uso, reutilización y reparación.

Desde un punto de vista medioambiental, el objetivo debe ser minimizar cualquier impacto en el medio ambiente generado durante el proceso de producción, tanto de las materias primas como de la prenda en sí.

Algunos factores que hay que tener en cuenta para comprar moda sostenible:

• Compra consciente de materias primas naturales, recicladas o reciclables, seleccionando fuentes de energía renovables (eólica, solar, etc.) para su producción.
• Garantizar un uso eficiente y cuidadoso de los recursos naturales (agua, energía, tierra, suelo, animales, plantas, etc.).
• Maximizar la vida del producto y la reutilización y reciclaje de sus componentes.
• Por otro lado, desde un punto de vista socioeconómico, todas las partes interesadas deben trabajar para mejorar las condiciones de trabajo actuales de los trabajadores en el campo, en las fábricas, en la cadena de transporte y en las tiendas.

Obsolescencia Percibida en moda

Se denomina obsolescencia percibida a las modas, estas tendencias manipuladas por los fabricantes y distribuidores mediante los medios de difusión con la finalidad de que los productos que ofrecen se vuelvan obsoletos aun cuando se encuentren en perfecto estado de uso y conservación.

La obsolescencia percibida es un artificio del negocio de la moda que a través de las estrategias de marketing invitan al consumidor el deseo de adquirir continuamente nuevos productos para mantenerse al día sobre tendencias que ella misma va generando.

Ya os hablamos de cómo la mayoría productos electrónicos establecen en su fabricación una obsolescencia programada que hace que el producto “falle” o quede “obsoleto” sin opción a recambio o reparaciones en el tiempo que la propia moda establezca.

En el mundo de la moda no tenemos electrónica ni chips, pero sí hemos comprobado que las prendas cada vez se estropean antes: tejidos deteriorados, pérdida del color… Esto permite a la moda que el cliente se deshaga de esas prendas en mal estado con mayor facilidad y se anime a sumarse a las nuevas tendencias propuestas cada temporada.

Es en este punto en el que os invitamos a reflexionar sobre quién está decidiendo por ti. Quién decide qué te gusta o cómo deseas expresarte a través de la moda y complementos que adquieres. A qué tipo de sociedad favoreces aportando tu dinero a una marca o a otra.

Nuestra invitación es, por tanto, recuperar la compra reflexiva frente a la impulsiva como un acto coherente y libre. No como una nueva moda o una nueva imposición marcada desde el #greenwashing al que se han sumando algunas grandes marcas. En tu elección está el futuro de la moda.

Slow Fashion o Moda Lenta

El Slow Fashion apoya una filosofía de consumo responsable de ropa, que trata de concienciar sobre el impacto de las prendas de vestir en el medio ambiente, el agotamiento de recursos y el impacto de la industria textil en la sociedad. Los materiales fomentados por el Slow Fashion son productos nobles que no contaminan el medio ambiente y que son biodegradables. Todo lo contrario a los productos utilizados en la ‘Fast Fashion’.

Frente al ready-to-wear o easy-to-wear a idea y pasar a la acción.  La idea es crear prendas que no se dividen por temporadas, escapando del prêt-à-porter tradicional y dando paso a una compra más consciente.

Lucha contra la acumulación injustificada de ropa en nuestros armarios y defiende la creación de colecciones atemporales que no se ajusten a la moda del momento, sino a tu personalidad y tu forma única de entender cómo quieres vestir.