Actualizado el sábado, 1 mayo, 2021
Es increíble que nuestra sociedad considere que el esfuerzo necesario para extraer petróleo del suelo, enviarlo a una refinería, convertirlo en plástico, darle la forma adecuada, transportarlo en camión a una tienda, comprarlo y llevarlo a casa en forma de cuchara de plástico, sea menor que limpiar una cuchara que se acaba de usar.
Lo irracional de nuestra manera de consumir reflejada en una cuchara de plástico.
Hoy quiero compartir este vídeo desarrollado por Greenpeace; me pareció una excelente manera de relatar esa parte irracional en nuestro modo de consumir. Nuestro actual estilo de vida no es viable con la preservación de nuestro planeta ya que está basado en el continuo despilfarro, contaminación y mal uso de los recursos naturales.
*Puedes activar los subtítulos en español clicando en la ruedecita de la parte inferior derecha y seleccionando la opción “Spanish” en “Subtitles/CC”
Nuestro sistema de producción y consumo funciona muchas veces de forma irracional. No se puede operar linealmente y crecer infinitamente en un planeta de recursos limitados. Es decir, es insostenible consumir más recursos de los que el planeta es capaz de generar y es insostenible contaminar más de lo que el planeta puede soportar. Por lo tanto, la reducción es un punto clave para llegar a una huella ecológica adecuada.
Los humanos producimos al año cerca de 300 millones de toneladas de plástico y desde 1950 hemos producido un estimado de 6 mil millones de toneladas métricas de materia plástica.
Otro tema muy interesante para analizar y que es narrado en el vídeo, es el tema del transporte. La reducción de los transportes, del consumo de energía y de las emisiones de gas de efecto invernadero están relacionadas, la primera deriva en las otras dos. Los transportes, sobre todo los internacionales, son una ilustración de la lógica irracional e insostenible de nuestro actual funcionamiento. Se trata de una de las actividades más contaminantes y más consumidoras de energías, especialmente de energía no renovable. Hace ya algunos años, nuestros bienes de consumo incorporaban (de media) no menos de 5000 km de transporte.
Por ejemplo, un pote de yogur de fresa de 125 gramos vendido en Alemania ha recorrido 9115 km si se acumula el recorrido de la leche, el de las fresas cultivadas en Polonia, el del aluminio de la etiqueta, la distancia de la distribución, etc. Estos ejemplos abundan y son cada vez más frecuentes, ¡el cordero congelado neozelandés recorre 18.835 km. en avión refrigerado hasta llegar a Gran Bretaña!
¿Es racional seguir consumiendo de esta manera?
¿Tiene sentido seguir trayendo productos de la otra punta del planeta?
De nosotros depende cambiar esta lógica, necesitamos transformarnos en consumidores responsables yapostar (y crear) un nuevo modelo.
6 respuestas a «La historia de una cuchara de plástico demuestra la irracionalidad de nuestro consumo»