Actualizado el miércoles, 17 julio, 2019
El fuego sigue azotando sin piedad el norte de España. Los incendios se han extendido por más de 35.000 hectáreas solo en Galicia, y Asturias y León ya se han visto afectadas. Puede parecer que sea un fenómeno cíclico, pero hay otras voces de expertos que defienden que estos terribles sucesos tiene explicaciones más profundas.
En el vídeo vemos a un vecino de Vigo que nos cuenta por qué sus bosques sobrevivieron a los incendios. Vamos a ponernos en situación: nos encontramos en la ciudad gallega de Vigo donde, después de 24h lloviendo sobre un bosque de eucaliptos, sigue habiendo focos de llamas. Esta especie de árbol está adaptada a los incendios, por lo que tras estos suele ser uno de los árboles bienvenidos para repoblar estas zonas. Lo curioso es que el eucalipto también es uno de los principales propagadores de incendios.
Con el viento que se sucedió los días del gran incendio que ha desolado Galicia —además de cobrarse cuatro víctimas mortales—, las partículas de ceniza y fuego se desplazaron kilómetros y kilómetros. Estas, al caer en algún terreno o jardín donde hubiera paja, hierba seca o cualquier cosa inflamable, provocaron que los incendios llegaran a la ciudad de Vigo. Todos los incendios se produjeron en la dirección del viento.
El eucalipto es un árbol que favorece los incendios, pero también es el que más se escoge para repoblar los bosques
Pero, ¿quién está detrás de estos incendios?
Según vecinos de las localidades cercanas al desastre, la principal causa es la política forestal del eucalipto. Nada de tramas, suposiciones, de coches, ni de algún loco; en el vídeo que ha compartido Rubén se puede ver el problema. Este vecino explica cómo se propagó el incendio y culpa a los eucaliptos como primer problema a la hora de la expansión del fuego. Frente a esto, también muestra la resistencia de las especies autóctonas a los incendios, que han quedado prácticamente intactas.
En los alrededores de Vigo, las especies autóctonas han quedado prácticamente intactas después de los incendios
Las imágenes muestran vaguadas de eucalipto totalmente calcinadas y, sin embargo, zonas llenas de árboles frondosos autóctonos intactas. Una variedad de verdes tojos o pinos amarillos, robles y helechos que conservan la humedad y no dejan que se instaure el fuego en su zona. El bosque autóctono sabe protegerse; esa es la diferencia con las especies repobladas de eucaliptos que arden con mucha facilidad y expanden las llamas a través del viento.
En un bosque totalmente calcinado queda una isleta verde donde se conservaban plantas y árboles de la zona. ¿Es necesario replantar con eucaliptos o se puede mantener el bosque sano e impedir que un fuego arrase tantas hectáreas con plantas autóctonas?
Este vídeo que te hará reflexionar acerca de cómo se están llevando los planes de reforestación de las zonas calcinadas por incendios. ¿Qué tipo de bosque quieres?
Cómo afectan los incendios al cambio climático
¿Cuántas semanas llevamos ya de ola de calor? Es casi imposible acordarse. Las altas temperaturas afectan nuestro día a día, nuestro estado de ánimo y nuestra salud.
Pero las personas no somos las únicas afectadas. Los bosques, y todos los animales que viven en ellos, también sufren el calor intenso. En lo que llevamos de verano ocho grandes incendios forestales han afectado a toda la Península, con un balance de más de 48.500 hectáreas afectadas. La peor parte se la ha llevado Cataluña, con un incendio que ha calcinado más de 6.000 hectáreas. Mientras te escribo, los bomberos forestales están luchando contra incendios en Ávila, Alicante, la comunidad de Madrid y Almería. La gravedad de este último es tal que ha tenido que intervenir el ejército.
Pero no solo nuestro país sufre los devastadores efectos del fuego forestal. Incluso regiones árticas como Alaska, Siberia y el norte de Canadá sufren este año una estación especialmente calurosa y seca, y están siendo consumidas por las llamas. Se han registrado más de 100 incendios forestales de gran intensidad y de larga duración en el círculo polar ártico desde junio. Estos incendios emitieron 50 megatoneladas de CO2, el equivalente a las emisiones anuales totales de Suecia. Y es que la temperatura media en junio en las zonas de Siberia que se están viendo azotadas por los incendios forestales ha sido 10°C más alta que la media del período 1981-2010.
Es un círculo vicioso: las altas temperaturas provocan más incendios, y los incendios alimentan el cambio climático. Las olas de calor y las sequías prolongadas se incrementan por el cambio climático, haciendo a nuestros bosques muy vulnerables a incendios de alta intensidad. No es su origen, pero hace que los incendios sean más virulentos y difíciles de extinguir.
Estos incendios son solo una de las facetas más visibles de la crisis climática en la que nos adentramos. Hoy es más importante que nunca actuar. Tenemos que conseguir un movimiento global que implique a gobiernos, empresas y ciudadanía en un esfuerzo común para abordar el problema de raíz.
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