Actualizado el martes, 9 enero, 2024
Uno de los fenómenos más conocidos debido a su belleza y colorido, la aurora polar se produce cuando una masa solar choca con los polos de la tierra (tanto en el norte como en el sur), específicamente con la magnetósfera, dando como resultado una luz que es proyectada por la ionósfera.
Las auroras boreales son un fenómeno que tiene su origen en el viento solar emitido debido a la actividad del sol. Son partículas elementales que viajan a alta velocidad, entre 300 y 1000 kilómetros por segundo y que, cuando ent ran en el escudo magnético de la Tierra son atraídas hacia un círculo que rodea el Polo Norte magnético donde interactúan con las capas altas de la atmósfera.
Cada aparición de la aurora boreal es única. En algunas ocasiones ves tres bandas verdes, bailando en el cielo nocturno. Otras veces se muestra como una cortina de verde eléctrico o como un tornado de luz tenue. El color es un verde luminoso a veces con un toque de rosa en los bordes y ocasionalmente violeta en el centro. El oxígeno, a cierta frecuencia, es capaz de dar como resultado un color verde/amarillo, mientras que a una frecuencia, da como resultado el rojo. Por su parte, el nitrógeno es responsable de los rayos de luz azulada, mientras que el helio aporta una coloración entre rojo y púrpura.
Estas impresionantes imágenes pertenecen una subtormenta auroral en el pueblo de las auroras (Aurora Village), situado en Yellowknife la única ciudad de los Territorios del Noroeste de Canadá.
Este vídeo lo filmó el astrofotógrafo coreano Kwon O Chul en tiempo real y muestra un tipo de aurora polar de mayor intensidad, tamaño y duración que las auroras habituales. (Ver el mismo video en timelapse). Un espectacular fenómeno que se produce durante las tormentas magnetosféricas y en los que se puede ver al cielo bailar en una danza hipnótica.
Uno de los fenómenos más conocidos debido a su belleza y colorido, la aurora polar se produce cuando una masa solar choca con los polos de la tierra (tanto en el norte como en el sur), específicamente con la magnetósfera, dando como resultado una luz que es proyectada por la ionósfera. Este maravilloso espectáculo natural ha fascinado a científicos y observadores del cielo durante siglos, y su estudio ha revelado detalles fascinantes sobre nuestro planeta y el espacio que nos rodea.
Las auroras polares, también conocidas como «luces del norte» (aurora boreal) y «luces del sur» (aurora austral), se forman gracias a la interacción entre el viento solar y el campo magnético terrestre. Cuando una eyección de masa coronal o una llamarada solar llega a la Tierra, las partículas cargadas se ven atrapadas en el campo magnético y son guiadas hacia los polos. A medida que estas partículas chocan con los átomos y moléculas en la atmósfera superior, se produce un intercambio de energía que genera la radiación de luz característica de las auroras.
La ionósfera desempeña un papel crucial en la formación de las auroras polares. Esta capa de la atmósfera, situada entre la mesosfera y la exosfera, contiene átomos y moléculas ionizados debido a la radiación solar. Cuando las partículas del viento solar alcanzan la ionósfera, interactúan con los iones y electrones presentes, liberando energía en forma de luz. Los colores brillantes y vibrantes de las auroras, que van desde el verde y el rosa hasta el púrpura y el azul, son el resultado de la combinación de diferentes gases y su altitud en la atmósfera.
Para presenciar la aurora polar en todo su esplendor, es necesario estar en las regiones cercanas a los polos magnéticos de la Tierra. Lugares como Alaska, Canadá, Islandia, Noruega y Suecia son destinos populares para aquellos que desean maravillarse con este fenómeno natural. Sin embargo, en ocasiones excepcionales, las auroras pueden ser visibles en latitudes más bajas, como ocurrió en 1859 cuando se observaron auroras en el Caribe.
La aurora polar es un espectáculo impresionante tanto para el ojo humano como para la ciencia. Estudiar y comprender este fenómeno nos permite obtener información valiosa sobre la interacción entre el Sol y la Tierra, así como sobre la dinámica de nuestra atmósfera. Los científicos utilizan diversas herramientas y técnicas, como satélites y sondas espaciales, para investigar las auroras polares y su relación con el clima espacial.
Además de su impacto científico, las auroras polares también han dejado una profunda impresión en la cultura y la mitología de muchas sociedades. Las antiguas civilizaciones asociaban estas luces misteriosas con dioses y espíritus, y les atribuían significados simbólicos. En la actualidad, las auroras polares continúan siendo una fuente de inspiración para artistas, fotógrafos y viajeros que buscan experimentar la belleza de la naturaleza en todo su esplendor.
En resumen, la aurora polar es un fenómeno fascinante que ocurre cuando una masa solar choca con los polos de la Tierra, generando una luz espectacular que es proyectada por la ionósfera. Su estudio nos permite comprender mejor la interacción entre el Sol y nuestro planeta, así como disfrutar de un espectáculo natural de una belleza inigualable. Si estás buscando vivir esta experiencia única, te recomendamos visitar lugares cercanos a los polos magnéticos y maravillarte con las luces del norte o del sur.
Realmente impresionante, ¿no creen?
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