Actualizado el jueves, 8 agosto, 2024
El futuro de las tiendas está entre la espada y la pared. ¿Tiene un objetivo para lograr la libertad financiera? Si es así, hoy os compartimos la historia de la evolución de los negocios por las que muchos emprendedores han pasado de buscar ideas tras los escaparates y están empezadando a estudiar las opciones que hay tras sus pantallas aprovechando, por ejemplo, las ventajas del dropshipping.
No es sólo un asunto cuyuntural debido a la grave crisis sanitaria y la gran crisis económica que está por llegar y el gaslighting social. Desde hace años, sólo era necesario pasear por una de las avenidas más famosas de Nueva York y del mundo, Broadway: entre la calle 48 a la 57 solo encontrarás una tienda de minoristas, que se dedica a vender drones. Desde el bullicioso Time Warner Center a los nuevos grandes almacenes Nordstrom, se encuentra un páramo de compras donde solo es posible encontrar bancos, restaurantes, locales de comida rápida, teatros, una tienda de vitaminas y algunas tiendas de souvenirs.
Pero, ¿por qué no hay más tiendas? ¿Es por falta de locales? La respuesta es un no rotundo: hay montones de espacios vacíos cubiertos con carteles que anuncian «una oportunidad de alquiler en esta excelente esquina». Lo que está ocurriendo sigue siendo parte de la crisis que está arruinando al resto de Manhattan.
El vídeo fue filmado en 1911 y muestra la vida cotidiana en la ciudad de Nueva York hace 100 años.
La gran manzana como ejemplo de una crisis ya anunciada
El comercio al por menor se está reduciendo tan rápidamente y en una escala tan amplia que va a requerir grandes cambios en la forma en que planificamos nuestros nuevos edificios y nuestras ciudades, aunque nadie quiere admitirlo. Una de las cadenas más famosas del mundo, H&M, también ha sentido la crisis, tal como anunció el pasado mes The New York Times, donde reconocían tener 4,3 mil millones de dólares en mercancía sin vender.
Puede que el sistema, o puede que la gente, ya no quiera comprar en tiendas, en el pequeño comercio de toda la vida. La tendencia a comprar desde casa o desde un smartphone va en aumento. Todo está al alcance de un click, sin tener que esperar largas colas donde los vendedores lentos tardan 15 minutos en atenderte.
Muchas tiendas están cerrando y no es solo algo de Nueva York, ¿qué está pasando?
Empresas de distribución de productos por internet han conseguido que sea más fácil devolver productos que no cumplen con las expectativa online que si los compramos en tiendas. Estamos en la era de la velocidad: el poco tiempo que tenemos queremos exprimirlo al máximo y no perderlo en largas colas para pagar. Además, los escaparates están llenos de productos de moda elegidos por compradores demasiado jóvenes que tienen más en cuenta la tendencia actual de Instagram que las necesidades de los clientes.
Quizás los negocios tal y como los conocemos desaparezcan y las calles queden a oscuras sin esos escaparates relucientes. Ir de acera en acera visitando tiendas se convertirá en una cosa del pasado, excepto en ciertos lugares.
El poder de los servicios de compra en línea
Las empresas de compras online representan el 9,1% de todas las ventas minoristas en los Estados Unidos, una cifra que va en aumento desde 2011 (cuando tan solo representaba el 5,1%). ¿Alguien duda de que esta cifra seguirá en aumento?La crisis de locales vacíos en Nueva York se debe a los mismos factores que aniquilaron centros comerciales y cadenas de tiendas en Estados Unidos: el aumento de las compras en línea, las adquisiciones de capital privado que cargaron a los minoristas con demasiada deuda y los gustos cambiantes de los compradores.
Algunos empresarios achacan esta crisis a las nuevas generaciones. Según ellos, los milenials no visitan las tiendas de ropa deportiva y no les atrae el mundo de los electrodomésticos. Sus lugares están ocupados por elegantes cafeterías, restaurantes «rápidos casuales» que sirven las mismas ensaladas verdes y la cultura del cuidado centrada en gimnasios y spas.
Pero los lugares para comer y los clubes de bienestar no pueden llenar aquellos espacios que la ropa, los artículos para el hogar y las librerías están dejando atrás.