Actualizado el martes, 17 septiembre, 2024
La tabla de Keating y Kirk es una herramienta que puede ayudar a los observadores a mantenerse al tanto de las tensiones y alianzas en esta volátil región. En un mundo en el que las relaciones diplomáticas a menudo parecen incomprensibles, esta «guía de Facebook» para Oriente Medio es una forma de simplificar —aunque sea un poco— el caos en constante evolución de la política global.
Con las guerras civiles superpuestas en Siria e Irak, un nuevo brote de violencia entre Israel y los palestinos, y las tensas conversaciones nucleares con Irán, la política de Oriente Medio es más volátil que nunca. Las relaciones entre países y sus alianzas están cambiando, incluso las que han sido estables durante largos períodos de tiempo como es el caso del acercamiento de posiciones entre EE.UU e Irán en materia nuclear tras décadas de tensión y enemistad (aunque en la tabla aún se muestran como enemigos).
Es por ello que Joshua Keating y Chris Kirk de Slate crearon esta increíble tabla que simplifica enormemente la comprensión de las relaciones de amistad o enemistad entre países y organizaciones en lo que a Oriente Medio se refiere. Usando terminología más propia de Facebook que otra cosa, utilizan caras de colores para indicar si son amigos (verde), enemigos (rojo) o «es complicado» (amarillo) para indicar el estado de sus relaciones. Es como una pequeña guía del caos creciente que existe en la región. Puedes visitar el post original y hacer clic en una celda para obtener más información.
Quizás algunas de las figuras son de complicada categorización, como es el caso de la relación entre Irán y Al Qaeda que se muestra en la tabla como «es complicado». Irán ha sido refugio de numerosos miembros del grupo terrorista Al Qaeda desde el año 2001 pero desde el pasado año 2013 el gobierno de Teherán ha iniciado un proceso de expulsión de sus miembros.
El tablero geopolítico de Oriente Medio es uno de los más complejos y enredados del mundo. El área, rica en historia y recursos, ha sido escenario de innumerables conflictos, alianzas, y tensiones que moldean su presente y futuro. Sin embargo, los conflictos y relaciones internacionales en la región son tan intrincados que, para los observadores casuales, puede parecer una telaraña imposible de entender. Es aquí donde entra en juego la brillante simplicidad de la tabla creada por Joshua Keating y Chris Kirk para la plataforma Slate. Esta herramienta ofrece una aproximación visual y fácil de seguir, donde las interacciones entre naciones y actores clave de Oriente Medio se resumen con la terminología amigable y accesible de las redes sociales, en especial, Facebook.
Utilizando caritas de colores como los conocidos estados de relación de Facebook, los autores logran algo que rara vez ocurre en el análisis geopolítico: claridad. En lugar de largos párrafos llenos de terminología diplomática, el gráfico emplea una representación visual que asigna colores a las relaciones entre los países: verde para amigos, rojo para enemigos, y el omnipresente amarillo para «es complicado». Este último color, como en las relaciones personales, representa las numerosas zonas grises que existen en las interacciones entre naciones que oscilan entre la cooperación ocasional y la rivalidad incesante.
Este enfoque visual ayuda a comprender el caos y las tensiones subyacentes en la región. Un vistazo rápido muestra que el número de relaciones «complicadas» y antagonistas supera con creces las amistades genuinas. Incluso los aliados tradicionales en la región, como Estados Unidos y Arabia Saudita, o Irán y Siria, tienen sus tensiones internas y diferencias estratégicas que afectan su cooperación a largo plazo. Cada «complicación» amarilla del gráfico nos recuerda que detrás de las alianzas oficiales existen desacuerdos no resueltos y políticas que pueden cambiar rápidamente.
¿Por qué es tan complicado?
Una de las razones por las que Oriente Medio es una región con relaciones tan conflictivas y ambiguas es la superposición de intereses nacionales, religiosos y económicos, sumado a la intervención extranjera. Los conflictos religiosos entre sunitas y chiitas, la carrera armamentística, y las disputas territoriales han creado un terreno fértil para la formación y ruptura de alianzas a lo largo de las décadas.
Además, la intervención de actores externos como Estados Unidos, Rusia, la Unión Europea, y otras potencias ha añadido una capa adicional de complejidad. Mientras que los Estados Unidos apoyan a ciertas monarquías del Golfo y se oponen a actores como Irán, Rusia ha intervenido en Siria para apuntalar al régimen de Assad, creando tensiones con países occidentales. Estos apoyos no son simplemente bilaterales; arrastran consigo una serie de redes de influencias y conflictos indirectos que afectan a todo el tablero de la región.
El valor del enfoque visual
La tabla de Keating y Kirk logra capturar este caos de manera visual y efectiva. Pero, como ocurre con cualquier simplificación, la representación gráfica también conlleva limitaciones. Por ejemplo, un cuadro rojo o verde no puede captar las complejidades de las dinámicas cambiantes entre las naciones, donde los intereses pueden coincidir temporalmente pero diverger rápidamente. Aún así, es una forma accesible de presentar lo que de otro modo sería una serie interminable de tensos detalles históricos y diplomáticos.
Lo que hace que esta tabla sea especialmente valiosa es su capacidad para permitir a los lectores profundizar en las relaciones individuales. Al hacer clic en una celda específica, puedes acceder a un análisis más detallado de esa relación. Así, por ejemplo, puedes explorar por qué Irán y Arabia Saudita son enemigos, pero también descubrir las interacciones diplomáticas y económicas que, pese a las rivalidades sectarias, han mantenido alguna forma de contacto.
Una guía para un futuro incierto
Oriente Medio sigue siendo un mosaico de relaciones cambiantes. Los eventos de las últimas dos décadas, desde la Primavera Árabe hasta el ascenso y caída del Estado Islámico, han alterado radicalmente el panorama geopolítico. Nuevas alianzas, como el acuerdo de Abraham entre Israel y varios estados árabes, muestran que las relaciones en la región pueden cambiar con relativa rapidez. Sin embargo, el historial de la zona nos enseña que estas alianzas siempre deben verse con cautela.
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