Actualizado el jueves, 20 junio, 2019
En esta ocasión TheGuardian, nos muestra otra de estas irónicas historias que nos hacen reflexionar sobre la condición humana. Y si no, que se lo digan a Stefan Jagsch, un conocido líder del partido ultraderechista alemán NPD que, después de sufrir un grave accidente de coche, fue rescatado por un un grupo de refugiados que pasaban por la zona. Así fue su historia:
En enero, Jagsch Stefan, de 29 años, participó en una concentración en su región en la que se llamó «primates fuera de la ley» al millón de refugiados que llegaron el año pasado a Alemania, según el Frankfurter Rundschau.
EL vehículo de Stefan Jagsch, quien se encuentra en cabeza de las listas del NPD, un partido cuya prohibición incluso fue planteada en 2010, en las elecciones municipales de Altenstadt, se chocó contra un árbol. El ultraderechista neonazi quedó gravemente herido y atrapado en el interior del coche.
Supporters of the far-right anti-immigration NPD party in Berlin. Photograph: Sean Gallup/Getty Images
Por suerte para él, acudieron a su rescate. Pero jamás imaginaría de quién se trataba. Acudieron en su ayuda varios refugiados sirios que recorrían la zona en autobús y se detuvieron a socorrerle. No sólo se acercaron al lugar del accidente como hubiera hecho mucha gente, lograron liberarle de su cárcel de metal en la que se había convertido su coche, le realizaron los primeros auxilios y le reanimaron. Lo consiguieron antes de que llegasen los bomberos y una vez estos consiguieron acceder a la zona del accidente, se marcharon prefiriendo mantenerse en el anonimato.
Stefan Jagsch, a NPD candidate in Hesse. Photograph: Facebook
Para quienes no los conozcáis, el Partido Nacional Democrático (PND) es una formación política que fomenta el racismo, el antisemitismo y el revisionismo histórico (de las muchas que están renaciendo en Europa). A pesar de que su repercusión nacional es escasa, la justicia alemana les persigue desde hace cinco años e intenta acabar con ellos mediante su prohibición. Mi reflexión es: lo realmente peligroso no es que sean partidos legales, sino que el clima social, cultural y mediático permita a estos partidos tener el voto social.
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