Actualizado el martes, 21 junio, 2022
La ONG Save the Children lanza la segunda parte del vídeo que se hizo viral mostrando la realidad de las personas que huyen de un conflicto:
La de Lily es una historia hipotética pero representa miles de historias reales de niños refugiados, niños que pertenecen a una generación que ha perdido todo: su casa, su educación, su familia y en algunos casos, su vida.
Los niños que llegan a Europa necesitan la ayuda de todos pero en lugar de eso, son hacinados en campos de refugiados donde son víctimas no sólo del desamparo, sino también de abusos.
Sólo las autoridades alemanas han recibido más de 8.000 denuncias sobre menores refugiados desaparecidos.
Más de 8 de cada 10 niños sirios -unos 8,4 millones– se han visto afectados por la guerra y necesitan soluciones políticas y ayuda humanitaria, incluyendo tanto a los que están dentro de Siria como a los que se encuentran refugiados en países vecinos como Líbano, Jordania, Iraq, Turquía o Egipto).
Todavía hay miles de personas arriesgando su vida para escapar de situaciones desesperadas en todo el mundo.
En Europa, además, las políticas para proteger a las personas que huyen de todos estos peligros cada vez son más restrictivas. En España, hemos visto cómo las autoridades han tratado con discriminación e incluso de forma cruel a las personas que intentaban cruzar la frontera huyendo de países en conflicto como Malí, tanto en Melilla y Ceuta, como en las islas Canarias. Y personas que huyen de otras guerras como en Siria, solo encuentran obstáculos para acceder a las fronteras europeas.
Pero el conflicto en Ucrania ha dejado clara una cosa: cuando hay voluntad política se pueden adoptar medidas positivas para las personas refugiadas con rapidez.
Nos merecemos algo mejor como humanidad: poder vivir en un mundo compasivo y justo.
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