muhimu.es

La vida no es un juego de azar. No es un casino donde invertir tus días. Es una obra de arte para contemplar y crear. Siente, ama, crea.

"Il dolce far niente" o cómo disfrutar del placer de descansar 1

«Il dolce far niente» o cómo disfrutar del placer de descansar

Merece ser compartido:

Actualizado el miércoles, 4 agosto, 2021

Hoy en día son muchos los que parecen estar instalados permanentemente en la prisa. Viven con la sensación de no llegar a tiempo a las cosas (¿qué cosas? habría que preguntarse), bajo el estrés constante por cumplir con lo previsto y dominados por una cierta actitud bulímica que les empuja a consumir información, datos y sensaciones sin parar (…) Exacto. Respira. Párate y escucha.

En italiano existe una frase que haría a más de uno llevarse las manos a la cabeza: “il dolce far niente“. Significa disfrutar del placer de no hacer nada.

Como bien se explica en este artículo, el culto a la velocidad tiene su origen en la revolución industrial, por lo que está estrechamente relacionado con el desarrollo de la economía y del capitalismo moderno. De ahí que algunos autores consideren al reloj, y no a la máquina de vapor, como el mecanismo clave de la edad moderna. Decía Cortázar en su Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj que cuando te regalan un reloj te regalan “un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire”. Y es que la obsesión por maniatar el tiempo y el inevitable control que este acaba siempre ejerciendo sobre nosotros forman parte de los miedos más antiguos de la humanidad.

Pero en plena era de la hiperconexión global, el gusto por la aceleración ha comenzado a perder fuerza en algunos ámbitos, dejando paso a una nueva filosofía centrada no tanto en los resultados como en el disfrute del proceso, no tanto en la eficacia productiva como en la calidad de lo que se experimenta y, en definitiva, se vive. No es pecado poder disfrutar de un buen sofa frente al mueble de televisión y ya sea porque la tengas encendida o apagada, simplemente descansar. De hecho, es recomendable hacerlo. Si estás saturado o estresado, ya sea paseando o tumbado para tomar una siesta improvisada en el sofá del salón, descansa.

"Il dolce far niente" o cómo disfrutar del placer de descansar 2

Consejos para descansar la mente

El movimiento slow no es nuevo pero, contra el pronóstico de muchos, no se convirtió en  una moda efímera más, sino que ha ido calando lentamente, como no podía ser de otra manera, en diferentes esferas de la vida pública y privada. Su origen cabe ubicarlo en el sector de la alimentación. Se considera a Carlo Petrini el fundador del slow food. En 1986, en protesta por la apertura de un establecimiento McDonald’s en la Piazza di Spagna (Roma), este sociólogo italiano decidió crear una asociación para defender la buena alimentación. Una alimentación ligada al respeto hacia el medio ambiente, las tradiciones y los derechos de los productores locales. Petrini la define como una alimentación “buena, limpia y justa”.

Desde entonces, esta apuesta por un ritmo calmado a la hora de enfrentarse a los retos diarios se ha ido extendiendo y consolidando, dando lugar a nuevas áreas slow que van desde la organización de las ciudades a la educación, pasando por la moda o las relaciones amorosas.

“Tanta prisa tenemos por hacer, escribir y dejar oír nuestra voz en el silencio de la eternidad, que olvidamos lo único realmente importante: vivir”

Robert Louis Stevenson

Moda a cámara lenta

También denominada moda ecológica, ética o responsable, esta corriente aboga por romper con el tradicional hábito de “comprar, usar y tirar”, en clara contraposición a la dictadura de las grandes marcas comerciales, que llevan años imponiendo la necesidad de renovar el vestuario cada temporada.  El uso de materiales respetuosos con el medio natural y la salud, la preferencia por una venta de proximidad o la elección de formas de producción tradicionales son algunas de sus principales características. Además, los atributos predominantes de este tipo de prendas son la comodidad, la funcionalidad y la sostenibilidad.

Periodismo al ralentí

El sector de la comunicación y la información es sin duda uno de los más afectados por la revolución que han supuesto las nuevas tecnologías, tanto en lo que se refiere al ejercicio diario de los profesionales, como al tipo de contenidos que al final se acaban elaborando. Para contrarrestar el flujo constante (y muchas veces, indigesto) que arrojan las noticias actualizadas al minuto, algunos medios abogan por un cambio de patrón. El slow journalism o periodismo lento trata de construir piezas con un valor añadido, que huyen del ruido y bucean en lo esencial. Jot Down es uno de los referentes en lengua castellana. Su seña de identidad: textos inacabables para aquellos que quieren volver a disfrutar de una lectura tranquila y sosegada.

Ciudades para ser vividas (de verdad)

Sin dejar de lado los obvios avances que la tecnología permite, los defensores de las ciudades lentas argumentan que la vida urbana está cada vez más deteriorada por el consumo rápido, la contaminación, las edificaciones de corte inhumano y la incomunicación. Por ello, a partir de más de 50 criterios, defienden unas metrópolis con más zonas verdes, áreas peatonales, mercados locales, construcciones estéticas y sostenibles y la existencia de redes cooperativas entre los vecinos.

Aprender es siempre el camino, nunca el fin

En los últimos años, se ha iniciado una pequeña gran revolución dentro del ámbito educativo, comandada por profesionales, padres y alumnos que han entendido que en el aprendizaje lo que debería importar es el proceso y en ningún caso tan sólo los resultados. Las escuelas lentas basan su actividad en potenciar habilidades como la creatividad, la colaboración, el pensamiento crítico o el respeto. Esta corriente es continuadora de la metodología Montessori, que se centra en el propio potencial del niño para desarrollarse.

Trabajar de otra manera es posible

Probablemente, el ámbito laboral sea uno de los más afectados por este ritmo frenético que inunda todo lo que hacemos. Pasamos horas en el lugar de trabajo, el estrés hace que seamos incapaces de desconectar ni siquiera en vacaciones y no podríamos conciliar ni aunque lo intentáramos por encima de nuestras posibilidades. Está claro que la actual organización del trabajo está condenada al fracaso. En la línea del trabajo lento se sitúan iniciativas como el manifiesto de Yorokobu: “Slowwork tal vez podría ser el árbitro del partido entre el trabajo y la vida, entre el impulso y la pausa”.

Amor sin prisas, mejor amor

En oposición al clásico “aquí te pillo, aquí te mato”, el slow sex otorga al elemento del tiempo la importancia que se merece. Pero no hay que confundirlo con un sexo aburrido o poco excitante.  Se trata simplemente de variar el ritmo y favorecer aspectos como la respiración, el autoconocimiento y la exploración. Y parece ser que los beneficios son innumerables. Hacer el amor lenta y relajadamente mejora la piel, favorece la circulación sanguínea y ¡puede alargar la vida hasta 10 años!.

"Il dolce far niente" o cómo disfrutar del placer de descansar 3

Desenrollar la ansiedad

La ansiedad es un comportamiento habitual compulsivo. Cuando estamos ansiosos, nuestra capacidad para pensar racionalmente se apaga. Eso significa que no podemos salir de la ansiedad con palabras. En cambio, necesitamos aprender a reprogramar nuestros cerebros de supervivencia y encontrar comportamientos más gratificantes para reemplazar la ansiedad y la preocupación. Al practicar técnicas de atención plena, nos volveremos conscientes de nuestro pensamiento y dejaremos de vivir en piloto automático. 

¿Alguna vez te has preocupado tanto que no puedes conciliar el sueño? ¿Experimenta ataques de pánico en lugares concurridos?

Hoy, estamos experimentando lo que se ha llamado una «epidemia de ansiedad». Nunca se ha diagnosticado a tantas personas con un nivel de ansiedad que afecte negativamente a su calidad de vida. 

Pero para tratar la ansiedad, debemos comprender cómo funciona. Cuando nos sentimos ansiosos, surge la preocupación obsesiva. Pensamos en ello sin cesar e intentamos resolver el problema. Pero eso no funciona. De hecho, preocuparse es solo una forma de distraernos de nuestros sentimientos de ansiedad. 

Sin embargo, hay esperanza. Al aprender a remediar la ansiedad con atención plena, podrá esperar un futuro menos angustiado.

Unwinding Anxiety rompe la ciencia del cerebro detrás de los malos hábitos que nos mantienen estancados. ¿Alguna vez ha intentado razonar para no comer en exceso o postergar las cosas? Entonces sabrá que simplemente no funciona. Eso es porque la adicción y los patrones de pensamiento obsesivos están controlados por nuestro cerebro instintivo de supervivencia, no por nuestro cerebro racional. Aprender a reentrenar nuestro cerebro mediante técnicas de atención plena nos permitirá liberarnos de la preocupación crónica, la ansiedad y otros hábitos obsesivos. 

"Il dolce far niente" o cómo disfrutar del placer de descansar 4

La ansiedad está controlada por nuestro cerebro de supervivencia

Imagínese que fue uno de los compradores que corrió a su supermercado más cercano en los primeros días de la pandemia de COVID-19. ¿Tu meta? Apilar su carrito de compras lo más lleno posible de rollos de papel higiénico. Pero, ¿qué pasa por tu mente mientras corres por el supermercado, acumulando levadura, arroz y suficientes frijoles horneados para que tu familia dure un año completo?

Lo más probable es que no pase mucho por tu mente. Verá, cuando estamos ansiosos, nuestros cerebros racionales se apagan. En cambio, estamos respondiendo a nuestro poderoso y primitivo cerebro de supervivencia, que evolucionó para protegernos del peligro. En este caso, el peligro era COVID-19. La estrategia de supervivencia, para muchos, fue comprar papel higiénico.

Los seres humanos tienen dos partes en su cerebro, que evolucionaron en diferentes momentos. La parte «vieja» incluye el sistema nervioso autónomo, que regula nuestras respuestas primitivas de supervivencia. Si los primeros habitantes de las cavernas se encontraban con un tigre dientes de sable, sus sistemas de lucha, huida o congelación se activarían, dándoles una mejor oportunidad de sobrevivir. Hace alrededor de un millón de años, se desarrolló otra parte del cerebro: la corteza prefrontal. Esta parte de nuestro cerebro es responsable de planificar, razonar y predecir. Nos permite encontrar patrones y adaptar nuestro comportamiento de acuerdo con la experiencia pasada. 

La ansiedad ocurre cuando la corteza prefrontal no tiene suficiente información para predecir exactamente lo que sucederá. Es por eso que el inicio de la pandemia de COVID-19 presentó la tormenta perfecta para la ansiedad. Había tantas cosas de las que no estábamos seguros. ¿Encontraríamos una vacuna? ¿Las personas asintomáticas propagaban el contagio? Al principio, nadie lo sabía realmente. Incluso figuras de autoridad de confianza como los profesionales de la salud estaban tanteando su camino en la oscuridad. 

La ansiedad surge de nuestros cerebros de supervivencia, pero en realidad no tiene una función evolutiva útil. A diferencia del miedo, no nos persigue fuera del camino del tigre dientes de sable. Simplemente nos mantiene despiertos por la noche mirando al techo, recorriendo hipotéticos escenarios futuros en los que el tigre nos devora. 

Entonces, ¿cómo podemos aprender a dejar de sentirnos ansiosos? Por lo general, intentamos hablar o razonar para salir de él, pero cualquiera que haya experimentado un ataque de pánico sabe que eso es inútil. La ansiedad y el estrés cierran la parte racional de nuestro cerebro. Para desenredar nuestra ansiedad, tendremos que aprender a reconfigurar nuestros cerebros de supervivencia. 

"Il dolce far niente" o cómo disfrutar del placer de descansar 5

La ansiedad y la preocupación son adictivas

¿Qué le viene a la mente cuando piensa en la adicción? ¿Gente apiñada en las puertas, inyectándose heroína? ¿Jugadores que juegan a las máquinas tragamonedas hasta que han gastado todos sus ahorros? 

Estas imágenes estereotipadas de adicción hacen que parezca algo inusual, o algo que solo le sucede a personas en circunstancias extremas. Pero la adicción es en realidad parte de nuestra vida diaria. Piense en el par de zapatos extra que no pudo evitar comprar a pesar de que tiene poco dinero en efectivo. O el hecho de que no puede dejar de desplazarse por las redes sociales a pesar de que tiene una tarea pendiente. 

O el hecho de que no puede dejar de preocuparse, aunque sepa que solo lo pone ansioso. Sí, eso es correcto. La preocupación también es una adicción, un comportamiento que no podemos dejar de complacer a pesar de que alimenta nuestra ansiedad y daña nuestro bienestar. 

Como ocurre con todas las adicciones, la preocupación proporciona un escape temporal de los sentimientos difíciles. Imagina que empiezas a sentirte ansioso. Es una sensación incómoda, por lo que inmediatamente comienza a preocuparse por ella. Imagina escenarios apocalípticos o planifica formas de hacer que el sentimiento desaparezca. Preocuparse es seductor, porque parece que estás trabajando para encontrar una solución. La mayoría de las veces, sin embargo, estás haciendo girar tus ruedas. Lo único que hace la preocupación es distraerte de la emoción negativa que sentiste en primer lugar. Esa distracción adormece temporalmente los sentimientos difíciles y, por lo tanto, se siente más gratificante para su cerebro que la emoción original. 

Estas recompensas provienen de nuestros «viejos cerebros», que ayudaron a asegurar nuestra supervivencia mediante el desarrollo de un sistema de aprendizaje basado en recompensas . Por ejemplo, si una persona de las cavernas descubría algún alimento nutritivo y se lo comía, su cerebro se inundaría de dopamina, haciéndolo sentir bien. Eso significaba que era más probable que recordara dónde encontró la comida y repetiría el comportamiento. 

De manera similar, si su cerebro aprende que preocuparse proporciona un alivio temporal, entonces, cuando esté ansioso, su cerebro activará la preocupación. Se convierte en un hábito compulsivo sobre el que no tienes control. Pero el problema es que preocuparse en realidad lo hace sentir más ansioso, lo que, a su vez, hace que se preocupe un poco más. Este círculo vicioso puede afectar gravemente a su bienestar. Pero por suerte, como veremos en los siguientes consejos, podemos romper el ciclo y, al hacerlo, liberarnos de pensamientos ansiosos. 

"Il dolce far niente" o cómo disfrutar del placer de descansar 6

Comprender la psicología de sus hábitos destructivos es clave para romperloS

John tenía lo que parecía un problema con la bebida. Todas las noches bebía de seis a ocho tragos de whisky, se desmayaba y volvía a empezar la noche siguiente. Pero cuando miró más de cerca sus hábitos adictivos, John se dio cuenta de que, de hecho, la ansiedad estaba alimentando su forma de beber. Estaba ansioso por su carga de trabajo, por lo que bebió para experimentar entumecimiento y distracción temporales. Pero, por supuesto, beber solo empeoró las cosas. Estaba atrapado en un ciclo destructivo conocido como ciclo de hábitos .

Cuando John comenzó a trazar un mapa mental de sus bucles de hábitos, comenzó a comprender su propia mente con mucha más claridad y a tener más perspectiva de su vida. 

El primer paso para comprender su propia ansiedad es simplemente trazar sus propios ciclos de hábitos. ¿Qué tipo de situaciones desencadenan ansiedad u otros sentimientos difíciles? ¿Y con qué comportamientos ha aprendido tu cerebro a responder como una forma de calmarte o distraerte? ¿Te enojas o intentas insensibilizarte con Netflix? ¿Y cuál es el resultado de estos comportamientos? 

Anote todos los ciclos de hábitos que pueda imaginar. Este puede ser un proceso de descubrimiento muy emocionante. Puede sentir que finalmente comprende sus motivaciones y puntos ciegos. Pero no caigas en la trampa de intentar arreglar y cambiar tus hábitos de forma inmediata. Desafortunadamente, el impulso de arreglar y cambiar puede convertirse en un ciclo de hábitos en sí mismo. Por eso la gente se vuelve adicta a los libros de autoayuda. 

Para cambiar nuestros ciclos de hábitos, tenemos que descartar las herramientas antiguas que en realidad no funcionan. Por ejemplo, si alguna vez ha intentado usar la fuerza de voluntad para dejar de comer para sentirse cómodo, sabrá que no funciona, o al menos no de manera constante. Esto se debe a que cuando nos sentimos estresados, nuestro cerebro racional y razonador se apaga. Y esta es precisamente la parte que regula el control de los impulsos. 

Sustituir un comportamiento dañino por otro mejor tampoco funciona para todos. Lo mismo ocurre con tratar de controlar su hábito controlando su entorno, por ejemplo, asegurándose de que no haya helado en el congelador para comer en exceso. El problema aquí es que estas estrategias en realidad no cambian el ciclo fundamental de hábitos; solo intentan distraerte o distraerte. 

Los hábitos están profundamente arraigados en nuestro cerebro. Para cambiarlos, también tendrá que cambiar su forma de pensar sobre ellos. 

"Il dolce far niente" o cómo disfrutar del placer de descansar 7

La atención plena es una herramienta clave contra la ansiedad

Imagínese despertarse todos los días y tener que aprender a desayunar o usar su teléfono de nuevo, con todos sus conocimientos borrados de la noche a la mañana. Haría la vida completamente insostenible.

Nuestros cerebros son hábiles para asignar comportamientos a nuestra memoria muscular , de modo que podamos realizarlos sin pensar. De hecho, un estudio de la Universidad de Harvard de 2010 encontró que vivimos en piloto automático aproximadamente el 50 por ciento del tiempo. Si bien esto puede ser útil, también significa que perdemos la conciencia de nuestros procesos de pensamiento. Eso significa que no podemos interrumpir los ciclos de hábitos destructivos, ¡porque ni siquiera sabemos que están sucediendo! 

El nombre científico de la parte del cerebro que se pone en marcha cuando estamos en piloto automático es Red de modo predeterminado (DMN). Siempre que soñamos despiertos o nos preocupamos, esta parte del cerebro se activa. También se enciende cuando tenemos pensamientos perseverantes o cuando tenemos pensamientos perturbadores obsesivos. Más específicamente, esas cosas activan un centro del DMN llamado corteza cingulada posterior (PCC). El PCC se activa de manera similar cuando las personas anhelan algo a lo que son adictos. Tal pensamiento perseverante es una de las principales razones por las que es tan difícil recuperarse de la depresión y los trastornos de ansiedad. Al preocuparnos obsesivamente y golpearnos a nosotros mismos, terminamos creando un estado de ánimo bajo, que solo refuerza esos pensamientos negativos.

¿Cómo podemos interrumpir este ciclo destructivo? Una de las mejores formas es pasar menos tiempo en piloto automático. La práctica de tomar conciencia de nuestros pensamientos se conoce como atención plena . Contrariamente a la creencia popular, la atención plena no se trata de vaciar nuestras mentes y convertirnos en maestros zen. Se trata simplemente de aprender a tomar conciencia de lo que está en nuestras mentes.

El autor y su equipo realizaron un experimento en el que probaron si la meditación regular y el entrenamiento de la atención plena afectaban el cerebro de las personas. Las resonancias magnéticas revelaron que los meditadores experimentados tenían una DMN mucho menos activa. Luego realizaron un experimento adicional para ver si el entrenamiento de la atención plena podría ayudar a las personas a dejar de fumar. Efectivamente, redujo la activación del PCC, el centro en el cerebro que acelera los pensamientos obsesivos y adictivos. 

El entrenamiento de la atención plena será una herramienta clave para interrumpir sus propios ciclos de hábitos y desenredar su ansiedad. El siguiente consejo explora cómo ponerlo en práctica. 

«En lugar de cambiar o no tener los pensamientos y sentimientos que conforman nuestra experiencia, la atención plena se trata de cambiar nuestra relación con esos pensamientos y emociones».

"Il dolce far niente" o cómo disfrutar del placer de descansar 8

No podemos cambiar nuestros hábitos sin cambiar nuestra forma de pensar

Imagina que alguien te ofrece la opción de comer un plato de brócoli hervido o una rebanada de pastel de crema. Tu cerebro probablemente te estaría gritando que te llevaras el pastel

Eso es porque el pastel tiene más calorías. Eso significa que su cerebro obtiene una «recompensa» de dopamina mayor cuando la ingiere. Y también hay una recompensa emocional. La mayoría de nosotros asociamos el pastel con la diversión, las fiestas y la celebración. Tenemos innumerables asociaciones grabadas en nuestras vías neuronales. 

Por eso es tan difícil elegir brócoli en lugar de pastel. El pastel es mucho más gratificante. Y cuanto más gratificante es el hábito, más fuerte es. 

El problema es que nuestros cerebros a menudo almacenan ideas obsoletas sobre lo gratificante que es un comportamiento. Para tomar el ejemplo del pastel, nuestro cerebro asocia el pastel con la diversión y el deleite infantil. Pero la realidad es que meterte un pedazo de pastel en la boca sin pensar porque estás estresado o triste no te hará sentir como ese niño en la fiesta. Probablemente te dé un breve golpe de dopamina, pero te hará sentir malhumorado e hinchado cuando la fiebre del azúcar desaparezca. 

Cuando vivimos nuestras vidas en piloto automático, nuestros cerebros se atascan en estas nociones obsoletas de cuán gratificantes son los comportamientos particulares. Pero cuando llevamos un poco de atención a lo que estamos haciendo, tenemos la oportunidad de evaluar cuáles son las verdaderas recompensas en el momento presente. 

Cuando se dé cuenta de que está realizando un comportamiento habitual como fumar o postergar las cosas, pregúntese: «¿Qué estoy obteniendo con esto?» ¿A qué sabe realmente tu cigarrillo? ¿Cómo se siente cuando fuma y una vez que la nicotina abandona su cuerpo? Concentrarse en la experiencia real probablemente le mostrará que el comportamiento «gratificante» no es tan agradable en el momento. 

Eso hará que el hábito sea más fácil de romper de inmediato. Cuanto más fuerte sea la recompensa, más fuerte será el hábito. Si el cerebro se da cuenta de que un comportamiento no es tan gratificante como pensaba, será menos probable que quiera hacerlo. 

Recuerde, este no es un ejercicio intelectual. No se trata de intentar convencerte de no hacer algo que disfrutes. Más bien, se trata de observar la realidad de la situación y cómo se sienten los comportamientos. Se trata de descubrir que el disfrute puede haber sido ilusorio.

"Il dolce far niente" o cómo disfrutar del placer de descansar 9

Cultiva una mentalidad compasiva

Centrarse en nuestros ciclos de hábitos puede ser un proceso muy incómodo. Después de todo, hemos pasado años tratando de adormecernos contra los sentimientos difíciles y distraernos de ellos. Ahora les estamos prestando toda nuestra atención y examinándolos con un microscopio. 

Puede ser aún más desalentador si siente que no está progresando. Después de todo, puede ver claramente que sus comportamientos no tienen recompensas reales. Entonces, ¿por qué sigues complaciéndolos? Esta impaciencia es natural, pero no ayuda. Después de todo, es posible que haya tenido estos ciclos de hábitos durante décadas. No puede esperar que desaparezcan de la noche a la mañana. 

Muchos de nosotros nos hemos acostumbrado a intentar cambiar nuestro comportamiento al criticarnos con dureza. Esto se convierte en un ciclo de hábito por sí solo. Lo más probable es que el ciclo crítico se active cuando intente desaprender sus hábitos. Pensarás: «Soy un perdedor, no puedo cambiar» o «Esto nunca va a funcionar». Desafortunadamente, estos bucles realmente servirán para mantenerte atascado. Quedas atrapado en un ciclo de desesperación y autoflagelación que te mantendrá en modo de supervivencia de piloto automático. 

Cuando se sienta así, puede ser útil practicar el tomarse a sí mismo con menos seriedad. Podrías pensar algo como «ahí va mi tonto cerebro otra vez». Recuerde que su cerebro solo está tratando de ayudarlo. Es buscar recompensas de dopamina que te protejan temporalmente de los sentimientos difíciles. Practique ser compasivo con usted mismo y con los comportamientos de supervivencia que cultivó para tratar de superar situaciones estresantes. 

Y recuerde que el fracaso es parte del proceso. De hecho, es el mejor maestro de todos. La investigadora Carol Dweck ha argumentado que algunas personas tienen mentalidades fijas : creen que su inteligencia y talentos son innatos y finitos. Otras personas tienen una mentalidad de crecimiento . Creen que pueden aprender y crecer a medida que avanzan. Este último grupo es mucho más resistente. Ven los errores como una oportunidad para desarrollarse. 

Cuando está desaprendiendo los bucles de hábitos, es esencial adoptar una mentalidad de crecimiento y ver todo como una oportunidad para el desarrollo. ¿Te atravesaste después de semanas de alimentación saludable? Bien: es un valioso recordatorio para tu cerebro de cuánto mejor se siente al comer bien. ¿Te sientes inquieto y frustrado con tus viejos hábitos? Genial, eso demuestra lo ansioso que está por el cambio. 

"Il dolce far niente" o cómo disfrutar del placer de descansar 10

La curiosidad es tu superpoder para acabar con la ansiedad

Los niños tienen una etapa famosa en la que hacen preguntas sobre todo lo que observan en el mundo. ¿Por qué los gatos tienen colas largas? ¿Por qué sus padres beben vino y no pueden? Son naturalmente curiosos por todo lo que ven. 

Pero como adultos, comenzamos a restringir nuestra curiosidad a llenar los vacíos de información, como cuando estamos atrapados en el tráfico y necesitamos saber cuánto tiempo nos llevará despejar. Buscar información específica que nos falta se conoce como curiosidad por privación. La curiosidad infantil sobre todo y cualquier cosa se llama curiosidad basada en intereses . Este es el tipo que necesitamos cultivar. 

La curiosidad basada en intereses es el amor por aprender cosas nuevas, sin ningún objetivo en particular en mente. Es una forma expansiva de ver el mundo que te mantiene atento a los detalles de lo que está sucediendo. También le ayuda a recordar información nueva. Experimentos en la Universidad de California-Davis han demostrado que cuando las personas sienten curiosidad, las vías de la dopamina en sus cerebros se activan, activando la conexión entre los centros de recompensa y el hipocampo, que es la parte del cerebro asociada con la memoria. 

Cultivar su curiosidad natural es una herramienta esencial para romper los bucles de hábitos ansiosos. La próxima vez que esté en un estado de pánico, intente dejar escapar un fuerte sonido de «Hmmmm». Así es, el sonido que haces cuando estás interesado en algo y tratas de averiguar qué es. Instantáneamente, ese acto te impulsará a una mentalidad curiosa y te hará hacer preguntas como «¿Qué está pasando aquí?» También puede hacerte sentir un poco tonto, lo cual es bueno. La curiosidad y la alegría van bien juntas. 

El cambio, incluso el cambio positivo, puede ser un gran desafío. Recuerde, nuestros sistemas de supervivencia aman la certeza. Si ha estado ansioso toda su vida, probablemente se sintió horrible, pero al menos siempre supo qué esperar. A medida que empiece a romper con los viejos hábitos, su cerebro de supervivencia podría alarmarse por este extraño y nuevo terreno. Ahí es donde entra la curiosidad. En lugar de ceder al estrés, use una mentalidad curiosa para simplemente observar cómo se siente y rastrear sus sensaciones corporales. La curiosidad se siente bien. Tu cerebro se dará cuenta de que la curiosidad es lo que se conoce como BBO, o una oferta mejor y más grande . Es mucho más gratificante que el estado de ansiedad que solía vivir todo el tiempo. 

«Desde ayudarnos a aprender a sobrevivir en el mundo hasta traer la alegría del descubrimiento y la maravilla, la curiosidad es realmente un superpoder».

"Il dolce far niente" o cómo disfrutar del placer de descansar 11

A los participantes en los programas de Alcohólicos Anónimos que desean mantenerse sobrios se les enseña a tomarlo un día a la vez. En lugar de pensar en una vida de sobriedad, se preguntan: «¿Puedo mantenerme sobrio hoy?». 

La ansiedad y la sobriedad requiere un enfoque similar. El futuro está lleno de incertidumbre. Pensar en cómo romper sus futuros hábitos de ansiedad solo lo pondrá ansioso en este momento. En cambio, debes preguntarte: “¿Puedo hacer mis ejercicios de atención plena y cultivar la curiosidad hoy? ¿O en la próxima hora? 

Siempre que empieces a ponerte tenso o te preguntes cómo sobrevivirás aunque sea un día, recuerda que has desarrollado herramientas importantes para ayudarte a romper hábitos difíciles. Debe tener fe en sus propias habilidades y resiliencia. Es posible que se enfrente a sentimientos difíciles o incluso a ataques de pánico, pero la forma en que los enfrenta ha cambiado. 

La mejor manera de lidiar con un ciclo de ansiedad en el momento es apoyarse en él. Este proceso se puede explicar utilizando el sistema RAIN. Primero, reconoce los sentimientos difíciles que están surgiendo. A continuación, conscientemente aceptar ellos, y permitir que estén allí. Luego investigas las sensaciones en tu cuerpo y las emociones que brotan. Y, por último, observa lo que está sucediendo y simplemente se observa a sí mismo en el proceso. RAIN usa tu superpoder de curiosidad para ayudar a tu cerebro a salir de su estado de ansiedad y pánico.

Los ejercicios de respiración son otra excelente manera de pasar por las fases de ansiedad. Respirar te ayuda a concentrarte en tu cuerpo, en lugar de intentar pensar en la salida de la situación. Respirar lenta y profundamente nos hace sentir relajados en el momento. Envía mensajes importantes a nuestro cerebro de que estamos realmente a salvo y no necesitamos estar en alerta máxima. 

Algunos días, puede sentir que no ha progresado en absoluto y pensar que estará atrapado en pensamientos ansiosos para siempre. Pero a estas alturas ya ha aprendido a reconocer que el desaliento y la autocrítica son solo otro mecanismo de supervivencia. Cada vez que su cerebro adopta una visión que comienza con un extremo como «siempre» o «nunca», eso debería alertarlo. 

En lugar de perderse en el ciclo del abatimiento, puede traer una recompensa más grande y mejor, como la curiosidad o la bondad, o simplemente reírse de sí mismo. No es necesario planificar cómo hacerlo para siempre, ni siquiera durante todo el día. Ahora mismo, en este momento, ¿eres capaz de sentir curiosidad por tus sentimientos y sensaciones? Bien. Tu ansiedad ha comenzado. 

"Il dolce far niente" o cómo disfrutar del placer de descansar 12

La próxima vez que alguien te interrumpa en el tráfico, intenta decir esto

El autor notó que la furia en la carretera de camino al trabajo lo ponía de mal humor que llevaba consigo durante todo el día. Afectó su trabajo en el hospital y su actitud hacia sus pacientes. Probó un experimento: en lugar de gritarles a las personas que le tocaban la bocina en el tráfico, practicaba enviarles pensamientos amorosos y amables. Los resultados fueron inmediatos. Comenzó a llegar al trabajo sintiéndose jubiloso y abierto, en lugar de enojado y constreñido. La bondad amorosa se siente mejor que la agresión. Y solo por esa razón, vale la pena practicar.


Merece ser compartido:

2 respuestas a ««Il dolce far niente» o cómo disfrutar del placer de descansar»

Deja una respuesta