El programa Last Week Tonight, que combina comedia con reportajes de investigación, realizó el regalo más sorprendente de la televisión americana desde que Oprah Winfrey regalara coches a todos los espectadores que habían asistido como público. John Oliver, el presentador, extasiado por lo que acababa de suceder, acabó gritando: «¡Soy la nueva reina de los talk shows!», al mismo tiempo que caían billetes del techo.
Antes de anunciar el regalo, el presentador explicó cómo el sistema médico de EE.UU. se estructura de manera injusta y despiadada. Muchos ciudadanos contraen enormes deudas para costear su atención médica porque no tienen otra salida. Estas deudas, posteriormente, se venden en el mercado especulador al mejor postor. Quienes se hacen con estos recibos sin pagar pretenden cobrarlas a toda costa y, como contó Oliver, utilizan formas de presión muy agresivas. Por supuesto, esta injusticia brutal recae sobre la gente más indefensa del país.
Por fin, John Oliver anunció que había adquirido la deuda médica de unas 9.000 personas que debían a empresas médicas unos 15 millones de dólares. El sistema es tan perverso que el programa, para adquirir esa cantidad de derechos de cobro, sólo tuvo que gastar 60.000 dólares. Normalmente, los compradores, a partir de ese momento, recurren a todo tipo de acciones de ética cuestionable para acabar adquiriendo los 15 millones; sin embargo, Oliver condonó la deuda inmediatamente. Transfirió el archivo con la información de los deudores a la organización RIP Medical Debt, que se encarga de perdonar la deuda médica eliminando cualquier carga impositiva que recaiga sobre los endeudados. 9.000 personas, de pronto, notaron que sus espaldas se liberaban de la carga que las angustiaba. Siguiendo la lógica cómica del programa, Oliver afirmó que perdonaba la deuda no sólo porque era bueno, sino también para superar los ocho millones que le costaron los coches a Oprah Winfrey.