Actualizado el viernes, 4 noviembre, 2022
«El cambio y la pérdida están profundamente conectados. No hay transformación sin pérdida»
dijo el psicoanalista estadounidense Stephen Grosz.
Si lo pensamos bien, nuestra vida es una constante sucesión de pérdidas y encuentros. A lo largo del camino nos desprendemos de antiguos amigos, familiares, parejas, compañeros de trabajo… Abandonamos algunos lugares, ponemos punto final a ciertas relaciones y cerramos capítulos de nuestra vida. Todas esas situaciones nos pueden precipitar en un proceso de duelo, aunque el más doloroso de todos es el duelo por la muerte de una persona querida.
Farewell, el dolor que nos causa el duelo explicado en imágenes
Son momentos difíciles en los que el dolor nos arrebata el oxígeno psicológico, como refleja esta maravilloso y emotivo corto sobre el duelo titulado Farewell.
Sus directores, Chen Yang Hsu, Adeline Jacquot, Paul Jourdain, Alan Sorio y Eléa Trahay, abordaron la pérdida más dolorosas: la de un hijo. Para explicar el dolor que causa el duelo recurrieron a una metáfora preciosa: un ave.
La historia nos recuerda uno de los pasajes del libro El gato que venía del cielo de Takashi Hiraide: «Era como si quisiéramos conectarnos con él a través de un mecanismo psicológico en otra dimensión, para paliar así la pérdida definitiva de su presencia, la ausencia irremediable de un ser precioso e irreemplazable».
La tormenta emocional que desata un duelo
El corto es un viaje por las etapas del duelo. Es normal que, en un primer momento, pasemos por un estado de shock, un mecanismo de defensa con el cual intentamos protegernos de un dolor inconmensurable. Esa es la razón por la que muchas personas se van sintiendo peor a medida que pasan los días.
En muchos casos, a ese shock inicial le sigue una fase de sentimientos muy intensos que van desde el miedo y la angustia más extrema hasta la ira y la confusión. En esta etapa, el pensamiento es caótico, nos resulta casi imposible concentrarnos y podemos sentir que estamos viviendo en una pesadilla.
«En algún lugar del alma se extienden los desiertos de la pérdida, del dolor fermentado; oscuros páramos agazapados tras los parajes de los días».
Sealtiel Alatriste
Es fundamental que tomes tus propias decisiones y no evites los momentos o situaciones que sientes que tienes que vivir porque, a la larga, solo provocará mayor sufrimiento. Para superar un duelo, no hay que huir de la pérdida sino afrontarla siguiendo el ritmo que marca nuestro corazón.
Cuando se trata de una pérdida significativa, no existen reglas.
Vive la pérdida como te lo pida el corazón
Al respecto, la psiquiatra Elisabeth Kübler Ross, probablemente una de las mayores expertas en el dolor de la muerte, explica que «no podemos escapar del pasado. El sufrimiento del pasado suele quedar en suspenso hasta que estamos preparados para descubrirlo. A veces, las nuevas pérdidas son el detonante de las antiguas. Y suele ocurrir que no sentimos la pérdida hasta más tarde en la vida, cuando sufrimos una nueva pérdida».
No obstante, este corto también enseña algo más: hay un momento en el que debemos tomar la decisión de dejar ir el dolor y volver a abrazar la vida. Es un momento maravilloso en el que empezamos a despojar el pasado del dolor, capa a capa, para quedarnos con el recuerdo de los buenos momentos.
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.