Actualizado el jueves, 20 abril, 2023
Fran Lebowitz es un ícono cultural cuyo ingenio y agudas observaciones la han convertido en una inspiración para muchos. Sus citas a menudo son tan cortantes que se pueden usar para hacer un punto sobre cualquier situación dada. Sus palabras son tan poderosas que se han convertido en parte de nuestra memoria colectiva y continuarán influyéndonos en las generaciones venideras. Aquí hay 15 citas ingeniosas de Fran Lebowitz que representan su legado mordaz.
Fran Lebowitz es una renombrada autora y comentarista social estadounidense conocida por sus ingeniosas y mordaces observaciones sobre la cultura contemporánea. Su filosofía a menudo se ve como una combinación única de humor, inteligencia y perspicacia que habla al mundo moderno. Ha escrito varios libros sobre temas que van desde la política hasta el arte y la vida cotidiana, todos ellos muy aclamados por la crítica. Su trabajo se cita a menudo como un ejemplo de cómo pensar críticamente sobre el mundo que nos rodea y cómo abordar la vida con humor e inteligencia. La filosofía de Fran Lebowitz ha sido una inspiración para muchas personas que buscan orientación en sus vidas.
Fran Lebowitz es una escritora, humorista y oradora estadounidense que ha dejado una huella indeleble en la cultura popular por su ingenio y su legado mordaz. A lo largo de su carrera, ha sido famosa por sus comentarios sarcásticos y sus observaciones agudas sobre la vida moderna, la política y la sociedad en general. Su trabajo ha sido elogiado por escritores, críticos y fanáticos en todo el mundo, y sus frases ingeniosas han pasado a la historia como algunas de las más citadas y memorables en la historia del humor y la cultura popular.
En este artículo, queremos compartir algunas de las mejores frases ingeniosas de Fran Lebowitz, que representan su legado mordaz y su enfoque único de la vida.
«El no fumar es la persona más pesada que conozco. Si fuera un fumador, probablemente estaría muerta. Gracias a Dios no lo soy, pero lo que quiero decir es que, si te estás muriendo por causa del humo, he ahí la diferencia.»
Esta es una de las frases más famosas de Fran Lebowitz y representa su ingenio y su capacidad para abordar temas difíciles con un enfoque humorístico. En esta frase, Lebowitz hace una observación irónica sobre los peligros del tabaco, al mismo tiempo que destaca la importancia de vivir la vida sin restricciones y sin ser demasiado «pesado».
«Siempre me ha parecido que la mejor forma de hacer frente a la vida es reírse de ella. La risa es la mejor medicina, y si podemos encontrar la manera de reírnos de nosotros mismos y de las situaciones difíciles que enfrentamos, entonces podemos superar cualquier cosa que la vida nos presente.»
Esta frase representa el enfoque único de Fran Lebowitz hacia la vida y su creencia en el poder de la risa y el humor. Lebowitz ha sido conocida por su capacidad para encontrar el lado divertido de las situaciones más difíciles, y esta frase refleja esa perspectiva optimista.
«Siempre he creído que la mejor forma de cambiar el mundo es a través del arte y la cultura. Cuando creamos arte y compartimos nuestra visión del mundo, podemos inspirar a otros y crear un movimiento de cambio que se extienda por todo el mundo.»
Esta frase representa la creencia de Fran Lebowitz en el poder transformador del arte y la cultura. Lebowitz ha sido una defensora apasionada de las artes y ha trabajado para apoyar a artistas y escritores de todo el mundo. Esta frase refleja su creencia en que el arte puede ser una fuerza para el cambio positivo en el mundo.
«La honestidad es la mejor política, pero a veces la política no es honesta. La gente no siempre dice la verdad, y a veces eso puede ser peligroso. Pero si podemos ser honestos y sinceros en nuestras relaciones y en nuestra vida diaria, entonces podemos construir relaciones fuertes y duraderas que nos llevarán a lugares maravillosos.»
Esta frase representa la creencia de Fran Lebowitz en la importancia de la honestidad y la sinceridad en las relaciones humanas. Lebowitz ha sido conocida por su franqueza y su falta de filtro en su vida personal y profesional,
Las mejores frases de Frances Ann «Fran» Lebowitz
Las mejores frases del documental de Frances Ann «Fran» Lebowitz, escritora estadounidense popular por sus obras y por sus agudos comentarios sociales acerca los estadounidenses vista a través del prisma neoyorquino.
“Odio el dinero profundamente. El problema es que me encantan las cosas que puedo comprar con él. Lo odio, pero quiero tener muebles. Lo odio, pero me gustan los coches. Lo odio, pero me encanta la ropa. Odiar el dinero estaría bien si también odiaras las cosas, porque entonces serías como el Dalai Lama”.
Lebowitz sobre su desprecio a las finanzas
«De niña me encantaba escribir. Así fue hasta que recibí mi primer encargo para escribir por dinero. Desde entonces odio escribir. En realidad, solo he conocido a una escritora muy buena a la que le encantara escribir. Solo a una. A la mayoría de personas a las que le gusta escribir, resulta que se les da fatal. A mí, por ejemplo, me encanta cantar pero lo hago realmente mal. No es raro que te guste hacer algo pero que lo hagas fatal. Verás, puedes hacer muchas cosas que no se te dan bien. No hay nada de malo en ser un inepto, o en hacer las cosas mal, pero guárdatelas para ti. No las compartas”.
Lebowitz sobre el verdadero talento
“Vas a una subasta, sale un Picasso, y hay un silencio sepulcral en la sala. Cuando finalmente se golpea el martillo indicando el precio, comienzan los aplausos. Vivimos en un mundo en el que se aplaude el precio, no el Picasso. No tengo nada más que añadir”.
Lebowitz sobre el mundo del arte
“Mi madre me dijo cuando tenía 12 años más o menos: ‘No te hagas la graciosa, a los chicos no le gustan las niñas graciosas’. Una pena que se equivocara”.
Lebowitz sobre que una mujer sea divertida
“Piensa antes de hablar. Lee antes de pensar. Esto te dará algo en sobre lo pensar con cierto fundamento. Es un buen consejo a cualquier edad, pero sobre todo a los 17 años, cuando corres el peligro de llegar a conclusiones incómodas”.
El consejo de Lebowitz a las nuevas generaciones
“No tengo placeres culpables porque el placer nunca me hace sentir culpable. Es increíble que exista esa expresión, a no ser que tu placer sea algo como matar a gente… Mis placeres son totalmente benignos. Nadie muere y no molestan. Vivimos en un mundo donde la gente no se siente culpable por matar, no se siente culpable por enjaular bebés en la frontera… ¿Y yo debería sentirme culpable por mis placeres? ¿Por qué? ¿Por repetir espaguetis? ¿Por leer una novela policíaca?”.
Lebowitz sobre el placer
“Me fascina que la gente viaja a sitios por diversión. Cuando estoy en el aeropuerto y veo a gente que se va de vacaciones pienso, ‘¿Tan horrible es tu ciudad?’. Debe ser tan terrible que piensas, ‘¿Sabes qué sería divertido? Cojamos a los niños, vayamos al aeropuerto cargados de maletas, pongámonos a hacer colas, que nos griten unos imbéciles, vayamos con prisas, todos apretujados… Y aún así será mejor que nuestra vida aquí”.
Lebowitz sobre viajar en vacaciones
“Hay cierto esnobismo que veo negativo. Pero ese no es el tipo de esnobismo que yo tengo, claro. Mi esnobismo no tiene nada que ver con: ‘¿Quiénes son tus padres? ¿Dónde estudiaste? ¿Dónde te criaste?’ ¿Dónde trabajas?. Tiene que ver con: ‘¿Estás de acuerdo conmigo?”.
Lebowitz sobre el esnobismo negativo
“Es algo que no puedo tolerar. Está escrito en todos los periódicos y las revistas. Antes no hablábamos bienestar y pienso, ‘¿Qué es el bienestar?’. Es como un extra de salud. El bienestar es salud codiciosa. No basta con no estar enferma, tengo que sentirme bien. Además, esto del bienestar siempre tienes que comprarlo. Hay alimentos especiales: tés, semillas, zumos, batidos… Todas las cosas que la gente busca en el bienestar, yo no las querría. No, gracias. Un tercio de la gente de Nueva York lleva una esterilla de yoga. Solo por eso, nunca haría yoga. Es terrible. Llevar por ahí tu propia alfombra enrollada es algo que no hago desde la guardería: la llevábamos al colegio porque dormíamos en el suelo. Nueva York era mucho más elegante que eso”.
Lebowitz sobre la cultura del bienestar y las zonas de confort
“Para ganar mucho dinero hace falta amar realmente el dinero. Cuidarlo de verdad, preocuparse por él. Siempre lo digo. Hay dos tipos de personas en el mundo: los que creen que tienen suficiente dinero y los que realmente tienen dinero”.
Lebowitz sobre el dinero y el ahorro
“Creo a todas esas mujeres. Demuéstrame que alguna miente. Por supuesto, estoy segura de que alguna miente. Pero tendrás que demostrármelo porque yo también fui una mujer joven. Cualquiera que haya sido chica joven sabe de qué estamos hablando”.
Lebowitz sobre el movimiento MeToo
“Creo que debemos despedir a alguien de su trabajo cuando hace algo horrible fuera de él. Pero no leer los libros o dejar de escuchar la música de alguien me parece que no tiene sentido. Siguen siendo grandes artistas. La gente dice, ‘Ya no puedes escuchar su música sin acordarte de ello’, y pienso, ‘Tú, no; yo, sí”.
Lebowitz sobre la cultura de la cancelación
“Para mí el deporte debería ser algo apropiado solo para niños de hasta siete años. La razón de que la industria del deporte sea tan importante es que lo dirigen hombres. Si el mundo lo dirigieran las mujeres, ¿crees que habría competiciones de rayuela profesional?”.
Lebowitz sobre la profesionalización del deporte
“Siempre me sorprendo cuando viajo en los jets privados de los demás porque pienso: ‘Si fuera mi avión, tú no viajarías en él’. ¿Qué valor tiene un avión privado si hay más gente? La gente me pregunta, ‘¿No te gustaría llevar a tus amigos?’. ¡Claro que no, es algo privado!”.
Lebowitz sobre los aviones privados
“Cuando comenzó Ralph Lauren, lo que realmente hizo fue copiar la ropa de Brooks Brothers, donde compraba un tipo de gente concreta: anglosajones blancos protestantes. Y yo también, pero básicamente fue lo que hacían ellos. Cuando Ralph Lauren empezó a hacer sus primeras prendas valiosas, las copió, pero las hizo un poco diferentes. Las camisas de Brooks Brothers –antes de que se las cargaran– ya no le quedaban bien a casi nadie. Esa gente no quería ropa que sentara bien. Había algo un poco ambicioso en que la ropa te sentara bien. Ralph Lauren pertenecía a esa clase de personas y no sabía que la ropa no tenía que sentar bien, por tanto, su ropa era diferente a la que usaban estos anglosajones. Para mí, lo increíble fue que, después de un tiempo, los que siempre compraban en Brooks Brothers empezaron a comprar en Ralph Lauren. La gente auténtica a la que estaba copiando, le acabó comprando esa copia. Para mí, esto es exactamente lo mismo que pasó con los rascacielos que copió Dubái… y ahora copiamos nosotros de nuevo”.
Lebowitz sobre Ralph Lauren y la moda