Las mejores frases budistas para transformar tu vida

Actualizado el jueves, 2 marzo, 2023

Why Buddhism Is True analiza científicamente las enseñanzas y prácticas meditativas del budismo. Robert Wright presenta una cantidad impresionante y sorprendente de datos e investigaciones, todo lo cual sugiere que incluso las enseñanzas más esotéricas del budismo pueden tener una base sólida en la ciencia. El budismo, religión o filosofía, es una de las más antiguas del mundo y practicada por aproximadamente 200 millones de personas en todo el mundo.

¿Cuál es su secreto?

El budismo y sus consejos están respaldados en gran medida por la ciencia. Al practicar la atención plena, la meditación y reformular nuestro pensamiento, principios clave del budismo cuya eficacia está respaldada por la psicología y la neurología, podemos mejorar nuestra relación con el mundo y disfrutar de la existencia más pacífica que muchos de nosotros anhelamos.

Unos mensajes sencillos pero que encierran una gran sabiduría, la cuál nos permite reflexionar sobre aspectos esenciales de nuestra vida ayudándonos a mejorarla.

Abre tu corazón y tu mente, te sorprenderás.

Significado de las mejores frases budistas

El budismo tiene una larga historia de ofrecer una profunda sabiduría y comprensión de la experiencia humana. Las frases budistas pueden proporcionar un recordatorio muy necesario de nuestro propósito en la vida y ayudarnos a vivir con mayor claridad, compasión y paz. Ya sea que esté buscando orientación sobre el crecimiento personal o simplemente desee explorar las enseñanzas del budismo, estas frases pueden ofrecerle información valiosa sobre su viaje.

1. El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional.

Solo nos puede dañar aquello a lo que otorgamos importancia. Deslígate emocionalmente de aquello que te hace sufrir y toma distancia para ver las cosas con otra perspectiva.

Desde una perspectiva budista, la frase «El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional» significa que el dolor físico o emocional es parte de la experiencia humana, pero el sufrimiento es una reacción mental a ese dolor.

El dolor puede ser causado por circunstancias externas, como la enfermedad, la pérdida, el rechazo, la traición, la violencia, etc. Pero el sufrimiento es causado por la resistencia mental a esas circunstancias, por la identificación con el dolor, por la interpretación negativa de la situación, por el deseo de que las cosas sean diferentes o por el apego a lo que ya no está.

Según el budismo, el sufrimiento se puede superar mediante el desarrollo de la sabiduría y la compasión, mediante la práctica de la meditación y el cultivo de la mente consciente y desapegada. Al comprender la naturaleza transitoria y condicionada de todas las cosas, al aceptar la realidad tal como es y al no aferrarse a las expectativas y deseos egoístas, se puede alcanzar la liberación del sufrimiento y la felicidad verdadera.

En resumen, la frase «El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional» nos invita a aceptar el dolor como una parte natural de la vida, pero a no permitir que el sufrimiento nos atrape en un ciclo de dolor y negatividad. En cambio, nos anima a buscar una mayor comprensión y equilibrio mental para superar el sufrimiento y encontrar la paz interior.

2. Alégrate porque todo lugar es aquí y todo momento es ahora.

Ni el pasado va a volver ni el futuro se va a realizar antes por mucho que pensemos en ello. Disfrutemos de cada momento como si fuera único.

Desde una perspectiva budista de crecimiento personal, la frase «Alégrate porque todo lugar es aquí y todo momento es ahora» nos recuerda la importancia de vivir plenamente en el presente y apreciar cada momento de nuestra vida.

En lugar de estar atrapados en el pasado o preocupados por el futuro, debemos cultivar la presencia consciente y la gratitud por lo que tenemos en este momento. El budismo enseña que la felicidad y el sufrimiento se encuentran en la mente y que podemos encontrar la felicidad en cualquier momento y en cualquier lugar, si aprendemos a estar presentes y conscientes.

La frase nos invita a liberarnos de la ilusión de que la felicidad está en algún lugar o momento distante, y en cambio, nos invita a estar agradecidos por lo que tenemos en este momento y a encontrar la belleza en nuestro entorno actual. En el budismo, se enfatiza la importancia de la gratitud y la aceptación, lo que nos ayuda a encontrar la paz y la felicidad en cualquier momento y lugar.

Además, la frase también nos recuerda la impermanencia de la vida. Nada es permanente, todo cambia y todo fluye. Por lo tanto, es importante vivir plenamente en el presente y disfrutar de cada momento, ya que nunca sabemos cuándo se acabará.

En resumen, la frase «Alégrate porque todo lugar es aquí y todo momento es ahora» nos invita a vivir plenamente en el presente, agradecer por lo que tenemos y encontrar la felicidad y la belleza en cada momento y lugar. Nos recuerda la importancia de la gratitud, la aceptación y la presencia consciente, lo que nos ayuda a encontrar la paz y la felicidad en nuestra vida diaria.

3. Cuida el exterior tanto como el interior, porque todo es uno.

Para encontrar un verdadero estado de bienestar es imprescindible que mente y cuerpo estén en un equilibrio. No centrarnos demasiado en el aspecto físico o, por el contrario, en el aspecto interior nos ayudará a sentirnos más plenos y conscientes del aquí y ahora, facilitándonos una plenitud emocional más rica.

Desde una perspectiva budista de crecimiento personal, la frase «Cuida el exterior tanto como el interior, porque todo es uno» nos invita a tener un enfoque holístico de nuestra vida, prestando atención tanto a nuestra mente como a nuestro entorno.

El budismo enseña que todo en el universo está interconectado, que no existe una separación absoluta entre nosotros y el mundo exterior. Por lo tanto, cuidar nuestro interior implica cultivar nuestra mente, nuestras emociones y nuestro espíritu, mientras que cuidar el exterior implica cuidar nuestro entorno físico, nuestra relación con la naturaleza y con los demás seres vivos.

Cuidar el exterior implica cuidar nuestro hogar, nuestro lugar de trabajo, nuestra comunidad y nuestro medio ambiente. Significa ser responsables de nuestras acciones y su impacto en el mundo y en los demás seres vivos. Por ejemplo, podemos cuidar el medio ambiente al reducir nuestro consumo de energía, al reciclar y al apoyar prácticas sostenibles.

Cuidar el interior implica cultivar una mente y un espíritu saludables, a través de la meditación, la práctica del amor y la compasión hacia los demás, y la búsqueda de la sabiduría y la verdad. Significa cuidar nuestra salud física y mental, a través de una dieta equilibrada, ejercicio regular y la búsqueda de ayuda profesional si es necesario.

En resumen, la frase «Cuida el exterior tanto como el interior, porque todo es uno» nos recuerda la importancia de tener un enfoque holístico de nuestra vida, cuidando tanto nuestra mente como nuestro entorno. Nos invita a ser responsables de nuestras acciones y a cuidar de nuestro hogar común, la Tierra. Nos anima a encontrar la armonía y la conexión entre nosotros y el mundo que nos rodea.

4. Más vale usar pantuflas que alfombrar el mundo.

Para encontrar nuestra paz interior, tenemos que ser conscientes de nuestros potenciales personales y aprender a saber dosificarlos, así como nuestros recursos. De esta forma viviremos un auténtico crecimiento y evolución.

Desde una perspectiva budista de crecimiento personal, la frase «Más vale usar pantuflas que alfombrar el mundo» nos recuerda la importancia de vivir con humildad y sencillez, en lugar de tratar de controlar y dominar el mundo que nos rodea.

En el budismo, se enseña que la felicidad y la paz interior se encuentran en la renuncia a los apegos y deseos, y en la aceptación de la impermanencia y la incertidumbre de la vida. Por lo tanto, la frase nos invita a renunciar al deseo de controlar el mundo, de poseer y de acumular riquezas y poder.

La frase nos recuerda que el mundo es un lugar compartido por todos, y que nuestra responsabilidad como seres humanos es cuidarlo y preservarlo. En lugar de tratar de alfombrar el mundo, debemos usar pantuflas, es decir, debemos tener un enfoque más modesto y humilde en la vida.

Usar pantuflas implica estar en armonía con la naturaleza y con los demás seres vivos, en lugar de imponer nuestra voluntad y nuestros deseos en el mundo. Significa cuidar y proteger nuestro entorno y nuestros recursos, en lugar de agotarlos para nuestro beneficio propio.

En resumen, la frase «Más vale usar pantuflas que alfombrar el mundo» nos invita a vivir con humildad y sencillez, en armonía con la naturaleza y con los demás seres vivos. Nos recuerda que el mundo es un lugar compartido por todos, y que nuestra responsabilidad es cuidarlo y protegerlo, en lugar de tratar de controlarlo y dominarlo. Con esta actitud, podemos encontrar la verdadera felicidad y la paz interior que buscamos en nuestra vida.

5. No lastimes a los demás con lo que te causa dolor a ti mismo.

Se trata de una de las máximas del budismo que nos permite eliminar casi todas las leyes y mandamientos morales actuales en nuestra sociedad. Se trata de un profundo conocimiento de nosotros mismos y una gran empatía con los demás.

Desde una perspectiva budista de crecimiento personal, la frase «No lastimes a los demás con lo que te causa dolor a ti mismo» nos invita a cultivar la empatía y la compasión hacia los demás seres vivos, y a ser conscientes del impacto de nuestras acciones en el mundo que nos rodea.

En el budismo, se enseña que todas las acciones tienen consecuencias, y que nuestras acciones pueden causar tanto dolor como felicidad a nosotros mismos y a los demás. Por lo tanto, la frase nos recuerda la importancia de ser conscientes de nuestras propias emociones y heridas, y de no proyectarlas sobre los demás.

La frase nos invita a practicar la empatía, a ponerse en el lugar de los demás y a considerar cómo nuestras acciones pueden afectarlos. Nos recuerda que no podemos sanar nuestras propias heridas causando dolor a los demás, y que la verdadera curación y crecimiento personal se encuentra en la compasión y la comprensión hacia los demás.

La frase también nos invita a ser responsables de nuestras propias emociones y acciones, y a no culpar a los demás por nuestro propio dolor. En lugar de buscar venganza o retribución hacia los demás, debemos buscar la comprensión y la paz interior, y encontrar maneras saludables de lidiar con nuestro propio dolor.

En resumen, la frase «No lastimes a los demás con lo que te causa dolor a ti mismo» nos invita a practicar la empatía y la compasión hacia los demás, a ser conscientes del impacto de nuestras acciones en el mundo que nos rodea, y a ser responsables de nuestras propias emociones y acciones. Con esta actitud, podemos encontrar la curación y el crecimiento personal que buscamos en nuestra vida, y contribuir a un mundo más pacífico y armonioso.

6. No es más rico quien más tiene, sino quien menos necesita.

Nuestro deseo de tener más, tanto en el plano material como el emocional, es la principal fuente de todas nuestras preocupaciones y desesperanzas. El hecho de desear más cosas a menudo solo indica falta de seguridad, que nos sentimos solos y necesitamos llenar esos vacíos. Sentirnos a gusto con nosotros mismos permite dejar atrás la necesidad de no tener que demostrar nada.

Desde una perspectiva budista de crecimiento personal, la frase «No es más rico quien más tiene, sino quien menos necesita» nos recuerda la importancia de vivir con simplicidad y humildad, en lugar de buscar la riqueza y la acumulación material como fuente de felicidad y satisfacción en la vida.

En el budismo, se enseña que el apego y la búsqueda de la riqueza y el poder son fuentes de sufrimiento y dolor, y que la verdadera felicidad y la paz interior se encuentran en la renuncia a los deseos y apegos. Por lo tanto, la frase nos invita a encontrar la riqueza en la simplicidad y en la satisfacción con lo que tenemos, en lugar de buscar más y más posesiones.

La frase nos invita a reflexionar sobre nuestras necesidades y deseos, y a considerar cuánto de lo que poseemos realmente necesitamos para ser felices y satisfechos en la vida. Nos recuerda que la verdadera riqueza no se encuentra en la acumulación de bienes materiales, sino en la satisfacción con lo que tenemos y en la generosidad hacia los demás.

La frase también nos invita a practicar la gratitud y la generosidad hacia los demás, y a compartir nuestras bendiciones con los demás. Nos recuerda que la verdadera riqueza se encuentra en la conexión y el apoyo mutuo entre los seres humanos, en lugar de la competencia y la acumulación de riquezas.

En resumen, la frase «No es más rico quien más tiene, sino quien menos necesita» nos invita a encontrar la riqueza en la simplicidad y en la gratitud por lo que tenemos, a renunciar a los deseos y apegos que nos causan sufrimiento, y a practicar la generosidad y la conexión con los demás. Con esta actitud, podemos encontrar la verdadera felicidad y la paz interior que buscamos en nuestra vida, y contribuir a un mundo más armonioso y pacífico.

7. Para entender todo, es necesario olvidarlo todo.

Cuando somos pequeños, no tenemos un esquema mental bien diseñado, siempre estamos en continuo aprendizaje. Abiertos a cualquier tipo de conocimiento, somos capaces de comprender cualquier cosa sin juzgar. El problema es que, a medida que crecemos, nuestra mente se llena de condicionamientos sociales que nos indican cómo debemos ser, qué debemos pensar y cómo debemos actuar. Nos volvemos inconscientes con nosotros mismos y nos perdemos.

Desde una perspectiva budista de crecimiento personal, la frase «Para entender todo, es necesario olvidarlo todo» nos invita a reflexionar sobre la importancia de dejar ir nuestras creencias y suposiciones preconcebidas, para poder ver y comprender las cosas tal como son.

En el budismo, se enseña que nuestras percepciones y comprensiones están condicionadas por nuestras experiencias pasadas y nuestra forma de pensar, y que esto puede limitar nuestra capacidad para ver la realidad tal como es. Por lo tanto, la frase nos recuerda la importancia de liberarnos de nuestras limitaciones mentales y abrirnos a nuevas perspectivas y comprensiones.

La frase nos invita a abandonar nuestras suposiciones y prejuicios, y a acercarnos a cada situación con una mente abierta y libre de expectativas. Solo entonces podemos estar verdaderamente presentes y receptivos a lo que está sucediendo en el momento presente.

Además, la frase nos invita a practicar la humildad y la sabiduría, reconociendo que no podemos conocer todo y que siempre hay más por descubrir y aprender. Solo cuando estamos dispuestos a dejar ir nuestras creencias y suposiciones preconcebidas, podemos estar abiertos a nuevas posibilidades y crecer en nuestra comprensión y sabiduría.

En resumen, la frase «Para entender todo, es necesario olvidarlo todo» nos invita a liberarnos de nuestras limitaciones mentales, a abandonar nuestras creencias y suposiciones preconcebidas, y a acercarnos a cada situación con una mente abierta y libre de expectativas. Solo entonces podemos comprender plenamente la realidad y crecer en sabiduría y comprensión.

Conocimientos budistas respaldados por la ciencia

La mente humana moderna es algo increíble. Nos permite comunicarnos, crear, analizar y planificar, y ha desarrollado estas habilidades para que podamos navegar con éxito por el mundo; para que podamos encontrar pareja y propagar nuestros genes, por ejemplo, y para que podamos predecir y evitar el peligro.

Pero si la supervivencia es el beneficio de tener una mente que está constantemente en busca de problemas, ¿cuál supones que es el costo? Lo has adivinado: pasamos mucho tiempo siendo hiperactivos, pensando demasiado y preocupándonos.

Entonces, ¿qué hacemos con una mente que está programada para evaluar, juzgar y asustarse? Estas claves ofrecen una respuesta: pruebe el budismo. Las muchas enseñanzas del budismo sirven no solo como inspiración para los agotados y estresados; están respaldados por evidencia científica moderna. Así que descubre qué es realmente el budismo y qué puede hacer por ti.

La vida está llena de delirios que la evolución ha integrado en el cerebro humano

En el clásico moderno de ciencia ficción, The Matrix, nuestro protagonista, Neo, descubre que la vida que ha estado viviendo ha sido una ilusión, nada más que un montón de unos y ceros.

Una de las razones por las que la película se convirtió en un éxito es que toca algunos temas muy relevantes, incluida la forma en que la sociedad moderna nos ha «programado» para perseguir objetivos delirantes.

Pregúntese: ¿Tiene un control racional total sobre su vida y sus deseos?

¿Qué tal los dulces y los alimentos procesados? Mucha gente es consciente de que los alimentos y bebidas azucarados son malos para ellos, pero sucumben a los antojos o se engañan pensando que la comida chatarra es una recompensa bien merecida. La mayoría de las veces, sin embargo, la satisfacción inicial de disfrutar de la comida chatarra es rápidamente reemplazada por sentimientos de culpa o vergüenza por haber comido algo que sabes que es malo.

Entonces, ¿por qué seguimos cayendo en estas trampas? Una razón es la evolución.

Todos tenemos instintos básicos relacionados con la comida, el sexo, la popularidad y la competencia, porque estas fueron las cosas que ayudaron a nuestros ancestros a sobrevivir y transmitir sus genes a la siguiente generación. Cada uno de ellos desencadena una fuerte respuesta en el centro del placer de nuestro cerebro, que libera la dopamina neuroquímica cada vez que probamos algo dulce o ganamos una competencia.

El problema es que nuestra anticipación de recompensas placenteras, como sabores dulces y ganar, puede superar las recompensas en sí mismas.

En un estudio, a los monos se les dio un poco de jugo dulce, que se observó desencadenaba la liberación de dopamina en sus cerebros. Luego, los investigadores comenzaron a encender una luz justo antes de darles más jugo a los monos. Las primeras veces, el jugo desencadenó la liberación de la misma cantidad de dopamina. Pero, muy pronto, se liberó más dopamina cuando los monos vieron que se encendía la luz que cuando realmente tenían la golosina. La anticipación de una recompensa, concluyeron los investigadores, es más placentera que la recompensa en sí.

Se cree que estamos conectados de esta manera para que sigamos buscando y descubriendo cosas nuevas y mejores, pero este cableado también ha llevado a muchos comportamientos destructivos compulsivos.

Pero afortunadamente, contamos con el budismo para restaurar un equilibrio saludable en nuestras vidas.

Debemos evitar centrarnos en cosas sobre las que no tenemos control

Si es como la mayoría de las personas, probablemente haya pasado una buena cantidad de tiempo preocupándose por dos cosas: cómo se ve y qué tan inteligente es. Pero aquí está la cuestión, estas son preocupaciones bastante inútiles.

El budismo nos enseña que los asuntos de la mente y el cuerpo no son verdaderas preocupaciones del Ser .

En uno de los textos fundamentales del budismo, el Buda pide a sus monjes que busquen dentro y encuentren las cualidades que realmente pueden considerarse parte del «Ser», es decir, las cualidades sobre las que tenemos control total.

Puede pensar que el cuerpo y la mente entrarían en esta categoría, pero el cuerpo puede enfermarse y deteriorarse contra nuestra voluntad, al igual que la mente puede deteriorarse o darnos pensamientos y emociones que preferiríamos no tener.

Normalmente consideramos que el cuerpo, la mente y el espíritu son el núcleo mismo de nuestro Ser, pero como ninguna de estas cosas está realmente bajo nuestro control, el Buda concluye que ninguna de estas cosas debe considerarse el Ser.

Esto no significa que no haya un Sí mismo, sino que el Sí mismo es mera conciencia. Aunque esta conciencia habita en un cuerpo, no se limita a un solo cuerpo y está libre de todos los apegos. No se compone de los atributos cargados de ego que le agregamos y que nos obsesionan con la apariencia, las cosas materiales y los logros intelectuales.

Las cosas que parece poseer, ya sea una casa bonita, un rostro atractivo o una mente aguda, son todas ilusorias. Sin embargo, nosotros podemos alcanzar el estado de conciencia pura mencionada.

Puede resultar incómodo cambiar tan drásticamente la forma en que piensas acerca de ti mismo. Pero es una teoría de la realidad respaldada por la ciencia.

La ciencia apoya la visión budista de que la realidad es subjetiva

Tendemos a pensar en la ciencia en términos de verdades absolutas. Pero relativamente recientemente, con desarrollos como la teoría cuántica, la ciencia está comenzando a ver la realidad como subjetiva.

Así es como la ciencia ha llegado a apoyar el punto de vista budista de que lo que percibe el cerebro no es necesariamente una realidad.

El experimento científico más famoso a este respecto se conoce como el experimento del «cerebro dividido» y pone en duda la fiabilidad de la información sensorial de nuestro cerebro.

El nombre proviene de los participantes del experimento: personas que tenían daño cerebral o se habían sometido a una cirugía que separó los hemisferios del cerebro. Cuando esas personas miran algo con un ojo, solo un hemisferio de su cerebro está involucrado: el hemisferio asociado con el ojo que percibe. Curiosamente, sin embargo, el hemisferio no comprometido todavía fabricará y creerá una historia sobre lo que está sucediendo, aunque no tiene idea de lo que está viendo el ojo.

Por ejemplo, los participantes tenían su hemisferio derecho visualmente comprometido con una indicación única que les decía que se pusieran de pie y comenzaran a caminar. Cuando lo hicieron, se le pidió al participante que explicara por qué caminaba. Tales explicaciones pertenecen al dominio del hemisferio izquierdo, que, en este caso, no recordaba la indicación. Sin embargo, los participantes siempre inventaron alguna explicación, a menudo una narrativa compleja que no tenía relación con lo que realmente ocurrió.

Luego estaba el experimento de las pantimedias, donde los psicólogos Richard Nisbett y Timothy Wilson ofrecieron a los compradores una selección de pantimedias para elegir. Los participantes casi siempre eligieron las pantimedias que estaban colocadas en su extremo derecho.

Sin embargo, cuando se les pedía que explicaran el motivo de su elección, los participantes respondían que se debía a la calidad superior, el color o la tela. Sin embargo, en realidad, ¡todas las pantimedias eran idénticas! Claramente, nuestra mente tiene una gran capacidad para el autoengaño y para construir su propia realidad de una manera bastante convincente.

Veremos el poder transformador de las emociones y cómo pueden cambiar su perspectiva.

El budismo puede ayudar a evitar que nuestras emociones dominen

Al igual que The Matrix , la historia del Dr. Jekyll y Mr. Hyde es una alegoría de ciencia ficción sobre la naturaleza humana. Pero a diferencia del Dr. Jekyll, que inventa una poción que lo convierte en el joven y sociópata Mr. Hyde, no necesitamos un laboratorio lleno de vasos de precipitados burbujeantes y experimentos oscuros para transformarnos en otra persona. Todo lo que necesitamos son algunas emociones fuertes.

Una de las emociones más fuertes y transformadoras son los celos.

Durante las décadas de 1980 y 1990, los psicólogos evolutivos Leda Cosmides y John Tooby estudiaron los efectos de los celos y revelaron cuánto esta emoción puede cambiar a las personas.

Cuando estaban bajo su influencia, las personas razonables de repente tenían el potencial de la violencia y el deseo de repartir venganza y castigo. También desconfiaban más de la gente y cambiaban su apariencia en un intento por seducir a otros. Todas estas acciones pueden explicarse científicamente como respuestas instintivas, pero también refuerzan la creencia budista de que tenemos muy poco control sobre nosotros mismos.

Entonces, si prefiere tener el control de sus emociones, en lugar de al revés, el budismo puede ayudarlo a tomar las medidas adecuadas en forma de prácticas de atención plena.

El objetivo de estas prácticas no es reprimir las emociones o convertirse en un robot insensible. El objetivo es dejar de actuar sobre los sentimientos negativos, dejar de creer que reflejan con precisión quién eres realmente.

Después de un tiempo dedicado a la práctica de la atención plena, puede aprender a observar los sentimientos sin actuar sobre ellos. Entonces, en lugar de honrar inmediatamente un sentimiento de resentimiento y gritarle a su pareja, puede reconocer el sentimiento como una emoción temporal y trabajar con su pareja para comprender de dónde proviene y cómo tal vez se pueda evitar en el futuro.

Sin atención plena, las emociones suelen tener mucho más poder del que merecen. Veremos lo que la ciencia tiene que decir sobre estos molestos sentimientos.

Para controlar nuestros impulsos, necesitamos replantear nuestro pensamiento

El filósofo del siglo XVIII David Hume dijo que nuestra capacidad para razonar es bastante débil en comparación con nuestra voluntad de actuar según nuestras pasiones.

El budismo reconoció este desequilibrio hace mucho tiempo y, mucho más tarde, la ciencia ha dado algunas explicaciones para ello.

En 2007, se realizó un estudio en la Universidad de Stanford para ayudar a explicar por qué la gente hace tantas compras impulsivas, en lugar de comprar un producto después de una evaluación cuidadosa. Los resultados mostraron que ciertas decisiones de compra, como comprar o no un DVD de Star Wars , están controladas por las mismas partes del cerebro que se relacionan con las emociones.

La porción del núcleo accumbens del cerebro está asociada con el placer. En el experimento anterior, la actividad en esta área, o la falta de ella, resultó ser el mejor predictor de si un comprador compraría algo o no. Si el área mostraba una gran actividad cuando un comprador veía la portada del DVD de Star Wars , era muy probable que lo comprara.

Una vez que reconocemos el poder que tienen las emociones sobre nuestras decisiones, podemos empezar a mejorar nuestro autocontrol aplicando nuestra capacidad de razonar de forma emocional.

Por ejemplo, digamos que tiene problemas para controlarse con el helado.

Es posible que haya intentado usar la razón y haya pensado: “El helado me hace subir de peso; por lo tanto, necesito eliminarlo de mi dieta «. Pero es probable que esto no haya funcionado.

Así que intenta usar la razón de una manera emocional y meditativa. Tómese un momento para visualizarse después de haber eliminado el helado de su dieta. Estás más delgado, lleno de energía y te sientes mucho mejor contigo mismo ya que puedes usar tu par de jeans favoritos nuevamente.

Usar la razón emparejada con la emoción casi siempre será más efectivo que tratar de aplicar la razón pura por sí sola.

Tanto el budismo como la neurociencia ofrecen ejemplos de cómo podemos beneficiarnos de reformular nuestra forma de pensar, y en el próximo apartado veremos otro poderoso ejemplo de la perspectiva budista.

Podemos utilizar nuestra capacidad para construir nuestra realidad de manera positiva

Si está familiarizado con el budismo, probablemente esté familiarizado con el concepto de «mente sobre materia».

La mayoría de nosotros pasaremos tiempo imaginando un escenario que no refleja la realidad. Tal vez se haya entretenido durante una larga espera en el aeropuerto inventando historias divertidas para los extraños que lo rodean, o tal vez se haya imaginado sentado en un iglú para pasar un día particularmente caluroso.

Dado que la vida se trata de cómo percibimos las experiencias a través de nuestros sentidos, es completamente posible cambiar la forma en que interpretamos nuestras percepciones, especialmente cuando la experiencia actual no es ideal.

Cuando el autor estaba en un retiro de meditación, su experiencia estuvo lejos de ser pacífica, ya que había un sonido constante de una sierra eléctrica zumbando fuera de su habitación. Todo fue bastante intolerable hasta que su maestro de atención plena le recordó que una gran parte del budismo se trata de aceptar tu situación actual tal como es.

Pero esto no significa que no pueda cambiar la forma en que percibe una situación. Entonces, el autor dejó de lado la idea de que el sonido era molesto y comenzó a percibir el sonido como música. Después de todo, su percepción del sonido como una molestia era tanto una construcción o interpretación perceptiva como cualquier otra.

Es común que construyamos historias sobre nuestras vidas, pero al igual que pueden ayudarnos, también pueden ser particularmente inútiles cuando nos hacen sufrir.

Incluso si está de vacaciones, puede sentirse miserable si decide que el viaje fue un gran error y que prefiere estar en casa viendo el partido de fútbol.

Pero este tipo de historias negativas son innecesarias, ya que es imposible saber con certeza cómo habría resultado otro escenario. En primer lugar, no sabe si sus vacaciones no resultarán en una experiencia positiva que cambie su vida. Además, no puede estar seguro de que quedarse en casa no le hubiera resultado en algún percance imprevisible.

¡Así que no te hagas la vida más difícil imaginando escenarios hipotéticos pesimistas! En su lugar, disfrute del presente y no se pierda la oportunidad de crear nuevos recuerdos increíbles.

La meditación puede cambiar nuestra conciencia

Si ha estado en un monasterio budista, sabe que estos paraísos pueden sentirse como un mundo en sí mismos, especialmente en comparación con el estilo de vida frenético y acelerado de hoy. Pero no se trata solo de los monasterios. Los meditadores experimentados viven en un mundo diferente, sin importar dónde se encuentren.

Más precisamente, los escáneres cerebrales revelan que los meditadores experimentados disfrutan de una conciencia diferente a la de la persona promedio.

Gary Weber es uno de esos meditadores. Los escaneos de su cerebro revelan que tiene una actividad mucho más tranquila que un cerebro «normal», tanto que, a menos que se concentrara en realizar una tarea, se reveló que su cerebro estaba en un estado de reposo constante.

Entonces, ¿cómo ve este cerebro el mundo que lo rodea? Weber describe lo que él ve como una “plenitud vacía”, que toma en consideración los vastos espacios, ignorados por la mayoría de la gente, que existen entre los objetos.

Una mente como la de Weber, entrenada en las enseñanzas budistas, reconocerá la diferencia entre objetos como una silla y una cuchara, pero en lugar de estar aislado, cada objeto está conectado al mismo espacio en el que viven todos los demás. Para el meditador experimentado, el el espacio nos une a todos, lo que lo hace tan importante como los objetos que contiene.

A través de su práctica devota, Weber también ha alterado su conciencia para que sus pensamientos estén desprovistos de preocupaciones autoconscientes, como si dijo o no lo correcto. Dado que Weber está emocionalmente alejado de tales preocupaciones, podría pensar que una mente tranquila no es diferente a una mente aburrida, pero esto está lejos de ser el caso.

Piénselo de esta manera: si es un experto en vinos que está probando una muestra de vino, es posible que no disfrute del sabor si su principal preocupación es impresionar a sus compañeros críticos con su opinión sobre el vino. Cuando una mente budista bebe un sorbo de vino, no hay expectativas ni preocupaciones cohibidas. Los meditadores expertos viven puramente en el momento, por lo que disfrutarán de cada sorbo de vino como si fuera la primera vez que lo experimentan.

Una iluminación como esta está lejos de ser aburrida y no es tan misteriosa como podría pensar. Todo lo que se necesita es práctica disciplinada y eventualmente comenzará a ver las cosas con una luz más clara y tranquila.