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Un modelo de vida minimalista: claves para el minimalismo en el hogar

27/11/2021 by María Hidalgo

Mere­ce ser compartido:

Actua­li­za­do el Fri­day, 31 Decem­ber, 2021

The More of Less  es la guía defi­ni­ti­va para sacar más pro­ve­cho de la vida al poseer menos. Escri­to por una luz líder en el cre­cien­te movi­mien­to esta­dou­ni­den­se con­tra el con­su­mis­mo exce­si­vo y la vida des­or­de­na­da, este es un libro prác­ti­co dise­ña­do para ayu­dar­lo a libe­rar espa­cio men­tal, recur­sos y tiem­po para que pue­da dedi­car­se a las cosas que real­men­te impor­tan. Conec­ta con los prin­ci­pios de Lagom (lo jus­to) y el mini­ma­lis­mo como filo­so­fía de vida.

Aun­que pen­sa­mos que somos inmu­nes a los anun­cios, nues­tros hábi­tos de com­pra son pro­duc­to de mayo­res ten­den­cias de con­su­mo. El mini­ma­lis­mo no tie­ne por qué tra­tar­se de crear un esti­lo de vida extre­mo; se tra­ta de ser más gene­ro­so, ofre­cer­le lími­tes a sus hijos y dedi­car más tiem­po y dine­ro a lo que real­men­te nos importa.

El con­su­mis­mo está fue­ra de con­trol. En la déca­da de 1970, el esta­dou­ni­den­se pro­me­dio veía alre­de­dor de 500 anun­cios al día. Hoy, está más cer­ca de 5,000. No impor­ta lo que se ven­da, todos los anun­cios le dicen a los con­su­mi­do­res lo mis­mo: com­pre más y será más feliz. Ese es el men­sa­je por el que las empre­sas esta­dou­ni­den­ses paga­ron la asom­bro­sa can­ti­dad de 171.000 millo­nes de dóla­res en 2013. Es una tác­ti­ca efi­caz: el hogar típi­co aho­ra posee 300.000 artículos.

Esta adic­ción al con­su­mo, argu­men­ta Joshua Bec­ker, es un pro­ble­ma. No pode­mos com­prar nues­tro camino a la feli­ci­dad. De hecho, lo que gene­ral­men­te ter­mi­na­mos es un des­or­den que ago­ta nues­tros recur­sos y nos dis­trae de las cosas que real­men­te importan.

Enton­ces, ¿cuál es la solu­ción? En una pala­bra, mini­ma­lis­mo . Un movi­mien­to cre­cien­te que ha cap­tu­ra­do la ima­gi­na­ción de millo­nes de per­so­nas can­sa­das del con­su­mo sin fin. Es una elec­ción de esti­lo de vida que toma en serio el vie­jo dicho de que “menos es más”.

Sin embar­go, orde­nar no se tra­ta solo de libe­rar espa­cio adi­cio­nal en nues­tros arma­rios y gara­jes, sino de redi­ri­gir nues­tro tiem­po, ener­gía y dine­ro a las cosas que real­men­te hacen que la vida val­ga la pena.

Apren­de­rá

  • por qué la publi­ci­dad es tan efi­caz para con­ven­cer­nos de com­prar aún más cosas;
  • cómo deci­dir de qué obje­tos des­pren­der­se y cuá­les con­ser­var; y
  • cómo con­ver­tir a su fami­lia en el esti­lo de vida minimalista.

__ ¿Qué des­cu­bri­rás en este post? __

  • ¿En qué con­sis­te un esti­lo de vida minimalista?
  • El mini­ma­lis­mo no se tra­ta de abne­ga­ción, se tra­ta de obte­ner más de menos
  • Mini­ma­lis­mo en el hogar
  • Ven­ta­jas y argu­men­tos para el mini­ma­lis­mo en el hogar y en la vida
  • Con­ser­ve sus obje­tos sen­ti­men­ta­les más valio­sos y expe­ri­men­te para ver de qué pue­de vivir sin ellos
  • Cómo adquir hábi­to minimalista
  • Con­se­jos de mini­ma­lis­mo en el hogar: de la acu­mu­la­ción a la donación
  • Un hogar mini­ma­lis­ta debe estar for­ma­do por una fami­lia minimalista

¿En qué consiste un estilo de vida minimalista?

El mini­ma­lis­mo con­sis­te en des­ha­cer­se de las pose­sio­nes que le impi­den hacer las cosas que más valora

¿Algu­na vez ha mira­do alre­de­dor de su casa y se ha sen­ti­do abru­ma­do por la can­ti­dad de cosas que tie­ne? No estás solo. Millo­nes de per­so­nas se escla­vi­zan para com­prar el últi­mo dis­po­si­ti­vo solo para ter­mi­nar sin­tién­do­se tan insa­tis­fe­chos como antes.

Pero las cosas empie­zan a cam­biar. Hay un nue­vo movi­mien­to en el hori­zon­te que está asu­mien­do una cul­tu­ra de con­su­mo sin sen­ti­do y adop­tan­do una vida más satis­fac­to­ria: el mini­ma­lis­mo. Su obje­ti­vo es ayu­dar­lo a des­ha­cer­se de las pose­sio­nes inne­ce­sa­rias que le impi­den dedi­car sus ener­gías a hacer las cosas más importantes.

El autor abra­zó el mini­ma­lis­mo duran­te el fin de sema­na del Día de los Caí­dos de 2008. Fue enton­ces cuan­do de repen­te se dio cuen­ta de que el con­su­mis­mo le impe­día vivir su mejor vida. Esta reve­la­ción se pro­du­jo des­pués de que deci­dió revi­sar el des­or­de­na­do gara­je de su fami­lia. Se supo­nía que iba a ser un asun­to rápi­do, pero ter­mi­nó requi­rien­do horas de tra­ba­jo duro.

Mien­tras cla­si­fi­ca­ba y lim­pia­ba, pen­só en todas las otras veces que había tra­ta­do de impo­ner orden en sus per­te­nen­cias. ¿Por qué siem­pre había sali­do de esos perío­dos de lim­pie­za sin­tién­do­se tan abatido?

Jus­to cuan­do esta­ba refle­xio­nan­do sobre esa pre­gun­ta, su vecino se detu­vo. Al dar­se cuen­ta de su frus­tra­ción, le habló de su hija, que aca­ba­ba de con­ver­tir­se en mini­ma­lis­ta y siem­pre le recor­da­ba que no nece­si­ta­ba todas las cosas que tenía.

Fue una epi­fa­nía. ¡Allí esta­ba él, per­dien­do el tiem­po en el gara­je cla­si­fi­can­do cosas inne­ce­sa­rias en lugar de pasar tiem­po de cali­dad con su familia!

Des­pués de hablar­lo con su espo­sa, deci­dió comen­zar a redu­cir la can­ti­dad de cosas que poseía. Lue­go creó Beco­ming Mini­ma­list , un blog que docu­men­ta­ba su nue­vo esti­lo de vida sin desorden.

El sitio cla­ra­men­te tocó un ner­vio. Hoy, tie­ne más de un millón de lec­to­res men­sua­les y ha con­ver­ti­do a miles de per­so­nas al minimalismo.

Vere­mos más de cer­ca de qué se tra­ta el mini­ma­lis­mo. Como verá, la per­cep­ción popu­lar de que se tra­ta de pri­var­se de las cosas bue­nas de la vida está fue­ra de lugar.

El minimalismo no se trata de abnegación, se trata de obtener más de menos

¿Qué es el mini­ma­lis­mo ? Lo más pro­ba­ble es que estés ima­gi­nan­do inte­rio­res espar­ta­nos y un esti­lo de vida que eli­mi­na los obje­tos por sí mis­mos. Pero el mini­ma­lis­mo no se tra­ta de abne­ga­ción. De hecho, los mini­ma­lis­tas obtie­nen mucho más de sus vidas.

Por ejem­plo, ¿quie­res más fle­xi­bi­li­dad en tu vida? Muchos mini­ma­lis­tas han des­cu­bier­to que orde­nar sus hoga­res sig­ni­fi­ca que son libres de tra­ba­jar y vivir don­de quieran.

Tome­mos como ejem­plo a la perio­dis­ta inde­pen­dien­te Annet­te Gartland. Se sen­tía asfi­xia­da por todas las cosas que había adqui­ri­do a lo lar­go de los años, espe­cial­men­te cuan­do regre­sa­ba a casa de lar­gos via­jes al extranjero.

En 2013 tomó una deci­sión radi­cal: deci­dió con­ver­tir­se en mini­ma­lis­ta. Des­pués de tres meses de arduo tra­ba­jo, logró redu­cir sus per­te­nen­cias a unas pocas cajas y ven­dió su casa y su automóvil. 

Ella no ha mira­do atrás. Hoy vive la vida de espí­ri­tu libre de una nóma­da mun­dial, y pasa la mayor par­te de su tiem­po en el sudes­te asiá­ti­co, don­de vive en apar­ta­men­tos com­par­ti­dos, casas y hoteles.

Pero no es nece­sa­rio via­jar a los con­fi­nes del mun­do para cose­char las recom­pen­sas del mini­ma­lis­mo. Es un esti­lo de vida que tam­bién pue­de ayu­dar­lo a con­cen­trar­se en lo que ya está fren­te a sus narices.

Cuan­do los hijos de Dave y Sheryl se fue­ron de casa, la pare­ja hizo un via­je por carre­te­ra des­de su casa en Ore­gón has­ta la cos­ta oes­te. Mien­tras via­ja­ban, vie­ron un pod­cast sobre mini­ma­lis­mo. Les cam­bió la vida.

El dine­ro no era un pro­ble­ma real para ellos, pero se die­ron cuen­ta de que la casa de sus sue­ños de cla­se media alta esta­ba con­su­mien­do más recur­sos de los nece­sa­rios. ¿Real­men­te nece­si­ta­ban ese sofá per­fec­to para su sala de estar? ¿No sería mejor que gas­ta­ran ese dine­ro en su fami­lia, salud y fe?

Cuan­do lle­ga­ron a casa, pusie­ron en prác­ti­ca el plan que habían ela­bo­ra­do duran­te su via­je por carre­te­ra. Ven­die­ron la mitad de sus per­te­nen­cias y se muda­ron a una casa más peque­ña al otro lado de la calle. La medi­da pron­to dio sus fru­tos. De repen­te, Dave tuvo más tiem­po para su fami­lia y la igle­sia e inclu­so comen­zó a escri­bir. Sheryl libe­ró un valio­so espa­cio men­tal para pen­sar en su carre­ra legal, y final­men­te deci­dió espe­cia­li­zar­se en media­ción en lugar de litigio.

Este es un gran ejem­plo de cómo el mini­ma­lis­mo pue­de cam­biar tu vida. Pero recuer­de, no exis­te una solu­ción úni­ca para todos. Así que sigue leyen­do para des­cu­brir qué tipo de mini­ma­lis­mo podría fun­cio­nar para ti.

Minimalismo en el hogar

Obten­ga una des­crip­ción gene­ral de sus hábi­tos de gas­to al com­pren­der la cul­tu­ra del con­su­mi­dor y el poder de la publicidad

Los anun­cios están por todas par­tes. Ya sea que esté en línea, vien­do tele­vi­sión o con­du­cien­do por la ciu­dad, verá miles de anun­cios todos los días. Enton­ces, ¿cuán­ta influen­cia tie­nen realmente?

Si desea com­pren­der sus hábi­tos de gas­to, es una bue­na idea obser­var la cul­tu­ra del con­su­mi­dor y los roles del mar­ke­ting y la publi­ci­dad. El pano­ra­ma gene­ral es el siguien­te: los esta­dou­ni­den­ses com­pran más hoy que nunca.

Toma a Anthony y Amy. Siem­pre habían que­ri­do irse de vaca­cio­nes en fami­lia, pero de algu­na mane­ra nun­ca pare­cían tener sufi­cien­te dine­ro. Amy sos­pe­cha­ba adón­de iba a parar todo su dine­ro. ¿Cuán­to, se pre­gun­tó, suma­rían sus pedi­dos de Amazon?

La pare­ja no esta­ba gas­tan­do de mane­ra extra­va­gan­te. La mayo­ría de sus pedi­dos eran de artícu­los peque­ños y lle­ga­ban a menos de 40 dóla­res. Sin embar­go, sumar todo con­ta­ba una his­to­ria dife­ren­te: ¡habían gas­ta­do más de $ 10,000 en cua­tro años!

El com­por­ta­mien­to de Anthony y Amy es par­te de una epi­de­mia mucho más amplia de con­su­mis­mo exce­si­vo. El hogar esta­dou­ni­den­se pro­me­dio posee el doble de lo que poseía hace 50 años. Hoy en día, una casa nor­mal con­tie­ne algo así como 300.000 artícu­los indi­vi­dua­les. No es de extra­ñar que el tama­ño pro­me­dio de las casas se haya tri­pli­ca­do y una de cada diez per­so­nas alqui­le una uni­dad de alma­ce­na­mien­to separada.

Enton­ces, ¿cómo lle­ga­mos aquí como socie­dad? No tie­nes que bus­car muy lejos la res­pues­ta. Los hábi­tos de gas­to están enor­me­men­te influen­cia­dos por el mar­ke­ting y la publicidad.

Pien­se en los artícu­los en ofer­ta. Es mucho más pro­ba­ble que encuen­tren un com­pra­dor que los pro­duc­tos nor­ma­les. Eso fue algo que el CEO de JCPen­ney apren­dió des­pués de des­ha­cer­se de las ofer­tas espe­cia­les y sim­ple­men­te redu­cir el pre­cio de todos los pro­duc­tos. Sin pro­mo­cio­nes de ven­tas, las com­pras y las ganan­cias se des­plo­ma­ron, y el CEO pron­to estu­vo bus­can­do un nue­vo trabajo.

Pero la mejor evi­den­cia de la efec­ti­vi­dad del mar­ke­ting es cuán­to des­em­bol­san las empre­sas en publi­ci­dad. Des­pués de todo, no gas­tas 171.000 millo­nes de dóla­res, como hicie­ron en 2013, en algo que sim­ple­men­te espe­ras que funcione.

Com­pren­der el poder y la influen­cia de la publi­ci­dad, y recor­dar no dejar­se influir inde­bi­da­men­te por ella, es uno de los pri­me­ros pasos hacia un esti­lo de vida minimalista.

Ventajas y argumentos para el minimalismo en el hogar y en la vida

Expre­se las razo­nes por las que quie­re con­ver­tir­se en mini­ma­lis­ta y comien­ce por acla­rar las cosas fáciles

Si está pen­san­do en adop­tar el esti­lo de vida mini­ma­lis­ta, es posi­ble que se pre­gun­te por dón­de empe­zar. Des­pués de todo, la pers­pec­ti­va de pasar por todas esas cosas o pelear con los niños por sus jugue­tes vie­jos pue­de ser bas­tan­te abrumadora.

Es cier­to que el camino hacia el mini­ma­lis­mo no es fácil. Dicho esto, exis­ten algu­nas estra­te­gias que pue­den ayu­dar­lo a lograr­lo. El mejor lugar para comen­zar su via­je es tener cla­ro por qué desea lle­gar a su des­tino en pri­mer lugar. En otras pala­bras, ¿qué te pue­de ofre­cer el minimalismo?

Hay todo tipo de res­pues­tas. Qui­zás gas­tar menos dine­ro en ropa libe­ra­rá recur­sos adi­cio­na­les para pen­sar en su carre­ra. O tal vez aho­rrar algo de dine­ro extra todos los meses lo enca­mi­ne hacia la jubi­la­ción anti­ci­pa­da con la que siem­pre ha soñado.

Es impor­tan­te hacer­se esta pre­gun­ta por­que el mini­ma­lis­mo no se tra­ta solo de orde­nar, se tra­ta de enfo­car­se en las cosas que real­men­te te importan.

El siguien­te paso en su via­je es divi­dir sus per­te­nen­cias en dife­ren­tes cate­go­rías. Empie­ce por iden­ti­fi­car las cosas de las que es más fácil des­pren­der­se. Las deci­sio­nes difí­ci­les sobre obje­tos de valor sen­ti­men­tal pue­den esperar.

Eso es exac­ta­men­te lo que hizo el autor. Una vez que deci­dió vol­ver­se mini­ma­lis­ta, comen­zó con su auto­mó­vil. Esta­ba lleno de des­or­den inú­til como CD vie­jos, jugue­tes peque­ños y gafas de sol sin usar, exac­ta­men­te el tipo de cosas que son fáci­les de lim­piar sin dema­sia­da angus­tia. Pron­to su coche estu­vo orde­na­do y solo que­da­ban los ele­men­tos esen­cia­les, como el com­pro­ban­te de seguro.

Así es como empie­zas a vol­ver­te mini­ma­lis­ta. ¡Expre­se sus razo­nes y comien­ce por des­car­tar las cosas que menos le importan!

Conserve sus objetos sentimentales más valiosos y experimente para ver de qué puede vivir sin ellos

Así que te has des­he­cho de tus per­te­nen­cias menos sig­ni­fi­ca­ti­vas. Aho­ra vie­ne la par­te com­pli­ca­da: deci­dir qué hacer con los obje­tos de valor sentimental.

Es nor­mal preo­cu­par­se por borrar cosas aso­cia­das con recuer­dos pre­cio­sos o arre­pen­tir­se de tirar algo des­pués de que ya se ha ido. Por lo tan­to, lo mejor que pue­de hacer es adop­tar un enfo­que sis­te­má­ti­co para orde­nar. De esa mane­ra, encon­tra­rá un enfo­que del mini­ma­lis­mo que real­men­te fun­cio­na para usted.

Aquí hay algu­nos consejos.

En pri­mer lugar, revi­se sus obje­tos sen­ti­men­ta­les y deci­da qué es lo más impor­tan­te. Una cosa que muchos mini­ma­lis­tas en cier­nes le pre­gun­tan al autor es qué debe­rían hacer con sus libros. La idea de per­der una biblio­te­ca que ha ido acu­mu­lan­do a lo lar­go de los años es incó­mo­da. ¿No cuen­tan todos los volú­me­nes una his­to­ria sobre tu vida?

Bueno no. Los libros no defi­nen quién eres. Las per­so­nas gene­ral­men­te los con­ser­van por todo tipo de razo­nes que no tie­nen nada que ver con el valor sen­ti­men­tal: quie­ren mos­trar cuán leí­dos son o pien­san que podrían nece­si­tar­los para refe­ren­cia futura.

Pero eso no te hará feliz. Así que man­tén tus favo­ri­tos abso­lu­tos y rega­la el res­to. ¡Ese acto de bon­dad real­men­te con­tri­bui­rá a tu felicidad!

Si le preo­cu­pa que ter­mi­ne arre­pin­tién­do­se de su deci­sión de tirar algo, inten­te vivir sin él por un tiempo.

Cuan­do Court­ney Car­ver fue diag­nos­ti­ca­da con escle­ro­sis múl­ti­ple, comen­zó a tra­ba­jar para eli­mi­nar las fuen­tes de estrés en su vida para evi­tar que la afec­ción avan­za­ra. Se dio cuen­ta de que todo lo que había acu­mu­la­do a lo lar­go de los años como una ávi­da com­pra­do­ra era una fuen­te impor­tan­te de estrés, no, como había pen­sa­do ante­rior­men­te, ¡una for­ma de ali­vio del estrés!

Preo­cu­pa­da por sepa­rar­se de algo que real­men­te que­ría con­ser­var, comen­zó a expe­ri­men­tar. Sacó varios obje­tos de su casa duran­te unos meses. Si no los echa­ba de menos, podrían irse. Tam­bién apli­có este prin­ci­pio a su guar­da­rro­pa, lan­zan­do algo que lla­mó Pro­yec­to 333 . Eso impli­có selec­cio­nar 33 pren­das de ves­tir, exclu­yen­do artícu­los esen­cia­les como ropa inte­rior, y man­te­ner­los en su arma­rio duran­te tres meses.

Una vez que se dio cuen­ta de que no nece­si­ta­ba la ropa que había guar­da­do, la donó.

Cien­tos y miles de per­so­nas que han uti­li­za­do este tipo de estra­te­gias se han dado cuen­ta de que es posi­ble vivir en un hogar orde­na­do sin des­per­tar­se y des­cu­brir que no tie­nen nada que ponerse.

Cómo adquir hábito minimalista

Nave­ga por los mares del con­su­mis­mo en tu bar­co mini­ma­lis­ta esta­ble­cien­do nue­vos hábitos

Te has dado el paso y has deci­di­do abra­zar el mini­ma­lis­mo, ¡genial! Aho­ra es el momen­to de apren­der a nave­gar por los vas­tos océa­nos del con­su­mis­mo en su bar­co minimalista.

Como capi­ta­near cual­quier bar­co, se nece­si­ta mano segu­ra y un fuer­te sen­ti­do de orien­ta­ción. Afor­tu­na­da­men­te, hay muchas for­mas de comen­zar a cam­biar sus hábi­tos de com­pra y evi­tar las agi­ta­das aguas de los días fes­ti­vos impul­sa­dos ​​por el consumo.

Si le resul­ta difí­cil resis­tir la ten­ta­ción cons­tan­te de com­prar cosas, inten­te tomar­se un des­can­so de las com­pras por com­ple­to. Eso es lo que hizo Sarah Peck. Gra­dua­da de la Ivy Lea­gue con un buen tra­ba­jo en San Fran­cis­co, regu­lar­men­te lle­ga­ba a fin de mes con muy poco dinero.

Sarah se dio cuen­ta de que gran par­te del pro­ble­ma era su gus­to por la ropa cara. Gas­tar $ 400 en un nue­vo atuen­do se había con­ver­ti­do en algo natu­ral, ¡nada sor­pren­den­te para alguien con bue­nos ingre­sos que vive en una socie­dad tan cons­cien­te de la moda!

Deci­dió selec­cio­nar su ropa favo­ri­ta de su arma­rio y tirar el res­to. ¿El siguien­te paso? Tóme­se un des­can­so de las com­pras duran­te un año. Fue una elec­ción empo­de­ra­do­ra. De repen­te tuvo más tiem­po y dine­ro para gas­tar en atle­tis­mo y salir con sus amigos.

Otra for­ma de man­te­ner su esti­lo de vida mini­ma­lis­ta es infor­mar a la gen­te de ante­mano qué rega­los le gus­ta­ría reci­bir. Un com­pro­mi­so con el mini­ma­lis­mo no tie­ne por qué amar­gar el espí­ri­tu navi­de­ño, pero pue­des evi­tar acu­mu­lar pose­sio­nes no desea­das dicién­do­les a los no mini­ma­lis­tas de tu vida lo que te gus­ta­ría para Navidad.

Tome­mos al autor. Dar rega­los lo puso ansio­so al prin­ci­pio. No que­ría ser una pre­sen­cia simi­lar a la de Scroo­ge duran­te las vaca­cio­nes que­ján­do­se de la cul­tu­ra del con­su­mi­dor. Pero tam­po­co que­ría obse­quios inútiles.

La solu­ción al dile­ma era sim­ple: ser proac­ti­vo y decir­le a su espo­sa lo que real­men­te nece­si­ta­ba. En su caso, era la mem­bre­sía del gim­na­sio que había que­ri­do sacar duran­te años. Resul­tó ser un gran rega­lo, ya que pudo con­cen­trar­se en su salud y esta­do físi­co por pri­me­ra vez en años.

Si no quie­re obse­quios, recuer­de que siem­pre pue­de pedir­les a sus seres que­ri­dos que hagan una dona­ción a la orga­ni­za­ción bené­fi­ca de su elec­ción. Suge­rir alter­na­ti­vas en lugar de recha­zar rega­los es una exce­len­te mane­ra de dar ejem­plo sin que­mar puentes.

Consejos de minimalismo en el hogar: de la acumulación a la donación

Apro­ve­che al máxi­mo la pose­sión de menos cam­bian­do su enfo­que de la acu­mu­la­ción a la donación

Pocas cosas son más satis­fac­to­rias que ayu­dar a los demás. Y a dife­ren­cia de la acu­mu­la­ción inter­mi­na­ble de pose­sio­nes, la gene­ro­si­dad no es una solu­ción rápi­da; es una fuen­te de satis­fac­ción dura­de­ra. Es por eso que debe­ría pen­sar en donar sus per­te­nen­cias anti­guas a una orga­ni­za­ción bené­fi­ca en lugar de inten­tar venderlas.

Cuan­do el autor deci­dió vol­ver­se mini­ma­lis­ta y orde­nar su casa, él y su espo­sa pusie­ron sus cosas vie­jas en eBay y orga­ni­za­ron una ven­ta de gara­je. Esta­ban con­ven­ci­dos de que todos esos CD, ador­nos y ropa que habían com­pra­do a lo lar­go de los años les harían un buen cen­ta­vo. ¿Sus ganan­cias des­pués de todo ese esfuer­zo? Un mise­ra­ble $ 135.

Eso los hizo pen­sar. Real­men­te no nece­si­ta­ban el dine­ro, pero había miles de per­so­nas que nece­si­ta­ban deses­pe­ra­da­men­te el tipo de artícu­los que habían esta­do ven­dien­do. Así que se acer­ca­ron a un par de orga­ni­za­cio­nes bené­fi­cas loca­les y comen­za­ron a donar sus anti­guas pose­sio­nes. Com­pa­ra­do con ven­der­los por mone­das, fue una expe­rien­cia ale­gre y satisfactoria.

Dar jue­ga un papel impor­tan­te en el mini­ma­lis­mo. Inclu­so pue­des usar tu dine­ro y tiem­po extra para con­ver­tir­te en una per­so­na inten­cio­nal­men­te generosa.

Eso es algo que Ali se dio cuen­ta en 2007. Un pas­tor había plan­tea­do una pre­gun­ta en un reti­ro de la igle­sia: ¿qué pue­den hacer las per­so­nas para mejo­rar el mun­do? Ali tuvo una reve­la­ción. Su ani­llo de bodas pro­ba­ble­men­te podría ali­men­tar a todo un pue­blo en algu­nas par­tes de África.

Des­pués de dis­cu­tir­lo con su espo­so, Ali deci­dió ven­der su ani­llo y donar el dine­ro a una orga­ni­za­ción bené­fi­ca que per­fo­ra pozos en el Áfri­ca sub­saha­ria­na. ¡Una cosa lle­vó a la otra y los ami­gos de Ali pron­to esta­ban hacien­do lo mis­mo con sus ani­llos de boda! Hoy Ali diri­ge With This Ring, una orga­ni­za­ción sin fines de lucro que ayu­da a pro­por­cio­nar agua pota­ble a miles de personas.

¡Ese es un gran ejem­plo de la for­ma en que recha­zar el con­su­mis­mo sin fin pue­de ayu­dar­te a lle­var una vida más ple­na y generosa!

Un hogar minimalista debe estar formado por una familia minimalista

Cons­tru­ya una fami­lia mini­ma­lis­ta esta­ble­cien­do lími­tes en el con­su­mo de sus hijos y sien­do paciente

Si ya está de acuer­do con el esti­lo de vida mini­ma­lis­ta en este pun­to, es posi­ble que se pre­gun­te cómo podría enca­jar con su familia.

Un error común es que el mini­ma­lis­mo se tra­ta de decir no a las soli­ci­tu­des de jugue­tes nue­vos de sus hijos. Pero el mini­ma­lis­mo y la pater­ni­dad son mucho más que eso. De hecho, se tra­ta de ayu­dar a sus hijos a desa­rro­llar hábi­tos de con­su­mo salu­da­bles des­de una edad tem­pra­na. Eso sig­ni­fi­ca esta­ble­cer límites.

Tome­mos al autor y su espo­sa. Hicie­ron un tra­to con su hija. Se le per­mi­te tener tan­tos jugue­tes como quie­ra, siem­pre que que­pan en su arma­rio. Lo mis­mo ocu­rre con los pro­yec­tos de arte. Siem­pre que todo que­pa en el reci­pien­te de plás­ti­co deba­jo de su cama, pue­de guar­dar tan­tos mate­ria­les como quie­ra. Eso la ani­ma a tomar deci­sio­nes sobre sus per­te­nen­cias y pre­gun­tar­se qué es lo que real­men­te necesita.

Tam­bién pue­de mos­trar­les a sus hijos que estos lími­tes tie­nen bene­fi­cios con­cre­tos. El dine­ro que se ha aho­rra­do com­pran­do menos, por ejem­plo, se pue­de inver­tir en expe­rien­cias com­par­ti­das sig­ni­fi­ca­ti­vas, como unas vaca­cio­nes fami­lia­res. ¡Eso es mucho más valio­so que un jugue­te nuevo!

Pero tam­bién es impor­tan­te recor­dar tener pacien­cia. Las per­so­nas que te rodean pue­den nece­si­tar un poco más de tiem­po que tú para abra­zar por com­ple­to el minimalismo.

El autor reci­bió una vez un correo elec­tró­ni­co de un recién con­ver­ti­do al esti­lo de vida mini­ma­lis­ta. Ella le pre­gun­tó si debe­ría divor­ciar­se de su mari­do debi­do a su renuen­cia a adap­tar­se al esti­lo de vida. Le recor­dó que el obje­ti­vo del mini­ma­lis­mo es unir a las per­so­nas en lugar de sepa­rar­las. Solo nece­si­ta­ba ser más paciente.

Cul­ti­var una fami­lia mini­ma­lis­ta no siem­pre fun­cio­na a la per­fec­ción. Lo impor­tan­te es tomar­se las cosas con cal­ma y pre­di­car con el ejem­plo en lugar de inten­tar for­zar una nue­va for­ma de vida a sus seres queridos.

Haz esos tra­ba­jos de dos minu­tos aho­ra mis­mo. El des­or­den a menu­do se acu­mu­la debi­do a la dila­ción. En lugar de com­pi­lar una lis­ta de cosas por hacer, sim­ple­men­te com­ple­te los tra­ba­jos que sabe que pro­ba­ble­men­te solo toma­rán unos minu­tos. Lave los pla­tos de inme­dia­to o colo­que la ropa usa­da en un ces­to de ropa aho­ra en lugar de espe­rar a que se for­me una pila.


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