Por Edward L. Deci
¿Qué te motiva realmente? ¿Es el reconocimiento, un sueldo o la satisfacción silenciosa de un trabajo bien hecho? Si eres fanático del deporte, podrías pensar que la competencia, la fama y los premios son los mayores motivadores para los atletas. Pero, ¿y si estos incentivos externos no son lo que nos hace realmente felices? ¿Y si, en lugar de impulsarnos, son precisamente lo que puede acabar agotando nuestra motivación?
Lo que descubrirás en este libro
En este resumen, exploraremos:
- La necesidad esencial de la autonomía humana.
- Los efectos asfixiantes de los entornos controladores.
- Cómo cultivar la motivación intrínseca puede liberar mayor creatividad, satisfacción y éxito.
Ya sea que busques redescubrir la alegría en tu trabajo, inspirar a tu equipo o finalmente lanzarte a ese proyecto apasionante que has estado postergando, aquí encontrarás ideas sorprendentes y valiosas que se aplican a todas las áreas de la vida.
¿Qué te impulsa realmente?
Why We Do What We Do (1995) explora la ciencia detrás de la motivación humana, centrándose en lo que nos lleva a actuar y cómo las influencias externas moldean nuestro comportamiento. Este libro ofrece perspectivas transformadoras para fomentar el crecimiento, la colaboración y el éxito auténtico, ya seas padre, docente, gerente o simplemente alguien curioso sobre el comportamiento humano.
¿Listo para descubrir lo que realmente te motiva y cómo puedes aprovecharlo? ¡Es hora de comenzar!
Los desafíos de la vida cotidiana
La vida diaria está llena de retos: problemas financieros, relaciones fracturadas, hábitos poco saludables y presiones sociales. No es sorprendente que muchos se sientan abrumados, lo que a menudo conduce a comportamientos dañinos que repercuten en familias, lugares de trabajo y comunidades.
La respuesta habitual: más control
¿Cómo solemos abordar estos comportamientos no deseados o perjudiciales? Ya sea un gerente tratando con empleados, un docente gestionando estudiantes o incluso cómo nos tratamos a nosotros mismos, la respuesta más común suele ser aumentar el control. Esto implica:
- Exigir mayor responsabilidad.
- Imponer reglas más estrictas.
- Recompensar o castigar para corregir el rumbo.
Sin embargo, estas estrategias frecuentemente fracasan, agravando los problemas en lugar de resolverlos.
¿Y si hacemos una pregunta diferente?
En lugar de intentar imponer el cumplimiento, podríamos preguntarnos:
“¿Por qué las personas actúan de esta manera en primer lugar?”
La clave está en la motivación y la autonomía
En el centro de esta cuestión se encuentra la motivación humana, y específicamente, el papel de la autonomía. Cuando las personas actúan de forma autónoma:
- Se guían por sus valores.
- Experimentan libertad y autenticidad.
- Asumen responsabilidad porque sus acciones reflejan su verdadero ser.
Por el contrario, cuando el control domina –ya sea por presiones externas o expectativas interiorizadas–, las personas se sienten alienadas, desconectadas de sus propias motivaciones y menos comprometidas con sus acciones.
Compliance vs. Defiance: Dos respuestas al control
La reacción al control suele manifestarse de dos maneras:
- Cumplimiento (compliance):
- Puede parecer cooperativo, pero a menudo genera resentimiento o una rebelión silenciosa.
- Desafío (defiance):
- Un rechazo abierto a la autoridad que alimenta un ciclo de resistencia y un control aún más estricto.
Ninguna de estas respuestas conduce al cambio significativo y duradero que solo la motivación genuina puede lograr.
El camino hacia un cambio real
Fomentar la autonomía es la clave para reconstruir la autenticidad y la responsabilidad, tanto a nivel individual como comunitario. Al crear entornos que:
- Nutran la conexión con los valores internos de las personas.
- Promuevan la libertad de actuar según sus propios principios.
… podemos romper los ciclos de alienación y control, abriendo paso a un mundo más comprometido y automotivado.
En las siguientes secciones, exploraremos un enfoque respaldado por investigaciones que ofrece un camino esperanzador para superar estos desafíos y construir una sociedad más auténtica y conectada.
Explorando la motivación: ¿Por qué hacemos lo que hacemos?
Cuando intentamos entender por qué actuamos como lo hacemos, el foco inevitablemente se dirige a la motivación. ¿Qué nos impulsa a actuar? Y, aún más importante, ¿qué ocurre cuando perdemos ese impulso? La gran pregunta es: ¿cómo podemos cultivar una motivación genuina y autodirigida en los demás –ya sean niños, estudiantes o empleados– en lugar de fomentar la desconexión y la apatía tan comunes hoy en día?
La motivación intrínseca: el motor natural del aprendizaje
El psicólogo Harry Harlow descubrió algo fascinante sobre la motivación. Observó que los monos, al igual que los niños curiosos, resolvían puzzles con entusiasmo sin esperar ningún premio. No lo hacían por un incentivo; simplemente disfrutaban del proceso. A esto lo llamó motivación intrínseca: el placer de hacer algo por el simple gusto de hacerlo.
Sin embargo, a medida que los niños crecen, esta curiosidad natural tiende a desvanecerse. Para cuando llegan a la escuela, muchos parecen indiferentes al aprendizaje. ¿Por qué?
La respuesta podría estar en las herramientas que usamos para motivar: recompensas, reglas y regímenes estrictos.
¿Qué ocurre cuando añadimos recompensas externas?
En su propia investigación, Edward Deci analizó cómo las recompensas externas, como el dinero, afectan a actividades que las personas ya disfrutan. Los resultados fueron reveladores:
- Cuando se introduce una recompensa, el enfoque cambia. Las personas dejan de disfrutar la actividad por lo que es y comienzan a verla como un medio para obtener algo más.
- Cuando las recompensas desaparecen, también lo hace el interés. Aquello que antes era placentero se convierte en una obligación.
Esta transición de la alegría al deber provoca una alienación. Las personas pierden contacto con su motivación interna y se ven controladas por presiones externas, lo que tiene consecuencias profundas tanto para los individuos como para la sociedad.
El problema con la competencia
Algo similar ocurre con la motivación basada en la competencia. Aunque puede parecer emocionante, al final es otra forma de control. La presión por ganar puede eliminar la alegría y el entusiasmo de la actividad, incluso para quienes resultan victoriosos.
La necesidad de autonomía: el motor de la motivación
Las personas anhelan autonomía. Quieren sentir que son ellas mismas quienes dirigen su propio camino. Pero cuando les quitamos esa autonomía –mediante plazos estrictos, supervisión constante o incluso recompensas bienintencionadas–, la motivación disminuye drásticamente.
Cómo reavivar la motivación intrínseca
La buena noticia: existen maneras de reencender la chispa interior:
- Ofrecer elecciones significativas: Cuando las personas tienen opciones, se sienten empoderadas y más conectadas con la actividad. Por ejemplo:
- Permitir que los estudiantes elijan los temas de sus ensayos.
- Dar a los empleados la oportunidad de participar en decisiones de proyectos.
- Fomentar un entorno de respeto y comprensión:
- Evitar órdenes autoritarias o micromanagement.
- Reconocer las perspectivas individuales y valorar sus aportes.
Motivación que florece: equilibrio y respeto
La clave no es eliminar recompensas o la competencia, sino equilibrarlas cuidadosamente para que no se conviertan en fuerzas de control. Un entorno donde se fomente la autonomía, la elección y el respeto permite que la motivación florezca, devolviendo a las personas el control sobre su impulso natural hacia la curiosidad y el aprendizaje.
Respetar la autonomía no solo empodera, sino que genera resultados más duraderos y satisfactorios, tanto para las personas como para las comunidades.
El precio oculto de las recompensas externas
Cuando utilizamos recompensas externas como principal motor de motivación, inevitablemente surge un problema: las personas tienden a buscar atajos. En lugar de esforzarse por hacer su mejor trabajo, se concentran en manipular, engañar o alcanzar resultados superficiales y a corto plazo.
- Piensa en un vendedor que miente para cerrar un trato.
- O un estudiante que memoriza información para un examen solo para olvidarla días después.
Este comportamiento contrasta radicalmente con la motivación intrínseca, donde la curiosidad, la pasión o el propósito impulsan a las personas.
La magia del «flow»
Cuando alguien trabaja desde la motivación intrínseca, entra en un estado de vitalidad y trascendencia que el psicólogo Mihaly Csikszentmihalyi denominó flow. Es esa sensación en la que:
- El tiempo vuela.
- El trabajo se siente significativo.
- La alegría proviene del proceso, no solo del resultado.
Artistas, atletas e incluso cirujanos suelen describir este estado como profundamente gratificante y capaz de generar resultados más ricos y creativos.
Por el contrario, las recompensas externas pueden sofocar esta experiencia, creando una dependencia que desaparece cuando los incentivos dejan de estar presentes. Además, fomentan una mentalidad de atajos: ¿por qué invertir en calidad o autenticidad si el camino más rápido hacia la recompensa es suficiente?
El papel limitado de las recompensas externas
Aunque las recompensas externas tienen su lugar –como los salarios–, deben usarse de forma estratégica y equitativa. La clave está en crear entornos que permitan a las personas conectar con el valor inherente de lo que hacen, ya que ahí es donde florecen la creatividad, el compromiso y la satisfacción genuina.
La motivación a través de la competencia y los resultados claros
Un elemento esencial para mantener la motivación es sentirse competente. Las personas necesitan ver cómo sus acciones conducen a resultados significativos. Sin esta claridad, la motivación decae.
En países como Estados Unidos, existe la creencia de que el trabajo duro puede conducir a promociones, bonificaciones o satisfacción personal, lo que mantiene a las personas comprometidas. Sin embargo, este sistema tiene fallos. Aquellos que no tienen acceso a estas recompensas, debido a barreras educativas o sistémicas, suelen quedar rezagados, replicando la desmotivación observada en economías controladas como la Unión Soviética.
Para que un sistema funcione, debe:
- Respetar la autonomía.
- Ser claro en cómo el trabajo bien hecho se traduce en beneficios reales.
Pero incluso aquí hay riesgos. Cuando las recompensas, promociones o elogios se perciben como herramientas de control, pueden minar la motivación intrínseca.
El delicado equilibrio del feedback
El feedback es una herramienta poderosa, pero debe manejarse con cuidado:
- Elogios mal entregados pueden sentirse como control.
- Críticas negativas, si no apoyan la autonomía, pueden destruir la motivación.
El feedback efectivo no solo informa, sino que respeta y apoya la autonomía del individuo.
Fomentando la motivación intrínseca
Todo se reduce a apoyar la autonomía. Los mejores gerentes, docentes y padres logran motivar a otros creando entornos que:
- Fomenten la elección.
- Ofrezcan desafíos óptimos.
- Permitan que las personas se sientan competentes.
Ya sea en el trabajo, la escuela o el hogar, este enfoque no solo potencia la motivación, sino también la creatividad, la productividad y el bienestar a largo plazo.
El verdadero motor de la motivación es un entorno que respete la autonomía y valore el propósito inherente en cada acción.
Entendiendo lo que nos impulsa: historia y evolución de la psicología
Si te interesa descubrir qué mueve a las personas, vale la pena explorar las dos tradiciones principales de la psicología:
- Procesos internos: Iniciada por las teorías psicoanalíticas de Freud, que indagan en las profundas y, a menudo, inconscientes razones detrás del comportamiento.
- Conductismo: Desarrollado por B.F. Skinner, se centra en las acciones observables y los refuerzos externos que las moldean.
Aunque estas dos escuelas históricamente han chocado, el enfoque propuesto por el autor, el humanismo empírico, busca combinar investigaciones científicas con ideas humanistas, cerrando la brecha entre ambas.
La integración orgánica: un enfoque equilibrado del desarrollo humano
En el núcleo del humanismo empírico está el concepto de integración orgánica, que plantea que:
- Los humanos no son mecanismos pasivos que esperan ser programados ni salvajes que necesitan ser domados.
- Somos organismos proactivos con un impulso inherente para explorar, crecer e integrar diversos aspectos de nosotros mismos.
Esta integración está profundamente vinculada con nuestra necesidad de:
- Autonomía.
- Autenticidad.
- Un sentido de armonía interior.
El papel del entorno
Nuestros entornos influyen significativamente en nuestra motivación:
- Entornos que apoyan nuestra autonomía y competencia: Fomentan la motivación intrínseca y nos ayudan a prosperar.
- Entornos controladores o limitantes: Generan desmotivación y comportamientos negativos.
Por ejemplo, un joven futbolista que también es artista prosperará si es apoyado en ambos roles, resistiendo los estereotipos y las presiones sociales. Este tipo de entornos no solo nutren la motivación, sino que promueven una identidad coherente y auténtica.
La clave para abordar tareas necesarias pero poco atractivas
¿Cómo motivamos a las personas a participar en tareas necesarias pero poco interesantes de manera auténtica y satisfactoria? La respuesta está en el proceso de internalización, mediante el cual adoptamos valores o normas externas y los hacemos nuestros.
Existen dos formas principales de internalización:
- Introyección:
- Se actúa por culpa, presión u obligación.
- Ejemplo: Una persona que asume un negocio familiar por deber, sin compromiso real, probablemente fracasará por falta de auténtica motivación.
- Integración:
- Es el estándar ideal. Aquí, las personas adoptan valores externos y los alinean con su sentido de identidad.
- Ejemplo: Un niño que comienza a sacar la basura por iniciativa propia, no por insistencia de sus padres, sino porque comprende el valor de contribuir al hogar.
Cómo fomentar la integración en lugar de la introyección
Para lograr la integración, es fundamental:
- Ofrecer apoyo a la autonomía: Brindar opciones significativas y libertad para decidir.
- Proporcionar razones claras: Explicar el propósito detrás de la tarea.
- Reconocer los sentimientos: Validar cualquier resistencia o incomodidad.
Por ejemplo, incluso para tareas tediosas, las personas estarán más motivadas si un maestro, gerente o padre:
- Explica su importancia.
- Reduce la presión al mínimo.
- Muestra empatía hacia la reticencia inicial.
Esto fomenta una participación auténtica en lugar de un cumplimiento forzado.
Un equilibrio entre crecimiento personal y responsabilidad social
Cuando logramos la integración, las personas pueden internalizar valores de manera que apoyen tanto su crecimiento personal como su responsabilidad social. Este equilibrio –entre la individualidad y las necesidades de los demás– sienta las bases para vivir de manera auténtica, responsable y libre.
Crear entornos que respeten la autonomía, ofrezcan desafíos significativos y fomenten la competencia es clave para nutrir el desarrollo humano y la motivación intrínseca.
Apoyando la autonomía en un mundo que no siempre coopera
Crear entornos que fomenten la autonomía y la motivación intrínseca es esencial, pero no siempre es fácil en una sociedad que a menudo nos empuja en la dirección opuesta.
Los introjectos: control interno disfrazado de expectativas
Muchas personas pierden contacto con su verdadero yo debido a los introjectos: expectativas interiorizadas de los demás sobre cómo “deberías” ser. Estas demandas rígidas, como:
- “Debes tener éxito para ser valioso.”
- “Debes ganar más que los demás para ser digno.”
… actúan como controladores internos que se aferran al ego. Como resultado, las personas suprimen sus sentimientos y deseos auténticos, desconectándose de sí mismas.
El impacto de las motivaciones extrínsecas: el ejemplo del “Sueño Americano”
Las motivaciones extrínsecas funcionan de manera similar. Un ejemplo destacado es el “Sueño Americano”, que promueve la búsqueda de riqueza, fama y belleza como aspiraciones principales. Aunque pueden motivar, estas metas suelen tener un costo elevado para la salud mental y la satisfacción general con la vida.
Este concepto también se vincula con la idea del individualismo extremo, pero es importante notar que:
- El individualismo no equivale a autonomía.
- La autonomía implica autoconocimiento y una alineación con los valores personales.
- El individualismo a menudo gira en torno al egoísmo y la conformidad con normas sociales.
El peligro del «yo falso»
Perseguir motivaciones introyectadas o extrínsecas para ganar aceptación o aprobación tiene un precio:
- Sacrificamos la autonomía.
- Construimos un “yo falso” basado en la validación externa en lugar de la autenticidad personal.
Este “yo falso” genera una identidad frágil, especialmente en las relaciones, donde el amor y la aceptación se convierten en algo condicional. Por ejemplo:
- Un niño que solo se siente valioso cuando saca una buena nota o limpia su habitación.
En contraste, el apoyo a la autonomía es incondicional. Nurtura una autoestima auténtica: un sentido de valor personal estable que no depende de cumplir con las expectativas de los demás.
El ego como obstáculo para el crecimiento
Cuando el ego toma el control, puede generar éxitos a corto plazo, pero sofoca la motivación intrínseca, la creatividad y la capacidad de resolver problemas de manera adaptativa.
Por el contrario, una autoestima genuina, arraigada en la autonomía y los valores personales, permite que las personas:
- Evalúen sus acciones sin cuestionar su valor fundamental.
- Construyan resiliencia.
- Crezcan de manera auténtica y libre.
El verdadero camino hacia el bienestar personal y social no pasa por perseguir expectativas externas, sino por cultivar una conexión auténtica con nosotros mismos y nuestras elecciones.
El poder transformador del apoyo a la autonomía
El apoyo a la autonomía es una herramienta poderosa para fortalecer relaciones en aulas, lugares de trabajo y familias. No implica renunciar a la autoridad, sino crear un entorno colaborativo que ofrezca elecciones significativas y valore las perspectivas individuales, fomentando un sentido de propiedad y autodirección.
Cómo fomentar la autonomía en diferentes entornos
- En la educación:
- Los docentes pueden ofrecer a los estudiantes opciones sobre cómo aprender un tema.
- Esto no solo mejora la motivación, sino también el rendimiento, al hacer que los estudiantes se sientan valorados y responsables de su propio aprendizaje.
- En el trabajo:
- Involucrar a los empleados en decisiones sobre proyectos o permitirles diseñar sus propias estrategias.
- Este enfoque reduce los conflictos internos causados por presiones externas como plazos rígidos o incentivos monetarios, fomentando la inversión natural en su trabajo.
- En la salud:
- Los médicos que apoyan la autonomía logran mejores resultados al empoderar a sus pacientes, brindándoles información clara (por ejemplo, sobre los peligros del tabaco) y opciones para el cambio.
- Al dejar la decisión final en manos del paciente, promueven cambios reales y duraderos en lugar de resistencia o cumplimiento superficial.
El impacto positivo de la autonomía
El apoyo a la autonomía no solo mejora la motivación y el rendimiento, sino que también es clave para impulsar el cambio positivo. Las personas deben querer cambiar para superar comportamientos dañinos, y este enfoque crea las condiciones necesarias para que ocurra de manera auténtica.
En contraste, los entornos controladores –basados en recompensas, castigos o normas rígidas– tienden a generar conflictos internos, valores inflexibles y comportamientos rebeldes. Al fomentar entornos que valoren la autonomía, las organizaciones, familias y comunidades pueden trascender estas dinámicas, promoviendo un compromiso genuino y duradero.
La verdadera libertad: autonomía alineada con los valores
La autonomía no significa ausencia total de restricciones, sino la capacidad de tomar decisiones significativas y alineadas con los propios valores.
- La auténtica libertad no consiste en rechazar todas las normas, sino en actuar de manera coherente con los principios fundamentales de cada persona.
- Este equilibrio entre autonomía, conexión y responsabilidad fomenta la confianza, la colaboración y el crecimiento, creando entornos donde las personas y las comunidades prosperan juntas.
Lecciones clave de Why We Do What We Do
En su libro, Edward L. Deci y Richard Flaste destacan el poder transformador de la motivación intrínseca en el comportamiento humano:
- Las personas prosperan cuando se sienten autónomas, competentes y conectadas con los demás.
- La verdadera motivación proviene del interior, no de recompensas o presiones externas.
El libro subraya el daño causado por los entornos controladores –ya sean normas sociales, incentivos o castigos– y promueve el valor de la empatía y la colaboración para generar cambios positivos duraderos.
El camino hacia una vida auténtica pasa por equilibrar la autonomía con la conexión y la responsabilidad, promoviendo entornos donde las personas puedan crecer y prosperar juntas.
La vida no es un juego de azar ni un casino donde invertir tus días, sino una obra de arte que se contempla y se crea. Al igual que una pintura requiere colores y trazos únicos, nuestra existencia florece cuando equilibramos la autonomía, la conexión y la responsabilidad. En lugar de depender de incentivos externos como recompensas o castigos, la verdadera motivación proviene del interés genuino, la pasión y un propósito alineado con nuestros valores personales. Cuando vivimos de forma auténtica y dejamos atrás el «yo falso» que busca aprobación externa, cultivamos una autoestima estable y un sentido de libertad real, donde cada elección refleja nuestra esencia. Tanto al aprender en un curso de pintura como al disfrutar de un videojuego, lo importante es sentir, amar y crear desde la autonomía, abrazando la vida como una obra en constante evolución.