Actualizado el lunes, 4 septiembre, 2023
Estamos capacitados para aprender o ser cualquier cosa, pero ¿por qué nos cuesta tanto ser felices?
Si sientes que alguna de las áreas de tu vida no es como deseas, te invito a que te sumerjas en las páginas de este libro para transformar todo aquello de tu vida que no te gusta.
Durante muchos años, Aurora Stuter se conformó con la vida que tenía, aunque no fuese la que deseaba. Un día comprendió que ser feliz es un derecho que se nos concede a todos en el momento en el que nacemos y que, por eso, la felicidad no debería ser un privilegio del que gozan tan solo unos pocos. La autora ha querido hacer de este libro una guía con las herramientas que usó para dejar atrás todo lo que en su vida le causaba dolor. Esas herramientas son las mismas que hoy en día le permiten con-seguir y disfrutar de todo aquello que desea.
Mereces ser feliz te ayudará a conocer el origen de tu sufrimiento y, desde ahí, te mostrará los pasos a seguir para transformar tus sueños en realidad y así poder lograr todo aquello que te propongas. No te conformes con el «casi feliz». Tú eres el creador de tu vida, toma la decisión de ser feliz y diseña la vida que vas a tener a partir de hoy, es algo que te mereces.
Entrevista a Aurora Stuter, autora de «Mereces ser feliz»
Háblanos un poco de ti
Creo que esta pregunta hace unos años la hubiese contestado con otras palabras. Pero, a día de hoy, la respondo con una sonrisa en la cara.
Gracias a conocer el crecimiento personal pude dejar atrás una vida que, aunque suene duro, me daba igual si continuaba o no, a veces, carecía de sentido. Todos los días eran iguales y me dedicaba a sobrevivir nada más, tan solo me esforzaba por agradar a los demás. Pensaba: “¿qué puedo hacer para que Fulanito esté más contento?” Pero nunca me preguntaba qué podía hacer para ser más feliz yo. Dejaba mi felicidad en manos de otras personas sin entender que nadie mejor que yo sabe qué es lo que realmente me hace feliz.
Hoy puedo decir que soy la dueña y responsable de mi vida y, por tanto, también de mi felicidad. He dejado atrás la ansiedad, la dependencia emocional, el tratar de agradar a todo el mundo a cambio de una mínima atención, el miedo a la soledad, el no mirarme a un espejo por rechazar la imagen que me mostraba y la autoexigencia, entre otras cosas.
Hoy soy una persona que me preocupo por cómo me siento, me comprendo y me entiendo, me pregunto a diario qué necesito para ese día, tomo acción para estar más cerca de mis sueños, cuido de mí misma y, lo más importante, me siento orgullosa de en quién me he convertido.
¿Por qué decidiste escribir este libro?
Cuando pude experimentar el cambio de pasar de una vida que no me gustaba a tener una vida mejor de lo que soñaba quise compartir con los demás todo lo que había aprendido para que otras personas también puedan realizar ese cambio y consigan ser más felices en sus vidas. Y, como mi cambio empezó con un libro, quise que mi libro también pudiera ser el principio del cambio de alguien.
Ya no es todo lo material que obtienes, es también lo bien que te sientes en tu día a día, comienzas a vivir en un estado de calma, tranquilidad y disfrute.
He estado en los dos bandos, y sé cómo se sufre. Pero también sé cómo salir de ahí. Y ese es mi objetivo y el del libro, acompañar a todo aquel que desee cambiar su vida y dejar a un lado todo aquello que le produce dolor.
¿Por qué nos cuesta tanto ser felices?
Nadie nos enseña a serlo. La sociedad ha evolucionado en muchos sentidos, pero siento que nuestra mentalidad sigue atrapada a varios siglos anteriores, sobre todo las mujeres.
Antiguamente, el papel de la mujer se centraba en casarse y darle hijos a su marido ya que dependían totalmente de un hombre. Se esforzaban por estar bonitas y competían entre ellas para que las eligieran. Hoy en día, la mujer ya no depende de un hombre, pero seguimos compitiendo entre nosotras para ser las elegidas, ¿por qué?
Tan solo hay que echar un vistazo a los anuncios de televisión y a las revistas que nos muestran los supuestos cánones de belleza. A todas horas nos están diciendo que somos imperfectas: crema para la celulitis, tintes para las canas, pastillas para adelgazar, cremas para las arrugas… Siempre hay algo que mejorar. No les interesa comercialmente que nos sintamos bien con nosotras mismas.
Y, con respecto al trabajo, nos tratamos como si fuésemos máquinas y nuestra valía solo se midiese por nuestro grado de eficacia, tanto producimos, tanto valemos.
Me hubiera encantado que en el colegio me hubieran enseñado a aceptarme, a tener pensamientos que me ayudasen y desechar todos aquellos que al final siempre terminaban con un “tú no puedes o no te lo mereces”. Hubiese sido genial que me hubieren enseñado a saber gestionar tanto mis pensamientos como mis emociones, pues me hubiese ahorrado mucho sufrimiento.
Por el hecho de ser adultos, nos hemos olvidado de dedicar parte de nuestro tiempo a divertirnos. Pero si todo el rato estamos comparándonos, quejándonos por aquello que aún no hemos conseguido, esforzándonos por dar la talla en el trabajo y en la casa y preocupados por la opinión que pueden tener los demás acerca de nosotros, ¿cómo no va a ser complicado ser felices?
Cambiemos el inicio de las frases y sustituyamos el “tengo que…” por “me apetece…” Con este pequeño e insignificante acto daríamos un gran cambio a nuestra vida.
¿Qué valor tiene para nuestras vidas los sentimientos negativos como el dolor o el sufrimiento?¿Hay diferencia entre ellos?
Para mí no hay sentimientos negativos ni positivos, todos y cada uno de ellos nos muestran una información acerca de nosotros y nuestras necesidades. Por ejemplo, solemos ponernos tristes cuando algo se termina. La tristeza es un sentimiento que nos indica que tenemos que dedicar tiempo a cuidarnos, escucharnos y atender nuestras necesidades. Porque es el momento cero, algo se ha marchado, pero un abanico de nuevas oportunidades se abre frente a nosotros. Lo importante es saber transitar la tristeza para no huir de ella y aprovechar toda la información que nos trae, saber cuándo salir de ese estado y no quedarnos encerrados en un bucle del cual luego nos es difícil salir. Todo esto se consigue una vez que aprendemos a gestionar tanto nuestros pensamientos como sentimientos.
Y, con respecto a si hay diferencia entre el dolor y el sufrimiento, la respuesta es sí. Podemos llegar a confundirlos porque el sentimiento es prácticamente el mismo. Pero la diferencia está en que el dolor no se puede evitar, pero el sufrimiento sí que es opcional. El dolor surge con algo externo que nos acontece y el sufrimiento tiene su origen en nuestro interior, con los pensamientos que tenemos una y otra vez y que nos hacen daño. Un ejemplo con el que se entiende muy bien es cuando nuestra pareja decide terminar la relación. En el momento en el que nuestra pareja nos lo comunica sentimos dolor, el daño viene provocado por las palabras que escuchamos. Pero el sufrimiento llega con cada pensamiento que tenemos del estilo de que nos vamos a quedar solos, de que nadie más nos va a querer, no podremos encontrar a nadie que se fije en nosotros…etc. Todos estos pensamientos no son la realidad aunque en el momento lo creamos, si somos conscientes de que son solo palabras, podremos deshacernos de todos y cada uno de ellos y, a su vez, el sufrimiento también desaparecerá.
¿Qué herramientas nos muestra el libro?
El libro podría dividirse en dos: la gestión de los pensamientos y la de las emociones. La primera parte del libro nos enseña cómo aprender a gestionar nuestros pensamientos para que sepamos disminuir todo el ruido que hay en nuestra mente y, así, podamos seleccionar los pensamientos que nos funcionan y los que no.
Después da un paso más y nos enseña a transitar las emociones para que podamos aprender de ellas y aprovechar al máximo toda la información que nos dan para conseguir aquello que anhelamos.
En cada sección nos vamos a encontrar con varias herramientas sencillas de aplicar, pero capaces de dar un giro de 180 grados a nuestra vida, porque tanto en una parte como en la otra, vamos a aprender mucho de autoconocimiento y autocuidado, que es lo fundamental para gozar de una buena autoestima.
¿Alguna de ellas es tu favorita? ¿Por qué?
Si tengo que elegir una, elegiría sin duda aquella que cuando la aprendí marcó un antes y un después en mi vida.
Esta herramienta trata de tomar consciencia de cada uno de mis actos. Por ejemplo, si me estoy cepillando el pelo trato de notar cómo el cepillo recorre mi melena, al ducharme presto atención al agua recorrer mi cuerpo o cuando abro una puerta me repito mentalmente que la estoy abriendo. Todo esto te ayuda a darte cuenta del lenguaje que empleas a diario, y es tan importante, porque de este lenguaje surgen los pensamientos que nos hacen tanto daño. Por tanto, si aprendemos a “cazar” a esos pensamientos para quitarles el poder, podemos deshacernos de ellos y decirle adiós a aquello que nos hace sufrir.
¿Podrías compartirnos algunos de tus párrafos preferidos del libro?
Este fue muy importante para mí: “…No quiero decir que no pidamos consejo, solo quiero decir que le des más valor a tu opinión que a la de los demás. ¿Quién ha vivido la experiencia, tú o ellos? ¿Quién sabe mejor lo que hay en tu interior, tú o ellos? La información más valiosa es la que procede de dentro de ti».
Este otro es un consejo que continúo dando: “Tú marcas lo que te diferencia, por eso no imites, si te gusta alguien, tómalo de referencia, pídele ayuda si lo necesitas, pero sobre todo sé tú mismo, porque tú ya eres brillante. Descubre qué es lo que te gusta hacer y muéstraselo al mundo».
Y, por último, este en forma de confesión: “He llegado a pensar que nadie me iba a querer y todas mis relaciones estaban frustradas desde el primer momento, porque no me sentía merecedora de ese amor. Por mucho que me esforzara en ser alguien perfecta a la que sí pudieran querer nunca acababa consiguiendo que las relaciones fueran fluidas. Era normal que no lo consiguiera porque yo estaba haciendo un papel y no me estaba mostrando como realmente era por no quererme a mí misma.”
¿Hubo algo que aprendieras mientras escribías el libro y que no supieras antes de empezarlo?
Sigo aprendiendo cada día, pero, sobre todo, me di cuenta de que cada vez me encontraba con más mujeres que se hallaban en el mismo lugar en el que estaba yo antes de mi transformación. Ellas me ayudaron a recordar muchas cosas y me inspiraban a la hora de escribir, porque mi única intención era que algún día pudieran encontrar esa ayuda que les permitiera salir de ahí.
¿Qué te gustaría decirles a los lectores del libro?
En primer lugar, darles las gracias por haberme dado la oportunidad y tener mi libro entre sus manos.
Y también me gustaría decirles que no lo tomen como un libro más que lees y queda olvidado en algún lugar de la estantería. Los animo a que lo dejen en su mesita de noche, lo vayan leyendo poco a poco, haciendo todos los ejercicios que hay en él y consultándolo cada vez que lo necesiten.
Me gusta decir que es un libro para principiantes, porque en él se encuentran las herramientas más básicas para que tu vida comience a cambiar. Como decía Albert Einstein, “Locura es hacer lo mismo una vez tras otra y esperar resultados diferentes.” No podemos esperar un cambio si continuamos haciendo lo mismo cada día. Por lo que si lo que buscan es un cambio en sus vidas, en el libro hallarán la forma de hacerlo posible, la decisión siempre será nuestra.
¿Qué otros libros nos recomiendas?
1.- Cree en ti. -De Rut Nieves
¿Hay alguna razón de por qué elegiste las herramientas que hay en el libro?
Sí, las escogí porque son las primeras con las que yo comencé mi gran cambio y para mí son las más importantes. Cuando lees el libro te das cuentas de que algunas son tan sencillas como que la primera cosa que hagamos al despertar sea sonreír, y puede parecer una tontería porque no requiere de un gran esfuerzo, pero acciones tan sencillas como esta son las que dan lugar a grandes cambios.
¿Algún consejo para que las herramientas sean más eficaces?
Suelo decir que es como ir al gimnasio. Esto no es algo que hagas un día y después te olvides. Por eso son herramientas tan sencillas, el objetivo es que puedas convertirlo en un hábito de tu día a día.
¿Cuál fue el detonante que te introdujo en el crecimiento personal?
El no poder más, estar cansada de que todo me saliera mal y sufrir todo el rato.
Nuestro nivel de tolerancia suele ser muy alto, solemos aguantar bastante, por mucho que algo nos duela y no nos haga feliz lo seguimos manteniendo, porque no creemos posible un cambio. Y es hasta el momento en el que ya no podemos más cuando buscamos desesperadamente ese cambio.
Mi consejo es que no llegues a ese punto, que no esperes como yo a no poder más con la situación para cambiar aquello que te daña. Si ya hay algo que no es como te gustaría en tu vida, por favor, cámbialo, solo tú puedes hacerlo.