Actualizado el viernes, 26 mayo, 2023
Nos queremos vivas. Y en México se hace demasiado difícil luchar por los derechos de las mujeres debido a la alta corrupción y el elevado machismo que existe. La violencia machista está muy presente en la sociedad.
Si siempre comentamos que las cifras son escandalosas, en el caso de México dan escalofríos: siete mujeres son asesinadas allí cada día y muchas más desaparecen.
Familias enteras luchan por encontrar a sus hermanas, hijas, nietas, sobrinas, esposas… porque la policía parece haberse olvidado de ellas. Casos como el de Diana, la hija de Mª Eugenia Fuentes Núñez, a la que ni siquiera querían recoger la denuncia de su desaparición en la comisaría, son frecuentes:
«No me querían recoger la denuncia porque estaban en cambio de turno. Pero vieron que yo estaba desesperada y —Dios ha sido muy grande conmigo— se acercó uno de los ministeriales y me levantó el acta. Pero desgraciadamente había que esperar 72 horas para la búsqueda».
Si bien las primeras horas son cruciales para encontrar a la persona desaparecida con vida, la policía no mueve un dedo antes de los 3 días, y sus respuestas más comunes son que seguramente «se ha ido con su novio». Pocas semanas después de la denuncia interpuesta por Mª Eugenia, detuvieron por asesinato al hombre con el que su hija mantenía una relación. Según varios testimonios, era violento antes de lo que pasó, pero niega haberla matado.
Tras perder su casa por buscar a su hija durante un año y no cesar en su empeño por empujar a las autoridades a que hicieran su trabajo, encontraron el cadáver cerca de donde desapareció:
«Se encontraron nada más su cabeza y sus pies. Entonces no podían explicar realmente qué fue lo que pasó con ella. Entonces la única cosa que sabíamos era que la habían descuartizado. Se me vino a la mente que había sido tráfico de órganos», explica Mª Eugenia.
La investigación sigue abierta, pero sin sospechosos.
Ella no olvida: «Yo no voy a detener el proceso hasta que no haya un culpable. Ya no voy a encontrar a mi hija, pero el día de mañana puede ser otra niña. Y ni siquiera el día de mañana, si no cada hora, cada momento se desaparece una. No quiero dejarlo así».
La relación entre el crimen organizado (trata de personas, prostitución infantil, etc.) y los políticos y los policías de alto nivel se ha demostrado una y otra vez. Esta elevada corrupción dificulta enormemente las posibilidades de supervivencia de todas estas jóvenes.
Solo en el Estado de México, 260 mujeres fueron asesinadas en 2016. Pero no podemos olvidar a las desaparecidas. ¡Cuántas salieron al colegio, al trabajo o simplemente a la tienda de al lado y jamás regresaron!
En el caso de la desaparecida hermana de Fabián Hernández Sánchez, la policía no quiere iniciar actividad después de una semana sin que ella haya dado señales de vida:
«Lo que me comentan es que no pueden realizar alguna actividad aún porque la información que les doy es muy escasa. Me dicen que tengo que darles datos más sólidos para empezar a hacer su trabajo, a investigar».
Su hermana Carolina tiene 26 años y desapareció tras dejar a su hijos de 4 y 6 años en preescolar. Jamás había faltado a recogerlos. La falta de acción por parte de las autoridades, la desesperación de Fabián le ha llevado a arriesgar su vida y ponerse a investigar él mismo, recorriendo las calles e indagando para poder tener una pista.
«Me llegó una pista. Me han dicho que la han visto con un sujeto al cual he buscado, pero no tengo resultados», dice sollozando.
Tras recabar esta información, la respuesta de la policía es todavía más increíble: ¡necesitan algo más concreto! Como un número de teléfono o una dirección. A los 12 días, Fabián identificó en la morgue el cuerpo sin vida de su hermana Carolina. Fue encontrada cerca de donde desapareció, detrás de un arbusto y cerca de una carretera. Los pantalones y las bragas por los tobillos y con marcas de tortura y violencia sexual.
Por desgracia, estos casos no son una excepción. Hay cientos y miles de ellos similares.
Viviana Muciño Márquez, del Observatorio Ciudadano Contra la Violencia, Desaparición y Feminicidio en el Estado de México, afirma que la falta de voluntad y capacidad de la policía y los fiscales es un punto clave para la alta tasa de criminalidad en México. Muchos de los culpables quedan impunes.
«Se ha naturalizado la violencia. La mayoría de los feminicidios son por parte de las parejas y nosotros vemos el miedo que tienen ellas para denunciar, también por esta violencia institucional». Viviana explica que el riesgo de que las autoridades no les tomen en serio y que no se apliquen las medidas apropiadas hace que muchas mujeres que viven en una situación violenta regresen con sus parejas que, en los peores casos, las matan.
Mª Eugenia y muchas otras mujeres siguen luchando por una justicia olvidada. El número de niñas y mujeres violadas, maltratadas, asesinadas y desaparecidas continúa aumentando las terribles listas del feminicidio en México.
Fuente original: El País
Recuerda que si vives una situación de violencia machista, lo más importante es pedir ayuda. ¡El machismo mata!
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