Eso es lo que propone la artista visual y activista Yolanda Domínguez en su nueva acción titulada Total Correction. Una performance con la que pretende subvertir el mensaje con el que la industria de belleza y cosmética nos bombardea continuamente para hacernos creer que somos imperfectos. La acción se realizó el pasado mes de febrero en la plaza del Callao de Madrid, para la feria Art Madrid 2016, pero es ahora cuando está empezando a hacer ruido en los medios de comunicación:
El peor enemigo que podemos tener somos nosotros mismos. Y cuando hablamos de belleza física, las mujeres no se dan tregua. Según un estudio, sólo el 4% de las mujeres del mundo se consideran a sí mismas bellas. Y es evidente que la realidad supera con creces ese porcentaje.
Las mujeres estamos sometidos a la tiranía de la belleza. En la actualidad se habla de la igualdad de género en todas partes del mundo, sin embargo, si damos una rápida mirada a la publicidad que nos rodea observamos que no se ha logrado tal equidad y que aún la imagen de la mujer se muestra de forma degradante.
«Las mujeres solemos hacer observaciones muy negativas sobre nuestro cuerpo y esto es algo que no surge de manera natural, sino que hemos aprendido», explica Yolanda Domínguez a Yorokobu.
«Una de las causas proviene de la industria de la belleza, que nos repite constantemente que nuestro cuerpo natural está mal y lo tenemos que modificar. Escuchamos tantas veces este mensaje a través de imágenes y eslóganes que llegamos a interiorizarlo. Cuando te miras al espejo ya te desprecias de manera automática porque no te pareces a ese referente irreal que han construido para venderte un producto. Nuestro cuerpo se ha convertido en algo que nos avergüenza y nos frustra cuando debería ser todo lo contrario: una fuente de placer y de satisfacción».
La artista acudió antes a una tienda especializada en cremas para asesorarse sobre las preocupaciones de las clientas y qué aspectos positivos podrían resaltar de su rostro. Luego ensayaron juntas qué debían decir durante la performance.
Domínguez diseñó el nombre y la identidad visual de la marca, y encargó vía online el estand y los tarros de cremas. Un equipo de ocho personas, entre actrices, equipo de producción, cámaras, audio y ella misma participaron en el proyecto.
«Con esta acción quería ofrecer a las personas un mensaje positivo que compensara por unos instantes esa presión a la que estamos sometidos e hiciera que se mirasen al espejo con otros ojos».
«La expresión y la actitud de las personas cambia totalmente cuando se sienten valorados. El objetivo es que esos mensajes también salgan de sí mismos. Desde el día de la acción, en muchos momentos me sale decirme “¡estás estupenda!”. Yo también he cambiado un poquito gracias ella».
A lo largo de 100 años, las mujeres pasan de media 3,82 años arreglándose (dependiendo de la encuesta), es decir, casi 4 años de vida para una mujer que viva 100 años. Tiempo que muchos estiman perdido, dedicado a complacer a la tiranía a la que nos encontramos sometidas, en un mundo de apariencia y frivolidad, que nos es impuesto. No hay más que ver los anuncios que circulan hoy en día en los medios de comunicación para ver que la tendencia parece que incluso aumenta.
Las personas que se sentaron en él, no sabían que era ficción, por lo que sus respuestas fueron totalmente espontáneas. «Hubo algunas mujeres que decían cosas tremendamente negativas sobre sí mismas y que no he incluido en el vídeo por respeto a su intimidad», comenta Domínguez.
Pero su actitud, como antes ella misma explicaba, cambia a medida que la actriz resalta las virtudes de su aspecto: pómulos perfectos, piel magnífica, haber disfrutado y vivido con intensidad la vida… «Deseo sinceramente que ese mensaje positivo haya dejado una semilla que se haga fuerte y crezca», afirma Domínguez.
La artista no ha recibido aún ningún comentario u opinión de ninguna empresa de ese sector. Sin embargo, explica, «creo que sería muy interesante que probaran a cambiar su estrategia de ventas, basada en el miedo y la vulnerabilidad, e hicieran llegar a las personas mensajes positivos que les enseñen a valorarse más. Yo estaría dispuesta a apoyar a una marca que me haga sentir fuerte y poderosa, no pequeña y débil, que es lo que suelen hacer». ¿Quién podría no estar de acuerdo?
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