Actualizado el domingo, 27 octubre, 2024
Tal vez las cicatrices que tiene el alma sean difíciles de curar, pero, a veces, son las físicas las que no nos dejan avanzar. Por eso, la tatuadora brasileña Flavia Carvalho se ha puesto manos a la obra y, con su proyecto “A Pele Da Flor” (a flor de piel) lleva ya casi 3 años empoderando a mujeres supervivientes de violencia de género y de masectomías a través de sus tatuajes.
«Todo empezó–explica la tatuadora–cuando trabajaba con una cliente que querían cubrir una enorme cicatriz en su abdomen. Me contó que estaba en un club nocturno, y cuando rechazó a un hombre que se acercó a ella, él la apuñaló con una navaja automática. Cuando vio el tatuaje terminado, se conmovió muchísimo y eso me afectó a mi también».
La historia que más la impresionó «fue la de una chica de 17 años que estaba saliendo con un hombre más mayor y durante meses sufrió una relación con abusos físicos. Cuando él quiso romper con ella, quedaron, y después de empezar a pelear la apuñaló varias veces en el abdomen y la violó de forma muy violenta».
Tatuaje donde antes había una herida de bala
Tatuaje tras una masectomía
Tatuaje tras ser acuchillada por su ex pareja
Tras un disparo en la calle
Pero no son los únicos, aquí tienes más ejemplos de lo que esta artista ha conseguido. No solamente borrar las cicatrices físicas del cuerpo de las víctimas, sino también ayudarlas a superar con más facilidad esos duros momentos que les ha tocado vivir.
Algunas mujeres se enfrentan a ello mostrándolo, como Elina Halttunen nos enseñó. Otras, sin embargo, prefieren hacerlo borrando toda secuela física y, nosotros, desde aquí, también las apoyamos.
Fuente original: The Huffington Post
Puedes seguir a Flavia a través de su página de Facebook.
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Una historia que, sin duda, merece la pena ser compartida. Iniciativas como estas son nuestra razón para que muhimu siga en pie.