Actualizado el Monday, 28 February, 2022
Muchos psicólogos cognitivos creen que el ser humano tiene una tendencia clara a percibir e interpretar la realidad de la manera más simple posible.
Según esta visión sobre nuestra mente, nos gusta clasificar las cosas en buenas y malas, juzgamos a las personas con mucha rapidez durante los primeros minutos en los que las conocemos, y solo tenemos en cuenta los matices en casos especiales, cuando la situación lo requiere.

__ ¿Qué descubrirás en este post? __
La Escala Kinsey de orientación sexual
Cuando pasamos a considerar la condición sexual de las personas, tenemos en cuenta dos categorías: homosexualidad y heterosexualidad, que pueden combinarse formando la bisexualidad. Sin embargo… ¿hasta qué punto esta forma de clasificar las tendencias sexuales es fiel a la realidad? ¿Hay una diferenciación tan clara y rotunda entre la homosexualidad y la heterosexualidad?
Un hombre llamado Alfred Kinsey rompió esta concepción dualista de las orientaciones sexuales al proponer un modelo según el cual existen muchos grados intermedios entre heterosexualidad y homosexualidad. Esta gradualidad quedó plasmada en lo que hoy se conoce como escala Kinsey:

En los últimos años son muchos los avances en igualdad que se han conseguido como la inclusión de artículos en algunos estatutos de autonomía entorno a la no discriminación por orientación sexual e identidad de genero, y otros entre los que destaca el derecho al matrimonio entre personas del mismo sexo: un instrumento que ha otorgado dignidad, seguridad, protección y autoconfianza a miles de personas y a sus familias.
Solemos dividir a la sexualidad de las personas en tres grandes grupos: la homosexualidad, la heterosexualidad o la bisexualidad. También conocemos la figura del asexual. Pero esto reduce mucho el campo de las personas, para encontrar donde se sienten más identificadas y completar su orientación sexual existen otros términos. En concreto hay uno que pasa desapercibido, desconocido para la gran mayoría, con dosis de sufrimiento potencial para quien lo experimenta, sobre todo en la adolescencia y juventud temprana: la demisexualidad.
Se engloban dentro de este término las personas que no sienten atracción sexual en base a un físico, sino únicamente por personas con quienes tenga una conexión emocional fuerte, ya sea amor profundo o una amistad muy grande. Si faltan estos vínculos, creados previamente, la persona es incapaz de sentir atracción por ninguna persona.

¿La demisexualidad es igual a la asexualidad?
La demisexualidad se suele considerar como una especie de asexualidad temporal, que despierta con el paso del tiempo y ciertas experiencias vitales con la otra persona muy afín. Dura lo que duren los vínculos emocionales, la atracción sexual se evapora con la destrucción de los vínculos.
Durante su adolescencia esta personas pasan por una etapa de desconcierto que en muchas ocasiones conduce al sufrimiento. Este mundo no esta preparado para otro tipo de atracción que no sea la atracción física, estamos rodeados de anuncios publicitarios y contenido en la que dos desconocidos en menos de tres segundos pasan a ser objeto de deseo. En un demisexual esta sensación no se puede dar. Un desconocido, incluso un conocido sin más, como tantos otros en la vida, nunca despertarán la atracción.
La adolescencia se considera la etapa mas complicada para estas personas ya que es la edad de las hormonas, cuando a un quinceañero le seduce hasta el metereólogo del telediario, así que no es fácil pasar desapercibido cuando rompes los cánones forma. Los demisexuales reconocen la belleza de una persona (del mismo sexo o del sexo ajeno, no es incompatible con homo, hetero ni bisexualidad).

Desmisexual
El demisexual pasa por dos tipos de atracción sexual: primaria y secundaria. La primaria se basa en las cualidades exteriores: su físico, su rostro, su forma de vestirse y peinarse, la seguridad de su personalidad básica. La secundaria se basa en cualidades que solo te pueden aportar una relación previa (tiempo): una relación estable y duradera de fidelidad y amor, una conexión emocional intensa, admiración mutua en base a ideas o actitudes.
Este tipo de relaciones consta de dos etapas: la primaria y la secundaria. Habitualmente vemos como la mayoría de las personas necesita el interés físico como eje para cultivar a posteriori una relación, o incluso no pasar de ahí (relaciones muy esporádicas, puntuales, únicamente sexuales, etc). Sin embargo los demisexuales necesitan de una etapa secundaria, en la que se cultiva la pareja, antes de alcanzar la primaria, o ese interés físico.
La demisexualidad esta reconocida por la Asexual Visibility and Education Network (AVEN). Aún carece de muchos apoyos, al contrario de la asexualidad que ha sido defendida por muchas organizaciones en defensa de la homosexualidad y la transexualidad.
Aun que esta pasa muy desapercibida esperamos poder ayudar a su difusión, a través de plataformas de su propia organización como: Demisexuality.org.
