Actualizado el lunes, 14 febrero, 2022
Cupido no lanza flechas, pero nuestro cerebro lanza algo muy parecido: dopamina. La dopamina se encarga de generar un estado de felicidad; la norepinefrina es responsable de la sensación de ‘mariposas en el estómago’ y la dilatación de pupilas; la serotonina produce exaltación y euforia, en tanto que la oxitocina se relaciona con los patrones sexuales. Nuestro cuerpo elige por nosotros de quién nos enamoramos.
El amor no entiende de diferencia de edad, clase social, religión, de razas, o incluso sexo. Los problemas de los matrimonios interraciales (por ejemplo) a veces incluyen el rechazo de la familia, los amigos y la sociedad, así como las ideas individuales y las expectativas dentro de la relación.
De igual modo, durante mucho tiempo la homosexualidad fue considerada como una conducta reprobable y una enfermedad mental ‘curable’, ya en 1990 la Organización Mundial de la Salud (OMS) determinó que no se trataba de ninguna enfermedad ni desorden mental o desviación sexual, sino una opción más como cualquiera de las otras.
Como el amor no entiende de diferencias, esta campaña publicitaria de Zim Colored Powder por los derechos LGBT da en el clavo al mostrar a parejas abrazándose saturadas de color. Son coloridos polvos no son tóxicos, ni irritables, ni manchan, e incluso pueden ser ingeridos en pequeñas dosis:
(via: BoredPanda)
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