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Así es el paritorio del futuro, más humano y feminista

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Actualizado el martes, 8 agosto, 2023

El parto es nuestro, y la arquitectura también. Uno de los lemas feministas más utilizados reza «nosotras parimos, nosotras decidimos». Entonces, ¿por qué no decidir cómo y en qué entorno dar a luz?

En los últimos años, el mundo ha sido testigo de una transformación en la forma en que las mujeres dan a luz. Ya no se trata solo de un proceso médico, sino de un evento que se celebra y se respeta en la cultura actual. Esta evolución ha llevado a la creación de paritorios más humanos y feministas.

En este artículo, hablaremos sobre el paritorio del futuro y cómo se está desarrollando para ser más humano y feminista.

La importancia del parto humanizado

El parto humanizado es un enfoque que reconoce el parto como un evento natural y fisiológico en lugar de un proceso médico. Este enfoque pone a la mujer y su bebé en el centro del proceso de parto, lo que significa que la mujer tiene el control y el poder de tomar decisiones informadas sobre su cuerpo y su bebé.

El parto humanizado se centra en la atención a la madre y el bebé, y se asegura de que la mujer esté cómoda y segura durante todo el proceso. Además, se enfatiza en la importancia de la privacidad y la intimidad, y se anima a la mujer a tener a su pareja y a su familia presentes durante el parto.

La tecnología en el paritorio del futuro

A medida que la tecnología avanza, también lo hace el paritorio del futuro. La tecnología puede mejorar el cuidado de la madre y el bebé durante el parto. Por ejemplo, la monitorización fetal continua puede detectar problemas en el bebé antes de que ocurran complicaciones graves.

También se están desarrollando nuevas tecnologías para ayudar en el parto. Una de ellas es el uso de robots para realizar la cesárea, lo que reduce la probabilidad de errores humanos y mejora la precisión. Además, los avances en la medicina pueden ayudar a prevenir la hemorragia postparto y otras complicaciones.

La importancia de la igualdad de género en el paritorio

En el pasado, los hombres estaban excluidos del parto, pero hoy en día se les anima a que estén presentes y sean participantes activos en el proceso de parto. Se ha demostrado que la presencia del padre o de la pareja durante el parto puede reducir la ansiedad y el dolor de la mujer.

También se están tomando medidas para garantizar que el personal médico tenga en cuenta la perspectiva de género en el parto. Esto significa asegurarse de que las mujeres reciban atención médica equitativa y justa y se respeten sus derechos y preferencias culturales.

El papel del feminismo en el paritorio del futuro

El feminismo ha desempeñado un papel importante en la evolución del paritorio. Ha ayudado a dar poder a las mujeres y ha asegurado que sus voces sean escuchadas en el proceso de parto. El feminismo ha abogado por un mayor enfoque en la atención a la mujer y al bebé, en lugar de solo en el proceso médico.

Además, el feminismo ha abogado por la igualdad de género en el paritorio, asegurándose de que las mujeres tengan el control de su cuerpo y su bebé durante todo el proceso. También ha trabajado para eliminar el estigma y la vergüenza asociados con el parto y la lactancia.

Paritorio del futuro

Una sanidad poco sensibilizada con las mujeres como la que existe actualmente, aboga por los quirófanos, las cesáreas, las episiotomías y la falta de comodidad y calidez en uno de los procesos más naturales del ser humano. Para romper con todo esto llega el proyecto arquitectónico Parra-Müller. Arquitectura de maternidades, que nos presenta un paritorio diferente, más humano.

Ángela Müller y Marta Parra son las artífices de estos paritorios feministas y humanizados que nos han dejado sin palabras. Su diseño también ha encandilado al mundillo arquitectónico en general y, por su proyecto en el Hospital Universitario HM Nuevo Belén de Madrid, han recibido el premio IIDA —los Oscar de la arquitectura—.

Un paritorio pensado para la madre

Lo más revolucionario del paritorio del estudio Parra-Müller es que está diseñado pensando en el bienestar de la madre, del recién nacido e incluso para facilitar el trabajo personal sanitario que les atenderá. Pero lo más importante es que la madre se sitúa en el centro del diseño. Marta Parra deja claro qué les motivó a realizar este proyecto: «Llevamos años escuchando a las mujeres y sus historias de parto, diferentes pero con ejes comunes. Las necesidades de las mujeres no están en la hoja de ruta de la vanguardia arquitectónica«.

Ángela Müller asegura que las personas están en el centro de su diseño. «Todo lo que hacemos se puede resumir en un término: deshospitalizar —explica—. Sí, te toca ir al hospital y eso no es agradable; pero el hospital no tiene por qué oler a desinfectante, no tiene por qué aumentar el estrés que ya tienes, no te tiene que dar miedo ni ponerte nerviosa«. Decidir traer una nueva vida al mundo es toda una experiencia, pero no tiene por qué empezar como algo traumático y a lo que temer. La idea de este nuevo paritorio es dejar atrás la idea de enfermedad que nos trae a la cabeza un hospital y abrir paso al futuro.

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Así es el paritorio del futuro, más humano y feminista 5

El proyecto de diseño de paritorios de Ángela Müller y Marta Parra en el Hospital Universitario HM Nuevo Belén de Madrid ha sido reconocido con el premio IIDA en la categoría de diseño de hospitales y centros de salud. El enfoque de estas diseñadoras es crear espacios de atención médica que estén enfocados en las necesidades de las mujeres y promuevan la igualdad de género en el sistema de salud. En este artículo, vamos a profundizar en los detalles del proyecto de Müller y Parra y discutir cómo su enfoque feminista y humanizado podría inspirar a otros diseñadores a crear espacios de atención médica más inclusivos.

El diseño de paritorios de Müller y Parra fue concebido como una respuesta a la falta de atención y consideración a las necesidades específicas de las mujeres en los hospitales y centros de salud. En su proyecto, las diseñadoras buscaban crear un espacio que fuera acogedor y relajante, que ayudara a reducir el estrés y la ansiedad de las pacientes en trabajo de parto y que promoviera una experiencia más humana y respetuosa del parto.

Para lograr esto, Müller y Parra se centraron en crear un ambiente que fuera más similar al hogar de las pacientes. Los paritorios están diseñados para ser espacios íntimos y acogedores, con muebles y decoraciones que crean una sensación de calidez y confort. Los colores suaves y la iluminación indirecta ayudan a crear una atmósfera relajante que promueve la tranquilidad y la serenidad durante el proceso del parto.

Además, los paritorios de Müller y Parra están diseñados para promover la privacidad y el respeto a las decisiones de las pacientes. Cada habitación cuenta con una sala de espera privada donde la familia y amigos cercanos pueden esperar sin interrumpir el proceso del parto. También se han instalado elementos que permiten a las pacientes ajustar la luz y el sonido de la habitación según sus preferencias personales.

Otro aspecto importante del proyecto de Müller y Parra es su enfoque feminista y humanizado. Las diseñadoras creen que el proceso del parto es una experiencia profundamente personal y que las mujeres tienen derecho a un trato respetuoso y empático durante este proceso. Para lograr esto, han incorporado elementos que fomentan el empoderamiento de las pacientes, como una bañera de parto y elementos de diseño que promueven la conexión entre la madre y el recién nacido.

El proyecto de Ángela Müller y Marta Parra en el Hospital Universitario HM Nuevo Belén de Madrid es un ejemplo inspirador de cómo el diseño puede mejorar la experiencia del parto y promover la igualdad de género en el sistema de salud. Su enfoque feminista y humanizado demuestra que es posible crear espacios de atención médica que respeten las necesidades y preferencias de las pacientes, promoviendo una experiencia más humana y respetuosa del parto.

Sus propias experiencias como madres engendraron este proyecto

Tras ser madres decidieron viajar por Europa y ver qué se hacía en otros sitios. Lo tuvieron claro desde el principio: «El entorno debía facilitar el parto y el nacimiento y claramente el modelo tradicional con paritorio con potro en el centro y mujer abierta de piernas, no lo hacía. Los paritorios de antes (desgraciadamente aún hay muchos así) son como quirófanos, ambiente quirófano, es decir, la sensación era de estar casi en peligro, pues se necesitaba todo ese aparataje y personas para salvarte la vida y la de tu bebé en cualquier momento. Es un ambiente que genera mucho estrés, no tranquiliza, hace frío, no tienes tus cosas, estás en una posición de sumisión, no te puedes mover…».

Tanto Müller como Parra tienen tres hijos cada una, es decir, seis experiencias de parto en total. Parra explica que «a raíz de estas vivencias, en diferentes hospitales dentro y fuera de España, nos planteamos las dificultades que había para parir con dignidad y con sensatez en este país». Por eso se embarcaron, antes de comenzar su proyecto Arquitectura de maternidades, en el fascinante mundo del activismo.

Del activismo a revolucionar los hospitales

Sus experiencias como madres hicieron que las dos arquitectas se unieran a la asociación El parto es nuestro. Allí compartieron vivencias con otras mujeres con historias muy similares a las suyas. Müller reconoce que «das por sentado que al entrar en el paritorio pierdes la ropa y la dignidad«. Sin embargo, ambas aseguran que «no tiene por qué ser así». Debemos superar la visión tradicional del parto para dar un paso más hacia el bienestar de las madres y sus bebés.

«El parto y el sexo son muy parecidos»

Müller y Parra te pueden dejar atónita con una frase tan rotunda como esa. Aunque, ¿no tienen razón? Aseguran que «para ambos necesitas seguridad, intimidad, estar a gusto…«. Y eso es lo que proporcionan sus diseños de paritorio. No son solo colores agradables y muebles bonitos. No. También se basan en dejar atrás el potro (completamente prohibido en sus diseños) y dar un poco de intimidad a la madre en un proceso tan íntimo y sensible.

Todos los elementos del paritorio están pensados para convertir una experiencia que puede llegar a ser muy traumática en lo más agradable posible. Siempre pensando en la privacidad de la mujer y en su comodidad.

El dinero no es problema

Cualquiera pensaría que un paritorio así, tan pensado y bien diseñado, les costará un dineral a los hospitales. Sin embargo, la realidad es completamente diferentes. Este diseño no cuesta más que el de un paritorio tradicional: Parra asegura que «nuestras propuestas no necesitan de un exceso de equipamiento médico de alta tecnología, más bien al revés, creemos que es posible conseguir buenos resultados con pocos y pensados elementos«.

Las arquitectas siguen en contacto con los hospitales donde han implementado su proyecto e, incluso, reciben feedback de mujeres que han pasado por estos paritorios y todo son elogios. Además, las cifras demuestran que el espacio afecta al parto: en la Unidad de Parto Normal de Nuevo Belén, la tasa de cesáreas es tres veces menor que en el resto del hospital. Además, la episiotomía baja del 90% que hay en el resto a aproximadamente un 10% en esta unidad. Esto confirma, como explican las Müller y Parra que su «hipótesis de que el espacio importa” es cierta.

¡Vivan los paritorios humanizados!

¿Sabías que antes del 1600 las Mujeres Occidentales daban a luz en cuclillas, sentadas y de pie?

Esto cambió cuando el rey Luis XIV de Francia dispuso que para poder él presenciar el nacimiento de sus hijos, sus mujeres debían dar a luz acostadas.

Aunque esa postura hace más difícil y doloroso el parto, pronto se generalizó, y los médicos franceses tuvieron que inventar los fórceps para evitar algunas de sus consecuencias. En poco tiempo se multiplicaron los instrumentos obstétricos, y se llegó a creer que el parto siempre era una urgencia que exigía atención médica para que fuera sin complicaciones.

Cada vez se populariza más la idea de que la mujer debe guiarse por su propio instinto en lo que se refiere al parto. El número de futuras madres que optan por el parto natural -entendido como aquel parto en el que la intervención externa es la mínima posible- va en aumento.

El obstetra francés Michel Odent, uno de los defensores más notables del parto natural, afirma que la parturienta no debe atenerse a ninguna regla, sino obedecer a su instinto, que la hace experta en dar a luz. Odent daba a sus pacientes entera libertad para proceder como quisiesen, e incluso les permitía sentarse en una tina de agua tibia para aliviar el dolor de las contracciones uterinas. De ahí surgió la idea del parto en agua.

Los conocimientos actuales de fisiología han demostrado que el parto vertical -de pie o en cuclillas- permite que el nacimiento del bebé sea más rápido y menos traumático. Sin embargo no existe una postura universal para dar a luz. En las comunidades más primitivas, las parturientas primerizas se guían por el consejo de mujeres más experimentadas.

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