Actualizado el martes, 15 marzo, 2022
Ya no existe una «Guía de la buena esposa» pero este vídeo tan disruptor demuestra que queda mucho por hacer. Este es Pol, un chico que en poco menos de 9 minutos desmonta el discurso machista por el que él mismo se ha visto afectado y ha decidido hacer algo importante al respecto. Nos lo explica en este vídeo:
Pol Galofré
Fuente original: PlayGround
Nacida y educada como niña, Pol decidió cambiar de sexo y también de género. Pretendió ser lo que se espera y se entiende socialmente como un hombre, pero se decepcionó tanto que ha tomado otra opción. Espera que todos tomemos la que mejor nos defina a cada uno de nosotros y nosotras.
Construir la masculinidad de forma consciente
Debemos ser conscientes de que la sexualidad, el género y el modo de concebirlos tienen múltiples formas. De hecho, un ejemplo de ello son los nativos americanos que, antes de la colonización, reconocían nada más y nada menos que 5 géneros.
Sexo vs. género
El sexo se determina en el vientre materno y será masculino o femenino; mientras que el género, ser lo que se considera “hombre” o “mujer”, es una construcción social y cultural que se aprende. El sexo define los rasgos físicos que vienen determinados desde el inicio de la vida y el género es un conjunto de características afectivas y emocionales que otorga la sociedad para atribuir diferentes roles a cada uno de ellos. La adscripción de determinadas características, consideradas intrínsecas por algunos, tanto a las mujeres (cariñosas, habladoras, sensibles) como a los hombres (fuertes, emprendedores, reflexivos), nos constriñe a sentir, pensar y actuar según esas normas enraizadas en la sociedad.
Identidad de género vs. orientación sexual
La identidad de género es el sentimiento que cada uno de nosotros tenemos sobre nuestro propio género. Las personas llamadas transgénero son aquellas que su identidad de género y su sexo no son coincidentes, por lo que se produce un desajuste muy fuerte frente a lo que la sociedad acepta.
La orientación sexual describe el deseo sexual y la atracción afectiva y emocional que siente una persona por otras y de ahí vienen los términos heterosexual, homosexual y bisexual.
Aclarados estos conceptos, podemos afirmar que el sexo de Pol, como transexual, es masculino y su identidad de género también, pero la expresión de género no es lo que podemos considerar como «hombre», debido al rechazo que sufren muchos hombres que no se sienten conformes con los valores que rigen socialmente dicho género.
El machismo no solo nos afecta a las mujeres, sino también a los hombres que se ven obligados a seguir unas pautas rígidas y arcaicas para seguir el estereotipo convencional.
Este es un problema de todos. Dejemos de fomentar estos estereotipos y luchemos juntos por unos valores de igualdad y respeto que favorezcan una convivencia pacífica y armoniosa.
La masculinidad hegemónica necesita relegar todas las expresiones disidentes hacia una posición de “menos hombre” porque es la forma de reclamar y mantener su posición de liderazgo en la jerarquía social que conlleva el binarismo de género. A los hombres transexuales se nos plantea una elección en el momento de la transición: hacerlo sin cuestionarse la masculinidad hegemónica puede reforzar el sistema. Pero tenemos la suerte de poder construir conscientemente nuestras masculinidades. Tenemos la suerte de haber visto y sentido en nuestras propias pieles lo que hace este sistema binario con aquellas personas que reconoce como mujeres y podemos decidir no reproducirlo.
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