Las 4 preguntas que debes hacerte antes de ser padre o madre

¿Te has planteado tener una familia? Posiblemente todos lo hemos hecho alguna vez. Aunque sólo sea por fantasear y lo consideres una realidad muy lejana. Es como imaginar nuestra casa ideal. O como una idea muy española: pensar cómo sería una cafetería que regentásemos nosotros mismos alguna vez.

Yo soy de los que disfrutan haciéndolo. Seguro que tú también has pensado hasta en el número de hijos que quieres tener, si prefieres que sean gemelos y los años que se van a llevar entre uno y otro. Sin duda, tenemos clarísimo hasta el sexo que van a tener, nos encanta adelantar acontecimientos e idealizar qué sería perfecto. Sin embargo, a medida que avanzas en tu vida, empiezas a cuestionarte cuánto tiene de fantasía y cuánto de realidad.

Y siento deciros que la mayoría de las veces, estos propósitos cambian muchísimo. Cualquiera que ya haya sido padre o madre, nos recomiendan que no hay que dar nada por sentado. De hecho, lo mejor es que empieces a empatizar con la Ley de Murphy que nos recuerda que si algo puede salir mal, probablemente saldrá mal.

De modo que si quieres hacer realidad esta importante fantasía, mentalízate: tendrás que saber responder estas cuestiones esenciales.

Del 1 al 10, ¿cómo de importante es dormir para ti?

Concretamente, cuando el niño es pequeño, el sueño será para tí lo más parecido a esa luz que se ve al final del túnel. Y no será hasta mucho tiempo después cuando volverás a disfrutar para ti de ese ansiado sueño pleno. Sobre todo me refiero a «disfrutar de dormir» porque esta acción se convierte en un regalo más que en una necesidad. El bebé posee su propio reloj interior, y créeme cuando te digo que el tuyo no le importa nada en absoluto. Será importante que te prepares para una sucesión de noches sentado en una mecedora o dando paseos por la habitación. También debes de saber que estos momentos son maravillosos, porque lo son, pero ten presente que vienen de la mano de una alta cuota de agotamiento.Del 1 al 10, ¿dispuesto a perder momentos de intimidad con tu pareja?

No es que desaparezca, pero la realidad es que pasa a un segundo plano. El bebé cambiará totalmente vuestras rutinas de pareja, esto no significa que sean peores, sino que deberán adaptarse y buscar nuevos momentos, aunque sean pocos, para estar y disfrutar en pareja.

Y no sólo hablamos de la parte sexual. También los cuidados entre los miembros de la pareja son importantes. Debes sentirte completamente seguro y sentir que puedes apoyarte en tu pareja en los momentos difíciles. Ten en cuenta que los hijos añaden una tensión extra a la convivencia.

Del 1 al 10, ¿cómo andas de energía vital?

Si fuera tú, ya estaría practicando mejorando habilidades físicas, sobre todo el desarrollo de la resistencia. Deja las pesas y prepárate como un ninja. Muy a menudo tu bebé experimentará situaciones de peligro. Futuras madres y padres: tenéis que ser los más hábiles y disponer de mucha energía extra.

Del 1 al 10, ¿eres egoísta?

Olvídate de lo que era sagrado para ti. Tener hijos es igual a perder parte de tu propia identidad, para así poder asegurar que la suya se construya sobre unos pilares sólidos. Si a día de hoy sigues sintiéndote esa clase persona que necesita espacio para deporte, ir de viaje, de compras o salir a cenar fuera por disfrute personal, debo decirte que aún no es tu momento. Debes prepararte para entregar gran parte de tus ingresos y tu tiempo sagrado.

Prepárate porque los viajes de siguientes diez años serán a parques temáticos y hoteles con animación infantil. A los que desde luego no se les puede otorgar el nombre de «escapada» y ni mucho menos las describirás como relajantes.

Del 1 al 10, ¿cómo valoras la privacidad?

Si eres de esos que después de un largo día de trabajo lo único que quiere es estar solo, quizás tengas un problema. Olvídate de disfrutar de esta privacidad. Habrá un ser pequeño y adorable que te necesita todo el tiempo.

Tan sólo si eres capaz de asumir todos estos cambios estarás preparado para el gran paso. Pero no te preocupes, aunque no lo estés, al mirar a tu hijo a los ojos nacerán muchas respuestas.