Actualizado el jueves, 10 noviembre, 2022
Los anuncios de juguetes para los más pequeños ‘bombardean’ la televisión, escaparates y buzones. Todos repiten el esquema: Niñas con muñecas y niños con coches. Tonos rosas para ellas y azules para ellos. Algunas cosas están cambiando para mejor pero LEGO, curiosamente, parece que ahora hiciera productos y anuncios más sexistas que antes.
A la izquierda, anuncio unisex de Lego en 1981. A la derecha, anuncio «sexista» en 2014.
Marcas como «LEGO», tradicionalmente creadoras de juegos «unisex» donde niños y niñas desarrollaban con libertad su creatividad han pasado a ser juegos «sexistas» donde las niñas tienen sus propios juegos diferenciados del de los niños.
30 años más tarde, sus juguetes ahora son niñas que se relacionan exclusivamente con otras niñas y con roles/color/estética muy marcados. La imaginación ya no tiene lugar para el mundo «femenino».
Proyecto Lego de una niña
Charlotte Benjamin es una niña de 7 años que ha inspirado a miles de activistas hasta conseguir que la compañía Lego iniciara un cambio de rumbo respecto a qué estereotipos promueve sobre las mujeres en sus populares juegos de construcción.
En una carta, además de señalarles que las figuritas de sus juegos eran “casi todas de chicos y apenas ninguna de chicas”; la niña cuestionó que solo representaran a niñas que “hacen cosas como ir a la playa y de tiendas, mientras que las de niños se van de aventuras, salvan a gente y tienen buenos trabajos”.
La demanda de Benjamin fue acogida y potenciada por los cibernautas, quienes a través la plataforma Change.org, lograron más de 69.000 apoyos, en una petición que se acusaba a la compañía de sexista.
En respuesta a la pequeña la compañía lanzó en una colección de juguetes llamada “Instituto de investigación”, a un precio de US$ 20, en los EEUU. Ha sido diseñada por la geofísica Ellen Kooijman, con figuritas que representan a una paleóntóloga, una astrónoma y una química. Las muñecas vienen con mciroscopios, telescopios y tubos de ensayo. Ha sido un éxito en ventas.
¿Tanto cuesta hacer las cosas bien?
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