Actualizado el viernes, 7 agosto, 2020
El sistema educativo actual está basado en la Revolución Industrial, donde los trabajadores tenían que especializarse en un trabajo mecánico, y para ello debían repetirlo una vez tras otra hasta memorizarlo. En estos últimos 50 años las esferas económica, cultural y personal han dado un vuelco en el mundo entero. Sin embargo, los sistemas educativos no han variado apenas sus programas y sus objetivos.
– ¿Hacia dónde ha de evolucionar nuestro sistema educativo para formar a ciudadanos capaces de afrontar los retos del presente?
– ¿Por qué los niños llegan al mundo adulto sin tener idea de sus propios talentos y capacidades?
– ¿Hemos preparado a los profesores y docentes para acompañar al niño hasta su adolescencia con una educación que englobe emociones e inteligencia social?
Nunca había sido tan marcado el abismo entre dos generaciones. Mientras los niños de hoy hacen sus deberes con ayuda de Internet y crecen sumergidos en las redes sociales, los adultos y profesores siguen aplicando una educación tradicional, basada en formas de vida de hace dos siglos, sometida a la presión de los resultados académicos y a las agendas políticas.
Ahora sabemos que, en el mundo globalizado en el que vivimos, los niños, al igual que las empresas y los gobiernos, necesitan completar por lo menos cinco enseñanzas esenciales:
1. Saber focalizar la atención y aprender a concentrarse es el primer requisito indispensable.
2. La gestión de las emociones tanto positivas como negativas (por ejemplo la felicidad, el odio, la diversidad ideológica, el desprecio y la falta de empatía).
3. La resolución de conflictos es la tercera pauta de un nuevo conocimiento indispensable.
4. El impacto universal e inmediato de las redes sociales y su influencia en nuestro modo de comunicarnos y relacionarnos.
5. El optimismo a pesar de los mensajes negativos. Están disminuyendo los índices de violencia a nivel mundial y aumentando los de compasión y altruismo. Nos lo enseña la ciencia tanto como la experiencia de los últimos años, en contra de lo que siguen opinando muchos sectores mediáticos y políticos.
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