Actualizado el viernes, 31 julio, 2020
Hoy en día, nos parece impensable vivir sin utilizar nuestro smartphone para comunicarnos con los demás, Wikipedia o Google para buscar información que necesitamos o un lector de libros para leer. Sin embargo, hasta hace bien poco, ninguno de nosotros teníamos nada de eso y, sorprendentemente para algunos, no solo nos desenvolvíamos muy bien, sino que además éramos felices.
La utilidad que nos ofrece la tecnología no debe suponer la marginalización de prácticas tradicionales y positivas para los niños y adultos. La tecnología ofrece grandes posibilidades para niños y adolescentes, pero también nos puede sumergir en una gran dependencia, la mayoría de las veces, innecesaria.
Consecuencia de este amplio desarrollo es la aparición de nuevas enfermedades relacionadas con el uso excesivo/indebido de las tecnologías. Entre ellas, se encuentra la dependencia a internet o la nomofobia, es decir, la angustia, el estrés o los cambios repentinos de humor que se producen al no tener acceso al dispositivo móvil.
Los asnos preferirían la paja al oro.
Heráclito.
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