Actualizado el martes, 8 noviembre, 2022
Acabar con la lacra social del acoso escolar es mucho más simple de lo que parece, ¿te atreves a descubrirlo?
Uno de los principales retos en materia educativa no son las notas de los alumnos, sino el acoso escolar. Esta lacra social afecta a una gran parte del alumnado mundial. En España, entre un 5 y un 10% sufre acoso escolar grave.
Uno de los mayores problemas que nos encontramos hoy en día es la excesiva presencia de internet en la vida de los menores, los cuales consumen gran parte del contenido informacional diario a través de esa vía, en muchos casos no controlada por ningún adulto.
Fuente original del vídeo: UPtv
¿Qué es el bullying?
Hoy en día es frecuente oir este anglicismo para referirse al acoso escolar, y se refiere a las situaciones en las que uno o más alumnos/as persiguen e intimidan a otro u otra —víctima— a través de insultos, rumores, vejaciones, aislamiento social, motes, agresiones físicas, amenazas y coacciones… pudiendo desarrollarse a lo largo de meses e incluso años.
Posibles formas de acoso escolar
Verbal: insultos, motes, difamar, sembrar rumores.
Psicológica: amenazas para provocar miedo, conseguir objetos o dinero o para obligar a hacer cosas contra su voluntad, chantaje y burlas públicas.
Física: El directo consiste en palizas, agresiones físicas de cualquier índole o lesiones con objetos y, el indirecto, en el robo o destrozo de material escolar u objetos personales.
Aislamiento social: Ignorarle, impedir que participe con el resto del grupo, coaccionar a sus amigos para que no le hablen o rechazo a sentarse a su lado en clase.
Fuente de la imagen: Triunfadores y felices
Se trata de un verdadero problema social cuya solución se encuentra en la educación (entre otros).
Necesitamos formar a nuestros menores en lo que significa convivir en paz, que acepten los valores humanos como propios para que puedan transmitirse de generación en generación y poder así, recuperar una sociedad en la que se dignifique y se ponga a la persona por el mero hecho de serlo, en el núcleo de la misma.
Es necesario empezar a dar algunos pasos como lo están haciendo algunos países. Un ejemplo a seguir es el método Kiva de Finlandia.
El eje transversal de todo sistema educativo deben ser los valores fundamentales que la rigen (o que deberían regirla): enseñar a los menores a convivir con los demás, a respetarse mutuamente y a generar relaciones positivas y basadas en los principios de igualdad, fraternidad y diversidad.
Pero, ni toda la educación puede provenir de la escuela ni los padres son los únicos responsables de la misma. Como madre y padre, para saber los puntos clave en los que puedes estar fallando, consulta este curioso y fantástico decálogo de Emilio Catalayud, prominente juez de menores.
Fuente de la imagen: elbullying
Diferencia entre el acoso escolar y la violencia estructural y simbólica
La violencia simbólica va más allá del acoso escolar, y se basa en las discriminaciones naturalizadas en una determinada sociedad y cultura y que se dirigen a un colectivo concreto. Por ejemplo: «Ser gay no es normal», «si la tocan que no se queje porque con esa minifalda lo iba buscando», etc.
Identificar el acoso escolar es más sencillo (aunque a veces no lo parezca), pero debemos ir más allá y corregir toda situación de violencia y eso es un cambio que debe realizar la sociedad en su conjunto.
Una nueva era es posible, buscamos un verdadero cambio social y cultural.
La solución está en tu mano, la próxima vez que veas una situación similar, ¿cuál será tu reacción?
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