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7 habilidades esenciales para la vida que no enseñan en las escuelas

Merece ser compartido:

Actualizado el viernes, 9 septiembre, 2022

Sócrates enseñaba que la felicidad es el objeto y el fin último de las acciones y de la vida. Muchos siglos han pasado desde entonces, y la escuela moderna ha olvidado esa enseñanza, llegando a convertirse fundamentalmente en un lugar donde se transmiten conocimientos, más o menos científicos, que pretenden prepararnos para la vida.

Sin duda, los conocimientos y habilidades que adquirimos en la escuela nos ayudan a construir una profesión, pero no suelen ser la mejor vía para desarrollar el pensamiento autónomo y la autogestión emocional. Cuando la escuela se limita a transmitir una serie de verdades inamovibles que debemos memorizar, a veces incluso sin comprenderlas bien, corremos el riesgo de que algunas de nuestras capacidades más valiosas se atrofien, precisamente esas que nos ayudan a vivir de forma más plena y con menos conflictos.

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La familia desempeña un papel esencial en la formación de la personalidad y el desarrollo de las potencialidades de las personas

Por supuesto, toda la responsabilidad no es de la escuela, la familia también desempeña un papel protagónico en la formación de la personalidad y el desarrollo de las potencialidades de sus miembros. Sin embargo, no debemos olvidar que es importante que exista una sintonía entre los mensajes que transmiten la familia, la escuela y la sociedad. Si queremos que los niños de hoy se conviertan en adultos que saben pensar y gestionar sus emociones, es necesario que nos esforcemos por enseñarles esas habilidades en todos los niveles.

Nuestras emociones son importantes ya que sirven como fuentes indispensables de orientación y nos empujan a actuar. Sin embargo, también pueden hacernos actuar de forma irracional. Por eso necesitamos inteligencia emocional. La inteligencia emocional es un conjunto de habilidades que le permiten reconocer y manejar las emociones, tanto sus propios sentimientos como los de otras personas. La inteligencia emocional es quizás el factor más importante para ayudarnos a llevar una vida plena. En comparación con el coeficiente intelectual, es un mejor indicador del éxito académico, el desempeño laboral y el éxito en la vida. Y, a diferencia del coeficiente intelectual, podemos aumentar nuestra inteligencia emocional a lo largo de la vida.

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Las familias danesas viven en un círculo de crianza feliz que se repite generación tras generación. Estas son las claves de su éxito

Las habilidades olvidadas por la escuela que nos harían más felices y plenos

La inteligencia emocional es de suma importancia para el bienestar de un niño. Por lo tanto, si usted es padre o maestro, es posible que desee ayudar a los niños a desarrollar sus habilidades emocionales mediante una de las siguientes medidas simples:

Anímelos a hablar sobre sus sentimientos. Esto mejorará su autoconciencia emocional. Si experimentan dificultades con esta tarea, bríndeles el vocabulario necesario para etiquetar sus emociones.

Si tienen éxito en algo, felicítelos por sus esfuerzos y por mostrar autocontrol. Esto les enseñará a confiar en su capacidad para mejorar sus vidas a través de sus propias acciones.

Sea específico y constructivo. Si tiene que criticar a alguien, elija un incidente específico y señale exactamente qué debería haberse hecho de manera diferente y qué se hizo bien. De esa forma te aclararás sin ofender al destinatario.

Cuando esté muy molesto durante una disputa, intente tomar un descanso para calmarse. Esto puede ayudarlo a evitar una reacción exagerada hiriente que, de lo contrario, podría desencadenarse por la ira.

1. Seguir una pasión

“Para conocer tu verdadera pasión, examina tus castillos en el aire”. —Richard Whately

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El secreto de una vida plena está en algo que nadie nos enseña: seguir tu pasión

Cuando entramos al colegio aprendemos el significado del “deber”. Nos enseñan que “las cosas que valen la pena requieren sacrificios”. Sin embargo, lo cierto es que cuando algo nos apasiona de verdad, no solo brillaremos en ello sino que no necesitamos movernos por el deber, porque tenemos un motivo impulsor mucho más poderoso: la pasión. Como resultado de esa educación basada en el deber, hay millones de persona realizando trabajos que no les gustan y viviendo vidas que no les satisfacen. Nadie les enseñó que el secreto está en seguir su pasión.

2. Aprovechar los errores

“Si no estás cometiendo ningún error, no estás innovando. Si estás cometiendo los mismos errores, no estás aprendiendo”. —Rick Warren

La escuela se encarga de castigar duramente los errores. Las calificaciones escolares no consideran el esfuerzo ni la individualidad, tan solo los aciertos y las equivocaciones. Como resultado, no es extraño que nos aterrorice cometer errores, porque creemos que estos disminuyen nuestra valía como personas. Ese miedo a equivocarnos puede llegar a ser tan intenso que aplasta nuestra motivación y nos paraliza. Afortunadamente, métodos como el del bolígrafo verde contribuyen a cambiar esta situación y nos permiten comprender que los errores son oportunidades de aprendizaje.

3. Valorar el tiempo

“Tu tiempo es limitado, así que no lo malgastes viviendo la vida de otro”. —Steve Jobs

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No lo olvides: el tiempo no es dinero, el tiempo es vida

El tiempo no es dinero, el tiempo es vida. Es la posesión más valiosa que tenemos, aunque no siempre lo valoramos en su justa medida. De hecho, acudir todos los días a una escuela donde nos enseñan contenidos que no despiertan nuestro interés y que no tienen aplicaciones prácticas es una manera de restarle valor a nuestro tiempo. Obviamente, cuando nos olvidamos del dinero y comenzamos a pensar en términos de tiempo nuestra vida da un vuelco radical. Por ejemplo, en vez de preguntarnos cuánto cuesta el nuevo iPhone, podemos preguntarnos cuánto tiempo debemos trabajar para comprarlo. ¿Merece la pena? Solo entonces empezamos a valorar las cosas en su justa medida.

4. Gestionar las emociones

“Cambia tu atención y cambiarás tus emociones. Cambia tu emoción y tu atención cambiará de lugar”. —Frederick Dodson

Ahora sabemos que el éxito profesional y el nivel de satisfacción en la vida no dependen directamente del cociente intelectual, sino de la Inteligencia Emocional. Eso significa que, si bien el conocimiento es la base, es probable que no lleguemos demasiado lejos o no seamos muy felices si no somos capaces de gestionar adecuadamente nuestras emociones. Por desgracia, nadie nos enseña a reconocer y gestionar nuestros estados emocionales, por lo que muchas veces nos sentimos culpables cuando experimentamos ciertas emociones o no sabemos cómo expresarlas asertivamente.

5. Ser resiliente

“El mundo rompe a todos y, después, algunos son fuertes en los lugares rotos”. —Ernest Hemingway

La adversidad nos aguarda a la vuelta de la esquina, por lo que es mejor estar preparados para cuando toque a nuestra puerta. Sin embargo, nadie nos enseña a lidiar con los problemas sin perder el equilibrio emocional. La resiliencia es una habilidad que normalmente se desarrolla de manera espontánea, golpe tras golpe, pero también podría potenciarse a través de una educación que nos enseñe a enfrentar los problemas con sentido del humor, que nos ayude a detectar nuestros puntos débiles, nos muestre cómo pedir ayuda y nos permita desarrollar una visión positiva y equilibrada de la vida.

6. Negociar

“La negociación sugiere un compromiso, una posición ubicada en algún lugar entre dos posiciones existentes”. —Edward de Bono

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Muchas veces no nos damos cuenta de que el mejor escenario es aquel donde todos ganan

Si supiéramos negociar evitaríamos muchísimos conflictos a lo largo de la vida. Sin embargo, desde que entramos en el colegio nos damos cuenta de que no hay margen para la negociación, todo está decidido, desde el plan de clases hasta los minutos de recreo. Así aprendemos a acatar las reglas y asumimos un terrible mensaje: hay ganadores y vencidos. Como resultado, comenzamos a afrontar la vida de esa manera: como una competición en la que queremos ganar, sin darnos cuenta de que el mejor escenario es aquel donde todos ganan.

7. Buscar el equilibrio

“La felicidad no es una cuestión de intensidad, sino de equilibrio y orden, ritmo y armonía”. —Thomas Merton

En la escuela nos enseñan a esforzarnos y trabajar duro para obtener cada vez mejores resultados. Sin duda, es un buen mensaje, pero si lo llevamos al extremo terminaremos engordando primero el currículo escolar y luego el profesional, olvidándonos del “currículo de la vida”.

Por eso, no es extraño que nuestra sociedad produzca personas adictas al trabajo que no tienen tiempo libre y han olvidado cómo relajarse. Este desequilibrio termina pasando factura a nivel emocional, social y físico porque descansar es tan importante como trabajar y pasar tiempo con los demás es tan importante como pasar tiempo con uno mismo. Si no somos capaces de encontrar ese equilibrio, antes o después algo se romperá en nuestro interior. Y no siempre podremos arreglarlo.

Intenta desarrollar estas habilidades e incúlcaselas a las nuevas generaciones. De esta manera, todos tendremos vidas más plenas.

Consejos básicos de educación emocional

Algunas personas piensan que las emociones solo juegan un papel en situaciones románticas o en el fragor de una pelea física. Sin embargo, las emociones están en todas partes: forman nuestras decisiones, nos ayudan a comprender el mundo y son cruciales en cualquier interacción con los demás.

Este libro explica en detalle qué impacto tienen las emociones en su vida diaria. Muestra cómo pueden ayudarte, pero también cómo te llevan por mal camino. También destaca el papel que juega la inteligencia emocional al permitirnos usar las emociones para crear resultados positivos y evitar situaciones en las que puedan dañarnos.

Explica cómo la inteligencia emocional permite crear una interacción equilibrada entre el cerebro emocional y el cerebro racional. También nos muestra cómo se puede adquirir y ampliar esta capacidad.

Finalmente, responde a estas interesantes preguntas: ¿Cómo se desarrolla la inteligencia emocional en los individuos y por qué esta capacidad es tan importante para la sociedad en su conjunto?

Emotional Intelligence describe la naturaleza de la inteligencia emocional y revela su gran impacto en muchos aspectos de la vida. Al presentar las formas en que la inteligencia emocional evoluciona y explicar cómo se puede mejorar, ofrece una alternativa a los enfoques de la mente humana demasiado centrados en la cognición que antes prevalecían en el establecimiento psicológico.

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Las emociones son importantes; nos ayudan a aprender cosas nuevas, a comprender a los demás y nos impulsan a actuar

¿Nuestras emociones nos detienen? ¿Lo haríamos mejor si nuestras emociones fueran eliminadas y nos convirtiéramos en criaturas lógicas e insensibles?

De hecho, las emociones son vitales para nosotros, ya que nos brindan ventajas que nos ayudan a llevar una vida plena.

Una de esas ventajas es la forma en que las emociones nos ayudan a aprender de nuestros recuerdos.

Cuando nuestro cerebro almacena experiencias, no solo recopila hechos. También registra nuestros sentimientos y estos sentimientos nos ayudan a aprender de nuestras experiencias. Por ejemplo, si un niño toca una estufa caliente, experimentará un dolor intenso. La idea de tocar otra estufa en el futuro llevará consigo el recuerdo de ese dolor punzante. Por lo tanto, es de esperar que sus emociones le impidan volver a hacerlo.

Otro valor de las emociones es la forma en que nos ayudan a interpretar los sentimientos de los demás, lo que puede ayudarnos a predecir sus acciones. Por ejemplo, imagina que te enfrentas a un hombre enojado. Por su lenguaje corporal, tal vez sus puños cerrados o su voz fuerte, puedes saber su estado emocional. Sabiendo esto, puede predecir sus acciones futuras; por ejemplo, podría estar listo para golpear a alguien.

La ventaja final que nos brindan nuestras emociones es el impulso para actuar. Los necesitamos para reaccionar rápidamente ante una situación. Tome a ese hombre enojado del ejemplo anterior. Si sentimos que puede estar cerca de un arrebato violento, nuestras emociones nos harán sentir amenazados o incluso enojados, preparándonos así para reaccionar rápidamente si parecía que estaba a punto de atacar.

Las personas que han perdido su capacidad emocional también pierden este impulso de actuar. Por ejemplo, en el siglo anterior, muchos pacientes psiquiátricos se sometieron a una cirugía cerebral llamada lobotomía , que separó dos regiones del cerebro que son vitales para el procesamiento emocional. El resultado de la cirugía fue que los pacientes perdieron la iniciativa y el impulso para actuar, así como gran parte de su capacidad emocional.

A veces, nuestras emociones pueden impedir nuestro juicio o hacernos actuar de forma irracional

Nuestras emociones son herramientas importantes para comprender e interactuar con nuestro entorno. Sin embargo, también tienen fallas y pueden llevarnos a cometer errores.

Uno de esos errores ocurre cuando nos volvemos demasiado emocionales. Para poder emitir juicios sólidos, debemos pensar con claridad. Como un malabarista, nuestras mentes solo pueden manejar una cantidad determinada de elementos a la vez. Y cuando estamos en un estado de emoción elevada, nuestras mentes son bombardeadas con pensamientos alarmantes e imágenes perturbadoras. Por lo tanto, no hay lugar para el pensamiento racional y nuestro juicio se nubla.

Por ejemplo, cuando está asustado, puede encontrarse reaccionando exageradamente ante situaciones, pensando que son más peligrosas de lo que realmente son. Por eso, cuando estás asustado, puedes confundir una sábana en el tendedero con un fantasma.

Otro error causado por nuestras emociones es cuando actuamos de repente antes de tener la oportunidad de juzgar una situación con claridad. Cuando la información ingresa a nuestro cerebro, una fracción de ella pasa por alto la región responsable del pensamiento racional, la neocorteza , y entra directamente en el cerebro emocional. Si percibe esta información como una amenaza para nosotros, el cerebro emocional puede hacer que actuemos de repente, sin consultar a nuestro cerebro pensante.

Es por eso que puede saltar de su piel cuando está en un bosque oscuro y ve una figura extraña por el rabillo del ojo.

La última forma en que nuestras emociones pueden llevarnos a actuar de manera irracional es cuando nos vemos afectados por respuestas emocionales obsoletas.

Nuestra mente emocional reacciona a situaciones del presente basándose en experiencias pasadas, incluso cuando las condiciones han cambiado. Por ejemplo, un niño que fue acosado físicamente en la escuela puede llegar a ser un hombre fuerte, pero aún así sentirse amenazado por su antiguo acosador.

Entonces, aunque las emociones son importantes, pueden tomar el control de nuestras mentes y alterar el pensamiento racional. Por tanto, necesitamos algo que nos ayude a gestionarlos de forma eficaz.

La inteligencia emocional te permite gestionar tus emociones y aprovecharlas para alcanzar tus objetivos.

Entonces, ¿cómo puedes usar el poder de tus emociones sin que te abrumen?

Necesita inteligencia emocional (IE), ya que le permite reconocer y manejar sus sentimientos sin ser controlado por ellos.

El primer aspecto de la inteligencia emocional es poder reconocer y nombrar sus sentimientos.

Este paso es vital para poder manejar sus emociones. Los estudios muestran que las personas que no son capaces de reconocer sus propios sentimientos son más propensas a tener arrebatos violentos.

Una vez que seas capaz de reconocer tus emociones, debes ser consciente de sus causas.

A menudo, sus sentimientos en una situación dependen de cómo la piense. Por ejemplo, si un amigo tuyo se cruza contigo en la calle y no te reconoce, podrías pensar inmediatamente que te está ignorando a propósito. Esto puede molestarlo o incluso enojarlo.

Pero, si te detienes a pensar por qué no te reconoció, es posible que encuentres otras razones que te dejen menos molesto. Es posible que el amigo, por ejemplo, no te haya visto porque estaba perdido en sus pensamientos y no se estaba concentrando en su entorno.

Cuando comienza a reconocer y manejar sus sentimientos, la inteligencia emocional puede ayudarlo a concentrarse en lograr ciertos objetivos.

Por ejemplo, imagina que necesitas escribir un artículo para la universidad. No te gusta mucho el tema y prefieres ir a un festival de cine. La inteligencia emocional puede ayudarlo a manejar estos diversos sentimientos.

Aunque el tema te aburre, podrías intentar mirarlo desde otro ángulo. Quizás haya un aspecto del tema que te entusiasme. Además, sabiendo cómo te hará sentir el festival de cine, puedes posponer la gratificación y guardar tu disfrute potencial hasta que tengas tiempo para ello.

Los estudiantes que administran sus cargas de trabajo de esta manera tienden a tener un buen desempeño en la escuela incluso si tienen un coeficiente intelectual promedio.

La inteligencia emocional es la capacidad que te ayuda a navegar por un mundo social

A menos que viva en una isla, es poco probable que desarrolle una vida feliz simplemente manejando su propia mente. Otras personas juegan un papel importante en tu existencia y solo al gestionar tus interacciones sociales con ellas puedes tener la esperanza de vivir una vida plena.

Una vez más, la inteligencia emocional puede ayudar a lograrlo.

La inteligencia emocional fomenta las buenas interacciones sociales porque te ayuda a ponerte en el lugar de otras personas. Saber cómo te sentirías en una situación determinada te ayuda a evaluar cómo se sentirán los demás en un entorno similar.

Tu inteligencia emocional también te ayuda a descubrir las emociones de los demás al analizar sus signos no verbales. Esto significa que puede juzgar el estado de ánimo de una persona simplemente observando señales como sus expresiones faciales o su lenguaje corporal.

Por ejemplo, si ve a alguien con la cara tan blanca como una sábana y con la boca bien abierta, probablemente concluirá que se ha sorprendido.

Es más, probablemente identificará esas señales automáticamente, sin ningún esfuerzo consciente.

Debido a que le permite empatizar con los demás, la inteligencia emocional le permite comportarse de manera que evoque reacciones favorables de los demás.

Por ejemplo, imagine que es el director de una empresa en la que un miembro del personal comete constantemente los mismos errores. Tendrá que informarle sobre esto y lograr que se cambie, pero debe hacerlo de la manera correcta. Si hieres sus sentimientos, es posible que se enoje o se ponga a la defensiva, y es menos probable que haga los cambios que deseas. Si simpatizas con él e imaginas cómo se sentirá, puedes actuar de una manera que lo haga más dispuesto a cambiar.

En general, las personas con inteligencia emocional pueden desarrollar aptitudes sociales como la capacidad de enseñar a otros, resolver conflictos o gestionar equipos de personal. Y estas aptitudes les ayudan a mantener relaciones en el entorno social.

La inteligencia emocional requiere un equilibrio entre el «cerebro sensible» emocional y el «cerebro pensante» racional

La forma en que pensamos y sentimos está entrelazada. Esto se debe a que el cerebro pensante , donde desarrollamos nuestros pensamientos racionales, y el cerebro sensible , el lugar de nacimiento de nuestras emociones, están vinculados. Están conectados por fuertes vías neuronales .

Nuestra inteligencia emocional depende de estos conectores entre los cerebros que piensan y sienten, y cualquier daño a estas vías neuronales puede provocar déficits de inteligencia emocional.

Por ejemplo, una persona cuyo cerebro emocional está separado de su cerebro pensante dejará de experimentar sentimientos. Sus deficiencias en esta área incluirán una pérdida de la autoconciencia emocional , que es un componente importante de la inteligencia emocional. La evidencia de esto se puede ver en pacientes lobotomizados. Después de que se cortaron las conexiones entre sus dos cerebros, perdieron su capacidad emocional.

Otro ejemplo de la importancia de las conexiones entre nuestros dos cerebros es el papel del cerebro pensante en la corrección del funcionamiento del cerebro sensible, un proceso esencial para la autorregulación emocional .

La autorregulación emocional funciona de la siguiente manera: los estímulos, como un fuerte golpe repentino, a menudo harán que su cerebro emocional se acelere. El cerebro sensible percibirá automáticamente el estímulo como una amenaza, por lo que responderá poniendo su cuerpo en estado de alerta.

Usamos nuestro cerebro pensante para ayudar a regular este proceso. Después de escuchar el fuerte estallido, y mientras nuestro cerebro emocional está enviando campanas de alarma que suenan por todo el cuerpo, nuestro cerebro pensante está verificando el estímulo para ver qué amenaza hay allí. Si no ve ningún peligro, calma tanto el cerebro sensible como el cuerpo, lo que le permite pensar con claridad de nuevo. Es por eso que no sobreactivamos constantemente a cada ruido repentino que escuchamos.

Si rompe el vínculo entre los cerebros que piensan y sienten, este proceso no es posible. Por ejemplo, los pacientes con daños graves en el cerebro pensante tienen dificultades para regular sus sentimientos.

La inteligencia emocional favorece el éxito y la salud

¿Cuál es la clave para llevar una vida exitosa y plena?

Puede pensar que es un coeficiente intelectual alto, que las personas más brillantes tendrán la mejor oportunidad de llevar una vida feliz. Sin embargo, la inteligencia emocional es tan importante como un alto coeficiente intelectual para lograrlo.

La evidencia sugiere que las personas con altos niveles de inteligencia emocional tienen más probabilidades de tener éxito.

Por ejemplo, los estudios muestran que los estudiantes con altos niveles de empatía obtienen calificaciones significativamente mejores que los alumnos menos empáticos con coeficientes intelectuales comparables.

Los estudiantes que pueden controlar sus impulsos también tendrán más éxito que sus compañeros. Un estudio realizado por la Universidad de Stanford llamado «El desafío del malvavisco» evaluó la capacidad de un grupo de niños de cuatro años para resistirse a comer un bocadillo. Años más tarde, resultó que aquellos que habían podido controlar sus impulsos a los cuatro años demostraron ser superiores tanto académica como socialmente durante su juventud.

Este éxito continúa en el mundo de los adultos. Los gerentes que son más hábiles socialmente también tienden a ser más persuasivos.

Además, la inteligencia emocional también puede ayudarnos a llevar estilos de vida más saludables.

Esto se puede ver al observar el estrés. Cuando pasamos por períodos estresantes, nuestros corazones se someten a una tensión inmensa porque nuestra presión arterial se eleva. Esto nos deja en riesgo de sufrir un paro cardíaco.

El estrés también puede debilitar su sistema inmunológico, como lo demostró un estudio que sugirió que las personas bajo estrés tienen muchas más probabilidades de contraer un resfriado.

Sin embargo, la inteligencia emocional puede ayudarnos a evitar los peligros del estrés. Esto se debe a que si aprende a mitigar los sentimientos estresantes como la ansiedad y la ira, reducirá los efectos dañinos de esos sentimientos en su salud. Por ejemplo, en un estudio clínico, se entrenó a personas que ya habían sufrido un ataque cardíaco para que manejaran su ira, lo que redujo significativamente el riesgo de sufrir más ataques.

Dado el gran impacto de la inteligencia emocional en el éxito y la salud, hay muy poco énfasis en las habilidades emocionales en el currículo escolar típico.

El futuro de la sociedad depende de la inteligencia emocional en la educación de los menores

Mientras que la inteligencia emocional alta hace que las personas sean felices y saludables, la inteligencia emocional deficiente puede tener efectos negativos en toda la sociedad. Por ejemplo, la triplicación de la tasa de homicidios de adolescentes en Estados Unidos entre 1965 y 1990 puede estar relacionada con la disminución de la inteligencia emocional.

Existe una fuerte evidencia que sugiere que los déficits en la inteligencia emocional pueden causar delincuencia, un factor importante en el aumento de las tasas de delincuencia.

Por ejemplo, los estudios muestran que a los delincuentes adolescentes violentos les resulta difícil controlar sus impulsos y también les resulta difícil leer las expresiones faciales de otras personas, deficiencias que también se encuentran en los delincuentes sexuales adultos. Los drogadictos también presentan problemas de inteligencia emocional. Por ejemplo, los adictos a la heroína tienen dificultades para regular la ira incluso antes de su adicción.

Hay pocas dudas de que el bienestar de un niño está determinado por la competencia emocional. Los niños que crecen en un entorno rodeado de personas emocionalmente inteligentes también mostrarán altos niveles de este. Esto fue confirmado por un estudio que mostró que los hijos de padres emocionalmente inteligentes regulan mejor sus propias emociones, muestran niveles más bajos de estrés, son más queridos por sus compañeros y sus maestros los describen como más hábiles socialmente.

Quizás no sea sorprendente que la propia inteligencia emocional de un niño también esté relacionada con su bienestar. Los niños con deficiencias en la autoconciencia, la empatía o el control de los impulsos corren el riesgo de desarrollar problemas de salud mental y tienden a tener más problemas en la escuela.

Toda esta evidencia muestra que la inteligencia emocional de los niños es fundamental para el futuro de nuestras comunidades. Los niños de hoy son los padres, administradores y políticos del mañana. En resumen, muchos tendrán un gran impacto en la sociedad del futuro, y ayudaría a cualquier comunidad si las personas a cargo fueran empáticas, buenas para resolver conflictos y no propensas a actuar ciegamente por impulso.

Varios factores sociales muy diversos dan forma al bienestar de una comunidad futura, pero obviamente la inteligencia emocional se encuentra entre los más influyentes.

Consejos básicos para potenciar la inteligencia emocional

Como hemos aprendido que la inteligencia emocional puede conducir a una vida plena, es posible que ahora se pregunte si es posible impulsarla.

La respuesta es sí, y una serie de ejercicios pueden ayudarlo a lograrlo.

Si desea mejorar su autoconciencia y autogestión, puede practicar el uso de diálogos internos. Esto le ayudará a identificar y nombrar sus sentimientos.

Por ejemplo, si su amigo les cuenta a todos menos a usted sobre sus problemas matrimoniales, es posible que se sienta molesto. Pero el diálogo interno puede ayudarte a resolver esto. Debería preguntarse: “¿Por qué estoy herido? Porque mi mejor amigo les confió sus problemas matrimoniales a todos menos a mí ”.

Ahora, habiendo identificado este sentimiento y su causa, puede amortiguar su poder. En su lugar, podría decirse a sí mismo: «Puede que me sienta excluido, pero es posible que no quisiera molestarme porque sabía que estaba ocupado elaborando las cuentas anuales». De esta manera, se sentirá menos molesto.

Si desea mejorar su empatía, puede intentar reflejar el lenguaje corporal de otra persona. Esto es útil porque el lenguaje corporal no solo expresa emociones, también las evoca. Entonces, por ejemplo, al reflejar la postura tensa de otra persona, puede inducir la tensión en usted mismo.

Si desea mejorar su capacidad para motivarse y pensar de manera más positiva, siga este consejo:

La forma en que explica sus éxitos y fracasos tiene un impacto en su capacidad para motivarse. Para motivarse a sí mismo, comience a pensar así: las personas que pueden convencerse a sí mismas de que los fracasos se deben a algo que pueden cambiar no se rinden tan fácilmente. Continúan intentándolo porque creen que un resultado exitoso depende de sus propias acciones.

Por el contrario, quienes atribuyen un revés a un déficit personal permanente probablemente se rindan pronto. Están convencidos de que, de todos modos, no hay mucho que puedan hacer por su éxito. Si quiere tener éxito, trate de evitar este proceso de pensamiento.

Inteligencia emocional en todos los ámbitos de la vida

Es posible que ahora sepa bastante sobre inteligencia emocional. Pero también puede preguntarse: ¿cómo puedo usar este conocimiento en la práctica?  

Aquí hay algunos consejos que pueden ayudarlo a utilizar su inteligencia emocional en su vida diaria.

El primer consejo es: puedes evitar malentendidos en una relación si tienes en cuenta las diferentes formas en que hombres y mujeres manejan las emociones. Por lo general, las niñas son criadas para hablar sobre sus sentimientos y conectarse a través de conversaciones íntimas, mientras que los niños aprenden a minimizar los sentimientos que podrían hacerlos parecer vulnerables.

Por ejemplo, si una pareja femenina se queja de un problema, la reacción masculina podría ser ofrecer un consejo instantáneamente. Pero esto podría estar mal; a menudo, cuando una mujer se queja de un problema, busca validación. Quiere que su pareja la escuche y demuestre que la entiende. Por lo tanto, una solución inmediata podría malinterpretarse como un rechazo de su angustia en lugar de un intento de ayudar. Sería mejor escucharla con atención.

También puede seguir este consejo. Si está muy molesto durante una disputa, intente tomar un descanso para calmarse. Las emociones fuertes tienden a distorsionar su pensamiento, por lo que es probable que diga o haga algo de lo que se arrepienta. Afortunadamente, un período de recuperación puede ayudar.

Algunos consejeros matrimoniales incluso aconsejan a las parejas que controlen sus pulsos durante una pelea. Una frecuencia del pulso que sobrepasa la frecuencia promedio de la persona en más de 10 lpm indica que la persona se está volviendo demasiado emocional para pensar racionalmente y necesita un período de descanso.

El último consejo es: si tienes que criticar a alguien, sé específico y ofrece una solución. Al elegir un incidente y señalar exactamente lo que debería haberse hecho de manera diferente y lo que se hizo bien, se aclarará y evitará que el destinatario se sienta devaluado y confundido.


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