Actualizado el jueves, 22 diciembre, 2022
Cuando uno profundiza en el trasfondo de un éxito personal o corporativo, descubre que hay un tema que se repite una y otra vez: en algún lugar, en determinado momento, alguien tuvo suerte. Participó de un encuentro imprevisto, tuvo una visión inesperada o disfrutó de la culminación no planificada de diversos sucesos. Hubo un momento en que el destino se volvió en su dirección, un momento específico del pasado que puede recordar y decir: “Ahí empezó todo”. Fue más allá de la propia meritocracia.
¿Te has parado a pensar cuántas de las circunstancias de tu vida suceden por suerte y cuántas por mérito propio? ¿Cuántas de las desgracias por mérito propio o cuantas por simple infortunio? Robert Frank, profesor de gestión en la universidad estadounidense de Cornell, sí. Y además, a escrito un libro para explicarnos porque debemos frenar nuestra obsesión por el fenómeno causa-efecto. El profesor Robert Frank realizó diversos estudios que recopiló en su libro sobre la importancia de la suerte en los éxitos y el mito de la meritocracia: «Success and luck. Good fortune and the Myth of Meritocracy».
¿Por qué es tan importante este libro? Porque conocer sus conclusiones nos ayudan a entender el mundo y frenar los fenómenos de injusticia y desigualdad.
“Las personas que han triunfado en los negocios han trabajado duro, pero deben recordar que han contratado a trabajadores que han sido formados en las escuelas públicas y que cuentan con la protección de las fuerzas de seguridad, y cuando triunfen, deben devolverle algo a la comunidad para que el siguiente grupo también prospere”. Robert Frank, profesor de la universidad estadounidense de Cornell.
Otro de sus ejemplos más llamativos del libro es el que narra su propio caso. El profesor Frank confiesa a los lecturas la inmensa fortuna de poder estar vivo pues. Frank fue víctima de un paro cardiaco repentino en 2007. Se encontraba a casi 10 kilómetros de cualquier centro de salud pero dos unidades que acababan de atender un accidente similar se encontraba my cerca por lo que sobrevivió a algo que no pueden contar nueve de cada 10 personas que lo sufren.
“Admitir el peso de la suerte no significa que no haya esfuerzo y talento detrás de un éxito. Y esto importa porque los que se consideran personas hechas a sí mismas sin ayuda tienden a ser menos generosos y tener menos consideración por lo público”.
Robert Frank
Para otros autores, como Pablo Maella en su libro «La casa de la eficacia», la suerte es un elemento importante de la eficacia, ya que puede afectar al rendimiento individual tanto en positivo como en negativo. Los otros factores para la eficacia serían: responsabilidad, capacidad, automotivación, autogestión y simplificación.
Pero recuerda: La suerte favorece a las mentes preparadas. Esto nos enseñará justamente eso, cómo preparar nuestras mentes para que el azar, si es que existe, nos eche una mano con nuestros sueños.
Y al igual que os advertimos en este post, uno de los factores suerte que el más recalca en el libro es dónde uno ha nacido y el poder adquisitivo de su familia: «Uno de los datos que más me entristecen es que los hijos más inteligente de las familias pobres tienen menos posibilidades de graduarse que los menos listos de las familias ricas».
¿No deberíamos frenar esta injusticia? ¿O estás de acuerdo con ella?