Actualizado el martes, 8 noviembre, 2022
Foragers, Farmers, and Fossil Fuels (por Ian Morris) argumenta que los valores que más apreciamos, incluidos el coeficiente Gini, provienen de una fuente fundamental: la energía. Si bien los antropólogos han pasado siglos tratando de comprender las diferencias entre culturas, pocos han intentado explicar esas diferencias. Este resumen analiza su relación con la evolución del coeficiente Gini.
A lo largo de la historia, las sociedades han adoptado los valores que hacían de su particular método de captación de energía el más eficiente y eficaz. Los recolectores tenían jerarquías planas, pero frecuentemente usaban la violencia para resolver disputas. Los agricultores, por otro lado, tenían fuertes jerarquías políticas, materiales y de género, pero toleraban menos la violencia. Y los usuarios de combustibles fósiles, es decir, nosotros, valoramos la igualdad y consideramos que la violencia no tiene sentido o incluso es moralmente abominable. En cuanto a las sociedades futuras, es posible que no sepamos cómo serán, pero podemos estar seguros de que los valores que adopten serán los que las ayuden a mejorar el coeficiente Gini. Actualmente, algunas de las medidas más populares son acabar con los paraísos fiscales, la renta básica universal o aplicar la tasa Robin Hood en los sueldos y salarios de las empresas.
Qué es el coeficiente de Gini o puntaje de Gini
Para poder medir las desigualdades, es muy útil poder calcular la curva de Lorenz y el coeficiente de Gini. Estas dos herramientas de cálculo se utilizan en el ámbito de la macroeconomía para medir la desigualdad de los ingresos de una comunidad o nación.
Se considera el coeficiente Gini como el método matemático más utilizado para medir la desigualdad salarial en un conjunto concreto de la población. Se trata de una herramienta analítica que se utiliza para realizar una medición comparativa de la concentración de ingresos entre los habitantes de un grupo poblacional y en un periodo de tiempo determinado.
La distribución de bienes gananciales hace referencia a cómo en que se distribuyen los ingresos y rentas según su interdependencia con diferentes elementos productivos de una economía. Se suele utilizar el término económico de «distribución de la renta» para referirse a la distribución del ingreso del un territorio (barrio, ciudad, nación…) entre los distintos factores productivos: trabajo, tierra, capital.
- Distribución individual: Reparto de la renta entre los ciudadanos y las familias, sin tener en cuenta el origen de estos ingresos.
- Distribución territorial: Distribución de la renta en el territorio determinado y así como el estudio de la convergencia en renta de otras regiones.
¿Cómo se calcula el coeficiente de Gini o puntaje de Gini?
Aunque no siempre es fácil de obtener los datos de cálculo para el Coeficiente de Gini, su cálculo es bastante sencillo de realizar. El coeficiente o puntaje de Gini se calcula como el cociente entre el área comprendida entre la diagonal de perfecta igualdad y la Curva de Lorenz. A medida que mejora la equidad el área A disminuye y la Curva de Lorenz y se acerca a la diagonal de 45%.
¿Qué relación hay entre el coeficiente de Gini y la curva Lorenz?
Uno de los elementos esenciales para calcular el coeficiente de Gini es la curva de Lorenz . Esta curva hace referencia a la forma gráfica que adquiere el cálculo matemático de la distribución de la renta en una población. Para su cálculo se tienen en cuenta los porcentajes acumulados de población con porcentajes acumulados de la renta que esta población recibe.
Aunque el índice de Theil es una medida de desigualdad basada en la entropía de Shannon, debe su nombre a Henri (Hans) Theil, quien lo desarrolló como una aplicación de la teoría de información (También es responsable del estimador de Theil-Sen para regresión robusta). Fue el primero en observar que las medidas de entropía proporcionaban un marco adecuado para medir el grado de desigualdad en la distribución de renta por razones tanto de tipo conceptual como operativo.
Por tanto, este índice es una medida de entropía, que pertenece a la clase de los índices de Kolm y se utiliza como indicador de inequidad en econometría y su valor es dado por la fórmula: Theil= 1-exp(-R). La fórmula del índice Theil ofrece como resultado un número entre 0 y 1.
La paradoja de la información y la teoría de Shannon
Canal de Youtube: Lemnismath
00:00 – Introducción
01:40 – La información se mide en bits
06:03 – La fórmula de la sorpresa
11:35 – ¿Y qué hacemos con esto?
13:35 – En el ADN
El robo de un banco en 1907, un ladrón que huye a Londres y un problema gordo para atraparlo. Estos son los ingredientes para introducir animadamente la teoría de la información de Shannon y su fórmula de la entropía.
Como has continuado la lectura hasta aquí, te cuento un poco más. Hay muchos artículos en blogs de Internet que afirman que el Quién es Quién se puede ganar con solo seis preguntas. Y le dedican largas parrafadas a demostrarlo. Si haces las cuentas con la fórmula de la información, verás que solo necesitas cinco preguntas para ganar (con un poco de suerte, solo cuatro).
¿Qué coeficiente de Gini o puntaje de Gini es el mínimo aceptable?
El Coeficiente de Gini es un número comprendido entre los valores 0 y 1. En esta escala, el número 0 representa la mayor igualdad (todos los ciudadanos o familias cuentan con los mismos ingresos) y el valor 1 representa a la mayor desigualdad (muy pocos hogares o cuidadanos concentran todos los ingresos).
Evolución del coeficiente Gini: la fuente de nuestros valores más fundamentales
¿De dónde vienen nuestros valores morales? ¿Es religión? ¿Filosofía? ¿Nuestras prácticas y tradiciones culturales?
Bueno, sí, la religión, la filosofía y la cultura juegan un papel importante en la configuración de la expresión de los valores de una sociedad en particular. Pero en opinión del autor, en realidad hay una fuente mucho más fundamental que determina qué sistema moral nos regimos, ya sea que estemos en la Europa moderna o en la dinastía Qing de China. Esa fuente es la energía.
Los siguientes resúmenes lo llevan en un viaje desde los días de la humanidad de caza y recolección hasta la era actual de los combustibles fósiles. En el camino, verá cómo la recolección de energía ha jugado un papel central en determinar si una sociedad acepta la violencia o defiende la igualdad. Y saque su bola de cristal: también veremos cómo los métodos futuros de captura de energía podrían remodelar drásticamente nuestros valores, en tan solo 80 años.
En estas relaciones sobre la evolución del coeficiente de Gini o puntaje de Gini, aprenderás:
- lo que los recolectores les hicieron a los advenedizos;
- por qué los granjeros terminaron con dioses y reyes; y
- cómo el Homo sapiens podría extinguirse.
Relación del coeficiente de Gini o puntaje de Gini con la obtención de energía
Nuestros valores pueden haber evolucionado de acuerdo con nuestros métodos de captura de energía
En 1982, el autor y sus colegas estaban trabajando en un sitio de excavación arqueológica en la Grecia rural. Una noche, pasaron un viejo marido y una mujer griegos. El marido iba montado en un burro, mientras que la mujer iba a pie cargando un pesado saco. Uno de los colegas del autor le preguntó al esposo: “¿Por qué su esposa no monta el burro?”. El esposo respondió simplemente: “Ella no tiene uno”.
Para los adultos occidentales modernos, esta aparente escena de egoísmo puede parecer impensable. Pero, ¿por qué exactamente la mayoría de los occidentales son tan reacios a las jerarquías de género como esta, sin mencionar otros tipos de jerarquías? ¿Están simplemente más en sintonía con las nociones de justicia e igualdad?
La respuesta real puede estar en un fenómeno más práctico: la forma en que capturamos la energía.
A lo largo de los años, muchas personas han intentado comprender los valores humanos. Pero no tantos han intentado explicar nuestros valores, es decir, por qué valoramos lo que hacemos.
La teoría del autor es que nuestros valores evolucionan, de la misma manera que lo hacen nuestros genes.
Todos conocemos la premisa básica de la evolución: que los organismos con los genes más adecuados para su entorno transmitirán esos genes, perpetuando los rasgos beneficiosos. Durante millones de años, esto puede provocar cambios importantes en el organismo original.
De manera similar, los valores humanos que se adaptan a un entorno particular permitirán que una sociedad florezca, mientras que una sociedad con valores que no coinciden o que están obsoletos no durará mucho. Esto hará que ciertos valores dominen y otros desaparezcan.
¿Y qué fuerza dicta qué valores resisten la prueba del tiempo? En una palabra, energía, o más exactamente, captura de energía . Este término define el proceso de obtención o derivación de unidades de energía alimentaria – kilocalorías – de nuestro entorno. Diferentes métodos de captura de energía funcionan mejor junto con diferentes valores y formas de organizar la sociedad.
Podemos ver esto en acción en nuestro ejemplo del granjero griego. Probablemente no estaba acaparando al burro solo porque era un idiota; es posible que solo haya estado operando de acuerdo con los valores jerárquicos de las sociedades agrícolas. Del mismo modo, los usuarios de combustibles fósiles no defendemos la igualdad de género y la democracia porque seamos santos, sino porque esos valores funcionan mejor en sociedades basadas en combustibles fósiles.
¿Cómo se desarrolló todo esto para las primeras sociedades humanas? Vamos a averiguar.
Coeficiente de Gini o puntaje de Gini en las sociedades recolectoras
Los recolectores evitaban la desigualdad y la jerarquía, pero aceptaban la violencia como parte de la vida
En la actualidad, menos del 1 por ciento de la población todavía obtiene su alimento de la caza y la recolección.
Puede ser difícil imaginar una época en la que todos los humanos fueran recolectores, pero durante el primer 90 por ciento de la historia humana, eso es exactamente lo que fuimos. Nuestra fuente de energía estaba a nuestro alrededor: en las frutas silvestres, las nueces y los animales con los que convivíamos.
Si bien los grupos de forrajeo del pasado y el presente tienen culturas muy diferentes y únicas, todos comparten algunas características esenciales. Esto es especialmente cierto cuando se trata de sus valores.
Los grupos de forrajeo son generalmente bastante pequeños, y constan de unas pocas docenas a unos cientos de personas. Son nómadas, viajando de un lugar a otro donde abunda la comida. Y son particularmente resistentes a las jerarquías, especialmente cuando se trata de riqueza.
Podemos medir la cantidad específica de desigualdad de riqueza en una sociedad observando su coeficiente de Gini o puntaje de Gini . Los puntajes de Gini varían de 0 a 1, donde 0 indica igualdad de riqueza total, mientras que 1 significa que una sola persona en el grupo posee absolutamente todo.
Según un estudio que analizó cinco grupos diferentes, las sociedades forrajeras tienen un puntaje Gini promedio de 0.25. Eso es significativamente más bajo que las sociedades agrícolas y de combustibles fósiles.
¿Por qué una puntuación tan baja? Bueno, buscar comida implica moverse mucho de un lugar a otro. En ese entorno, es mucho más fácil tener solo unas pocas posesiones portátiles que muchos artículos grandes para cargar.
Pero eso no es todo. Los suministros de alimentos que los recolectores atrapan o matan deben compartirse, de modo que todos los miembros del grupo obtengan las calorías que necesitan para sobrevivir. De hecho, en las sociedades forrajeras, los recolectores advenedizos que deciden empezar a acaparar comida son objeto de burlas, ostracismo o, en casos extremos, asesinados.
Es cierto: los recolectores son iguales en la mayoría de los aspectos, pero también son indiscutiblemente violentos. En el siglo XX, uno de cada diez recolectores murió de muerte violenta.
Pero, ¿por qué la violencia está tan presente para los recolectores? Bueno, sin gobiernos centralizados, eliminar las amenazas es mucho más fácil y rápido con la violencia que con la diplomacia. Y en algunas sociedades forrajeras, los hombres violentos tienen más parejas sexuales e hijos que los hombres menos violentos. Para los recolectores, al parecer, la evolución favorece la violencia.
Coeficiente de Gini o puntaje de Gini en las primeras sociedades agrícolas
Nuestros primeros ancestros recolectores solo tenían que pasar tres o cuatro horas al día cazando o buscando comida. ¿Suena como el paraíso? Bueno, tenga en cuenta que la mayoría de los recolectores solo vivían hasta los 25 años. Y solo podían recolectar alrededor de 5,000 kilocalorías por día como máximo.coeficiente de Gini o puntaje de Gini
Sin embargo, alrededor del 7000 a. C., las cosas comenzaron a cambiar. Los recolectores comenzaron a hacer algo inusual: replantaron el trigo que encontraron en la naturaleza. En poco tiempo, dejaron de moverse por completo y, en lugar de cazar su carne, la obtuvieron de animales grandes que domesticaron. Habían aprendido a generar muchas calorías mientras permanecían en un solo lugar. En otras palabras, nació la agricultura, y con ella vinieron muchos otros cambios.
El mensaje clave aquí es: con la agricultura llegó más energía, más niños y las primeras sociedades a gran escala.
No todas las sociedades agrícolas a lo largo de la historia fueron iguales. Pero compartían varios rasgos importantes.
Para empezar, la mayoría de las sociedades agrícolas se organizaron en lugares donde la comida era naturalmente abundante o, naturalmente, donde las condiciones eran ideales para la agricultura. Pronto, la gente descubrió que ríos masivos como el Éufrates, el Tigris y el Nilo podían usarse para riego. A lo largo de estos ríos, los agricultores construyeron las primeras ciudades, donde se reunían y convivían miles de personas.
La agricultura condujo a un nivel mucho más alto de captura de energía que la búsqueda de alimento. Hacia el año 4000 a. C. en Mesopotamia y Egipto, los agricultores de riego podían capturar hasta 10.000 kilocalorías por día. Pero había una trampa: la agricultura requería que los trabajadores hicieran largas jornadas de trabajo agotador.
Por supuesto, un solo agricultor no podía manejar todo el trabajo por su cuenta, lo que significaba que los agricultores necesitaban tener muchos niños que pudieran ayudar en la granja. Pero incluso siete niños, el promedio en todas las sociedades agrícolas, no fueron suficientes. Y entonces usaron trabajo pagado, o trabajo forzado.
La evidencia muestra que las sociedades agrícolas que generaban más de 10,000 kilocalorías por día todas usaban esclavos. Al mismo tiempo, todos ellos también decidieron que las mujeres deberían ser las que se quedaran en casa y cuidaran a los niños mientras los hombres trabajaban. La falta de excepciones a esta regla es bastante notable.
Esclavitud, trabajos forzados y una fuerte jerarquía de género: ¡la agricultura parece un negocio bastante malo hasta ahora! Profundicemos más en los tipos de valores que adoptaron las sociedades agrícolas.
Coeficiente de Gini o puntaje de Gini y la evolución de la violencia
Imagínese un día en la vida de un granjero temprano típico. Tu tierra se encuentra en algún lugar cálido y fértil, quizás Mesopotamia. Tienes una esposa que se queda en casa y cuida de tus muchos hijos. Todos los días, te despiertas y pasas la mayor parte de tu tiempo trabajando, con alguna llamada social ocasional aquí y allá.
Ya sea que lo sepa o no, estas condiciones dictan sus valores más profundos. Pero, ¿cuáles son exactamente esos valores?
El mensaje clave aquí es: las sociedades agrícolas eran fuertemente jerárquicas y veían la violencia de manera más negativa que los recolectores.
Sin excepción, cada vez que una sociedad agrícola se elevaba por encima de una captura de energía de 10.000 kilocalorías por día, unas pocas de las llamadas “élites” se hacían cargo de administrar, o controlar, a la población y sus mercados. Y en casi todos los casos, la persona en la cima era un gobernante divino cuya autoridad supuestamente provenía de algún tipo de poder superior.
A través de la religión, los agricultores racionalizaron y legitimaron la jerarquía. En diversos grados, la gente aceptó la idea de que un poder superior quería que algunas personas estuvieran arriba y otras abajo. En las sociedades agrícolas, el puntaje promedio de Gini fue de 0,45. Eso significaba que el 10 por ciento de la población extraía alrededor del 80 por ciento de la riqueza de todos los demás.
Pero el establecimiento de una clase dominante tuvo un lado positivo: ayudó a sofocar la violencia entre los agricultores. Una entidad externa con la máxima autoridad podría intimidar a todos para que actúen pacíficamente en lugar de violentamente, al menos la mayor parte del tiempo. En realidad, esto era bueno para los negocios, ya que la violencia podía interrumpir muy fácilmente el proceso de trabajo.
Y realmente, asegurar el éxito del trabajo fue la base de todo lo demás en las sociedades agrícolas. Después de todo, los agricultores solo podían sobrevivir si producían suficientes alimentos para vivir y suficientes bienes para vender en el mercado. Esto los animó a trabajar duro para acumular riqueza material, que podrían transmitir a sus hijos para asegurar también su supervivencia.
Pero mientras la riqueza material significaba supervivencia, también reforzaba las jerarquías de género. Los granjeros posesivos querían asegurarse de otorgar su riqueza a niños que realmente eran suyos. Esto condujo a un mayor énfasis en la virginidad, lo que colocó a las mujeres en una posición aún más subordinada.
Los valores agrícolas dominaron en todo el mundo durante casi 9.000 años. Pero todo cambió cuando los combustibles fósiles entraron en escena.
Coeficiente de Gini o puntaje de Gini en las sociedades de combustibles fósiles
Noroeste de Europa, finales del siglo XVII. Los mineros del carbón acaban de hacer un descubrimiento notable: el carbón se puede quemar para generar energía.
Pero eso es solo el comienzo. Puede usar esa energía para impulsar motores que bombean agua fuera de las minas, lo que le permite cavar más profundo y descubrir más carbón. Y, con este excedente de carbón, puede alimentar todo tipo de cosas que antes eran inimaginables. Una de estas cosas resultaría ser la máquina de vapor.
La primera máquina de vapor eficiente cobró vida en 1776. En poco tiempo, revolucionó la vida moderna. Para 1914, Occidente había dominado económicamente el mundo y controlaba el 84 por ciento de la masa terrestre del planeta. Las sociedades de combustibles fósiles habían tomado el centro del escenario.
El mensaje clave aquí es: las sociedades de combustibles fósiles florecieron al capturar cantidades masivas de energía.
Después de la máquina de vapor vino una rápida sucesión de otros inventos que aumentaron la producción industrial. El aumento de la producción significó que las fábricas obtuvieran mayores ganancias, lo que les permitió pagar salarios más altos a sus trabajadores. ¡ Estos salarios atrajeron a los agricultores a mudarse a las ciudades y conseguir trabajos en las fábricas, lo que hizo que las fábricas fueran aún más productivas!
En última instancia, este ciclo de retroalimentación hizo que los mercados explotaran en tamaño. Los artículos producidos en masa se hicieron bien y se hicieron asequibles. Después de todo, no tenía sentido producir grandes cantidades de bienes si nadie podía comprarlos. Como resultado, el nivel de vida de todos alcanzó nuevas alturas.
Después del gran momento del carbón, los usuarios de combustibles fósiles continuaron mejorando sus métodos de captura de energía. Descubrieron nuevas fuentes de energía, como los hidrocarburos, y nuevos métodos de extracción, como la perforación en aguas profundas. En los primeros días del carbón, la captura de energía rondaba las 38.000 kilocalorías por día. En la década de 1970, ese número se disparó a la friolera de 230.000 kilocalorías por día.
Este auge energético masivo requirió nueva infraestructura para administrarlo todo. Surgieron nuevas empresas e instituciones financieras y luego se volvieron obsoletas a un ritmo vertiginoso.
Pero las empresas y la riqueza no fueron las únicas cosas que crecieron gracias a los combustibles fósiles: la población mundial también lo hizo. En 1800, solo mil millones de personas habitaban la Tierra. En 1900, eran 1.600 millones. ¿Y en el 2000? ¡6 billones!
Así que hay más de nosotros hoy que nunca antes. Pero eso no es todo, también somos más saludables. En promedio, los humanos de hoy son 10 centímetros más altos que nuestros bisabuelos y vivimos 30 años más.
En el próximo avance antropológico y las desigualdades del Coeficiente de Gini, descubriremos qué significa todo esto para los valores de los usuarios de combustibles fósiles.
Coeficiente de Gini o puntaje de Gini en la sociedad industrializada
El mundo de hoy es notablemente homogéneo en lo que respecta a los valores morales.
Una encuesta de 2007 encontró que el 80 por ciento de las personas en todo el mundo están a favor de la democracia. Una encuesta de 2009 de 16 países encontró que el 86 por ciento de los encuestados consideraban importante la igualdad de género. Y una encuesta intercontinental de Gallup realizada entre 2008 y 2010 encontró que el 69 por ciento de las personas son absolutamente pacifistas cuando se trata de violencia.
Estos resultados son solo una muestra del mundo más igualitario y pacífico que nos han traído los combustibles fósiles.
El mensaje clave aquí es: las sociedades de combustibles fósiles valoran la igualdad y prefieren la paz a la violencia.
Desde que los combustibles fósiles se convirtieron en la fuente dominante de energía en el siglo XVIII, los puntajes de Gini han fluctuado mucho. El puntaje de Gini de Francia en 1860 era asombrosamente desigual de 0,61, mientras que en los EE. UU. en 1970 era de un razonable 0,36.
Pero a pesar de estos altibajos, el puntaje global de Gini hoy en día es decididamente más bajo que el de nuestros antepasados agricultores.
¿Por qué? Bueno, en la era de los combustibles fósiles, es fácil pagar salarios altos a los trabajadores y brindarles beneficios. Tampoco necesitamos estratificar fuertemente el trabajo, por lo que tiene sentido que todos tengan la oportunidad de vivir bien.
En cuanto al género y la jerarquía política, nunca han sido tan planas como lo son hoy.
Hay un número de razones para esto.
Por un lado, como hemos visto, estamos más sanos que nunca, y eso también se aplica a nuestros hijos. Dado que ahora tienen más posibilidades de sobrevivir, hay menos presión para que las mujeres tengan muchos de ellos. Y si bien los agricultores pueden haber necesitado muchas manos adicionales para ayudar con el trabajo, eso no es necesario en la era de los combustibles fósiles. Así, las mujeres pueden asumir años de trabajo remunerado y contribuir a la economía de mercado antes y después de tener hijos.
Otra razón para las jerarquías más planas es que las sociedades de combustibles fósiles son mucho más seculares que las agrarias. Sin religión, el gobierno de un rey divino empieza a parecer mucho menos legítimo.
Este campo de juego más nivelado permite que las sociedades de combustibles fósiles funcionen bien. Cuando los ciudadanos son móviles y las sociedades democráticas, los mercados son más eficientes. Del mismo modo, la violencia parece cada vez más innecesaria para resolver nuestros problemas en la actualidad.
Por supuesto, no todas las sociedades de combustibles fósiles han optado inmediatamente por la igualdad y la paz sobre la fuerza. Tomemos como ejemplo la China posmaoísta de hoy. Desde la década de 1980, China ha estado creciendo económicamente a un ritmo mucho más rápido que otras naciones. Sin embargo, este camino también ha traído consigo desastres ambientales, corrupción intensa y protestas violentas.
Coeficiente de Gini o puntaje de Gini en la sociedad de la información
Sin duda, los combustibles fósiles han dado forma a cómo se forman nuestras sociedades y qué valores aprecian. Pero sabemos que la tecnología, tanto en energía como en otras áreas, se está desarrollando a un ritmo alucinante. ¿Cómo podrían adaptarse nuestros valores a un mundo que pronto puede verse muy diferente?
Una teoría que intenta responder a esto se llama «Escenario calmante». Sostiene que a medida que países como China e India continúan desarrollando poder económico y político, comenzarán a adoptar valores como la libertad y la democracia en mayor medida.
Seguro que suena relajante. Pero, ¿realmente sucederá?
El mensaje clave aquí es: no sabemos exactamente cómo los avances tecnológicos cambiarán nuestros valores, pero podemos estar seguros de que lo harán.
Ya hay alguna evidencia que apoya el Escenario Relajante. Solo mire lugares como Japón, Corea del Sur y Taiwán, que han visto grandes avances hacia el liberalismo desde 1945.
Algunos teóricos, sin embargo, favorecen una descripción diferente del futuro. Creen que los países asiáticos se han occidentalizado principalmente debido a la posición global dominante de Occidente. Si el centro de poder global se desplaza hacia el este, predicen, los occidentales pueden convertirse en «chinos».
Esta teoría también tiene algo de peso. Si el desarrollo social continúa aumentando al ritmo actual de cada país, el desarrollo del Este superará al desarrollo del Oeste en 2103.
Por supuesto, probablemente no sea realista suponer que continuaremos desarrollándonos globalmente a nuestro ritmo actual. De hecho, ¡el desarrollo probablemente ocurrirá mucho más rápido!
Las estimaciones conservadoras sugieren que la captura de energía aumentará a casi un millón de kilocalorías por día para 2103. Las ciudades tendrán una población de 140 millones de personas cada una. La esperanza de vida probablemente aumentará a más de cien años en los países desarrollados. ¡Y eventualmente, todos podríamos estar caminando con chips de computadora incrustados en nuestros cerebros!
Con suficientes kilocalorías para alimentar y dar energía a todo el mundo, toda jerarquía podría dejar de existir. La violencia tampoco tendría sentido en un mundo donde los humanos están igualmente empoderados por la tecnología. Pero eso es solo si todos tienen acceso a esa tecnología. Si la distribución es desigual, unos pocos poshumanos poderosos podrían llevar al humilde Homo sapiens a la extinción.
Incluso si todas estas conjeturas son incorrectas, podemos decir con certeza que los humanos de 2103 serán muy diferentes a los humanos de hoy. Y también podemos estar seguros de que adoptarán exactamente los valores que les ayudarán a prosperar.
Cómo la obtención de Energía afecta a la sociedad
Acabamos de explorar la idea de que nuestros valores fundamentales están impulsados por la fuerza más básica de todas: la energía. Pero, ¿qué es realmente la energía? ¿Es solo algo que necesitas para completar tu entrenamiento en el gimnasio? ¿O algo que tenga que ver con las leyes de la termodinámica? ¿De dónde viene la energía y cómo asegura nuestra supervivencia?
Si aún no está seguro, no se preocupe: estas son exactamente el tipo de preguntas que el autor Vaclav Smil examina en su libro Energía . Si quieres profundizar más en lo que es realmente la energía, y cómo afecta todo lo que nos rodea, ¡puedes leer Energy de Vaclav Smil!