Actualizado el viernes, 10 mayo, 2024
Autor: El ganador del Premio Nobel de la Paz en el 2006, Muhammad Yunus, fundó el Banco Grameen en Bangladesh.
Algunos sistemas económicos están diseñados con el objetivo de favorecer a los más pobres. Por ejemplo, algunas formas de economía mixta, donde existe una combinación de mercado libre y regulación gubernamental, pueden implementar políticas para redistribuir la riqueza y proporcionar servicios básicos a aquellos en situación de pobreza.
Además, en algunos casos, los programas de bienestar social dentro de sistemas capitalistas pueden ayudar a reducir la desigualdad económica al proporcionar asistencia a aquellos que lo necesitan, como programas de asistencia alimentaria, vivienda subsidiada, educación gratuita o a bajo costo, y atención médica accesible.
Por otro lado, sistemas económicos como el socialismo democrático o el socialismo participativo se basan en la idea de una distribución más equitativa de la riqueza y los recursos, con un enfoque en la propiedad pública o colectiva de ciertos sectores clave de la economía y un mayor énfasis en la igualdad social y económica.
Sin embargo, es importante señalar que la efectividad de cualquier sistema económico para favorecer a los más pobres depende de cómo se implemente en la práctica y de otros factores como la corrupción, la eficiencia del gobierno y la voluntad política para abordar la pobreza y la desigualdad. Veamos el ejemplo del Capitalismo Social y Muhammad Yunus.
Muhammad Yunus, el ganador del Premio Nobel de la Paz en 2006, es conocido por su trabajo pionero en el campo del microcrédito y el desarrollo de instituciones financieras que proporcionan pequeños préstamos a personas de bajos ingresos, especialmente mujeres, para ayudarles a iniciar negocios y mejorar sus condiciones de vida.
Yunus ha sido un defensor apasionado de la idea de que el acceso al crédito puede ser una herramienta poderosa para combatir la pobreza y promover el desarrollo económico, especialmente en comunidades desfavorecidas. Su enfoque se centra en la idea de que las personas, incluso aquellas que son muy pobres, tienen habilidades y talentos que pueden ser aprovechados a través del apoyo financiero adecuado.
Además del microcrédito, Yunus también ha abogado por ideas más amplias de un «capitalismo social», en el que se promueva un enfoque de negocios que priorice no solo la maximización de beneficios, sino también el bienestar social y ambiental. Él cree que las empresas pueden ser agentes de cambio positivo en la sociedad al buscar beneficios económicos junto con la mejora de las condiciones de vida de las personas.
Yunus defiende un enfoque que combina el empoderamiento económico de los pobres a través del acceso al crédito con una visión más amplia de la responsabilidad social empresarial como medios para abordar la pobreza y promover un desarrollo más equitativo.
Reseña
Muhammad Yunus, reconocido como el fundador del Banco Grameen, una institución pionera en el otorgamiento de microcréditos, fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz por sus esfuerzos en la lucha contra la pobreza a nivel global. A pesar de que el gobierno de Bangladesh eventualmente lo forzó a dejar su cargo en el banco, posiblemente por motivos políticos, sus ideas continúan teniendo un impacto significativo. Yunus aboga por un sistema económico que considere a toda la humanidad como un conjunto con un potencial positivo. En su obra, coescrita con Karl Weber, propone un plan de acción para el desarrollo de «empresas sociales», ofreciendo detallados estudios de caso que muestran cómo las empresas Grameen abordan los desafíos comunes del mercado. Muhimu lo recomienda especialmente a microempresarios y tecnócratas en políticas públicas que aspiran a un mundo con menos pobreza y que buscan orientación para lograrlo.
Ideas fundamentales
- La motivación humana se nutre tanto de la altruista ayuda a otros como de la ambición personal.
- El sistema económico global contribuye a la generación y perpetuación de la pobreza al negar acceso al crédito a las personas de bajos recursos.
- Las prácticas empresariales con un enfoque específico pueden resolver problemas sociales que parecen insolubles.
- Es imperativo establecer nuevas estructuras legales, comerciales y académicas que reconozcan y promuevan la «empresa social».
- La empresa social se fundamenta en renunciar a las ganancias individuales y reinvertir las utilidades en la propia empresa.
- Al emprender una empresa social, es recomendable comenzar con una escala pequeña y mantener flexibilidad.
- Una empresa social debe ser viable en el mercado libre y competitivo.
- El espíritu emprendedor que impulsa a las empresas convencionales es igualmente aplicable para crear empresas sociales.
- Las empresas sociales requieren el mismo nivel de planificación que las empresas tradicionales.
- Desperdiciar el potencial humano de aquellos que quedan excluidos del sistema debido a la pobreza es una pérdida lamentable.
Resumen
Cómo los microcréditos dieron lugar a la empresa social
Muhammad Yunus, docente de economía en la Universidad de Chittagong, se vio impulsado a tomar medidas tras la devastadora hambruna que golpeó a Bangladesh en 1974. Fue durante su visita al pueblo de Jobra donde encontró su verdadera vocación. Al proporcionar a los habitantes locales $27 para liberarlos de las deudas con prestamistas abusivos, Yunus concibió la idea de prestar dinero a los pobres como el inicio de una nueva forma de institución bancaria. Fundó el banco él mismo y lo denominó «Grameen», que significa «pueblo» en bengalí. En la actualidad, el Banco Grameen cuenta con ocho millones de clientes, el 97% de los cuales son mujeres. Resultó que otorgar préstamos a mujeres en lugar de hombres resultó ser más efectivo para combatir la pobreza. El éxito del Grameen en Bangladesh inspiró la creación de operaciones de microfinanzas en todo el mundo, incluyendo Estados Unidos. Yunus llegó a la conclusión de que las instituciones financieras globales contribuían a la pobreza al no ofrecer crédito a los más necesitados. Todos nacen con talentos creativos, pero la pobreza impide que el mundo se beneficie de ellos. Es necesario reestructurar las instituciones para que todos tengan la oportunidad de prosperar. Esto implica la creación de «empresas sociales».
“La regla de ‘el más fuerte se lleva todo’ debe sustituirse por reglas que garanticen que los más pobres tomen parte en la acción”.
La sociedad debe aceptar un mundo con dos tipos de empresas: Lucrativas y sociales. Una empresa social se ajusta a las prácticas comerciales normales. Debe ser fiscalmente sostenible, pero sus inversores no reciben dividendos. Trata de curar enfermedades sociales, no acumular riqueza. Todas las utilidades se usan para expansión o contingencias. Deben tener mucho financiamiento debido a la multitud de gente que contribuye mundialmente a causas de beneficencia. Los gobiernos podrían desviar fondos de sus programas de bienestar social a las empresas sociales.
“La pobreza no es creada por la gente pobre. La crea el sistema que hemos construido, las instituciones que hemos diseñado y los conceptos que hemos formulado”.
La marca Grameen se extendió en Bangladesh para incluir Grameen Danone (yogur), Grameen Veolia (agua purificada), BASF Grameen (mosquiteros), Grameen Intel (TI rural), Grameen Adidas (zapatos) y Otto Grameen (textiles). Grameen Healthcare establece clínicas de prevención de enfermedades en áreas rurales y escuelas de enfermería, y fundó una universidad para capacitar personal médico.
Definición de la empresa social
Existen dos tipos de empresa social: El “Tipo I”, donde los inversores reinvierten las utilidades para atacar un problema social; y el “Tipo II”, que es una entidad lucrativa cuyos propietarios son pobres, como el Banco Grameen. Las empresas sociales se apegan a siete principios: Tratar de mejorar la sociedad, no de generar utilidades; ser financieramente viables; respetar el medio ambiente; los inversores sólo recuperan la cantidad que invirtieron; las ganancias se usan para financiar la expansión; respetar el medio ambiente; los empleados reciben salarios según el mercado en lugares de trabajo que se encuentran por encima de la norma, y compartir un espíritu de buena voluntad, como indica el lema: “¡Hazlo con gusto!”.
“Los seres humanos tienen un deseo natural de ayudarse unos a otros. Es una fuerza motivadora … tan poderosa como el deseo de lucro”.
“La empresa social debe ser una parte esencial de la fórmula de crecimiento, ya que beneficia a las masas que de otra forma no estarían incluidas. Cuando la gente tiene fuerza, también la economía la tiene”. La empresa social no es socialismo ni comunismo, sino una forma modificada de capitalismo en donde la gente ayuda a sus comunidades con soluciones comerciales a los problemas que, en condiciones ideales, debería manejar el gobierno. Las empresas sociales ofrecen más opciones al mercado, cultivan la innovación al aprovechar la creatividad de la gente y brindan una fuente de recursos limitada sólo por el poder de la empresa de atraer capital de inversión. La empresa social ofrece una alternativa a la privatización, que en ocasiones se traduce en la apropiación privada de bienes públicos y sólo enriquece al nuevo dueño. La empresa social evita combinar el móvil de lucro con el deseo de hacer el bien por tres razones: Primera, las empresas no deben incrementar sus ganancias explotando a los pobres. Tristemente, algunas instituciones que siguen los pasos de los microcréditos de Grameen ahora cobran tasas de interés exorbitantes. Segunda, cuando una empresa elige entre el lucro y la ayuda social, el lucro siempre gana. Mantenerse alejados de las utilidades les da a los gerentes claridad: Una empresa social ayuda a la gente. Tercera, proponer una empresa social como un tipo distinto de actividad fomenta otras iniciativas similares. Por ejemplo, al atender la necesidad de crédito, el Banco Grameen se dio cuenta de otros obstáculos que afectan a las áreas rurales. Como resultado, Grameen pide “promesas de por vida” a sus prestatarios, como apegarse a una mejor dieta y mejorar la forma de desechar la basura.
Grameen Danone: Un estudio de caso
La primera empresa social de Grameen, la fábrica de yogur Grameen Danone en Bogra, Bangladesh, empezó en el 2005 con una conversación entre Yunus y Franck Riboud, director ejecutivo del Grupo Danone. Desde el inicio, la nueva empresa se enfocó en crear un yogur popular que brindara mejor nutrición a los niños de Bangladesh, el 50% de los cuales está desnutrido. Los expertos de Danone y Grameen crearon una pequeña planta cuya energía provenía, en parte, de paneles solares y la conversión de residuos en biogás. Las pruebas para la nueva fórmula de yogur se basaron en un endulzante local, la melaza de dátil. La compañía ganadera Grameen garantizó el suministro continuo de leche para el yogur, llamado Shokti Doi (“yogur energético”) y lo promocionó con una caricatura de un león musculoso. El precio inicial de lanzamiento en febrero del 2007 fue de siete centavos por vaso, inferior al precio de mercado de 30 centavos. La respuesta inicial fue positiva, pero las ventas de Shokti Doi – disponible en un número limitado de tiendas en Bogra y mediante ventas rurales de puerta en puerta – eran insuficientes para mantener la planta o tener el impacto nutricional esperado. El problema era que las vendedoras se negaban a ir de puerta en puerta, ya que ello infringía las normas culturales. Grameen Danone contrató a un gerente local para replantear el proceso de reclutamiento y, para marzo del 2008, había 270 vendedoras. Las ventas crecieron durante seis meses con una penetración en el mercado entre 40% y 50% en las áreas de mayor consumo.
“Los gobiernos suelen ser presa de intereses especiales, de partidos políticos egoístas y de individuos corruptos. De ahí la necesidad de empresas sociales”.
Sin embargo, el incremento de precios mundiales de alimentos a partir del 2006 generó dificultades. El precio de la leche se duplicó; para marzo del 2008, cada vaso de yogur perdía dinero y ponía en riesgo la supervivencia de la compañía. Para abril del 2008, los miembros del consejo de administración acordaron un aumento a 11 centavos por vaso, pero las ventas cayeron en un 80%. La empresa se dio cuenta de que podía ofrecer el mismo beneficio nutricional (30% de los requerimientos mínimos diarios para un niño) en vasos más pequeños de 60 gramos por ocho centavos, un aumento que el mercado rural podía tolerar. La compañía se extendió a Dhaka, la capital de Bangladesh, donde los pobladores estaban dispuestos a pagar 16 centavos por un vaso de 80 gramos. Grameen invirtió en un centro de distribución y camiones refrigerados y creó un modelo de negocios de dos niveles para atender a clientes urbanos y rurales. Los habitantes de Dhaka representaban casi el 40% de todas las ventas. En las áreas rurales, las vendedoras se habían estabilizado y cada una ganaba alrededor de US$11 mensuales de la venta de vasos de yogur más pequeños y más baratos. La experiencia mostró los problemas inherentes a la empresa social. Las lecciones útiles incluyeron: Enfocarse en la meta, pero ser flexible; conocer el mercado; obtener ayuda cuando sea posible; entender que cada mercado presenta una oportunidad única, y replantear periódicamente las suposiciones.
El inicio
Los nuevos empresarios sociales deben empezar en casa a afrontar problemas familiares a los que puedan aportar recursos existentes. Empiece con una empresa local y pequeña, tenga un objetivo claro y prepárese para hacer múltiples intentos para tener éxito. Las empresas sociales de Grameen muestran que un negocio general no aminora problemas globales como la pobreza y la atención médica. La respuesta en Bangladesh ha sido tomar una parte de los retos (agua insalubre, nutrición insuficiente, falta de zapatos, escasez de enfermeros) y crear numerosas empresas sociales que en conjunto mejoren la salud de los pobres. Los empresarios dedicados a las artes podrían cambiar las sociedades anquilosadas con programas de entretenimiento, los ingenieros podrían crear sistemas para convertir desechos en energía, la gente que trabaja al aire libre podría ayudar a la reforestación y los banqueros podrían ayudar a los trabajadores en plataformas marinas a enviar remesas a sus familias.
“La globalización no debe convertirse en imperialismo financiero”.
Para encontrar ideas para una empresa social, piense en las necesidades de un grupo (niños, adultos mayores, indigentes, enfermos mentales) y cree un concepto que lo fortalezca, por ejemplo, encontrar mercados para los artesanos o asesorar a nuevos empresarios. Pruebe su modelo para ver si es viable. Analice la capacidad de generar ingresos de las empresas lucrativas. De manera alternativa, puede convertir un negocio lucrativo en una empresa social al transferir la propiedad a los pobres, ya sea directamente o a través de un fideicomiso. Empiece con un plan de negocios similar al de una empresa con fines de lucro. Además de las investigaciones habituales de análisis de mercado, gastos y punto de equilibrio, pregunte: ¿A quién ayudo? ¿Cómo lo mido? ¿Puedo hacer más?
El financiamiento y la organización
Conseguir dinero para operar una empresa social tiene mucho que ver con la manera de organizar la compañía. Empiece con un plan de negocios a cinco años que muestre proyecciones de ingresos y egresos. Recuerde que las nuevas compañías generalmente sobreestiman cuánto venderán. Busque capital de inversión, quizá con fuentes de financiamiento cercanas, como amigos o parientes. Presente su plan de negocios para atraer dinero externo. Las compañías Grameen usan una estructura de lucro que parece ser la que mejor se adapta a empresas sociales: Recaudan capital externo, pagan impuestos y responsabilizan a la gerencia. Otros formatos de empresa social propuestos incluyen la compañía de interés comunitario (CIC) del Reino Unido, y en EE.UU. la sociedad de responsabilidad limitada de bajas utilidades (L3C, por sus siglas en inglés) y la corporación B (de “benéfica”). Los tres formatos muestran un deseo público de encontrar nuevas formas de lidiar con problemas sociales insolubles, pero carecen del elemento crucial de la empresa social: La preferencia por obras humanitarias sobre las utilidades. Debe legislarse una estructura formal específica para empresas sociales.
Agua Grameen Veolia: Un estudio de caso
Aproximadamente de 35 a 80 millones de personas en Bangladesh beben agua contaminada con arsénico. Eric Lesueur, quien trabaja en la división Veolia Water del conglomerado francés Veolia Environment, propuso crear una empresa social en conjunto con las compañías Grameen para llevar agua potable a áreas rurales de Bangladesh. El reto inicial: Vender 10 litros por un centavo. Lesueur se ganó el apoyo de los ejecutivos y lanzó el proyecto en diciembre del 2007 con una entusiasta respuesta de los empleados de Veolia. Grameen sugirió empezar en el pueblo de Goalmari, con 20.000 habitantes. En marzo del 2008, Veolia decidió tratar el agua del río en una planta, pero el precio por 10 litros se elevó a cuatro centavos debido al costo de entubar el agua. Aun así, para junio del 2009 el agua tratada se vendía en 14 establecimientos de Goalmari. Las ventas eran lentas debido al precio, a la renuencia a pagar por agua y a que los efectos dañinos del arsénico en el agua son tan a largo plazo que no se logró persuadir a la gente a cambiar su conducta. La solución Grameen-Veolia se centró en “subvención cruzada”: Vender más agua a instituciones y entubarla para casas cuyos dueños pudieran pagar. Suficientes compradores adinerados absorbieron los costos para que los hogares más pobres pagaran sólo una cuota nominal.
El camino para acabar con la pobreza
En el 2008 y el 2009, otras multinacionales crearon empresas sociales en Bangladesh. La gigantesca empresa química alemana BASF trabajó con Grameen para proporcionar mallas contra el mosquito del paludismo y pequeños complementos alimenticios con micronutrientes. Grameen e Intel fundaron una unidad de atención neonatal que usa teléfonos inteligentes para conectar a las madres rurales con médicos. Se está estableciendo una empresa social Tipo II para hacer ropa, propiedad de los pobres como el Banco Grameen original. Grameen y Otto GmbH de Alemania, una gran empresa de pedidos por correo, están creando una empresa textil con fines de lucro para financiar un fideicomiso en beneficio de los pobres. Adidas, la empresa alemana de calzado, ya inició un proyecto para surtir zapatos modernos por un euro a los pobres en Bangladesh, muchos de los cuales son víctimas de parásitos por andar descalzos. Grameen inició empresas sociales para cambios económicos en Colombia, Albania y Haití.
“Es inmoral obtener utilidades a costa de los pobres, especialmente tratar de alcanzar la meta comercial usual de obtener la máxima utilidad. Eso es beneficiarse del sufrimiento de nuestros semejantes”.
Dos crisis mundiales importantes han tenido efectos tremendos en los pobres: El aumento en los precios de alimentos, que se exacerba por la especulación desenfrenada sobre productos básicos, y la debacle financiera mundial. Estas crisis ocasionaron gran sufrimiento a millones de personas vulnerables, pero también ofrecieron la oportunidad de redefinir el capitalismo. Los países deben reestructurar sus economías para que los recursos lleguen a todos, no sólo a los ricos. Usar la empresa social para hacer a los desfavorecidos socios en el sistema comercial incrementará las oportunidades para todos.
El Impacto del Sistema Económico en la Población Más Vulnerable
El debate sobre si algún sistema económico favorece a los más pobres es una cuestión de relevancia y complejidad significativas en el ámbito socioeconómico. En este artículo, analizaremos detalladamente el impacto que diversos sistemas económicos pueden tener en la población más vulnerable, centrándonos en aspectos como la distribución del ingreso, el acceso a recursos y oportunidades, así como las políticas de bienestar social.
Capitalismo y Desigualdad
El capitalismo, como sistema económico predominante en muchas partes del mundo, ha sido objeto de intensos debates en relación con su efecto en la población más desfavorecida. Si bien el capitalismo promueve la competencia y la innovación, también puede conducir a altos niveles de desigualdad económica. Las brechas entre ricos y pobres pueden ampliarse debido a la concentración de riqueza en manos de unos pocos, mientras que muchos luchan por satisfacer sus necesidades básicas.
Socialismo y Distribución de la Riqueza
Por otro lado, el socialismo se presenta como una alternativa que busca una distribución más equitativa de la riqueza y los recursos. En teoría, el socialismo aboga por la propiedad colectiva de los medios de producción y la planificación centralizada de la economía para garantizar un mayor bienestar para todos los miembros de la sociedad. Sin embargo, en la práctica, los resultados pueden variar según la implementación y las políticas específicas de cada país.
Economía Mixta y Bienestar Social
En muchos casos, los países optan por una economía mixta, que combina elementos del capitalismo y el socialismo. Este enfoque busca equilibrar la eficiencia del mercado con la protección social y la igualdad de oportunidades. Mediante la regulación gubernamental y la provisión de servicios públicos, se pretende mitigar las desigualdades y garantizar un nivel básico de bienestar para todos los ciudadanos.
Políticas de Redistribución de Ingresos
Una de las herramientas clave para abordar la desigualdad económica es la implementación de políticas de redistribución de ingresos. Esto puede incluir impuestos progresivos que gravan más a los individuos de mayores ingresos, así como programas de transferencias de efectivo dirigidos a los más necesitados. Al canalizar recursos hacia los segmentos de la población con menos recursos, se busca reducir las disparidades y promover la inclusión social.
Acceso a Servicios Básicos
Otro aspecto crucial para mejorar la situación de los más pobres es garantizar su acceso a servicios básicos como la educación, la salud y la vivienda. Estas son condiciones fundamentales para el desarrollo humano y el ejercicio pleno de los derechos. Las políticas públicas deben enfocarse en eliminar las barreras que impiden a las personas más vulnerables acceder a estos servicios esenciales.
Desafíos y Oportunidades
Si bien existen diferentes enfoques en cuanto a la forma de abordar la pobreza y la desigualdad, es importante reconocer que no hay soluciones simples ni universales. Cada sistema económico presenta sus propios desafíos y oportunidades en términos de promover la inclusión y el bienestar social. Se requiere un enfoque integral y multidimensional que combine medidas de redistribución de ingresos con políticas orientadas al desarrollo humano y la igualdad de oportunidades.
El impacto de cualquier sistema económico en la población más pobre depende de una serie de factores, incluida la forma en que se implementan las políticas y se gestionan los recursos. Si bien el capitalismo puede generar crecimiento económico, también puede perpetuar la desigualdad si no se aplican medidas correctivas. Por otro lado, el socialismo puede ofrecer una distribución más equitativa de la riqueza, pero puede enfrentar desafíos en términos de eficiencia y libertad económica. En última instancia, una economía mixta que combine lo mejor de ambos enfoques puede ser la clave para promover un desarrollo inclusivo y sostenible.