Actualizado el sábado, 22 junio, 2019
El mundo de la moda siempre se suele asociar a las mujeres, pero curiosamente, cuando se trata de «protocolo», la vestimenta con más reglas es el traje masculino.
Aunque es difícil ver el origen de la forma moderna del traje de ejecutivo en el elaborado y coloreado vestido de la corte del siglo XVII, el patrón básico ha sobrevivido por más de cuatrocientos años con algunos ajustes, a pesar de el abandono de pelucas y de pantalones por la rodilla después de la revolución francesa; el auge de la sastrería británica, que utilizó el vapor, la presión, el acolchado y almidonado para moldear la tela de lana al cuerpo; la invención de la corbata moderna a fines del siglo XIX; y la desaparición gradual de chalecos y de sombreros durante los pasados cincuenta años dando como resultado el nacimiento del Frac, de corte cruzado algunas veces llamado príncipe Alberto (por el príncipe concorte de la Reina Victoria) que en su momento era vestido como abrigo hasta la rodilla.
Cómo llevar un traje
Lo que llamamos traje moderno fue originariamente una innovación inglesa del siglo XIX en la indumentaria. Originariamente se llamó traje de campo y era usado solamente en el campo y en la playa. El traje del campo se convirtió cada vez más en una forma ocasional de vestido llegándose a reservar solamente para las actividades recreativas.
Esta prenda fue durante finales del siglo XIX algo muy reservado de la clase obrera y los agricultores hasta que en 1906 Keir Hardie fue electo miembro independiente del Parlamento Británico representado al Partido del Trabajo, Keir Hardie al ser miembro del partido del trabajo jamás vistió de froc coat, cuando llegó al Parlamento resultó en una revolución total, irónicamente el «traje de campo» se convirtió en la nueva prenda predilecta del establecimiento británico.
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