Actualizado el viernes, 19 junio, 2020
A lo mejor ya lo sabíais, pero esta es la máscara que llevaban los médicos que atendían a los enfermos de peste y estoy flipando con todas las características que tenían. ¿Tanto se diferencian con las que usamos ahora?
Os contamos un poco más sobre ellas:
Por tomárnoslo con un poco de humor, podemos admitir que hemos avanzado en tecnología pero hemos perdido en estilo.
Los médicos tenían que estar completamente aislados, iban cubiertos con sombrero, guantes, un abrigo largo de cuero encerado y la máscara esta, que llevaba el pico relleno de plantas aromáticas medicinales y cristales en los ojos.
La vara era para mantener a distancia a los enfermos (al igual que el pico), pero también algunos enfermos pedían que les azotase con ella, en penitencia, creyendo que la peste era un castigo divino.
“Siempre es posible que algún organismo parásito hasta entonces desconocido escape de su habitual nicho ecológico y exponga a las densas poblaciones humanas que han llegado a ser una característica tan llamativa de la Tierra a alguna nueva y tal vez devastadora mortalidad”.
William H. McNeill, en Plagas y pueblos (Siglo XXI, 2016)
La peste que provocó la caída del Feudalismo
La peste negra o muerte negra se refiere a la pandemia de peste más devastadora en la historia de la humanidad que afectó a Eurasia en el siglo XIV y que alcanzó un punto máximo entre 1347 y 1353. Es difícil conocer el número de fallecidos, pero en el siglo XXI las estimaciones de 25 millones de personas solo en Europa, aproximadamente un tercio de la población, se consideran muy optimistas.
Al margen del análisis de sus causas obvias, tales como la presencia del bacilo Yersinia pestis, los historiadores han buscado, desde diversas perspectivas, el significado de este gran acontecimiento. Corrientes herederas del marxismo y estudiosos como Guy Bois atribuyen a esta epidemia el papel de demostración de la crisis del sistema feudal.
También murieron muchísimos representantes de la nobleza ya que no era la pobreza el lugar exclusivo donde atacaba la «peste», sino que nadie estaba a salvo.
Se dieron cuenta del peligro de las vestiduras y entre las primeras medidas que se emplearon en Europa para evitar el contagio fue el de quemar la ropa de los infectados o prohibir la entrada de cargamentos de tejidos en las ciudades. Incluso en algunas ciudades se permitía la entrada al viajero solo después de haberse deshecho de las ropas que se traía puestas, cambiadas por otras «seguras» prestadas por la propia ciudad.
«Mientras el género humano se pelea entre sí, la partida cae del lado de los microbios, que ganan terreno. Son nuestros depredadores y vencerán si nosotros, Homo sapiens, no aprendemos a vivir en una aldea global que deje pocas oportunidades para los microbios».
Laurie Garrett, The Coming Plague (1994)
Todos los detalles de las Máscaras
Los médicos encargados de atender a los enfermos por este mal, debían vivir completamente aislados de la sociedad, familia y amigos, ya que tenían una alta probabilidad de contagio.
Por eso, generalmente pedían regalías muy grandes a los contagiados para poder asistirlos y de esa manera compensar la destrucción de su vida cotidiana.
Estos doctores además debían vestir de una manera especial.
Se vestían con una larga túnica de cuero, guantes y sombrero de ala ancha. En su mano llevaban un bastón que usaban para remover pacientes evitando en lo posible el contacto físico pero lo más sorprendente es el segundo uso que tenía ese bastón. Muchos pacientes entendían que estaban sufriendo un castigo de Dios por sus pecados y entonces le pedían al médico que les pegara con ese bastón como parte de su arrepentimiento.
Características de la Máscara de la Peste Negra
Los médicos usaban una peculiar vestimenta para protegerse pero lo más característico era una máscara larga, con pico de pájaro, hoy usada en distintos carnavales como el de Venecia, y que era básicamente la mascarilla para taparse la boca que usan en la actualidad en hospitales.
Curiosidades
- Tenían cristales para proteger los ojos y el médico respiraba a través de ese pico para filtrar las miasmas y malos olores
- También los protegía de los frecuentes estallidos de las pústulas bubónicas.
- En el pico se ponían y se renovaban con frecuencia, trozos de ámbar gris, hojas de menta, mirra, láudano, pétalos de rosa, alcanfor, clavo de olor y todo lo que al médico le pareciera que podía neutralizar toda esa maldad que había en el aire.
Y por supuesto también los doctores se proveían de guantes para evitar cualquier contacto al tacto con los enfermos aunque aún no hubiera descubierto los beneficios de lavarse las manos con jabón.
¡Qué poco hemos cambiado, eh! Si quieres hacerte una mascarilla, POR FAVOR, sigue las indicaciones de la guía oficial facilitada por el Gobierno.
¡Responsabilidad y perspectiva histórica!
Imagina por un momento que hubieras nacido en el año 1900.
Cuando tienes 14 años comienza la Primera Guerra Mundial y termina cuando tienes 18 con un saldo de 22 millones de muertos.
Poco después aparece una pandemia mundial, la Gripe Española, matando a 50 millones de personas. Y tú estás vivo y con 20 años.
Cuando tienes 29 años sobrevives a la crisis económica mundial que comenzó con el derrumbe de la Bolsa de Nueva York, ocasionando inflación, desempleo y hambruna.
Cuando tienes 33 años los Nazis llegan al poder.
Cuando tienes 39 años comienza la Segunda Guerra Mundial y termina cuando tienes 45 años con un saldo de 60 millones de muertos. En el Holocausto mueren 6 millones de judíos.
Cuando tienes 52 años comienza la guerra de Corea.
Cuando tienes 64 años comienza la guerra de Vietnam y termina cuando tienes 75 años.
Un niño que nace en 1985 piensa que sus abuelos no tienen la menor idea de lo difícil que es la vida, pero ellos han sobrevivido a varias guerras y catástrofes.
Hoy nos encontramos con todas las comodidades en un mundo nuevo, en medio de una nueva pandemia.
La gente se queja porque por varias semanas se deben quedar confinados en sus casas, tienen electricidad, celular, comida, agua caliente y un techo seguro sobre sus cabezas. Nada de eso existía en otros tiempos. Pero la humanidad sobrevivió esas circunstancias y nunca perdieron su alegría de vivir.
Hoy nos quejamos porque tenemos que usar macarillas para entrar a los supermercados.
Un pequeño cambio en nuestra perspectiva puede obrar milagros. Vamos a agradecer tú y yo que estamos vivos y vamos a hacer todo lo necesario para protegernos y ayudarnos mutuamente.