¿Cómo piensan las personas? ¿Cómo deberían pensar? Estas preguntas han sido objeto de reflexión por filósofos desde la antigüedad, y en los últimos siglos, también los psicólogos se han sumado a este debate. La cuestión de la naturaleza y la calidad del pensamiento humano es fundamental para comprender el comportamiento y la toma de decisiones.
La Psicología Cognitiva
En tiempos más recientes, la psicología cognitiva ha llevado estas discusiones al terreno empírico. Investigadores como Daniel Kahneman y Amos Tversky han documentado sistemáticamente las fallas en el razonamiento humano, descubriendo sesgos y heurísticas que a menudo nos desvían del pensamiento lógico. Su trabajo ha demostrado que las personas frecuentemente toman decisiones basadas en reglas de oro simplificadas, atajos mentales que, aunque a veces efectivos, pueden llevar a errores sistemáticos.
La Perspectiva Histórica
Desde Sócrates y Platón hasta Descartes y Kant, los filósofos han intentado desentrañar los misterios del pensamiento humano. La lógica ha sido un pilar en estas discusiones, presentándose como el modelo ideal de razonamiento. La idea es que el pensamiento lógico, caracterizado por la coherencia, la consistencia y la adherencia a reglas bien definidas, debería guiar nuestras decisiones y juicios.
La Teoría del Razonamiento de Mercier y Sperber
En este contexto, los científicos cognitivos Hugo Mercier y Dan Sperber han propuesto una perspectiva innovadora que reevalúa el papel y la naturaleza del razonamiento humano. En su teoría, argumentan que el razonamiento no evolucionó principalmente para ayudarnos a encontrar la verdad o tomar decisiones lógicas de manera individual. En cambio, su función principal es la argumentación: persuadir a otros y evaluar argumentos en contextos sociales. Esta visión sugiere que el razonamiento está adaptado para la interacción social, más que para la introspección solitaria.
Implicaciones y Reflexiones
La teoría de Mercier y Sperber ofrece una interpretación más comprensiva del razonamiento humano. Explica por qué a menudo somos más hábiles en identificar fallas en los argumentos de otros que en los propios y por qué el debate y la deliberación en grupo pueden conducir a mejores decisiones que el pensamiento aislado. Este enfoque también subraya la importancia de contextos sociales y culturales en la formación y evaluación de argumentos, resaltando que el razonamiento lógico, aunque valioso, es solo una parte de un panorama más amplio y complejo.
¿Cómo Deberíamos Pensar?
Entonces, si bien el ideal del pensamiento lógico sigue siendo relevante, es crucial reconocer las limitaciones y contextos de nuestro razonamiento. La comprensión de cómo y por qué pensamos como lo hacemos puede informarnos mejor sobre cómo mejorar nuestras habilidades de pensamiento. Fomentar entornos que promuevan el diálogo constructivo y el pensamiento crítico puede ser más eficaz que simplemente enseñar reglas de lógica.
Ideas fundamentales
La razón es un enigma por sus defectos y porque es un misterio evolutivo.
- La razón presenta enigmas tanto por sus fallos inherentes como por su desarrollo evolutivo, el cual sigue siendo poco comprendido.
La lógica y la razón se han vinculado desde hace mucho tiempo, pero estudios contemporáneos complican nuestra comprensión de la razón.
- Aunque la lógica y la razón han sido tradicionalmente interconectadas, investigaciones actuales revelan que la razón es mucho más compleja y multifacética de lo que se pensaba anteriormente.
En lugar de un razonamiento consciente, la gente a menudo utiliza la intuición y la inferencia.
- A menudo, las personas dependen más de la intuición y la inferencia rápida que del razonamiento consciente y deliberado.
Un modelo modular de la mente es más preciso que la idea de una inteligencia general.
- El modelo modular de la mente, que postula la existencia de distintos sistemas especializados para diferentes tareas cognitivas, ofrece una explicación más precisa que la noción de una inteligencia general unificada.
La representación es fundamental para la función intelectual.
- La capacidad de crear y manipular representaciones mentales es esencial para el funcionamiento intelectual y la comprensión compleja.
Los humanos usan la razón para pensar y justificar sus posturas.
- Los seres humanos emplean la razón no solo para el pensamiento abstracto, sino también para justificar y defender sus puntos de vista y decisiones.
El razonamiento humano es intensamente social y facilita la colaboración.
- El razonamiento humano es inherentemente social, desempeñando un papel crucial en la comunicación, la persuasión y la cooperación entre individuos.
La razón tiene grandes debilidades y fortalezas sorprendentes.
- La razón humana posee debilidades significativas, como los sesgos cognitivos, pero también sorprende por su capacidad para resolver problemas complejos y adaptarse a nuevas situaciones.
El contexto cultural da forma al razonamiento, pero la capacidad subyacente es universal.
- Aunque el razonamiento es influenciado por el contexto cultural, la capacidad fundamental para razonar es una característica universal de la especie humana.
La razón es un enigma por sus defectos y porque es un misterio evolutivo.
La razón es un enigma porque sus orígenes y rareza son difíciles de entender y porque es humana: defectuosa, sesgada y limitada. La gente a menudo cae en falacias al razonar. La manera en que formulan preguntas da forma a cómo piensan y qué tan bien piensan.
“La idea de que la razón es lo que distingue a los humanos de otros animales se remonta generalmente al filósofo griego de la antigüedad Aristóteles”.
La evolución darwiniana fue alguna vez la lente primaria a través de la cual la gente veía el mundo natural, así que creían que la razón evolucionó. Los filósofos occidentales han sostenido por mucho tiempo que la razón es lo que diferencia a los humanos de los animales. Pero si los seres humanos evolucionaron la razón, ¿por qué no lo hicieron otras especies? La ciencia ahora dice que la razón podría ser difícil de evolucionar y podría encajar en un nicho ecológico específico.
La lógica y la razón se han vinculado desde hace mucho tiempo, pero estudios contemporáneos complican nuestra comprensión de la razón.
Cuando los humanos razonan, omiten pasos de procesamiento lógico porque sienten la necesidad de pensar rápidamente o porque empiezan con conclusiones y añaden razones más tarde. En los años 1960, el psicólogo de la razón Peter Wason remodeló el estudio del razonamiento. Descubrió que muchas personas usan la intuición en lugar de la lógica.
“La mayoría de las razones que la gente usa se basan directamente en la inferencia intuitiva”.
Desde entonces, los académicos han desarrollado la teoría del proceso dual, que divide el razonamiento en dos categorías. El tipo I es el procesamiento rápido, no verbal e inconsciente que ocurre con las tareas familiares. El razonamiento de tipo II es más lento, más reflexivo y más lingüístico. Aunque muchos procesos parecen mezclar los dos tipos, esta teoría explica aspectos del razonamiento. El tipo I implica heurística –es decir, suposiciones– que hacen que el proceso sea más rápido. El tipo II, al ser más lento y lógico, requiere tiempo y esfuerzo.
En lugar de un razonamiento consciente, la gente a menudo utiliza la intuición y la inferencia.
El filósofo René Descartes veía la razón como el camino a la certeza, pero el filósofo y ensayista David Hume veía el razonamiento como poco fiable. Hume señaló que el razonamiento y la inferencia no son idénticos. Se puede pasar el día usando la inferencia, no la razón.
“Las intuiciones se experimentan como un tipo distinto de estado mental. El contenido de una intuición es consciente”.
La gente extrae nueva información de la información que ya conoce. Llegan a inferencias al integrar información mediante la percepción, un proceso en el que operan módulos especializados sin razonamiento para reunir información.
La intuición es una forma de metacognición, que significa pensar en el pensamiento. Se basa en la percepción utilizando la inferencia. Cuando la gente razona, utiliza inferencias intuitivas sobre las razones. Generan intuiciones usando módulos inferenciales. Sus intuiciones las sienten instintivamente correctas, y se sienten bien por haberlas creado. La gente genera intuiciones metarepresentativas sobre sus intuiciones. Es decir, tienen intuiciones sobre por qué sintieron algo intuitivamente.
Un modelo modular de la mente es más preciso que la idea de una inteligencia general.
Los psicólogos del desarrollo encuentran que las disposiciones preexistentes de las personas moldean su forma de pensar. Un “instinto de aprendizaje” podría ayudar a los humanos a cerrar la brecha entre el instinto y la experiencia adquirida. Tradicionalmente, los pensadores veían la mente como una “inteligencia general”. Ahora, varias disciplinas ven la mente como integradora de múltiples mecanismos. El resultado es una visión modular de la mente. Esta modularidad produce plasticidad y flexibilidad.
“La razón, argumentamos, tiene dos funciones principales: la de producir razones para justificarse y la de producir argumentos para convencer a los demás”.
El modelo modular de cognición oportunista surgió después de que una perspectiva evolutiva diera forma a la psicología. Mucho antes de Charles Darwin, los pensadores tuvieron que lidiar con el desafío de la inferencia inconsciente. Un pensador árabe del siglo IX sugirió que las diferentes velocidades a las que se produce la inferencia se deben a la familiaridad. La gente piensa en los problemas lentamente al principio, pero pueden atacarlos más rápidamente cuando los temas son familiares. Sin embargo, esta noción no encaja con las observaciones sobre el funcionamiento de la mente.
Todas las formas de inferencia utilizan representaciones. Cuando los seres usan inferencias, modelan la representación. Los procesos son inferenciales cuando hacen que la información sea más fiable o que haya más información disponible. Diferentes módulos pueden procesar los mismos datos utilizando diferentes procedimientos.
La representación es fundamental para la función intelectual.
El poder de “representar representaciones” puede ser el aspecto más distintivo del intelecto humano. Las personas representan cosas y luego representan la representación. Las metarepresentaciones son centrales para la teoría de la mente, lo que significa que las personas entienden que otras personas tienen estados mentales y sus propias mentes. Las mentes humanas son sociales: La gente lleva registro de lo que sucede en las mentes de otras personas.
Los humanos usan la razón para pensar y justificar sus posturas.
La gente acepta dos tipos de razones: objetivas y psicológicas. Las razones objetivas apoyan una conclusión con hechos. Las razones psicológicas son representaciones de las razones objetivas. Mucha gente cree que las razones psicológicas motivan la acción individual. De hecho, justifican las acciones posteriormente. La gente usa la razón para justificarse ante los demás y para evaluar las justificaciones que otras personas comparten. En el uso retrospectivo de las razones, la gente usa las razones para justificar acciones pasadas. En el uso prospectivo de las razones, la gente usa las razones para argumentar nuevas decisiones. Tradicionalmente, los estudiosos las trataron como diferentes, pero se superponen.
El énfasis del pionero de la psiquiatría Sigmund Freud en el inconsciente socavó la creencia general en la capacidad de las personas para conocer sus propias mentes. La psicología cognitiva argumenta que la mayoría de los procesos mentales ocurren inconscientemente. La gente casi no tiene conciencia de cómo funciona su mente. Sus descripciones de sus propios procesos son a menudo creaciones fabricadas.
La acción humana es social y cambia según las circunstancias. Los módulos –que utilizan las relaciones entre datos específicos y las conclusiones, pero no utilizan el razonamiento formal– llevan a cabo inferencias intuitivas o inconscientes. La gente usa razones para construir y proteger su reputación. Las razones proyectan una trayectoria hacia el futuro, y ofrecen una promesa sobre cómo se actuará.
“En los últimos 200 años, la lógica se ha desarrollado mucho más allá de sus orígenes aristotélicos, tanto en alcance como en sofisticación”.
Las personas identifican y comparten razones con los que les rodean –su sociedad– por razones sociales. Ser conocido como racional le da a alguien una buena reputación, aunque las ideas que se califican como racionales varían de una cultura a otra.
Palabras específicas como “pero” llevan a la gente a hacer inferencias. Debido a que se supone que se aplican razones para el funcionamiento social, el razonamiento requiere y depende del idioma. En lugar de buscar modelos formales de lenguaje, como los silogismos o los significados específicos de las palabras, es más práctico mirar lo que la gente quiere decir cuando dice una palabra. El significado de las palabras puede cambiar según el contexto.
Las reglas que rigen el razonamiento –y el razonamiento interno– no anulan formas de expresión e interpretación más comunes. Cuando la gente razona sobre cuestiones sociales complejas, rara vez llega a acuerdos plenamente compartidos. Los científicos se acercan más a alcanzar un entendimiento mutuo debido a sus reglas compartidas sobre cómo llevar a cabo una investigación.
El razonamiento humano es intensamente social y facilita la colaboración.
En lugar de ser una función solitaria, la razón permite la interacción social. Los humanos cooperan de más maneras y con mayor frecuencia que otras especies. Pero para que la gente coopere, debe entender cómo piensan los demás. La razón ayuda a la gente a leer las normas sociales. Los seres humanos se comunican de una manera más compleja que otras especies. Esto ofrece enormes ventajas, pero requiere que la gente practique una vigilancia epistémica para evaluar si los hablantes son confiables.
La razón tiene grandes debilidades y fortalezas sorprendentes.
Dentro de un enfoque evolutivo, los científicos pueden evaluar las adaptaciones que las personas hacen por razones funcionales. Cuando se evalúa la razón en lugar de la función, el peligro del sesgo surge y se manifiesta en diferentes tipos de comportamiento cognitivo. Algunos tipos de sesgo pueden impulsar el uso de atajos o tratar de usar la razón para llegar a una conclusión a pesar de tener datos limitados.
Otros tipos de sesgo son más perjudiciales e implican la falsificación. Durante cientos de años, filósofos y académicos argumentaron que probar las ideas intentando falsificarlas protege contra el sesgo de la confirmación: la tendencia humana a buscar información que confirme lo que ya se cree. La gente defiende sus propios puntos de vista como si fueran sus propios abogados en lo que podría llamarse “sesgo que apoya mi opinión”.
Presentar el otro lado es un método de larga data para mejorar su razonamiento. En la vida diaria, la gente razona interactivamente, intercambia breves argumentos para construir otros mejores y ajustar la información disponible de acuerdo a la respuesta de los compañeros. La gente es más dura con el razonamiento de los demás que con el propio. Ejercen un bajo control de calidad sobre sus propias construcciones mentales y aceptan pruebas limitadas, pero no tienden a aceptar ese nivel de razonamiento de otras personas. Enfrente este sesgo al evaluar su razonamiento personal como si alguien más lo hubiera dicho.
“El mecanismo de gestión de la reputación actúa como un abogado que lo defiende, sea lo que sea que haya hecho”.
La razón puede tener un lado oscuro. La gente toma una postura y usa su razón solo para apoyarla y defenderla. Dentro de los grupos, los miembros pueden practicar el pensamiento grupal, en el que todos los miembros del grupo se desvían juntos. Los individuos tienden a pensar que son mejores que el promedio en muchas áreas.
Se espera que la gente moderna conozca a mucha más gente y que tenga opiniones sobre muchos más temas que la gente a lo largo de la historia. En ese contexto, cuando las personas deben elegir algo, eligen la opción que es más fácil de justificar socialmente. La gente a menudo toma decisiones solo para proteger su reputación social, y algunas falacias promueven este tipo de razonamiento social.
En la mayoría de las interacciones funcionales, el razonamiento funciona bien. Cuando las personas pueden interactuar libremente y con mentes abiertas, los grupos funcionan mejor que los individuos. En algunos escenarios específicos, como hacer predicciones, compartir razones entre los miembros del grupo mejora radicalmente el rendimiento. En situaciones en las que las personas no están ya comprometidas con la defensa de una postura específica, cambian de opinión cuando se exponen a buenos argumentos.
El contexto cultural da forma al razonamiento, pero la capacidad subyacente es universal.
¿Es la razón una característica ampliamente humana, o es culturalmente específica? Estudios que comparan sociedades alfabetizadas y no alfabetizadas revelan que mientras que los patrones verbales pueden diferir, el razonamiento innato no lo hace. Lo mismo ocurre en estudios que comparan las culturas orientales y occidentales. Las reglas culturalmente específicas gobiernan el razonamiento y determinan los argumentos que la gente considera válidos, pero las diferentes culturas muestran patrones similares en el comportamiento individual y grupal. Cuando los miembros del grupo pueden compartir su razonamiento, los grupos superan a los individuos.
“Las razones existen principalmente para el consumo social”.
Muy temprano en la vida, los niños comienzan a mostrar las cualidades que llevarán a patrones de razonamiento que son conocidos en los adultos. Los estilos de crianza pueden dar forma a cómo razonan los niños. Los padres autocráticos que les dicen a sus hijos lo que tienen que hacer educan niños que razonan con menos frecuencia –y menos bien– que aquellos con padres que les explican las razones. Esto lleva a una conclusión general: La gente puede aprender a razonar mejor.
Muchos estudiosos tratan el razonamiento moral como algo distinto a otras formas de razonamiento. Sin embargo, los mismos patrones se mantienen en todos estos ámbitos. La gente usa su razonamiento para justificar sus creencias existentes, ya sean moralmente horribles o no. La gente también puede aprender a razonar mejor en el ámbito moral. Aprenden a alcanzar este tipo de mejora a través de la exposición a un razonamiento más fuerte, a través de la adquisición de conocimientos, y a través de la puesta en común de ejemplos y pruebas, como ocurre en el razonamiento de grupo.