Actualizado el domingo, 24 abril, 2022
Siempre que se habla de avanzar, se piensa en la tecnología, en los teléfonos, en internet, en los robots… Pero más allá de eso, o más bien, detrás de todo eso hay algo que también avanza: el ser humano. La sociedad está en un cambio constante y, para demostrarlo, solo basta con hacer un pequeño ejercicio: piensa en tu vida hace dos años y en tu vida ahora.
Los cambios de la sociedad hacen que, poco a poco, cambien las mentalidades y se puedan abordar temas diferentes. Esto nos lleva sobre todo a los tabús, esos temas prohibidos que han ido evolucionando con el paso del tiempo. Algunos siguen, otros han quedado en el olvido y otros están a medio camino entre la libertad y la vergüenza.
¿Cuáles son los 5 tabús más contundentes que se han roto en los últimos años? Hay muchos, pero, entre todos ellos, hay un quinteto muy concreto que destaca porque refleja parte de esos cambios tan importantes que se han dado en el mundo durante la última década. Si sientes curiosidad por saberlos, sigue leyendo. Y no te preocupes, porque nada de esto se considera ya prohibido, podrás leerlo donde quieras.
El sexo y el placer
El sexo lleva muchos años siendo algo completamente tabú, y todavía no ha terminado de serlo. Afortunadamente, cada vez hay más personas que reconocen sin pudor que disfrutan con el placer íntimo, incluso cuando es en solitario, o que no se cortan a la hora de hablar sobre qué les gusta y qué no.
Esto también ha derivado en una mayor libertad para hablar sobre productos eróticos, solo hay que ver cómo ha proliferado cierto succionador que ha enamorado a tantas mujeres. Asimismo, ha hecho que se hable más de prácticas menos habituales que requieren el uso de juguetes anales o, incluso, de disfraces y otra clase de objetos habituales en tiendas eróticas.
La orientación sexual
Es imposible negar que esto sigue teniendo cierto matiz tabú, sobre todo porque hay muchas personas que siguen teniendo una mentalidad bastante “chapada a la antigua”, pero por suerte salir del armario ya no es lo que era antes. Las personas homosexuales y bisexuales tienen menos miedo a reconocer abiertamente lo que son y lo que les gusta.
Lejos han quedado esos traumáticos procesos, las miradas extrañas y los comentarios desafortunados entre familiares y amistades. Aunque, como decíamos antes, sigue habiendo malos momentos en este terreno y mucho por reivindicar para conseguir la igualdad y libertad que deberían llevar vigentes mucho tiempo. Por suerte, se está avanzando y los prejuicios cada vez están menos presentes.
La muerte
Hablar de los suicidios y de la muerte en la actualidad no tiene nada que ver a como era hablar de ambas cosas hace un par de décadas. Las mentes se han abierto mucho más a ello, quizá en parte por una posible insensibilización causada por el mundo que nos rodea y la cantidad de información a la que tenemos acceso.
Sea como fuere, la realidad es la que es, y hasta personas muy jóvenes son capaces de tratar estos temas desde una perspectiva más inocente, sí, pero también con mucha más naturalidad. Eso ayuda a mejorar en el estudio de todo lo relacionado a esta, a abordarla con mucho menos temor y a entender que, al final, no es otra cosa más que otra parte de nuestro ciclo vital, aunque sea la última.
La condición política
Ser de izquierdas, ser de derechas, no ser de nadie… Las personas a día de hoy son mucho más propensas a revelar su condición política sin tapujo alguno, aunque algunas mucho más que otras. Ese miedo a revelar a quién se vota se está perdiendo a un ritmo de lo más vertiginoso.
Eso puede dar pie a debates de lo más constructivos y a cruces de opiniones que ayuden a aprender más. Desafortunadamente, esta pérdida del tabú también suele estar vinculada al refuerzo del conflicto entre las opiniones enfrentadas, dando pie a debates acalorados que suelen tener poco de constructivos.
Las condiciones de trabajo
Cualquier persona nacida en los 90 recordará cómo, cuando a sus padres se les preguntaba por cuánto trabajaban, estos mostraban cierto pudor a comentarlo. De hecho, en muchas ocasiones, responderían de forma esquiva o simplemente se negarían a responder.
La situación ha cambiado muchísimo en estos últimos años, sobre todo con la mayor concienciación de los derechos de los trabajadores. Hay mucho menos pudor a la hora de hablar del salario que se tiene, de las condiciones de trabajo. Es mucho más habitual comparar y que esto lleve a una búsqueda de un mejor empleo. Todo se realimenta gracias a este cambio de mentalidad, aunque no todo el mundo logra ir a mejor a pesar de poder comparar.