Actualizado el domingo, 16 junio, 2019
Un informe de la Universidad de Duke sugiere que los filmes de la productora más famosa de dibujos animados inoculan en los niños unos estereotipos de clase que banalizan la pobreza y sobredimensionan la riqueza. Los pobres son felices y los ricos viven problemas y complicaciones. También incurren con mucha frecuencia en la falsedad de que el ascenso social, el salir del círculo de la pobreza, depende sólo de la bondad, la voluntad y el esfuerzo. El asentamiento de estos mitos puede generar mucha incertidumbre y frustración en el futuro.
Los autores del estudio, Jessi Streib, Miryea Ayala y Colleen Wixted, diseccionaron 36 películas de Disney y Pixar. No escogieron las cintas al azar, sino entre las más exitosas: aquellas que habían ingresado más de 100 millones de dólares. La socióloga Streib resumió la ideología general de la siguiente manera: “La gran hipótesis es que la inequidad es benigna… Ser pobre no es un gran tema. Ser de clase media te hace feliz. Aquellos que quieran superarse lo lograrán si son buenas personas”.
Sólo un 4% de los personajes principales son pobres, y el 16% pertenecería a la clase media. Estos planteamientos tienden a fijar desde la infancia prejuicios sobre los desfavorecidos. Se niega la influencia del entorno social y se exagera la capacidad del individuo. El juicio consecuente es que los pobres lo son porque no se esfuerzan o porque son poco inteligentes.
Películas como Aladdin equiparan los problemas del joven que debe robar para alimentarse y los de la princesa Jasmine que se siente agobiada y hastiada de la vida palaciega.
Por su parte, en Blancanieves se produce uno de los mayores engaños o timos morales a la miseria. Los siete enanitos van cada día a explotar una mina subterránea transportados por una felicidad y un entusiasmo que no encaja en la realidad de explotación existe en ese tipo de trabajo.
En Cars, la Porsche llamada Sally consigue un trabajo como abogada que termina estresándola en exceso. Su forma de liberarse es trasladarse a una ciudad de clase trabajadora donde su vida se vuelve más plácida y fácil.
Cenicienta sufre una situación de semi-esclavitud, de ropa hecha jirones y malos tratos psicológicos. Sin embargo, por su belleza, su autenticidad y su bondad acaba casándose con el príncipe y triunfando en la vida.
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.