Actualizado el martes, 20 octubre, 2020
Un viaje de casi 30.000 kilómetros del fotógrafo Christopher Herwig nos deja estás impresionantes fotografías a lo largo de lo que alguna vez fue la Unión Soviética, arriesgando incluso su integridad física, por ser acusado de espía.
Uzbekistán, Tayikistán, Georgia, Bielorrusia, Lituania o Estonia, en total, 14 países son los que tienen todavía estas bonitas construcciones en un territorio que este fotógrafo ha recorrido durante 13 años en autobús, moto, bici y taxi.
«Estas estructuras representan una mirada única hacia la imaginación de muchas personas que vivieron tiempos de opresión creativa», dice el fotógrafo, que comenzó su proyecto en el año 2002.
Pero no todo el camino fue de rosas. Llegaron incluso a sospechar de él y acusarle de espionaje. El propio Herwig, nos lo cuenta así: «A pesar de mis esfuerzos para no levantar sospechas, se me acusó en varias ocasiones de ser un espía, y solo evité que me cogieran en situaciones bastante incómodas». «En Abjasia, mi conductor me acusó de ser un agente georgiano y fotografiar material sensible. Demandó que le sobornara, o sino, iría directo a la milicia y al pelotón de fusilamiento«.
Para Christopher Herwig, el objetivo de este trabajo fotográfico es estimular a las personas a viajar. Y está claro que lo consigue. De primeras, y para los que no podemos viajar tanto como quisieramos, nos hace volar la imaginación por esos territorios que una vez formaron la gran Unión Soviética y que, todavía hoy en día, siguen siendo en misterio para muchos de nosotros.
Esta serie de fotografías forma parte del libro Soviet Bus Stops (Paradas de autobuses soviéticas), pero aquí os dejamos ya algunas de las imágenes que apareceren ahí:
Fuente: BBC
Si quieres saber más, entra en la página oficial de Christopher Herwig y descubre su fantástico mundo fotográfico.
«Una fotografía es un secreto acerca de otro secreto: cuanto más cuenta, menos sabes», .- Diane Arbus