
Julio Verne fue el escritor francés más representativo de la novela de aventura y el más importante precursor de la ciencia ficción. Eso sí, él nunca persiguió dicho género; lo que le atraía era la divulgación científica.

El gran escritor León Tolstói dijo sobre él: “Las novelas de Verne son inigualables. Las leí de adulto y me emocionaron. Es un maestro portentoso en el arte de tejer historias que fascinan y apasionan al lector”.
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La obra de Julio Verne
Verne trató en su literatura temas científicos avanzados a su época: algunos de los inventos que protagonizaron sus novelas, con los años, se han hecho realidad.

Aunque no solo cobraron vida los inventos, sino también situaciones o hechos históricos de trascendental importancia, como los gobiernos totalitarios (Los quinientos millones de la Begún), la conquista de los Polos (La esfinge de los hielos, ed. 1897) o el viaje a la Luna (De la Tierra a la Luna).
¿Cómo era este escritor?
Julio Verne no fue una persona emocionalmente estable, fracasó en el amor y fue relativamente pesimista en parte de su obra, seguramente fruto de su inestabilidad. Una de sus pocas novelas que permanecieron ocultas durante más de un siglo fue la ya mencionada París en el siglo XX, que, entre otras cosas, habla de una sociedad obsesionada con el dinero, masificada e hipertecnificada en la que la gente no aprecia la música clásica o se deforesta para crear de papel.

Julio Verne nos dejó una serie de novelas de la más exquisita literatura. Incluso hoy en día nos crea la ilusión de poder soñar con otros mundos fantásticos que se pueden hacer realidad.
Francés de nacimiento, murió en la ciudad gala de Amiens un 24 de marzo de 1905, pero su literatura viajó alrededor del mundo ya que fue el escritor más traducido en vida. En la actualidad sigue siendo uno de los autores de más influencia a nivel mundial.
Os dejo con algunas frases que ejemplifican su manera de entender la vida y su literatura
“Con el submarino ya no habrá más batallas navales, y como se seguirán inventando instrumentos de guerra cada vez más perfeccionados y terroríficos, la guerra misma será imposible”.
Julio Verne sobre el fin de las guerras
“La ciencia se compone de errores que, a su vez, son los pasos hacia la verdad”.
Julio Verne sobre el valor de la ciencia
“No necesitamos continentes nuevos, sino personas nuevas”.
Julio Verne sobre el avance social
“Mientras el corazón lata, mientras la carne palpite, no me explico que un ser dotado de voluntad se deje dominar por la desesperación”.
Julio Verne sobre la desesperación

“¡Qué gran libro se podría escribir con lo que se sabe. Otro mucho mayor se escribiría con lo que no se sabe!”.
Julio Verne sobre todo lo que falta por saber
“Todo lo que yo invento, todo lo que yo imagino, quedará siempre más acá de la verdad, porque llegará un momento en que las creaciones de la ciencia superarán a las de la imaginación”.
Julio Verne sobre el poder de la ciencia y la imaginación
“El porvenir no me inquieta; lo que es duro a veces es el presente”.
Julio Verne sobre el presente
“A partir de ahora no viajaré más que en sueños”.
Julio Verne sobre viajar en sueños
«La fototelegrafía permitirá enviar escritos, firmas o ilustraciones y firmar contratos a una distancia de 20.000 kilómetros. Todas las casas estarán conectadas».
Julio Verne sobre sobre la fototelegrafía
«Si un hombre se imagina una cosa, otro la tornará en realidad».
Julio Verne sobre el poder de la imaginación
«No me enorgullece particularmente haber escrito sobre el automóvil, el submarino, el dirigible, antes de que estuvieran en el dominio de las realidades científicas. Cuando hablé de ellos en mis libros como de cosas reales, ya estaban inventadas a medias».
Julio Verne sobre las innovaciones en sus escritos
«Los yanquis no tienen rivales en el mundo como mecánicos, y nacen ingenieros como los italianos nacen músicos y los alemanes metafísicos».
Julio Verne sobre los mecánicos
«Cuando a un americano se le pone una idea en la cabeza, nunca falta otro americano que le ayude a realizarla. Con sólo que sean tres, eligen un presidente y dos secretarios. Si llegan a cuatro, nombran un archivero, y la sociedad funciona. Siendo cinco se convocan en asamblea general, y la sociedad queda definitivamente constituida».
Julio Verne sobre la tenacidad