Actualizado el viernes, 31 mayo, 2024
¿Recuerdas lo que sucedió en Canal Sur Televisión (España) durante retransmisión televisiva de las campanadas de Nochevieja de 2014?
Sin duda, no hay otro pueblo como el andaluz para reirse del error y disfrutar en familia recordando lo sucedido como una anécdota más de estas fiestas:
Esta familia sevillana se ha convertido en la más famosa del país en lo que va de 2015 por su reacción al fallo de Canal Sur. Ya tienen una legión de fans y son protagonistas de varios memes:
VIDEO ORIGINAL de lo que sucedió:
Muchos bromean sobre que haber algo de sobornos por detrás de este error y se imaginan al empresario presionando para poner la publicidad en medio de las campanadas. ¡Ni antes, ni después!
El error durante la Nochevieja de la cadena de televisión pública andaluza, que interrumpió las campanadas de Año Nuevo para dar anuncios, ha provocado todo tipo de reacciones de incredulidad, enfado y perplejidad en los espectadores. Pero sobre todo ha dejado ver el buen sentido del humor de los andaluces.
Tras el incidente de la Nochevieja, cuando Canal Sur dejó a sus espectadores sin la oportunidad de comerse las 12 uvas tradicionales, en Internet se han hecho públicos varios vídeos registrados por familias andaluzas en el desconcertante momento.
A tan sólo un minuto de las doce de la noche, aparecía en la pantalla el reloj y justo después, la careta de Canal Sur y un anuncio de cafés; volvió la imagen del reloj (flanqueada por el logo de una marca de refrescos) justo cuando daba la primera campanada, de forma sorpresiva y sin previo aviso.
Y a la tercera campanada la imagen se fue de nuevo para verse un anuncio del mundial de motociclismo en Jerez, que se interrumpió poco después, la pantalla se quedó un instante en negro y regresaron las campanadas cuando el reloj daba la novena.
Tras concluir y entrar el 2015, los presentadores (que no supieron lo ocurrido hasta más tarde) felicitaban a los espectadores el año nuevo, aunque posteriormente cuando se enteraron de lo ocurrido en sus cuentas de twitter pidieron disculpas.
Era el pistoletazo de salida para que se desencadenara el cachondeo generalizado, el primero de 2015, a través de bromas y memes, y sobre todo, vídeos caseros con mucho humor grabados en directo.
El director de Emisiones y Continuidad de Canal Sur Televisión, José Luis Pereñiguez, fue cesado en su puesto tras poner a disposición de la dirección de Radio Televisión de Andalucía (RTVA) su puesto directivo como consecuencia del incidente ocurrido con la campanadas de fin de año aunque muchos temían que Homer hubiera sido el encargado de la realización de las campanadas:
CAMPANADAS ALTERNATIVAS
Después de la lógica sorpresa, miles de andaluces decidieron tomarse las uvas por su cuenta dando ellos mismos las campanadas:
LAS DIVERTIDAS DISCULPAS CANAL SUR:
Pero esto no ha evitado que incluso algunos, después de la pifia de las uvas, teman que los Reyes Magos lleguen a Andalucía con dos días de retraso.
Y EL MEJOR MONTAJE:
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En la memorable Nochevieja de 2014, Canal Sur protagonizó un incidente que perdurará en la memoria colectiva, trascendiendo fronteras y generaciones. Los vídeos y memes del error de la cadena andaluza se convirtieron en fenómenos virales, consolidándose como parte de la cultura digital. Sin embargo, en medio de las risas y el humor desencadenados por el desliz televisivo, se esconden diversos matices que van más allá de la simple anécdota.
Entre tanto bullicio digital, es interesante notar cómo la situación desencadenó una serie de reacciones que van desde el «callo malayo» de los responsables del error hasta la erudición de aquellos que aprovecharon la oportunidad para expresarse con «insultos en latín». Este curioso contraste entre lo coloquial y lo culto añade una capa de complejidad al fenómeno, como si la falla técnica hubiera sido el catalizador de una explosión lingüística inusitada.
En el ámbito de la psicología, resulta fascinante observar cómo se manifestaron diferentes estrategias para lidiar con la situación. Algunos optaron por aplicar la «psicología inversa» como un ingenioso recurso, mientras otros se sumergieron en el «abrazo tántrico» de la ironía, desactivando así cualquier atisbo de malestar. Este despliegue de ingenio psicológico se entrelaza con la necesidad de discernir entre las «personas malas que aparentan ser buenas» y la complejidad de tratar a aquellos que adoptan la máscara de la víctima.
En este contexto, las «frases de Florence Nightingale» resuenan de manera peculiar, como si la enfermera pionera estuviera presente para ofrecer su sabiduría en medio del caos digital. Sus palabras cultas y reconfortantes adquieren un significado renovado, sirviendo como bálsamo para aquellos que se debaten entre el desconcierto y la hilaridad.
En un giro inesperado, la diversidad de temas abordados en este incidente nos lleva desde el «test tibetano» hasta los detalles de cómo se elabora el «foie gras». Este eclecticismo temático, que va desde la filosofía oriental con «be water my friend» hasta las «frases del romanticismo», revela la riqueza de capas que pueden emerger de un simple error televisivo.
En última instancia, la Nochevieja de 2014 y sus consecuencias digitales se erigen como un fenómeno multifacético, donde el entretenimiento se entremezcla con la reflexión y la expresión cultural. Los vídeos y memes, lejos de ser meras anécdotas, se erigen como testigos de la creatividad humana frente a lo inesperado, dejando una huella imborrable en la historia contemporánea de la comunicación y el humor digital.
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