Actualizado el Thursday, 13 October, 2022
Un vídeo nos (de)muestra cómo el ser humano ha sido domesticado. El experimento es muy sencillo: ver si una mujer se levanta con un sonido cuando todos los demás a su alrededor lo hacen. ¿Los imitará aunque no tenga ninguna razón lógica para hacerlo o simplemente se quedará extrañada y seguirá sentada?
Pues sí, al tercer “bip” del timbre, la mujer se levanta junto con todos los demás y, así, empieza a formar parte del grupo. Parece que, como a un animalillo enjaulado, se ha domesticado y sigue al resto del rebaño.
En la siguiente fase, los sujetos conscientes del experimento y que se han estado levantado con cada sonido, se van yendo. El grupo se va reduciendo, pero la mujer sigue levantándose con los que van quedando.
Lo impresionante es que cuando ya no queda absolutamente nadie más que ella, sigue levantándose cuando escucha el mismo “bip”. Nadie (salvo las cámaras ocultas) la están observando y, sin embargo, ella ya ha integrado la regla y la ha hecho propia. Cree que es su deber y lo hace sin cuestionarlo lo más mínimo, simplemente porque el resto lo hacía.
Muy curioso en la tercera fase, cuando entra otro sujeto que no conoce la regla de levantarse con el sonido y termina preguntándole a la chica por qué lo hace. Al final, él también se levanta con el sonido, con la simple explicación de que los que estaban allí anteriormente lo habían estado haciendo. Y así fue pasando con cada una de las personas que llegaba, veían el ritual y lo seguían, tal y como se veía al principio.
Para sentirnos aceptados por los demás, parte de un grupo, terminamos adoptando comportamientos que ni siquiera sabemos a qué responden o por qué se crearon en un primer momento. Tendemos a convertirnos en una especie de rebaño de ovejas.
Es importante reflexionar y darse cuenta para poder romper con determinadas pautas negativas y poder generar rituales que beneficien al conjunto de la sociedad y no al revés. Ya sabemos lo que dicen de que una mentira contada 100 veces termina convirtiéndose en verdad. La influencia social es muy poderosa y terminamos inmersos en ella de una forma que llega a ser insana en muchas ocasiones.
Y tú, ¿hubieras seguido la supuesta regla sin cuestionarla como hizo la mujer del vídeo? ¿Habrías preguntado un motivo y te habrías negado o habrías, igualmente, cedido como hizo el segundo sujeto?
¿Cómo crees que hubieras actuado?