Actualizado el jueves, 2 marzo, 2023
Más allá de la disciplina social de sus habitantes, las grandes ciudades asiáticas han contado además con dos factores cruciales para la gestión del coronavirus: experiencia previa en el control de pandemias –países como Corea del Sur o Singapur tenían ya protocolos efectivos y desarrollados tras el SARS– y tecnologías para actuar. Hay pocos países que se definan a sí mismo de una forma tan singular: una nación inteligente que quiere alcanzar el futuro antes que llegue. Su nombre: la República de Singapur.
Innovación educativa para cambiar un país
Uno de los responsables de este giro innovador ha sido el matemático y militar Lee Hsien Loong que, tras convertirse en el primer ministro de la nación, ha apostado por el proyecto SmartNation: una nación tecnocrática.
Los países desarrollados están estancados en educación, a pesar de que muchos tienen más inversión. Miremos el contraste de Singapur, que sí que está progresando. ¿Cuál es la diferencia? Que allí el enfoque está en el conocimiento y en Occidente, cada vez más, en los alumnos. Prestamos más atención a su condición, a su felicidad, a si está en una situación igualitaria… Y dejamos de lado su aprendizaje. Deberíamos dar un poco más de importancia al conocimiento, sin descuidar al alumno y su condición. Debemos llegar a una situación de más equilibrio.
El objetivo final de Singapur también es muy peculiar: crear una ciudad que ayude a la gente ser feliz y desarrollarse plenamente creando oportunidades. Para ello, creen que la tecnología debe estar al servicio del ciudadano y ser la solución para muchos problemas. Estos objetivos están vinculados a una serie de propuestas prácticas gracias a un principio de innovación constante. El rector de la prestigiosa Universidad de Singapur confesó que obsequiaban con cursos gratis de reciclaje a quienes obtienen un grado, porque conocen la obsolescencia de los programas educativos.
Alternativas educativas a Silicon Valley
Actualmente, los medios pongan el foco en Silicon Valley (San Francisco) y otros focos de innovación, pero suelen olvidar mencionar que la desconocida Singapur cuenta con la incubadora de las startups más importantes del mundo. Esta apuesta es la que le ha permitido a Singapur seguir siendo competitiva y poder dejar de ofrecer mano de obra barata para basar su modelo productivo en la exportación de tecnología y metodología propia a países incluso «más avanzados».
Una sociedad comprometida con la visión global
El éxito del proyecto también se basa en que su sociedad no siente que este sea un proyecto que solo implique a los políticos y a cierta clase social. Está totalmente involucrada en el poder tecnológico y es habitual ver a los niños jugando con dispositivos electrónicos en los que se suelen implicar para su creación o programación.
Una curiosidad: en la capital se estima que unos 50.000 ciudadanos llevan sensores en la ropa que indican las previsiones climatológicas, la temperatura corporal o la ruta más despejada en cuanto al tráfico según su ubicación y destino.
La burocracia no es un freno, es un aliado
Esto permite que las ideas puedan llevarse a la práctica con facilidad y que se pueda cerrar un negocio o transformarlo si las cosas no van bien. La información está centralizada y la gran base de datos gubernamental de libre acceso ofrece importantes ventajas de optimización y efectividad.
Los pilares educativos de este proyecto
Para ser un país basado en la innovación tecnológica, en Singapur sabían que debían introducir la tecnología en la educación. En la actualidad, los cíborgs forman parte de una iniciativa piloto en las escuelas de Singapur, con la que el gobierno y la Universidad Tecnológica de Nanyang están probando ayudantes humanoides para explorar el uso de robots sociables en la infancia a través de los juegos colaborativos.
Otro de los puntos claves ha sido el de apostar por la investigación: desde 1991 han invertido en investigación científica y tecnológica centrada en el desarrollo de nuevos materiales, fotónica del silicio, centros de datos, tecnologías de almacenamiento y nanofabricación son algunas de las investigaciones que tienen lugar en en la isla. También nos ha sorprendido el proyecto POLARIS, que realiza investigaciones sobre el genoma humano.
Y más cosas buenas: la nación tiene leyes muy fuertes en cuanto a las matriculaciones de nuevos vehículos, por lo que la mayoría de las personas renuncian a tener vehículo propio y optan por un efectivo transporte público que facilita la movilidad general.
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