Actualizado el martes, 29 septiembre, 2020
Condenan a Ascensión López por asuntos relacionados con bebés robados durante el franquismo.
Esta es la primera condena que se lleva a cabo en España y, curiosamente, Ascensión no está involucrada en la gestión o participación en el «robo» de niños a las familias republicanas. De hecho, ella dice ser una de esas niñas sustraídas.
La han condenado por injurias a una monja a la que Ascensión acusa de ser cómplice de las sustracciones de bebés. Una condena por la que pasará cinco meses en la cárcel, tras haberle denegado el indulto, ya que no puede afrontar los 43.000 euros de indemnización y multa a los que fue condenada en un principio.
¿Quién es Ascensión López?
En la vida de Ascensión todo han sido obstáculos: con 53 años se enfrenta a la cárcel con una incapacidad laboral y dos hijos de 19 y 22 años. Cuando tenía tan solo ocho años, su padre cayó enfermo. Ella lloraba a su lado cuando un familiar le dijo “¿por qué lloras por este hombre que no es nada tuyo? ¿Por un hombre que te compró cuando naciste?». Unas duras palabras que ningún niño debería escuchar jamás, pero que hicieron que las piezas de su vida encajaran como si de un puzzle se tratara.
Le contaron que fueron a recogerla al hospital donde pagaron 250.000 pesetas de las de antes. También le dijeron que la persona que tramitó los papeles fue la monja Dolores Baena, sobrina de su padre «adoptivo» y que trabajaba en el hospital.
Ascensión siempre se sintió muy querida por sus padres, pero no por el resto de su familia. Los miembros de este le recordaban una y otra vez que había sido recogida y que se iba a quedar con una herencia que no le pertenecía (ya que se trataba de una familia adinerada). Su madre no tardó en confirmarle su «adopción», pero fue muy escueta en cuanto a los datos sobre cómo se realizó.
Las dificultades para recabar información sobre su partida de nacimiento, sumadas a los diferentes cambios de nombre que tuvo a lo largo de su vida, levantaron sus sospechas: lo suyo no se trataba de una adopción normal. Ascensión sentía que podría ser de una niña robada, así que en 2012 decidió a poner una denuncia en la Policía Nacional con los datos que tenía, donde aparecía el nombre de la monja.
Durante el año 2013 comienzan a salir numerosos casos de bebés robados en España y todo el dolor y sufrimiento de las familias rotas. Es en ese momento cuando Ascensión se presenta ante los medios de comunicación para intentar localizar a su verdadera familia. Contó todo lo que sabía, incluido el nombre de la monja, que al verse señalada en un programa de televisión no tardó en acudir a los tribunales para defender su honor. Durante sus declaraciones ante el juez reconoció haber mediado para la adopción, pero dice que siempre dentro de la ley y no dudó en denunciar a Ascensión por injurias.
Aunque Ascensión no acusó directamente a la monja, el nombre de esta aparece en la documentación que presentó para demostrar que era un bebé robado. Es más, su causa se archivó sin ser juzgada y, años más tarde, la monja consiguió que la Audiencia provincial condenara a Ascensión, ya que el tribunal consideró que su propósito era el de lesionar gravemente el honor de la testigo, perjudicarla y difamarla.
Sin dinero y sin abogado, Ascensión no pudo recurrir. Ni siquiera han servido las 90.000 firmas presentadas en el Congreso para solicitar el indulto y las protestas organizadas por las asociaciones de bebés robados por todo el país.
Ascensión ha perdido la esperanza de evitar la cárcel y pronto tendrá que ingresar en prisión.
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