Cuando vemos en la mesa de una cafetería un móvil con teclas y sin la pantalla lo suficientemente grande como para considerarlo inteligente, podemos pensar dos cosas: que pertenece a una persona mayor o que el dueño tiene serios problemas. Hoy, imaginarnos con uno de esos móviles que antes exhibíamos con normalidad nos produce la misma sensación de rechazo que vernos vestidos con pantalones de campana. Sin embargo, esos teléfonos-tontos sobreviven en el mercado y movieron el año pasado unos 7.000 millones de euros.
Ahora, una empresa Suiza ha lanzado MP01 un teléfono móvil que hace solamente lo que le toca: llamar. Punkt así se llama la compañía que pretende potenciar la utilidad originaria de cada producto. Por ejemplo, también venden despertadores que no intentan lavarte los dientes ni prepararte el desayuno, sino que simplemente te despiertan. Que cada producto se encargue de su función genuina y que la desarrolle manera impecable. Según cuenta El País, la idea del MP01 es convertirse en un móvil complementario para poder huir del trabajo cuando sea necesario: que llegue el fin de semana y el usuario pueda cambiar su tarjeta de dispositivo y disfrutar de un tiempo libre sin interferencias.
Parece algo revolucionario, un intento de recuperar nuestras vidas y la mitad de nuestro cerebro, que ha perdido su capacidad de funcionar limpiamente entre las notificaciones y mensajes que recibimos y el síndrome de abstinencia que, cuando no recibimos nada, nos hace desbloquear la pantalla por si hubiera algún error. Sin embargo, sorprende el precio del aparato: 295 euros. Los fabricantes justifican el precio aludiendo a que se compone de materiales ultrarresistentes y a que no se ha escatimado en el diseño del aparato. De cualquier manera, no deja de ser significativo que tenga que salir una empresa al mercado para vendernos algo que podríamos tener, fácilmente, desactivando el wifi y los datos de nuestro teléfono.
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