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El proyecto Biosfera 2, preparando los huertos que se cultivarán en Marte 1

El proyecto Biosfera 2, preparando los huertos que se cultivarán en Marte

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Actualizado el sábado, 6 mayo, 2023

Parece que hubiera más inversión para vivir en Marte tras la grave crisis climática que para intentar salvar nuestro planeta de la destrucción a la que le estamos sometiendo.

A finales de los ochenta se puso en marcha el mayor ecosistema cerrado del mundo. Biosfera 2 se concibió como un complejo científico en el que varios edificios recreaban en su interior distintos hábitats ambientales: selva tropical, desierto, océano, manglar, sabana, etc. A partir de 1991, un grupo de científicos fueron encerrados en las instalaciones de Biosfera 2 y tuvieron que sobrevivir conviviendo con este multiecosistema. El objetivo era comprobar si el ser humano estaba preparado para vivir en biosferas cerradas, pensando en la colonización del espacio.

Si aquellos hombres y mujeres eran capaces de sobrevivir bajo un techo de cristal, rodeados de plantas y tierra fértil, quizás fuera posible construir una instalación de este tipo en la Luna o en Marte. Finalmente, el experimento no salió bien y, en 2006, los responsables pensaron en vender todo el complejo a una constructora para que edificara viviendas residenciales.

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Recreación del ecosistema de la selva tropical en Biosfera 2.

Afortunadamente para la ciencia, la Universidad de Arizona se hizo cargo del proyecto y, desde el año 2007, ha seguido investigando los ciclos del agua, la compleja trama de interacciones que se dan dentro de cada ecosistema, la extinción de especies, la emisión de CO2 de los árboles, el reciclado de residuos, etc.

Un equipo formado por biólogos, geólogos, ecologistas e hidrólogos dedica todos sus esfuerzos y trabajo a estudiar el comportamiento de los ecosistemas.

Los científicos de Biosfera 2 están consiguiendo datos muy importantes sobre los efectos del cambio climático en la mortalidad de las plantas o en la relación que hay entre el aumento de las temperaturas y la acidificación de los océanos. Además, también es muy interesante el estudio que están haciendo sobre los paneles solares y su incidencia en la dinámica de los suelos.

Todas estas investigaciones se sustentan con fondos públicos y también gracias a la venta de entradas —porque Biosfera 2 es ahora una atracción turística también—. Miles de personas acuden cada año hasta este lugar perdido en medio de Arizona para conocer mejor cómo podría ser la vida humana en otros lugares del Sistema Solar.

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El último proyecto en el que están inmersos los científicos de Biosfera 2 es altamente fascinante. La cantidad de suelos que ya han ido formándose en el complejo (semidesértico, tropical…) y los que pueden recrearse en el laboratorio (volcánico, malpaís…) permiten explorar las posibilidades de cultivo en distintos ambientes, por lo que ahora se plantea la pregunta: ¿sería posible cultivar en el suelo de la Luna o de Marte? Sin duda es la clave para tener éxito en una futura colonización espacial.

Lo que se quiere saber realmente es si el ser humano es capaz de alterar las características y cualidades de suelos que inicialmente no son propicios para el cultivo. Se está trabajando para poder hacer productivas parcelas de zonas áridas, convertirlas en tierra fértil. Si se consigue, por ejemplo, transformar suelo volcánico en suelo útil, sería un primer paso para el cultivo en ambientes hostiles para la vida.

Como ocurría en la película The Martian (Ridley Scott, 2015), el hecho de poder plantar pequeñas hortalizas en suelo yermo es el factor definitivo que permitirá al ser humano instalarse en otros planetas o satélites. Algo parecido están intentando en Biosfera 2.

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Escena de la película «The Martian» (Ridley Scott, 2015)

Los científicos pretenden alcanzar la terraformación, es decir, conseguir la capacidad técnica para alterar ecosistemas de otros planetas y darles características terrestres. Suena a ciencia ficción, pero es ciencia. A través de la experimentación, del análisis de los distintos tipos de suelo, de la comprensión de cómo funcionan los ecosistemas y de descubrir qué debemos añadir a los suelos lunares o marcianos para hacerlos productivos.

Quizás en unas décadas seamos capaces de conseguirlo: plantar patatas en Marte.


El proyecto Biosfera 2, ubicado en Arizona, Estados Unidos, es un proyecto de investigación que tiene como objetivo recrear un ecosistema cerrado similar al de la Tierra en un ambiente controlado. Este proyecto ha sido utilizado para investigar el impacto del cambio climático en la Tierra, así como para explorar la posibilidad de colonizar otros planetas.

Recientemente, el proyecto Biosfera 2 ha comenzado a preparar huertos que podrían ser cultivados en Marte. Los científicos del proyecto han estado experimentando con diferentes tipos de suelos y técnicas de cultivo para determinar qué plantas podrían crecer en las condiciones marcianas.

Las condiciones en Marte son extremadamente diferentes a las de la Tierra, lo que hace que sea difícil cultivar plantas allí. La atmósfera marciana es mucho más delgada que la terrestre y no tiene oxígeno, lo que hace que sea difícil para las plantas obtener los nutrientes que necesitan para sobrevivir.

Sin embargo, los científicos del proyecto Biosfera 2 han estado trabajando en encontrar formas de cultivar plantas en un ambiente similar al de Marte. Han estado experimentando con diferentes tipos de suelos y técnicas de cultivo, y han descubierto que algunas plantas son más resistentes a las condiciones extremas de Marte que otras.

El proyecto Biosfera 2 es un paso importante en la investigación de la colonización de otros planetas. Al encontrar formas de cultivar alimentos en Marte, los científicos están trabajando para hacer posible la colonización humana del planeta rojo en un futuro cercano.

Proyecto Biosfera 2: problemas y verdadero estado actual

El proyecto Biosfera 2 tiene un final de lo más apasionante y ya forma parte de los proyectos con más leyendas urbanas y teorías de la conspiración en torno a él.

Como ya sabéis, el experimento finalizó con graves peleas y disputas entre los bionautas de la «segunda misión» rebelándose contra los organizadores del proyecto y saboteándolo para poder ponerle fin.

Por el camino, aprendieron lo difícil que es mantener perfectamente aislado un entorno como el que habían diseñado. También aprendieron que la vida también tiene que ver con las relaciones, con la convivencia y con las reacciones psicológicas que puede provocar el aislamiento durante largos periodos de tiempo. En especial, de humanos no nacidos en esas condiciones. Y por supuesto, aprendieron muchísimo sobre la sociología de pequeños grupos.

En 1995 finalizaron todos los experimentos y se cedió la instalación a la Universidad de Columbia; en 2005 se vendió y se planteó incluso su uso residencial. Desde 2007 la Universidad de Arizona lo utiliza para investigaciones acerca del cambio climático.


Este vídeo procedente de The Avant Garde Diaries es un relato de lo que sucedió allí, un experimento un tanto bizarro que consistía en meter a un puñado de personas en una gigantesca estructura de unos 10.000 metros cuadrados aislada del mundo exterior. El objetivo: comprobar la posibilidad de crear y sobrevivir en una biosfera artificial y analizar qué tal lo soportarían las personas que allí habitaran.

Si prefieres leer la historia, te recomendamos libros como Inside Biosphere 2 (tanto en versión papel como en PDF).

El proyecto Biosfera 2, que fue construido en la década de 1990 como un experimento de ecosistema cerrado, ha experimentado varios problemas a lo largo de los años. En su inicio, los ocho participantes que vivieron en el interior de Biosfera 2 durante dos años experimentaron dificultades con la calidad del aire, la producción de alimentos y la distribución de energía. Además, algunos de los árboles dentro del ecosistema murieron, lo que provocó una disminución de la producción de oxígeno.

En los años siguientes, Biosfera 2 cambió de propietarios y se convirtió en un centro de investigación científica. Actualmente, el proyecto se centra en la investigación de la sustentabilidad y la tecnología para la agricultura y la producción de alimentos en ambientes cerrados y controlados.

En cuanto al cultivo de huertos para Marte, si bien se han realizado algunas pruebas, el proyecto aún está en una fase temprana de investigación y no se ha logrado un avance significativo en cuanto a la viabilidad de cultivar alimentos en las condiciones de Marte. Es importante destacar que el cultivo de alimentos en el espacio es un desafío extremadamente difícil debido a las condiciones ambientales extremas y la falta de recursos disponibles.

A la conquista de Marte · Actualizado 2023

Un cohete Larga Marcha 5 ha lanzado la misión china Tianwen 1 hacia Marte. El lanzamiento se produjo desde el Centro de Lanzamiento de Satélites de Wenchang a primera hora del miércoles 23 de julio. Su llegada al planeta rojo está prevista para febrero de 2021

Es la segunda de las tres misiones a Marte que intentarán aprovechar la ventana de lanzamiento de este año. Le ha precedido la sonda Hope de los Emiratos árabes Unidos, lanzada en la noche del 29 al 20 de julio. Es la primera misión interplanetaria de la Agencia Espacial de los Emiratos Árabes Unidos (UAESA por sus siglas en inglés). Lo que no está nada mal teniendo en cuenta que fue creada en 2014. Un dato interesante es que el 80% del equipo de la misión está formado por mujeres. También se ha lanzado este año el rover Perseverance de la NASA. Quien se ha quedado fuera de la carrera ya hace meses es el rover europeo/ruso Rosalind Franklin, que tendrá que esperar a 2022.

El nombre Tianwen (chino: 天問) significa Preguntas Celestiales o Preguntas al Cielo. Proviene de un poema del mismo nombre escrito por Qu Yuan (alrededor del 340-278 a.C.). Y parece muy adecuado.

Es la segunda vez que China intenta mandar una misión a Marte, pero la primera vez que lo hace de forma independiente. La vez anterior lo hizo con el orbitador Yinghuo-1, que viajaba como carga secundaria de la misión rusa Fobos–Grunt… misión que nunca consiguió abandonar la órbita terrestre.

Este precioso y rojizo mapa topográfico de Marte es obra de Eleanor Lutz (HelloFromTheMoon) quien lo creó utilizando Python para mapear los datos y luego Adobe Illustrator y Photoshop para darle un toque decorativo. Los datos provienen de la HYG Database y del programa Stellarium.

Lo más interesante es quizá que todo su trabajo está perfectamente documentado en Github, incluyendo el proceso de manejo de los datos y la creación de los mapas.

Hasta el momento no se ha logrado cultivar nada en Marte. La superficie del planeta es extremadamente hostil debido a la falta de una atmósfera densa que proteja la superficie del viento y las radiaciones solares, además de la falta de agua líquida en la superficie. Sin embargo, se han realizado experimentos en la Tierra para simular las condiciones de Marte y explorar la posibilidad de cultivar plantas en ese ambiente. Aunque se han logrado algunos avances en este campo, todavía hay muchos desafíos que deben ser superados antes de que sea posible cultivar alimentos en Marte de manera efectiva.

Los 4 criterios únicos que hacen posible la vida

La próxima vez que salga de su casa, tómese un tiempo para fijarse en lo que le rodea. En particular, trate de notar la gran diversidad de la vida. Es posible que vea pájaros, insectos, lagartijas, roedores, perros, gatos y, por supuesto, a sus semejantes. 

El planeta Tierra parece estar lleno de vida. Esto podría llevarlo a pensar que nuestro planeta es un lugar amigable para vivir.

Esto está lejos de ser el caso.

A pesar de la extraordinaria diversidad de la vida en la Tierra, nuestro planeta está lejos de ser hospitalario. Como seres humanos, nos vemos obligados a vivir en una parte relativamente pequeña del planeta. No podemos sobrevivir en el desierto o en la Antártida. No podemos vivir en los océanos o en ellos. Según una estimación, el 99,5 por ciento del espacio habitable de la Tierra es completamente inaccesible para los humanos.

Teniendo en cuenta lo difícil que es vivir en la mayor parte de la Tierra, ¡es una sorpresa que estemos aquí! De hecho, somos increíblemente afortunados de tener incluso un poco de Tierra para vivir. 

Para que un planeta sea habitable, debe cumplir con cuatro criterios:

Primero, tiene que estar a la distancia justa de una estrella. Un planeta que está demasiado cerca de una estrella estará demasiado caliente para sustentar la vida, pero demasiado lejos y hará demasiado frío para que la vida prospere. De hecho, si la Tierra estuviera solo un 5 por ciento más cerca del sol, o solo un 15 por ciento más lejos, la vida no se habría desarrollado.

En segundo lugar, el planeta debe tener una atmósfera que proteja la vida de la radiación cósmica. En la Tierra, podemos agradecer al núcleo fundido de nuestro planeta por proporcionarnos una atmósfera protectora. 

En tercer lugar, necesitamos una luna de tamaño perfecto. Sin nuestro compañero rocoso y con hoyuelos, la Tierra giraría mucho más rápido. Su giro vertiginoso haría que el clima y el tiempo se descontrolaran. 

Cuarto, el tiempo lo es todo. La compleja secuencia de eventos que llevaron a nuestra existencia tuvo que desarrollarse de una manera particular en momentos particulares para producir vida. Por ejemplo, nuestra luna se formó después de que un planeta del tamaño de Marte se estrellara contra la Tierra hace unos 4.400 millones de años. Podemos agradecer esta colisión por darnos nuestra luna de tamaño perfecto. También podemos agradecer el hecho de que sucedió hace miles de millones de años, antes del desarrollo de la vida. Si hubiera sucedido más tarde, podría haber extinguido por completo la vida en la Tierra.


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