Actualizado el jueves, 2 marzo, 2023
A algunos se nos da peor que a otros, pero la concepción que tenemos de las matemáticas generalmente no suele ser la mejor. ¿Te acuerdas de cuando tuviste que aprender a multiplicar en el colegio? Pueden resultar aburridas, son difíciles, a veces nos sacan de nuestras casillas…
Normalmente no reparamos en la ciencia que se esconde detrás de nuestros actos cotidianos. Puede que no notemos su influencia pero estamos rodeados de algoritmos programados para ejecutar acciones automatizadas que toman decisiones claves para nuestra vida.
Actualmente hay muchos recurso para aprender matemáticas. Algunos de ellos muy divertidos, como aprender matemáticas con piezas de LEGO pero también… simplemente con nuestros dedos.
Es muy sencillo:
- Usa tus dedos para resolver las tablas del 6, 7, 8 y 9
- Asigna el valor desde el seis hasta el diez desde el meñique hasta el pulgar
- Junta dos dedos
- Los dedos que quedan debajo son las decenas
- Los dedos que quedan hacia arriba son las unidades
- Cuenta las decenas y multiplica las unidades , suma para obtener el resultado.
Multiplicar con los dedos de la mano
¡Oh, cómo me hubiera gustado aprender a multiplicar con los dedos desde pequeño! Es una habilidad tan práctica y sencilla que parece increíble que no sea una técnica de enseñanza común en las escuelas.
Recuerdo los días de escuela, sentado en mi pupitre, tratando de resolver problemas de multiplicación en mi cabeza. Las tablas de multiplicar eran aburridas y monótonas, y muchas veces simplemente no podía recordarlas. ¿Por qué no me enseñaron una forma más fácil de hacerlo?
Imagínate poder multiplicar cualquier número con tus propios dedos. Sería como tener una calculadora en la mano todo el tiempo. Además, sería una habilidad muy útil para la vida cotidiana, especialmente en situaciones en las que no tienes una calculadora a mano.
No entiendo por qué las escuelas no enseñan esta técnica de multiplicación más a menudo. Tal vez sea porque la gente piensa que es una habilidad «no académica», pero para mí, cualquier habilidad que nos ayude a resolver problemas de manera más eficiente es valiosa.
En definitiva, hubiera sido genial si alguien me hubiera enseñado a multiplicar con los dedos cuando era niño. Es una habilidad que uso a menudo hoy en día, y me habría ahorrado mucho tiempo y esfuerzo si la hubiera aprendido antes. ¡Ojalá las escuelas reconsideren esta técnica de enseñanza y la incorporen en su plan de estudios!
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.