Actualizado el martes, 15 diciembre, 2020
Little Sun es la propuesta artística de Olafur Eliasson para iluminar, mediante leds y paneles solares, a los 1.200 millones de personas que viven sin electricidad en el mundo.
Creada en 2012 por el artista Olafur Eliasson y el ingeniero Frederik Ottesen, esta iniciativa apuesta por el poder de la luz y la energía renovable para transformar vidas. Empezó como una humilde idea de crear una pequeña lámpara solar portátil para personas sin electricidad en Etiopía, pero hoy es un proyecto global que no para de crecer.
“Los dos habíamos viajado a África. Así que pensamos que este pequeño sol debería ser accesible para aquellas personas que no tienen electricidad. Lo bello fue que cuando dejamos de hablar, emocionados por la idea, el sol se había puesto y lo único que nos iluminaba era la bombilla led alimentada por el panel solar de Frederik”, recuerda el artista.
Little Sun exige un esfuerzo económico a las personas que quieran comprarlo. Esta lámpara, que da unas cuatro horas de luminosidad a la máxima potencia y unas diez a la mínima, cuesta algo más de 10 euros. Esa cantidad de dinero en Etiopía, Senegal o Zimbabue puede significar varios días de trabajo. El precio sale de sus costes de producción (4,57 euros) más los costes de transporte y la empresa no genera beneficios. El objetivo a largo plazo es que la empresa se sostenga por sí sola.
Paralelamente, se está creando un tejido económico al que ya se han incorporado más de 400 empresarios africanos para comercializar el producto. Así se fortalecen las comunidades desde el interior, creando empleos locales y generando beneficios. Por lo tanto, Little Sun quiere apartarse del clásico paternalismo occidental cuando se pretende ayudar a los desfavorecidos. Eliasson cree que este punto de partida del razonamiento es equivocado: “el mensaje que transmitimos es que nosotros somos fuertes y tú, débil. Es un tremendo error repetirle a la gente una y otra vez que son pobres».
La empresa se extiende cada día más. La clave oculta tras Little Sun parece ser la interacción entre arte y ciencia, dos campos frecuentemente alejados que Eliasson cree necesario conectar cada vez más. “Tenemos que creer en un futuro que funcione para todos. Y si queremos ese futuro, tendremos que colaborar entre todos. Y no solo entre científicos y artistas, sino también entre artistas y sociólogos, artistas y economistas… Lo que importa es que desarrollemos un sentido de interdependencia. Es decir, que solo podremos conseguir las metas juntos. El único futuro que tiene sentido es uno en el que Occidente y África colaboren”.
¡Manos a la obra por un mundo mejor!
La falta de electricidad ha actuado durante mucho tiempo como una trampa de pobreza en África, pero los paneles solares están resolviendo el problema
Es fácil dar por sentado el beneficio de una bombilla que funciona. Pero para muchos africanos rurales y afectados por la pobreza, vivir sin electricidad es un problema cotidiano, y solo recientemente la gente está empezando a ver la luz al final de este largo y oscuro túnel.
De hecho, la falta de electricidad puede actuar como una trampa de pobreza, evitando que los pobres escapen de su situación.
Gladys Nange es una madre y granjera de 39 años que vive en un pueblo llamado Kokete. Este pueblo está situado en una parte remota de Kenia, cerca de la frontera con Uganda, donde el gobierno nunca ha logrado llevar cables eléctricos y electricidad.
Por lo tanto, los hijos de Gladys no pueden terminar su tarea por la noche y terminan con malas calificaciones en la escuela. Además, Gladys se ve obligada a caminar cinco kilómetros hasta el enchufe eléctrico más cercano para cargar su teléfono y consultar los precios de la cosecha del día.
Francis Morogo, el jefe de la aldea, admite que nadie de Kokete ha llegado nunca a una universidad y que la mayoría de la gente permanece en la aldea toda su vida.
Afortunadamente, los paneles solares se están convirtiendo en una solución móvil y ecológica para la escasez de energía en África.
De hecho, la propia Gladys Nange participó en un proyecto piloto de energía solar. Ahora tiene un pequeño panel en su casa que produce suficiente energía para alimentar dos lámparas y un cargador de móvil.
Este kit solar móvil, la creación de un proyecto de la Universidad de Cambridge, es asequible, con un plan de pago de solo $ 1.20 por mes, y podría cambiar la vida de muchos.
Los hijos de Gladys, por ejemplo, ahora pueden terminar su tarea a la luz de la lámpara y Gladys puede ahorrar tiempo y ganar más dinero, con planes para instalar un criadero electrificado para las gallinas en su granja.
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