Actualizado el martes, 24 enero, 2023
Internet nunca ha sido de todos, ni neutral, ni democrático y ni mucho menos libre. Se trata de la mayor infraestructura a nivel mundial (millones de kilómetros de fibra óptica, satélites y antenas), y todo ello tiene su dueño. Pero, ¿quién es ese dueño? Es difícil contestar a esta pregunta, pero lo que está claro es que ni al pueblo, ni al usuario y ni siquiera a los estados les pertenece internet.
Es muy difícil determinar un dueño, ya que es algo que cambia habitualmente y en la actualidad pertenece a un pequeño número de consorcios de operadoras y fondos de inversión.
Así comenzó todo: los albores de internet
En sus inicios, internet sí tenía un dueño. La imagen que aparece a continuación muestra las topografías de red que Paul Baran hizo para la RAND corporation, es decir, el laboratorio de ideas de las Fuerzas Armadas estadounidenses. Durante la crisis de los misiles cubanos en 1962, el laboratorio acudió a Baran para que explorara modelos de redes de comunicaciones que pudieran sobrevivir a un ataque nuclear. Dos años después concluyó el estudio de Baran: sus topografías desvelaban que la red distribuida era menos susceptible a futuros ataques.
Después de esto comenzó todo de verdad. Seguro que habéis escuchado esta historia más de una vez: en 1971, Ray Tomlinson usa la famosa @ para enviar el primer correo electrónico y, un año después, se crea el InterNetworking Working Group, el primer grupo dueño de la internet como tal.
La primera red militar que contrató los servicios de Baran puenteó el océano Atlántico para conectar Estados Unidos a los nodos en Londres y Noruega en 1974. Una rápida evolución que da nacimiento al Centro de Administración de Internet (IAB) en 1981, tras definirse el protocolo TCP/IP.
La red militar llamada Arpanet se convierte en la reina de las Redes de Internet, dejando a tras las convicciones de infraestructura infranqueable para dar forma a un servicio comercial.
Cuando comenzó la red de Arpanet tan solo contaba con 45 ordenadores y 40 nodos que conectaban universidades y centros de investigación estadounidenses. Una red que creció exponencialmente hasta el millón de ordenadores en 1992 y que alcanzó los diez millones en 1996. Estamos ante el mayor crecimiento que ha experimentado el mundo en generación de datos y número de conexiones. A día de hoy el tráfico es de cuatro billones de dispositivos conectados.
La neutralidad de la red
Estas conexiones han pasado por muchos cambios en su forma, pero lo único que sigue intacto es que cuando nos conectamos seguimos accediendo a la misma red primigenia. Da igual desde dónde accedamos, qué equipo utilicemos o qué operadora tengamos contratada. Todos los servicios son iguales, ninguna plataforma funciona más rápido que las demás. O, lo que es lo mismo, esto es la neutralidad de la red, que ha cambiado muchas veces de forma salvo en una cosa: cuando se conectan, todos los usuarios acceden a la misma red; internet es lo que es.
Cuando los gobiernos se dieron cuenta de la importancia y el crecimiento de internet, comprendieron la necesidad de proteger la incipiente industria de servicios, datos y contenidos de los intereses de las empresas que controlaban la infraestructura. Por lo que todas las instituciones, organizaciones y administraciones del mundo se pusieron de acuerdo para establecer un protocolo que protegería los datos de los usuarios de las grandes empresas.
Ahora mismo podemos decir que este pacto está viviendo un jaque mate y que las grandes empresas más poderosas podrían salir beneficiadas en un mundo en el que reina la manipulación política y comercial. El gobierno de Estados Unidos está decidiendo el futuro de todos sin que el mundo le preste la atención debida. No podemos permitir que la información que necesitamos sea manipulada e, incluso, censurada.
El poder lo seguimos teniendo nosotros, pero ¿hasta cuando? ¿Cuánto vamos a permitirles? Las grandes corporaciones tienen sus propias leyes para evadir impuestos, evitar la ley y espiar a sus usuarios, ¿se van a llevar también la neutralidad de la red?
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