Actualizado el miércoles, 16 septiembre, 2020
A pesar de que toda la ciudadanía es consciente de la importancia de invertir en ciencia, vivimos en una época en la que los científicos viven supeditados a malas condiciones laborales y poco reconocimiento social. Pero las publicaciones científicas son un gran negocio. Para hacernos una idea: el CSIC español se gasta anualmente más de nueve millones de euros durante para adquirir información científica.
Los abonos a revistas científicas suponen un gran desembolso de dinero por parte de las universidades y esto repercute directamente en sus propios alumnos e investigadores, ya que la mayoría no pueden tener acceso libre a aquella literatura científica que necesitan para avanzar en sus proyectos. Los grandes damnificados son aquellos científicos y estudiantes que no tienen acceso a una buena biblioteca (por ejemplo, los que pertenecen a universidades públicas de bajo presupuesto), ya que obtener un artículo científico cuesta una media de 25 euros.
Acceder o no libremente a la información
Sin embargo, muchos activistas siguen defendiendo el derecho por la libre información y la transparencia. Son aspectos que están en el punto de mira en todos los sectores y el de la ciencia no es una excepción.
A su causa se ha sumado la informática Alexandra Elbakyan, quien fundó en 2011 la web pirata Sci-Hub.
Gracias a esta página, los científicos pueden disfrutar del libre acceso a millones de publicaciones científicas que legalmente son de pago. La joven kazaja sabe lo importante que es poder tener acceso a esta información, ya que durante su etapa universitaria no tuvo acceso a ningún documento de investigación para poder realizar sus proyectos.
En 2015 Elbakyan reclamó en una carta abierta ante el tribunal de Nueva York el derecho y la necesidad del acceso a la libre información. También mencionó lo perjudicial que era pagar entre 20 y 30 euros por ojear un estudio en busca de información para una investigación que beneficia a la sociedad en su conjunto.
En 2015, Elbakyan fue demandada por la editorial Reed-Elsevier por infracción de derechos de autor. Reed-Elsevier es una de las empresas que más ingresos genera con las publicaciones académicas. Pero a Elbakyan no le tembló el pulso y se enfrentó a la editorial bajo el argumento de que su página proporciona un servicio público y que no es comparable con la piratería de música o de películas. Respaldó su argumento de una manera muy sencilla: los científicos no cobran derechos por las ventas de sus artículos.
Sin embargo, todos sus esfuerzos resultaron en vano: el juez ordenó el cierre del dominio sci-hub.org. Aún así, la página sigue activa bajo otros nombres registrados en el extranjero que su creadora iba anunciando a través de redes sociales y apoyada por una comunidad comprometida con su causa.
El pasado mes de junio acabó por fin el pleito. El juez ordenó una indemnización de 15 millones de dólares a favor de la editorial.
Por tanto, es una muy mala noticia para el acceso al libre conocimiento. Lo que se auguraba como un paso hacia la reflexión y la búsqueda de accesibilidad al conocimiento se ha quedado en una indemnización millonaria y un serio problema para su creadora. Sin embargo, Elbakyan seguirá recurriendo y luchando para ayudar a la comunidad científica.
¿Qué opinas de este caso? ¿Es justa su causa o es solo una plataforma de pirateo ilegal más?